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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Diez razones por las que Downton Abbey es la mejor serie de época que existe y existirá

Mogollón de spoilers. Si no habéis visto la cuarta temporada, no leáis.

La cuarta temporada de Downton Abbey acabó hace casi dos semanas. Nos queda por ver el especial de Navidad, en el que siempre pasan cosas importantes. Aunque los que mandan en Antena 3 sean tan cortitos como para no haber emitido aún el del año pasado, por lo que mucha gente no sabe qué ocurrió con uno o varios de los personajes en ese episodio navideño. En cualquier caso, en esta ocasión voy a optar por glosar en puntos para ofrecer mis impresiones sobre esta cuarta entrega de la serie de ITV. Downton Abbey es la mejor serie de época que existe porque:

1. Ha logrado mantener el tipo tras la marcha de un personaje esencial como Matthew Crawley (Dan Stevens). Directamente, no se le echa de menos. Su muerte en circunstancias trágicas en el especial de Navidad de 2012 hacía pensar que íbamos a notar el primer vacío en esta serie tan coral. Y no ha sido así. Como se dice, «el muerto al hoyo y el vivo al bollo».Dwn2

2. Las tramas no paran de mejorar. Ofrece tantas que no te deja pensar en lo que no están. Y hay para todos: los líos de la prima Rose (Lily James), la enemistad de Carson (Jim Carter) con su antiguo compañero de tablas, la niñera mala que desprecia a la hija de Branson (Allen Leech) y Sybil (Jessica Brown Findlay) por ser «la hija del chófer», la conspiración de Thomas (Rob James-Collier) con Baxter (Raquel Cassidy) para que le ejerza de espía… Lo que ha quedado sin explicación (oficial, no en la trama) es la huida de O’Brien (Siobhan Finneran). Pero tampoco es que fuese un personaje muy querido.

3. Ha pasado del llanto al puro entretenimiento. Con todo lo que lloramos a Sybil la temporada pasada, y la puntilla de Matthew, en esta ocasión no hemos tenido que lamentar tragedias similares. Aunque sí impactantes, pero que merecen espacio aparte. En los ocho capítulos, Julian Fellowes ha logrado entretener a la vez que enternecer. Y eso, y más aún hoy en día, lo consiguen muy pocas. Dwn5

4. Hemos vivido el drama de Anna. La violación de Anna (Joanne Froggatt), la doncella de Lady Mary (Michelle Dockery) por el chófer de Lord Gillingham ha marcado sin duda esta temporada. El tratamiento de un asunto tan delicado en un guión ha sido perfecto por parte de Fellowes. Todos han estado en su sitio (Mrs Hughes es la abuela ideal). Y sí, todos teníamos ganas de que Bates (Brendan Coyle) se enterase y mandase al violador al otro barrio. O de que le pusiesen en vergüenza delante de su jefe y la familia Crawley. Tendremos que esperar al especial para dilucidar si Bates tiene algo que ver o no en su muerte. Pobre Anna.

5. Al fin, se toca el tema de los privilegios de la aristocracia. Ya no vale eso de «hay que tener en cuenta que los nobles están acostumbrados a vivir de una manera». Son ellos los que tienen que adaptarse a los nuevos tiempos, no al contrario. Aquí ha sido esencial la presencia de Charles Blake (Julian Ovenden), el encargado de auditar los terrenos de los lords para aclarar si pueden mantenerlos o no. Y ha sido un soplo de aire fresco que las ideas clasistas del clan Grantham se percibiesen. Dwn1

6. Se ha incluido la temática racial. La relación de Rose con el cantante de la banda de Londres que conoce en una noche de fiesta, Jack Ross (Gary Carr), nos ha permitido descubrir cómo se consideraba a los negros en los años 20 británicos. Si podéis, revisad las caras que ponen todos cuando le ven en la fiesta de cumpleaños de Lord Grantham. Aún así, se podría haber aprovechado mucho más. Espero que Fellowes se atreva en la próxima entrega, y no sea tan benevolente con la sociedad de aquellos años. Porque racismo había.

7. Branson, Mary y Edith al fin son importantes. El primero, tras las tribulaciones lógicas por la muerte de Sybil y ante el reto de criar solo una hija, se ha rehecho para adquirir importancia en la trama. Ahora, prácticamente está al cargo de la intendencia de Downton; y puede que se eche novia.

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La segunda, porque ha decidido ponerse unos pantalones metafóricos y mostrar otra cara distinta para intentar salvar los terrenos que su padre ha arruinado. Que ya no tenga un gesto agrio y cargado de acrimonia permanente se agradece, aunque es comprensible que muchos no la soporten.

En cuanto a Edith (Laura Carmichael), ha logrado desprenderse del sobrenombre de la «hermana fea» momentáneamente por la ciclotimia a la que se ha visto sometida por la desaparición repentina de su prometido y su embarazo inesperado. Pero es que Edith, en nuestros corazones, seguirá siendo la hermana fea y desagradable que no cae bien a nadie, aunque nos compadezcamos de ella.

8. Sigue haciéndonos creer que los lords son muy buenos y los sirvientes muy dóciles y dichosos de ser los que limpian, recogen y cocinan para otros por la tradición de consanguinidad. ¿O a alguien le resulta raro que todo lo que pasa en Downton es de cuento de hadas? Todo va a la perfección. Nadie se rebela ante el patrón ni tiene mala opinión de él. Los aristócratas son exquisitos con sus siervos. En otras circunstancias no colaría. Pero aquí sí.

9. Su elegancia y exquisitez nunca fallan. El cuidado en escenarios, vestuario e interpretaciones no para de mejorar en atractivo. Todo es magnífico y dan ganas de irse a vivir a esa época. Veremos a ver lo que dura.

10. Nos permite disfrutar a Maggie Smith. No recuerdo un personaje tan hilarante, necesario y sublime como el de la condesa viuda de Grantham. Y puede que no vuelva a existir otra Violet Crawley. El papel y los guiones son un regalo para la veterana actriz británica, claro está. Sus frases dan para un libro.Downton4

Algunas de sus mejores de este año son las siguientes: «Si hablamos de lógica no se me ocurre peor ejemplo que la aristocracia británica«; «No estoy familiarizada con equivocarme»; (cuando Edith le pregunta si es apropiado que haya un negro en su casa cantando): «querida, los que vivimos en el campo debemos tener cuidado de no parecer de provincias. Intenta que en tu tiempo en Londres se te pegue algo«; (cuando su hija Rosamund dice que quiere estudiar francés para llevar a Edith a otro país): «A Rosamund no le interesa el francés. Si quiere hacerse entender por un extranjero le basta con gritar». Que no nos la quiten nunca.

11. (BONUS) Tendremos quinta temporada. Y eso no está pagado con nada. Bueno, sí, con un ADSL.

La reconciliación con el mundo en Downton Abbey

Spoilers. Si no la has visto, ¿a qué esperas?

De entre todas las maravillas que llegan desde Reino Unido, que viene a ser la Thiago Alcántara de las series por el presente y futuro tan prometedor que ofrece, las que están ambientadas en el final del siglo XIX y principios del XX suelen contar con la mayor aceptación entre el público. Y todo porque no paran de proliferar.

La última en aparecer ha sido Peaky Blinders, una de gangsters en el Birmingham de los años 20 protagonizada por Cillian Murphy (Origen, Red Lights), y de la que hablaremos aquí proximamente. Pero si nos tenemos que ir a la pionera, a la que revolucionó por completo la televisión británica, no podemos desembarcar en otra que no sea Downton Abbey. Fui de los que tuve la suerte de descubrirla en su génesis, ya que estaba en Londres cuando la estrenaron. Sus carteles promocionales llenaban las estaciones de metro de toda la ciudad. Y no era para menos. Downton2

Este mundo de nobleza y criados creado por Julian Fellowes ha enamorado a millones de personas en todo el mundo, y ha inspirado otras ficciones en otros países, como Gran Hotel en España. Con su nueva temporada, la cuarta, intenta superar la marcha de dos de sus protagonistas sin que la calidad mostrada hasta ahora se resienta. Y así está siendo en los episodios emitidos hasta ahora.

Downton5Que sea una serie tan coral le permite que (casi) nadie sea imprescindible, por mucho que echemos de menos a Sybil y Matthew. Porque es imposible olvidarlos, y Fellowes no pretende que sea así. De hecho, permanecen aún ‘vivos’ en las tramas de los capítulos, como en este triunvirato sobre el futuro de los terrenos de los Grantham que forman Lord Robert, Lady Mary y Branson. Este último ya parece haberse adaptado a su nueva vida entre los ricos, y eso que al principio casi simpatizaba con el IRA. Pero su cambio de actitud no resulta forzado y es completamente creíble. Algo influirá su hija. Mientras, la sufridora de esta entrega por su reciente viudedad acabará recuperando su importancia. Aunque a veces resulte algo insoportable.

La marcha de unos provoca que otros adquieran más protagonismo de forma indefectible. Aunque sean los más odiados. Es el caso de Lady Edith, alias la fea para muchas madres que conozco. Para mí es simplemente La mojigata que ahora está pasando a ser La que se va a llevar la próxima hostia amorosa. Y es que «suerte» y «Edith» en la misma frase no casan. No hay quien se crea que esta chica rubia poco agraciada que vive a la sombra de su hermana Mary (ojalá se recupere ese odio entre las dos) vaya a prosperar más allá de Downton. Por muchas columnas que escriba en los periódicos de la época. Esperemos que al menos siga dando juego.Downton3

Una importancia adquirida por sus hijas que repercute en la de Cora Crawley, que fue la pupas oficial de la anterior temporada tras su enfrentamiento con Robert y la muerte de Sybil. El papel de Elizabeth McGovern fue perfecto, pero su rol está tan limitado que no le permite adquirir más poder argumental en el devenir de la serie.

Downton Abbey Season 4 Filming in OxfordshirePara esto ya están los sirvientes, que nos hacen reír y llorar a partes iguales. La bonita relación entre Bates y Anna, con tantos obstáculos en el camino, ha regalado momentos muy agradables para cualquiera que sepa admirar una gran ficción como esta. La perfidia de Thomas, que tras la marcha repentina de O’Brien anda a la búsqueda de una nueva compañera de vilezas (y todo apunta a que será la nueva doncella de Lady Cora) con la que desesperar a casi todos y engañar a unos pocos. Los mayordomos seguirán peleándose por las asistentes de cocina de la divertida señora Patmore, que tanto recuerda a algunas abuelas cascarrabias a la vez que adorables.

Aunque lo más entrañable seguirá siendo la retrospectiva sobre Carson, del que ya empiezan a aflorar detalles sobre su vida anterior a ser el mayordomo principal de Downton. Para ayudarnos a descubrir más ya está la señora Hughes, que parecía tan dura al principio y ahora es imposible no adorarla por su bonhomía. Y no me digáis que no estáis esperando como yo que ambos acaben liados, para que disfruten un poco de esa sensación indescriptible que supone compartir tu vida con alguien.Downton4

Sobre Maggie Smith creo que está todo dicho. Quizá sea ese «casi» con respecto al «nadie es imprescindible». Su socarronería la hace única. Y esa agilidad mental no la tiene nadie. Gran parte del éxito de la serie es su culpa, y menos mal. Porque reírse tanto con esta historia tan elegante solo es posible gracias a la condesa viuda de Grantham, que acapara los momentos más agradables.

Downton1Todo lo anterior, y mucho más, conforma la gran serie de época que es Downton Abbey. Un producto que cualquiera con dos dedos de frente mimaría y querría conservar, ya que además de audiencia te concede prestigio. Pero aquí en España preferimos ir a contracorriente. Es el caso de Antena 3, que la emite y que no tuvo la vista suficiente para programar el especial de Navidad en el que pasan algunas cosillas. Minucias, sí. Tonterías como la muerte de uno de los protagonistas y que supone un giro de 180 grados para la historia que se estaba contando en la tercera temporada. Y luego se preguntan por qué vemos las series en Internet.

Downton Abbey es el plan perfecto para cualquier día. Pero si tuviese que elegir un día, imaginándome que tengo un horario normal de trabajo o estudio, optaría por el domingo. Un día de relajación, en el que solo apetecen manta y sofá. La jornada perfecta para reconciliarte con el mundo antes de volver a caer en la rutina. Y a eso pueden ayudar mucho estos simpáticos nobles y sirvientes británicos de los años 20 y 30.