Me gusta que Madrid acoja a cualquiera, venga de aquí o de allá. Me alegra que en todos estos años de alta inmigración en Madrid la integración haya sido casi ejemplar, sin grandes movimientos de rechazo.
Rumanos, marroquíes, ecuatorianos, chinos, colombianos, peruanos y bolivianos son mayoritarios –por este orden– en nuestras calles, portales, trabajos, comercios…
Sin embargo, aun queda algo de trecho por recorrer para la integración total. En líneas generales, creo que ponemos algo más de nuestra parte los de aquí que nuestros nuevos vecinos. A veces les falta dar un pasito más para aclimatarse, para asimilar las costumbres y el idioma del que ahora es su país.
Eso sí, da gusto cuando vas a comprar a un chino, te dan las buenas tardes y te preguntan en perfecto castellano si andas buscando unas chancletas.