Flickr cambia de interfaz y se ‘verbeniza’

Logotipo de Flickr

Logotipo de Flickr

Contraté mi primera cuenta en Flickr en diciembre de 2004, cuando la compañía, fundada unos meses antes, todavía pertenecía a Ludicorp, la modesta empresa que habían montado en Vancouver (Canadá) Stewart Butterfield y Caterina Fake, que entonces estaban casados.

Sigo teniendo la cuenta activa. Almacena casi 5.000 fotos (más de la mitad no son visibles para los visitantes, no me parece que tengan el mínimo interés que les reclamo para ser mostradas). Mi stream ha recibido medio millón de visitas.

Ha habido muchos avatares en estos ocho años. Algunos han sido buenos sin discusión alguna: he aprendido algo sobre fotografía gracias a la práctica y al feedback con otros flickeros; he conocido en persona a algunos de mis 1.700 contactos (174 catalogados como amigos); me han motivado la determinación, el carácter y la inspiración de otros e incluso logré que una agencia me comprara una foto para una campaña publicitaria, lo cual, siendo un amateur y no anunciando que mis imágenes están en venta, es casi milagroso.

Protesta contra la censura en Flickr

Protesta contra la censura en Flickr

Otras no han sido tan agradables: en 2007 muchos usuarios de Flickr protestamos contra la censura que admitía la empresa en China, Singapur, Hong Kong, Corea y Alemania -en estos dos últimos casos, por leyes nacionales relacionadas con protección de menores, en el resto, por mero control político-. Algunos amenazamos con largarnos a otros hospedajes fotográficos, pero lo cierto es que no lo hicimos.

En 2009, fecha a la que corresponde la foto de la izquierda, la protesta fue contra la amenaza de cierre del stream de la gran fotógrafa Tina Kazakhishvili, porque los jerarcas de Flickr que ejercen el filtrado de imágenes consideraban que su obra era demasiado explícita (simples desnudos artísticos y en contadas ocasiones). Unos cuantos montamos un debate público en los foros y logramos el mantenimiento de la cuenta.

Finalmente, un tercer grupo de peripecias han sido francamente decepcionantes. Cuando Flickr fue comprado por Yahoo, en marzo de 2005 y por 35 millones de dólares, unos 26,4 millones de dólares al cambio de hoy, temí, como tantos otros, que la operación acabase con el espíritu original de la web («ayudar a la gente a dar a conocer sus fotos a otras personas a quienes les interesen»), que se integraba en un grupo demasiado complejo para preocuparse por la fotografía como tal.

En estos momentos, con unos 40 millones de usuarios de pago y 6.000 millones de imágenes almacenadas, Flickr es demasiado grande como lugar de encuentro para compartir el placer o la afición por la fotografía. Cada vez se parece más a una red social al uso -con los peligros derivados: compadreo, endogamia, control, etiquetado y dirigismo- y menos a una web de fotografía.

El tráfico de visitantes ha decaído en los últimos años en Flickr. Mientras la subida de fotos a Facebook está en rápido ascenso, en Flickr ha bajado un 18 por ciento desde 2009. El año pasado se llegó a publicar que Yahoo estaba dispuesto a sacar al mercado a su filial fotográfica y escuchar ofertas de compra pese a que Flickr cerró el ejercicio con beneficios de 50 millones de dólares (37,7 millones de euros) solamente en ingresos por las cuentas Pro, que son realmente competitivas en tarifas: 24,95 dólares al año, unos 18,8 euros, con almacenamiento ilimitado de fotos.

Captura de pantalla del nuevo aspecto de Flickr

Captura de pantalla del nuevo aspecto de Flickr

Desde el día 28, el martes que viene, Flickr cambia de interfaz: las fotos aparecerán en la home de cada usuario con menos espacio entre una y otra y revelarán datos (día de publicación, etiquetas, localización, Efix…) a medida que el ratón circula sobre cada una. También estrenarán una nueva herramienta para subir fotos.

El nuevo diseño, que ha sido anunciado con cierta cautela (una entrevista aquí, otra alla) por el nuevo chico-maravilla de Flickr, Markus Spiering, jefe de producto de la empresa, trata de imitar sospechosamente al de Pinterest, la nueva sensación en las redes sociales en los EE UU, con 12 millones de usuarios únicos al mes, más que la suma de YouTube, Reddit, Google+, LinkedIn y MySpace (el crecimiento más rápido en tráfico en toda la historia de Internet).

A la nueva fiebre se ha apuntado la madre de Flickr, Caterina Fake, que está detrás de Pinwheel. ¿De qué se trata? Si Pinterest permite colgar imágenes en categorías en una especie de tablero (pin+interest, enganchar tus intereses), Pinwheel también permite geolocalizaciones. Ambos servicios todavía son por invitación.

¿Qué busca Flickr cambiando de cara y adoptando la de los recién llegados? La idea es dejar de lado la interfaz que estrenó en 2010 y que ya se considera old school -en Internet todo pasa de moderno a vintage entre un estornudo y el siguiente– y sustituirla por un modelo drag and drop (arratra y suelta) que quizá sea muy ágil para el comercio electrónico (llenar una e-cesta de productos a golpe de mouse) o las redes sociales más exhibicionistas («éste es el gadget que me gusta»), pero al que no encuentro sentido cuando se trata de fotografía.

Captura de pantalla del nuevo 'uploader' de Flickr

Captura de pantalla del nuevo 'uploader' de Flickr

Hace más de dos años cerré los comentarios en mi cuenta de Flickr. Estaba cansado de la infantil carrera de ratas de conseguir adjetivos que de tan sobados olían a lixiviados («stunning», «awesone», «massive», «art»…) y de la loa de los prosélitos. Creo en las fotos como necesidad, no como acto social.

Este nueva perversión lleva a Flickr a un terreno que no deseo pisar (entre otras cosas, porque ya lo piso con otras redes sociales) y deja el interés por la fotografía muy al fondo del plano y en absoluto desenfoque.

Me costará irme (las cadenas viejas son las que más aprietan) y tardaré unos meses en bajar mis 5.000 imágenes y ordenarlas por fechas -una de las funciones para las que utilizo Flickr es como directorio cronológico para localizar negativos-, pero la historia se ha acabado.

Les consentí que fuesen cómplices de la censura, pero no voy a tragar que la ceremonia privada de la fotografía se convierta en verbena.

Ánxel Grove

1 comentario

  1. Me parece fenomenal. Flickr siempre ha sido baluarte de la censura más puritana (como Facebook,sin ir más lejos), y además colabora sin rubor con los ladrones de fotos.

    http://corruPPto.elbruto.es

    23 febrero 2012 | 19:36

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