En muchas de sus obras, la canadiense Jessica Fortner parece dibujar con el único pretexto de crear cenefas infinitas que salen de sí mismas como en un cuadro de M.C. Escher.
Tuvo un pasado de escultora que la encorsetaba. Se sentía incómoda con la masa moldeable y le faltaba espacio en el diminuto apartamento que comparte con su novio en Toronto. Hace poco dejó de modelar y se rindió a la ilustración. «Me encanta la libertad de simplemente dibujar cualquier cosa que pueda imaginar», dice entusiasmada.
Esta semana traigo a la sección de Obsesiones el trabajo de Fortner, que causa una especie de hipnosis cuando se observa con detenimiento: las escamas de una serpiente enroscada, el pelaje y los dientes de unas criaturas diabólicas que se multiplican, los garabatos que sustituyen a las caras de una multitud pasiva, un oso saliendo de las fauces de un oso…
Sabe imaginar y lo mejor de todo es que no puede dejar de hacerlo. Confiesa que se obsesiona con rapidez cuando dibuja patrones complejos, que ama la simetría, la geometría y los reflejos. Cuando inicia uno de estos esquemas sin planearlos, los dibujos se complican más y más. Jessica Fortner sólo puede dejar el lápiz sobre la mesa cuando, exhausta, ha terminado.
Helena Celdrán
no conocia esta artista,
hay algo en sus obras que me hace pensar en las visiones que describen los que toman salvia
18 octubre 2011 | 19:07
Solo veo 2 osos, no veo la alusion al infinito por ningun lado.
19 octubre 2011 | 07:31
MrYo ,Lo de infinito se refiere a la cenefas que realiza.
19 octubre 2011 | 08:46
Muy original el oso que parecen dos osos ¿Y que?
Clica sobre mi nombrer
19 octubre 2011 | 08:55
la verdad es que estaria mejor si el oso tuviera tambien la boca abierta y le saliera de ella otro leon con ella abierta y asi hasta es infinito
como un fractal, un bucle o la imagen que se pierde en el infinito cuando ponemos dos espejos uno frente a otro
19 octubre 2011 | 10:03