James Avery ha muerto. Las complicaciones en una operación a corazón abierto han sido las responsables de que su vida se haya apagado. Pero no se ha ido: su legado es inmortal. El tío Phil, pariente y padre de todos en los 90, que era el paradigma de ese progenitor severo que te fulminaba con la mirada pero que a la vez es la persona que más te quiere y se preocupa por ti, dedicó su vida a hacernos reír. Y así hay que recordarle.
En El Príncipe de Bel Air no podía hacer otra cosa que hacer disfrutar a la gente. Es cierto que a veces sentías misericordia hacia l por lo que tenía que aguantarle a su sobrino Will. Los choques entre ambos daban lugar a situaciones divertidísimas con las que no podías para de reír. He hecho una selección de escenas en su mayoría en versión original. Soy antidoblaje, como ya sabéis, pero tenemos que ser honestos: todos la vimos en castellano. Que aquí opte por su idioma real responde a que las he encontrado mejor así. Sea cual sea la lengua, disfrutamos igualmente de sus momentos. Al menos yo me lo he pasado pipa buscando lo vídeos.
Por ejemplo con éste, cuando el tío Phil decide jugar con Will y Carlton al principio para luego abroncarles.
La personalidad arrolladora de James Avery quedaba reflejada en cada escena. Cuando Will y él acaban en una celda, y se da cuenta de que se están perdiendo Acción de Gracias, decide dar un paso adelante para volver a casa a zampar. Para ello se vale de que es juez. La invectiva que le suelta al policía es desternillante a la vez que aterrador.
Una de sus míticas broncas. Qué tonta era Hilary 🙂
No podía faltar la conversación sobre la situación de los negros en EEUU que mantuvieron Will y el tío Phil.
¿Os acordáis de esta disculpa de Will a su tío?
Si por algo se caracterizaba Phil Banks era por dar consejos a su sobrino. El doblaje es absurdo, pero aún así…