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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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¿Se ha encasillado Jim Parsons por culpa de Sheldon Cooper y The Big Bang Theory?

Veo a Jim Parsons en The Big Bang Theory y me gusta, dado que me encanta su Sheldon Cooper. Le veo en las entrevistas que concede, y sigo viendo a Sheldon. También le he visto en algunos anuncios, y de nuevo solo vi al físico que interpreta en la comedia de CBS. Le vi en The Normal Heart y no veía su interpretación de Tommy Boatwright: estaba convencido de que era Cooper con ropa distinta. Y como estos, muchos ejemplos más. Hasta cuando recibe premios parece el de ficción.4

Desde hace tiempo tengo la sensación de que Jim Parsons se ha encasillado por culpa de los ocho años que lleva interpretando al científico con (supuesto) síndrome de Asperger. Sospeché que le podía ocurrir hace unos años, dada la fuerza y la peculiaridad del personaje. No debe ser fácil interpretar un papel así. Se trata de bordar a un tipo superdotado, asocial e insoportable como este, algo que solo está a la altura de grandes actores. Y Jim Parsons es uno de ellos. Pero a lo mejor es perjudicial para su futuro haberlo hecho tan bien.

1The Big Bang Theory lleva ya unos cuantos capítulos desde septiembre. Una temporada que tenido una promoción tremenda gracias a las negociaciones exitosas de Parsons, Johnny Galecki y Kaley Cuoco para cobrar un millón de dólares por episodio. El «contrato Friends» de tres de los protagonistas de la serie facilitó que el evidente desgaste que sufre la ficción desde hace un tiempo quedase en un segundo plano. O al menos a mí no me hace reír tanto como antes. Lo que no significa que cuestione su calidad.

Su problema principal, además de que las historias no atrapan tanto como antes y se parecen mucho a las que hemos visto años atrás, es que Jim Parsons sigue tirando del carro. Las otras tramas en las que no está presente son un respiro de su personaje, como las de Howard (Simon Helberg) y Bernadette (Melissa Rauch). Pero si él y Amy (Mayim Bialik) se ponen a hacer reír no hay nadie que les haga sombra. Ni siquiera Raj (Kunal Nayyar) con sus tonterías, su repulsiva relación con su perra y su nueva novia. De Leonard y Penny no hablo, porque son los dos más cargantes. También es cierto que están en manos de los dos peores actores.3

Que sea el líder, el mejor de todos, se haya convertido en uno de los mejores pagados y parezca no tener techo a la hora de actuar provoca que Jim Parsons sea uno de los actores contemporáneos más atractivos. Lo malo es que intuyo que esa ausencia de límites en su trabajo la marca Sheldon Cooper. No digo que le vaya a suceder lo mismo que a Bela Lugosi y acabe haciendo solo papeles de chalado y misántropo. Pero sí me temo que va a tener que esforzarse para espantar el baldón del encasillamiento.

2Como muchos de vosotros, seguiré viendo The Big Bang Theory hasta que termine. Creo que la décima temporada no será la última, dado que es una máquina de hacer dinero y hasta se pueden permitir pagar millonadas a los actores por un solo capítulo. Espero que en estos cuatro años que quedan de serie Jim Parsons nos demuestre que no será eternamente Sheldon Cooper. Ser un gran actor tras el fin de la serie que le ha dado todo depende solo de él.

«Pero, ¿de verdad pueden cancelar The Big Bang Theory?»

Los meses de verano, esos en los que la mayoría de mortales intenta desconectar de todo y de todos, suelen ser de los más movidos en el sector audiovisual. Fichajes, renovaciones, anuncios y cambios de cadena que se deberían haber solucionado mucho antes se dejan para última hora, y las sorpresas pueden ser hasta para los propios implicados. Pero lo que realmente se deja para el último segundo son las polémicas capaces de atraer la atención sobre una determinada serie. Y si ésto implica que sea exitosa y que lo que está en discusión es su continuidad o la de sus actores, más aún.1

Que las voces que hablan de una posible cancelación prematura de The Big Bang Theory por la falta de acuerdo de los responsables de la serie con tres de los protagonistas, que no han renovado su contrato para la octava temporada porque supuestamente quieren cobrar cifras mareantes, no han surgido por una simple casualidad. Más allá de las causas del problema, como me apuntaron ayer dos que saben mucho de esto, la polémica vence. Y a TBBT le estamos haciendo una campaña publicitaria gratuita entre todos (yo mismo con este artículo) para que su regreso sea aún más esperado. Hasta el punto de que algunos consideren un drama que exista la mínima posibilidad de que la comedia desaparezca de la parrilla de CBS.

3Los hechos (aquí el relato de Deadline) son simples: Jim Parsons (Sheldon), Johnny Galecki (Leonard) y Kaley Cuoco (Penny) no han firmado su renovación y según se afirma en todos los medios estadounidenses han pedido cobrar cantidades que rondan el millón de dólares, o dicho de otra manera: buscan embolsarse lo mismo que los actores de Friends cuando ésta se acercaba a su final. Simon Helberg (Howard) y Kunal Nayyar (Raj) tampoco han firmado nada, y negocian de forma conjunta sus sueldos. Por otro lado están Mayim Bialik (Amy) y Melissa Rauch (Bernadette) sí tienen contrato en vigor.

The Big Bang Theory logra unos datos de audiencia inalcanzables para su competencia en EEUU. Se estima que reporta a la cadena CBS 3.000 millones de dólares por lo que genera en sí misma y por los productos de merchandising. Además, se emite en muchos países.

Estas parecen ser las bazas con las que cuentan Parsons, Galecki y Cuoco para solicitar esos sueldos tan altos. Pero, ¿realmente se lo merecen? Con el primero no hay dudas: sí. Es el alma de la serie y el que más hace reír. Pero que los otros dos, que son unos actores bastante limitados, que no hacen gracia, y que son soportables en la serie gracias a las interacciones con el resto de personajes, se atrevan a pedir semejante pasta demuestra que tienen la jeta de cemento. Galecki y Cuoco viven de lo que les permite hacer Parsons con lo bien que actúa, y nada más. Y si son alguien es porque los guionistas les dan muchísimas más escenas de las que merecen. 2

A la vez, estoy convencido de que esto es un juego entre ellos y los que tienen que decidir si les dan el dinero que piden. Uno en el que nos metemos nosotros para dar nuestra opinión o preguntarnos si todo va en serio. Y de paso, ellos aumentan su presencia y llegan a más gente a través de Internet.

Es cierto que lo que busca The Big Bang Theory es que hablemos de ella. Entonces, ¿por qué darle bola al asunto? Pues para «tranquilizar» a los que piensen que existe la posibilidad de que la ficción de los frikis puede acabar, a los que se preguntan: «¿De verdad van a cancelarla?». Si tuviese que apostar, diría que hay un 90% de posibilidades de que veamos la octava temporada desde septiembre. Y es que no es tan fácil acabar con una serie así como así. Ni aunque sus actores sean los más soberbios que existen.

 

Los niños grandes de The Big Bang Theory

Ver capítulos repetidos de una serie me parece una pérdida de tiempo que se puede emplear en descubrir otras. Si acaso, es aceptable ver algunos momentos míticos, escenas inolvidables, con las que te sientes muy bien. Y en mi caso, que te causan envidia porque no las he escrito o no se me han ocurrido antes. Confieso que he visto en varias ocasiones algunos minutos que me encantaron de The Newsroom (Fix You), Cómo conocí a vuestra madre, Boardwalk Empire (sí, ese final de la primera temporada), además de Skins o Misfits, por citar algunas británicas. Pero siempre hay una excepción. Existe una ficción que revisé por completo hace unos años. Y no me arrepiento, ya que todavía no era tan friki y veía lo justo y necesario. No podía ser otra que The Big Bang Theory.

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Y es que es de las pocas que actualmente hacen reír de verdad, gracias a estos cuatro cerebritos superdotados que trabajan en la universidad y cuya vida empieza a cambiar cuando aparece su vecina la tía buena. Le he dado la oportunidad a muchas comedias (de las que desconozco solo me llama la atención Community) y ninguna ha conseguido que me una a su causa particular. Y eso que The Big Bang Theory no es un ejercicio al uso de humor inteligente (pero sí empollón) o de chistes con los que descuajeringarse de la risa. Sus situaciones están tan bien traídas, sus bromas son tan blancas y elegantes, y los protagonistas son tan buenos que no necesita estridencia alguna para convencer. Más bien al contrario. Y quizá por eso pueda alargarse durante muchos años sin cansar al espectador. Su regreso de hace una semana y los tres nuevos capítulos que hemos visto así lo indican.

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Los que hemos sido de alguna manera en nuestros años de adolescencia como ellos quizá seamos los que más amemos esta serie. Como antiguo jugador empedernido de rol, Counter Strike, Starcraft o Warcraft, cartas Magic, lector de cómics, visitante de sus ferias, y algo mitómano, a la vez que amante de la ciencia ficción declarado, hay veces en las que te sientes identificado. Porque todo es una serie de niños grandes, de hombres que se niegan a dejar atrás lo que le gusta por comentarios ajenos o por un concepto distorsionado de la madurez. Aunque también es cierto que están en su burbuja, alejados de otros grupos de personas que les podrían aportar otro tipo de entretenimiento. Y aun así, dentro de su mundo particular, demuestran un crecimiento.

Porque la evolución es algo que caracteriza a todos los personajes y a sus historias. Sheldon (Jim Parsons) ahora tiene una pseudonovia que encaja a la perfección con lo que podríamos esperar de él. No se fuerza su historia ni se le añaden situaciones que destrozarían la serie y dejarían de hacerla creíble, como que llegase a mantener relaciones sexuales con ella. ¿Pasará? No lo creo. Es difícil que los guionistas y Chuck Lorre (el creador) se metan en un fregado semejante.

Y es que todo esto sin él se muere. Recuerdo momentos de hasta tirarme por el suelo de la risa, como cuando se mete en una piscina de bolas para esquivar a Leonard (Johnny Galecki) soltando un Bazinga! cada vez que no le pilla. O con el capítulo en el Amy (Mayim Bialik) le propone acabar con su obsesión por finalizar las cosas, y él no puede evitar finalizar la típica melodía que hacemos con los puños cuando llamamos a una puerta. Es el personaje perfecto, el que genera la sonrisa permanente. Así seguirá mientras no intenten vendernos que de repente se interesa por el sexo contrario de una forma carnal.

Para relaciones estrambóticas ya tienen a Leonard y Penny (Kaley Cuoco, ay). Afrontémoslo: existen muy pocas parejas como esa. Llamadme superficial o lo que sea. Pero es que es así. La maldita sociedad basada en el exterior no la he inventado yo, y bastante la detesto por la cuenta que me trae. Y sinceramente, ya no dan tanto juego como antes. Necesitan a Sheldon para que meta la chispa en su particular noviazgo. Sin que él se entrometa no habría momentos dignos de mención. Salvo cuando él la insulta a ella por su educación escasa o hace comentarios machistas.Big3

Para suplir la carencia de Galecki ya tenemos a Howard (Simon Helberg). Si no te descojonas con él cada por tres es que eres de piedra. Para muestra, el segundo capítulo de esta séptima temporada, cuando se muestra remilgado porque ha estado llenándose el cuerpo de estrógenos sin darse cuenta. Y es que es el outsider de la serie. El desesperado que logra casarse con una chica que en otras condiciones estaría fuera de su alcance. El que se cree más listo pero es discriminado por no ser un doctor y ser un “simple” ingeniero.

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Y qué decir de Raj (Kunal Nayyar) . Ahora que ha superado su fobia a hablar con las mujeres queda claro que va a dar aún más momentos gloriosos que antes. Y eso que él es el que mejor representa el estereotipo sobre el tipo de perfiles que traslada a la ficción The Big Bang Theory: el del solitario, sin éxito con las mujeres, dedicado a su perro o gato, enfrascado en jugar a los videojuegos o pasar tiempo con sus amigos con pareja (o no) para arrinconar su pésima vida social.

Para rematar, el contrapunto femenino de Penny, Amy y Bernadette (Melissa Rauch) ha hecho la serie aún más abierta. Antes existía la endogamia de los hombres que llevó a que muchos la considerasen una “serie masculina”, ya que eran ellos cuatro más rubia explosiva. Quizá se dieron cuentan de eso tanto la CBS como Lorre, y lo solventaron de la mejor manera posible. ¿O no deseáis cada vez más minutos para las tres solas? Cuando están en casa de Penny, saliendo de fiesta, o simplemente rajando de sus chicos. La poca experiencia de Amy deja los mejores minutos, especialmente por las caras que les toca poner a sus amigas y sus esfuerzos por educarla y enderezarla. Aunque ella tiene claro que tiene necesidades fisiológicas que Sheldon no le va a satisfacer, como bien le hace ver Bernadette en el segundo capítulo de esta temporada. A lo mejor eso cambia este año.

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Un grupo al que se va a incorporar Bob Newhart, que tras aparecer en la temporada pasada como el profesor Protón se ha convertido en nuevo invitado para varios capítulos (como pasó con Will Wheaton). Su interpretación en un solo episodio ya fue épica y muy aclamada (tanto que se llevó un Emmy este año). Su veteranía hará el resto, seguro. Pero falta por ver cuál será su rol real con respecto a Sheldon y el resto. También aparecerá Bill Nye, otro mítico de los programas científicos para niños en la televisión americana. Y puede que se produzca un enfrentamiento entre él y Newhart.

Cambie lo que cambie, pase lo que pase, a The Big Bang Theory y su hilaridad les queda mucha vida. Por suerte para nosotros, no se hace aburrida, su argumento no está supeditado a un factor concreto (al contrario que Cómo conocí a vuestra madre) y sus personajes son cada vez más agudos y afables. Y que algo solo cambie para bien se agradece.