Fotos que hablan

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

© «Talking Pictures» – Ransom Riggs

Fotos que no pueden entenderse sin dar la vuelta al papel, fotos que contienen un grito en el reverso, una anotación que no sólo les arrebata parte del anonimato, sino que te eriza el alma y te impide mantener la distancia o quedarte en los detalles.

La anotación a bolígrafo completa nuestra mirada a la joven risueña, con sombrero a la mode y vestido plisado: se llamaba Dorothy, vivía en Chicago, murió a los 15 años de leucemia.

Cubierta de "Talking Pictures"

Cubierta de «Talking Pictures»

El libro Talking Pictures (Fotos que hablan), editado por HarperCollins, es la historia de una obsesión. El autor, Ransom Riggs, colecciona fotos desde que era adolescente. Las compra en mercadillos, rastros, ventas de garaje y otras formas de esa red microcomercial en la que entran los objetos olvidados y, sin motivo aparente que podamos adivinar, entregados al azar del abandono. Riggs establece una condición para adoptar una foto: que estén escritas, rotuladas con un comentario, una frase o un epígrafe en los bordes o que contengan en el amplio terreno del envés los restos de una memoria también abandonada.

El conocimiento que la semántica añade a la imagen, el cruce de esas dos formas de parcialidad comunicativa —ni las palabras ni las fotos bastan para entendernos, para entregarnos, para ser uno en el otro—, rompe la distancia que casi siempre mantenemos con la foto que tenemos ante los ojos y nos invita al interior de una vida. Las anotaciones dejan espacios abiertos, por supuesto, pero con ellas la foto parece invitarnos a sentir algo más que fría semiótica de la imagen.

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

© «Talking Pictures» – Ransom Riggs

«A veces una palabra vale por mil fotos», dice el autor del libro —por cierto, no editado en España, donde las editoriales tienen un interés casi nulo por la fotografía anónima—. La imagen de arriba y su leyenda dan la razón a Riggs.

Una madre y cuatro de sus hijos y estos textos. A lápiz: «Pearl con Freddie, Billie, Kenneth y George en la casa de Lansing» [ciudad del estado de Michigan]. A bolígrafo, con una grafía de otra persona: «Nos mudamos a Detroit, donde Doris Jean y Elenore Ruth nacieron. Ambos murieron. Doris Jean con un mes por meningitis. Elenore Ruth a los 4 meses por malnutrición. No hay $ para comida«.

«La gente ya no escribe en las fotos», dice Riggs. «Ni siquiera tomamos fotos —quiero decir, fotos reales, impresas en papel, reveladas con emulsiones. Hay más cámaras que nunca, pero las imágenes que producen son efímeras cadenas binarias de unos y ceros, pocas veces impresas, almacenadas en chips y discos duros que se estropean facilmente borrando su contenido, susceptibles de ser dañados por por el calor, el electromagnetismo, el uso o la obsolescencia. Un disco duro tiene una vida media de cinco años y un disco compacto de diez o quince. Una foto bien impresa mantiene la imagen cien años —los negativos fotográficos duran todavía más».

Además de una defensa de las fotos en papel como vislumbre de quiénes somos, lo que somos y cómo vivimos, Talking Pictures es una reivindicación de la importancia de las «fotos de otros», esas imágenes de desconocidos que a veces encontramos en el suelo de un puesto de venta de objetos oxidados y lejanos como fósiles. Antes de pasar de largo, recomienda Riggs, deténgase y observe, entre en el mundo bidimensional del cartón, permita que el hechizo se extienda y, sobre todo, dé vuelta a la imagen y busque si hay algo escrito detrás.

Inserto abajo varias de las imágenes del libro. De escpecial intensidad son las tres primeras, que componen la serie de Janet Lee, una vivaracha niñita con tendencia a las caídas («tendré que comprarle un casco«, se lee tras la foto que da cuenta de un accidente doméstico que casi termina con la fractura de una pierna). Las últimas fotos muestran el cadáver de Janet Lee, con el reverso en blanco, porque no son necesarios los fonemas frente al estruendo de la muerte; y la niña asomada al borde del mar. «Janet tenía 10 años», se lee en el envés.

Ánxel Grove

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

© «Talking Pictures» – Ransom Riggs

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

© «Talking Pictures» – Ransom Riggs

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

© «Talking Pictures» – Ransom Riggs

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

«Esto era cuando se amaban» © «Talking Pictures» – Ransom Riggs

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

«Mi escritorio, donde hago todas mis tareas y te escrito cartas» © «Talking Pictures» – Ransom Riggs

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

«Mamá y Grace, 1953. Donde murió papá» © «Talking Pictures» – Ransom Riggs

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

«África Oriental, otoño,  1943. Las langostas casi oscurecían el cielo» © «Talking Pictures» – Ransom Riggs

© "Talking Pictures" - Ransom Riggs

«Esta es una foto perfecta de nuestra hermana Marion, 27, que el tío Geo. tomó en Colorado Springs. Más o menos un mes después ella murió» © «Talking Pictures» – Ransom Riggs

1 comentario

  1. Dice ser belleza inteligente y positiva

    Belleza y buen hacer, maravilla, que no puede entenderse si no se cambian los papeles en el pensar. Qué tristes cerebros que no logran romper los muro sinteriores y disfrutar sanamente de expresiones positivas del ser humano.
    Vean las Halloween News en NakedNews. Trabajo lindo. Deberían ser en abierto para todo el mundo, en un mundo menos bruto, más humanamente serio y bello.

    01 noviembre 2013 | 01:46

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