Una criatura con cabeza de globo succiona con su fino pico a unos personajes pequeños parecidos a los humanos.
Otra, con forma humana, pero con un rostro de máscara veneciana y orejas de conejo, sujeta agachada un montón de pequeñas casas unidas entre sí con una cuerda.
En una infinita estructura de escaleras,montones de monstruos protagonizan escenas de cabezas enganchadas, entierros, números circenses…
Los autores de las escenas son tres artistas belgas que trabajan en Bruselas: Jérôme Meynen, François Dieltiens y Antoine Detaille: el colectivo Hell’o Monsters se esmera en la tarea de crear «un universo de monstruos que se forman y reforman, de acuerdo con las aventuras que viven».
Muchos llevan botines, monos de rallas rayas apretados, cucuruchos de papel en la cabeza, orejas de ratón, cuernos… En cada personaje se pueden distinguir partes del cuerpo humano, elementos animales y objetos cotidianos. «Tan similares y a la vez tan diferentes a nosotros, las criaturas dan sustancia a nuestras fantasías».
Si tienen que elegir una banda sonora para su trabajo escogen Super Nova, un tema alegre y psicodélico con un toque diabólico, del pionero de la música electrónica Bruce Haack (1931-1988). Los ilustradores mezclan sus estilos combinando la truculencia con los colores puros y el estilo limpio de un libro infantil. Hay vivos acrílicos, dibujos a tinta, esculturas, alguna incursión en el arte callejero en colaboración con el artista valenciano Escif…
Robándole el término al poeta alemán de la Ilustración Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781), dicen que las narrativas que dibujan muestran «instantes preñados», momentos que implican una historia previa y posterior. La alegría de los colores y la suavidad de las formas chocan con las acciones -desconocidas, amenazantes y a veces ilógicas- de unos monstruos sin expresión facial y de los que nada sabemos.
Helena Celdrán
La escena de la ‘Escalier’ es un tanto siniestra, pero a la vez divertida. Me gusta.
07 febrero 2012 | 20:33
Siempre me han hecho gracia este tipo de ilustraciones. Una curiosa evolución de lo que en su día podrían haber sido ilustraciones para niños, que ya no son tan niños.
07 febrero 2012 | 22:44
Me parece una verguenza que alguien que se dedica a escribir en un medio público cometa faltas de ortografía tan garrafales, y tenga la poca verguenza de escribir » monos de rallas» por » monos de RAYAS». A ver si aprendemos a escribir so incultos.
07 febrero 2012 | 23:14
Muchas gracias por tu valiosa aportación, Sirenita. Nuestra condición de humanos es inevitable y los errores hay que reconocerlos y corregirlos con humildad, así que tachado queda.
Nadie está libre de pecado por mucho que así lo proclame: escribir vergüenza dos veces sin diéresis es un claro ejemplo.
Un saludo
Helena.
07 febrero 2012 | 23:45
Jajajajaja, enorme la conetstación! Por cierto, me encantan vuestros posts 🙂
http://www.socialites.es
08 febrero 2012 | 09:55