¿Por qué no editan en español al mejor escritor de los EE UU?

William T. Vollmann

William T. Vollmann

Cuatro y ni siquiera los mejores:

Historias del mariposa, Trece relatos y trece epitafios, Putas para Gloria y Europa Central. Los tres primeros fueron editados por Muchnik Editores en 1995, 1996 y 1998 respectívamente. Sólo se pueden encontrar en el mercado de segunda mano. El último lo distribuyó Mondadori en 2007 porque el libro había ganado el National Book Award en los EE UU.

El autor, William T. Vollmann, ha escrito casi veinte libros. Tras el suicidio de David Foster Wallace, es el mejor escritor estadounidense vivo.

Que la política de las editoriales españolas sea bastante pacata es una certeza. Con el caso de Vollmann la certeza se convierte en hurto cultural, pura grosería. Alguien debería exigir responsabilidad social al rimbombante gremio por este espacio bibliográfico en blanco, que me anima, aunque resulte casi absurdo dado su calado, a reseñar a Vollmann, en Top Secret.

Vollmann, el tipo de la foto, lleva el pelo mal cortado casi siempre. Es una proyección: su obra tiene el poder de un tijera afanosa y rápida. Nacido en 1959 (el día 28 de este mes cumplirá 52 años), es un escritor extraño, huidizo y refractario a los trajes de Armani.

Cubierta del último libro de Vollmann, editado sólo en formato de e-book

Cubierta del último libro de Vollmann, editado sólo en formato de e-book

Lo último que ha escrito dice bastante de su carácter: un opúsculo, editado únicamente en formato electrónico, sobre el accidente nuclear de Fukushima de marzo de este año, Into the Forbidden Zone: A Trip Through Hell and High Water in Post-Earthquake Japan. Ni se les pase por la cabeza la idea de un ensayo de enterado compuesto desde el despacho. Vollmann no es de esos.

Para escribir el libro se fue a Japón unos días después del terremoto y entró en la zona prohibida, el perímetro contaminado por la radiación emitida por la central nuclear. Ni un solo occidental se atrevió. Recorrió la zona cero con un cuaderno de notas y un dosímetro para hablar con los habitantes de los pueblos apestados, las personas sin nombre a las que se referían todos los despachos de agencia redactados, desde hoteles y oficinas, a partir de comunicados de prensa oficiales.

En sus trabajos sobre el terreno, ensayos que le convierten en el periodista emocional que todos quisimos ser (aunque nos ha faltado coraje, suerte o temeridad), Vollmann nunca se ha fiado de las fuentes gubernamentales y/o corporativas. Las ha sustituido por la verdad primera: la mirada.

En An Afghanistan Picture Show: Or, How I Saved the World (escrito en 1982 pero no publicado hasta diez años más tarde) narra la guerra de liberación de los muyahidines afganos contra las tropas de ocupación soviéticas. Nadie sufragó el viaje: trabajó unos meses como secretario de un agencia de seguros para pagarse el avión y se incrustó entre los rebeldes.

Para la no-novela de 1991 Whores for Gloria (editado en España con el absurdo, minúscula inicial incluida, y beato título de para Gloria), residió durante meses en el barrio más duro de San Francisco, el Tenderloin, y consumió crack con asiduidad («no es muy distinto a tomarse dos tazas de café seguidas», dijo).

Antes de la novela The Rifles (1995) pasó dos semanas solo en el Polo Norte y estuvo a punto de morir congelado.

En Riding Toward Everywhere (2008) viajó durante meses como polizón en trenes de carga.

"Imperial"

"Imperial"

Para el reciente Imperial (2009) se infiltró como trabajador ilegal en una factoría mexicana de capital americano en la zona oscura del Condado Imperial, una tierra de nadie entre dos mundos, el del poder y el de la exclusión. «Es lo más parecido que he visto al Tercer Reich«, concluyó.

Vollmann, ese escritor al que los editores españoles quieren tan poco, también ha firmado Rising Up and Rising Down: Some Thoughts on Violence, Freedom and Urgent Means, una monumental historia en siete volúmenes sobre la violencia; una novela sobre la prostitución infantil; otra sobre el telón de acero y el bolcheviquismo; un análisis de su lado femenino (Kissing the Mask: Beauty, Understatement and Femininity in Japanese Noh Theater, with Some Thoughts on Muses (Especially Helga Testorf), Transgender Women, Kabuki Goddesses, Porn Queens, Poets, Hou) y varios libros de relatos, entre ellos uno de los mejores del siglo XX, The Atlas, una colección de micro narraciones sobre áreas corroídas por conflictos bélicos de baja intensidad.

Cuando le preguntan por qué escribe como apagando un fuego interior, a una velocidad suicida, responde: «Me gusta escribir más que ninguna otra cosa. Eso implica que tengo que pagar mis recibos con la escritura».

Vollman retratado en 1985 con una Beretta BDA 380

Vollman retratado en 1985 con una Beretta BDA 380

Aquellos que le conocen personalmente dicen que la razón última es otra: consolar la enorme culpa que siente desde los nueve años, cuando su hermana pequeña, de seis, se ahogó cuando estaba a cargo de él en una zona recreativa.

¿Por qué Vollmann sigue siendo un escritor por descubrir en el mercado de libros en español? ¿Le tienen miedo? ¿Se trata de simple desprecio por los derechos de los lectores? ¿De temor comercial?

Quienes no gozan (o no quieren gozar) del beneficio del bilingüismo están siendo ninguneados, otra vez, por el consorcio de las editoriales.

Ánxel Grove

 

10 comentarios

  1. Dice ser antonio larrosa

    En España no editan ni al mejor del mundo ni al peor que soy yo . Los editores no tienen cataplines para arriesgar ni un centimo , y solo editan a los de siempre. Este pais es una vergúenza en todos los aspectos , la mires por donde la mires.

    Clica sobre mi nombre

    04 julio 2011 | 19:56

  2. Dice ser Ruiz

    No soy un gran admirador de la literatura actual y (lo siento) con Vollman no hago una excepción. No está a caballo entre el periodismo y la literatura: se ha quedado en tierra de nadie. Crónica maquillada o relato sin estilo, tal vez las dos cosas. Decía un estudioso de la materia que la clave de la literatura eran las «historias universales muy bien contadas»; personalmente, y sin haber hecho ningún estudio sobre Vollman, creo que le falta lo segundo.

    Saludetes.

    04 julio 2011 | 23:09

  3. Dice ser cesaser

    Hay otras formas de distribuir su libro en el mercado español. Hace tiempo me topé con una página web que trataba sobre como sacar un disco, libro, etc… no con un editor o un productor; sino con gente anónima que financia tu trabajo con pequeñas cantidades. Explicándoles bien tu propuesta por su puesto; y dándoles como premio por ello originales firmados, o la posibilidad de acudir a la presentación como VIP, o formar parte del Staff.
    Total con pequeñas cantidades que pagaban debían llegar a una cantidad ya fijada; si no se llegaba a dicha cantidad, no se les cobraba nada…

    O ya que es tan buen escritor, gastarse un poco de su dinerico, mandar que traduzcan profesionalmente en español, y colgarlo como libro digital para que la gente pueda pagar y descargárselo.

    05 julio 2011 | 00:13

  4. Dice ser MUUUUU

    Me parece a mi que hablar de politica de las editoriales españolas no tiene mucho sentido, teniendo en cuenta que sólo son filiales de otras de ámbito territorial mucho mayor.
    Está bien quejarse de que no se edite a este señor en castellano, pero meterse con las editoriales españolas es como atacar a un cadáver.

    05 julio 2011 | 06:13

  5. Dice ser Roskat

    En una editorial normal, a menos que se vaya a hacer una peli con algunos de sus trabajos, o que sus libros contengan una moraleja pseudo-espiritual, o que insulte a alguien mundialmente conocido, es díficil que le publiquen. Hay algunas excepciones, por ejemplo Anagrama, que suele editar a autores pocos conocidos por aquí pero que luego tienen mucho arraigo.

    Es bien cierto que aquí, cuando se trata de invertir en un autor desconocido, los editores no se atreven a invertir y prefieren irse a lo cómodo y seguro.

    05 julio 2011 | 07:50

  6. Dice ser antonio larrosa

    Hace un tiempo, en una editorial muy importante el subdirector me dijo al terminar: Larrosa , esta editorial no hace famoso a nadie , al contrario, los famosos hacen famosa a esta editorial , asi que ya lo sabe cuando sea famoso por algo vuelva por aqui y le publicaremos lo que usted quiera . Entonces yo le pregunté ¿Cree usted que me haré famoso si mato a todos los de mi escalera esta noche que tenemos una reunión? A lo que me contesto. Puede intentarlo, aunque no le garantizo nada. Como es natural me fuí muy cabreado.
    Clica sobre mi nombre

    05 julio 2011 | 07:55

  7. Dice ser Pepehidra

    En español?…. Cuantos ignorantes hay por aquí…… A los autores españoles los traducen al «yanquilanguage»…Creo que no….Pues eso !!!!!

    05 julio 2011 | 10:03

  8. Dice ser Aletheia

    No se si recordáis el BOOM de las editoriales. La burbuja de las librerías. El gasto, el compendio de autores de todos cantones, el despilfarro absoluto en la compra de manuscritos nobeles. Había mercado. Hasta que este dijo basta. Ya no más.
    Nací en una editorial, de una editora. Me divertía mucho en la época de oro. Leía los manuscritos que mi madre llevaba a casa. Ayudaba en la maquetas. Hasta que de un día para otro el stock estaba lleno. No salía el producto. Perdimos.
    No solo dinero fue derrochado, el cuidado por el producto también. Producimos baguetes, ladrillos, de todo menos lo que de verdad se produce en una editorial.CULTURA.
    Ahora por culpa de los que como mis padres han abandonado el mundo de la cultura a los intereses económicos, el HURTO CULTURAL es ley. No se vende lo que no se sabe su salida.
    Cervantes hoy no sacaría a Quijote a pasear

    05 julio 2011 | 10:05

  9. Dice ser antonio larrosa

    Soy tan narcisista que el unico escritor que me interesa soy yo mismo. No puedo opinar sobre ningun escritor vivo o muerto porque sólo leo mis libros.

    clica sobre mi nombre

    05 julio 2011 | 10:27

  10. Dice ser Remior

    Y a mí que todo esto del novelista «infiltrado» siempre me huele escusa publicitaria.

    No conozco al tal Vollmann y me creo hasta cierto punto todo lo de su «método» pero sinceramente por lo poco que le leído no me atrae en absoluto. Estoy un poco cansado de la literatura de «shock» que lu único que persigue es contarte una historia en que te cuentan cosas para dejarte en «shock» sobre lo duro de ciertas situaciones actuales. un periódico me sirve para lo mismo.

    05 julio 2011 | 10:49

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