Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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La España de Boardwalk Empire

No hay spoilers, pero sí pistas. Lee bajo tu responsabilidad 🙂

¿Os habéis sentido frustrados alguna vez con el final de una película o una serie? O incluso con los últimos segundos de una temporada. Todo después de haber estado con la boca abierta en algunos momentos de un episodio. E incluso de haberte estremecido con una o varias escenas. Es decir, cuando tras haber flipado de cojones luego te sale del alma ciscarte en lo primero que se te ocurra y hasta de golpear levemente algo. b5

El relato anterior responde a las reacciones que me provocó el último capítulo de la cuarta temporada de Boardwalk Empire. Esta entrega ha sido maravillosa en su conjunto. Este episodio, como algunos otros, logró que se me pusiesen los pelos de punta, con ejemplos como lo que ocurre con la hija de Chalky White (Michael Kennet Williams). Pero el final, esos últimos segundos con Richard Harrow (Jack Huston) como protagonista, me jodieron el día. Me fastidió mucho. En otras palabras: fue glorioso.

b4Ha sido la confirmación de que Boardwalk Empire es una de las mejores series de la actualidad. Y la prueba de que, tras el listón tan alto que puso el año pasado un villano tan poderoso como Gyp Rosetti (Bobby Cannavale), los guionistas y responsables son tan buenos que son capaces de ofrecer otras tramas igual de maravillosas, dramáticas y entretenidas. Lo cierto es que el Dr. Narcisse (Jeffrey Wright) ha resultado muy efectivo, y no se le puede pedir más. Su frase en un episodio resume todo: «La verdad es la que aquellos que están en el poder deciden que sea». Otra prueba más de lo bien que se pueden hacer las cosas.

Y no han sido pocas. Los momentos impactantes han sido escasos, pero seleccionados y cuidados para lograr el rechine de dientes. Así nos pasó con la tragedia que le toca vivir a Al Capone (Stephen Graham), por medio de unos minutos que deberían estudiar todos los que quieran dedicarse a la ficción. La violencia que propone no es de cualquier tipo. Está perfectamente justificada y es reflejo de lo que se vivió en aquellos años. Pasa lo mismo con la brutalidad. Es lo que había.b1

Los futuros actores también han tenido clases magistrales durante los 12 episodios. Con muchos personajes, algunos nuevos, como William Thompson (Kevin Csolak) y Sally Wheet (Patricia Arquette), que están espléndidos (hay que esperar para ver qué juego dará Edgar Hoover (Eric Ladin)). Pero madre mía con Michael Shannon. Joder. Lo del estadounidense es de otro planeta. La transformación que ofrece en los últimos capítulos es el ejemplo de cómo debe ser un intérprete. Pasa de ser un don nadie abrumado por lo que está viviendo a ser un tipo temible en pocos segundos por la misma razón. De George Müller a Nelson Van Alden hay un trecho. Y él consigue que la distancia sea la mínima.

No tengo muchas más palabras para describir el 2013 que nos ha brindado Boardwalk Empire. Solo caben los elogios. Pero lo que sí se puede hacer es extraer las similitudes de un producto inspirado en la realidad como este con el mundo actual. En concreto, con lo que acontece cada día en España. Nos sobran rasgos del New Jersey, o de EEUU en general, de los años dorados del crimen. Por suerte, el asesinato por estos asuntos no prolifera. Aunque se emplea la forma más efectiva para hundir al resto: valerse de la economía, del dinero de la gente.

Las similitudes entre la serie y el país

b3Y es que en España tenemos muchos aspirantes a mafioso. Somos el país donde el mangante y el corrupto cuentan con el apoyo del voto y el beneplácito del militante. En el que existe un partido donde un centenar de sus militantes y exaltos cargos están imputados por, presuntamente, haber metido la mano donde no les corresponde y haberse enriquecido con ello. O por, supuestamente, conceder el contrato del servicio que se tercie al amigo constructor que otorga la dádiva a cambio. Tampoco nos olvidemos de la plaza en el consejo de administración para el retiro dorado por los servicios prestados, o de los regalos de trajes, coches o décimos de loteria premiados por ese favor o esa firma tan oportuna.

En la mayoría de casos los implicados son presuntos por el momento. Pero también los hay condenados. Y menos mal que el alcohol no está prohibido hoy en día como sí ocurre en los años 20 reales que Boardwalk Empire nos cuenta desde la ficción, que si no… Pero tenemos nuestras propias corruptelas. Lo más triste es que se puedan comparar tramas ficticias o no de la serie de HBO con lo que va destapándose en España.b2

¿Quién sería nuestro Nucky Thompson? Llamando a la puerta para hacer el papel de Steve Buscemi podríamos tener a Carlos Fabra (ya condenado) o José Luis Baltar, por poner dos ejemplos de aparentes secundarios en política que en realidad son los que manejan el engranaje. Esos que negocian los flecos que interesan o enchufan a familiares o a aquellos que les pueden servir en el cotarro que creen es suyo.

La concesión de licencias, contratos u obras ya mencionada no es ajena a la España de Boardwalk Empire. Los Arnold Rothstein (Michael Stuhlbargautóctonos podrían ser los encarcelados por la trama Gürtel, como ‘El Bigotes’ o Francisco Correa, esos a los que siempre acompaña la suerte. Aunque en algún momento se les puede acabar. No hay que pasar por alto al gobernante pelele puesto para hacer el trabajo sucio y que no se desgaste el que de verdad manda. ¿Cuántos tenemos de esos? Solo hay que pensar en algún ministro y varios alcaldes o alcaldesas.

b7Policías corruptos no nos han faltado en nuestros últimos años. Los de la serie dan palizas, e incluso matan, o recolectan los sobres para sus jefes con contundencia. Para los primeros ya tuvimos a los GAL. En los segundos se me viene a la cabeza aquel famoso ‘sheriff de Coslada’.

Pero lo que tiene este país es que puede superar hasta a la historia más brutal en cuanto a corrupción y gánsters. Quizá, de haber existido un sistema de seguridad social, unos cuantos se habían apropiado de los dineros que estaban destinados a los parados por medio de EREs fraudulentos. Ya tenemos nuestra propia trama a aportar a cualquier ficción.b6

En lo que no podemos aportar más es en historias de sobresueldos en negro para compensar a los miembros de la organización. Eso es más viejo que la firma en la servilleta. Pero al menos que no se diga que no hemos estado a la altura en ese aspecto.

Solo se puede sentir tristeza al encontrar tantas similitudes entre una serie basada en el crimen y lo que ocurre el país en el que vivimos. Pero nosotros nos lo hemos buscado. Porque se lo hemos permitido. Y luego, si se les levanta un zapato, saltan los remilgados. A mí me parece peor que ellos no hayan notado la crisis y nosotros sigamos en la miseria. Ni los guionistas de Boardwalk Empire lo hubiesen dispuesto mejor.