Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

¿Por qué tanta polémica otra vez con una escena de Juego de Tronos?

El lunes empecé a leer comentarios críticos sobre una escena del último episodio de Juego de Tronos (sexto capítulo de la quinta temporada). Pensaba que era algo pasajero. Que se diluiría con el paso de las horas, ya que no me pareció para tanto. No podía estar más equivocado. La mayoría de medios, españoles o internacionales, no han dejado escapar la oportunidad de cazar clics a costa de una polémica que considero absurda e inventada. Más que nada porque cualquiera que haya visto la serie y conozca a los personajes implicados en ‘la escena’ podría intuir que esto iba a pasar. Y aquí empiezan los spoilers.

 

INSISTO: A PARTIR DE AQUÍ, SPOILERS

1Que haya una violación en una ficción con tintes de Edad Media donde las mujeres son tratadas como meros objetos entra dentro de la normalidad narrativa. Es aún más evidente si el agresor es Ramsay Bolton y la víctima Sansa Stark, un psicópata y una adolescente traumatizada que era virgen hasta el momento en el que abusaron de ella. La misma chica que sobrevivió a Joffrey Baratheon y soportó otro matrimonio de conveniencia con Tyrion. No justifico lo que ha ocurrido en ningún caso. Pero no me chirría dentro de las tramas habituales.

En este caso, el debate sobre lo ocurrido no se ha generado de forma individual y a través de artículos de análisis y opinión. Algo que sí ocurrió en el caso de la violación inventada en la serie de Jaime a Cersei. El follón lo han generado los propios medios al coger unos cuantos tuits y hablar de «polémica» o «críticas». Lo del año pasado fue un debate interesante y sanísimo. El de ahora está contaminado. Y hemos picado todos. Sobre todo porque en 2014 todo el mundo con el que hablé y todos los textos que leí comprendían que se hubiese levantado polvareda. Ahora no ha pasado. Hay gente flipando con que estemos hablando de esto (yo el primero).2

De verdad, ¿a alguien le sorprende que un chalado abusón como el bastardo de Fuerte Terror viole a la que se acaba de convertir en su esposa? Y que, además, obligue a mirar al chico noble al que a fuerza de torturas ha convertido en un animal domesticado. Tampoco me choca que ésto esté entre las aficiones de Ramsay. Lo que no comparto es que se diga que esta serie es machista. Es una de las que destaca precisamente por el empoderamiento de la mujer. Muchos personajes principales femeninos son independientes y ocupan posiciones en igualdad con los hombres, aunque a éstos les moleste.

3Al contrario que hace un año, esta vez no he encontrado artículos interesantes con lo que poder armar un post cargado con posturas distintas. Las opiniones más interesantes que he leído son las de dos amigos del blog, que han comentado la jugada en Twitter: Álvaro Onieva (AgenTV) y Mar Guerrero (Series a la parrilla). Todo porque ofrecen matices y argumentos, algo que no ha hecho casi nadie. Así que les he pedido que los compartan también con vosotros. Esto es lo que piensa Mar:

La ironía de toda esta polémica es que se ha producido cuando los guionistas han utilizado el recurso de la violación de forma coherente por primera vez en mucho tiempo. La escena del sexto capítulo tiene sentido, sobre todo, si entendemos quién es Ramsay Bolton y la monstruosidad que representa. Ahora bien, en retrospectiva, la escena sí da pie a la crítica porque el tormento de Sansa, pensado además para hacer evolucionar al personaje, deja en evidencia la torpeza de la violación de Cersei a menos de Jaime en la temporada anterior. ¿Has visto que eso añadiera algo más cualquiera de los dos personajes? Los talifans del libro sí tenían la razón con Cersei.

Y aquí, la opinión de Álvaro:

Las violaciones en Juego de Tronos, como los delitos de sangre, estarían justificadas debido a que la serie representa los sucesos de un tiempo ficticio atroz en muchos aspectos. En el caso de Sansa, supone un duro revés más, como fueron los asesinatos de sus familiares o su calvario en Desembarco del Rey, que forjará el carácter de un personaje que ha pasado de preadolescente boba a la promesa de una heroína. No cabe duda ante el espectador que tanto el acto como su autor, Ramsay Bolton, son absolutamente abominables. Menos justificada veo, sin embargo, la violación sufrida la temporada pasada por Cersei, especialmente cuando comprobamos que el suceso no tuvo ninguna repercusión en su relación con Jaime, ni tampoco en la evolución de él como personaje. En lugar de descender a los infiernos, un Jaime liberado de su hermana-amante ahora se nos presenta como un héroe bonachón sin ninguna oscuridad. Se ha ido de rositas a ojos de la serie y eso es muy grave.

Tengo claro que a mí no me escandaliza lo que ha pasado. Es una ficción y es Juego de Tronos. Tampoco me mosqueó lo de Jaime y Cersei, aunque reconozco que fue muy gratuita. Es un camino que han escogido los guionistas y responsables de la serie. Ellos sabrán si les interesa que se hable así de su trabajo. Creo que incluso están encantados de que lo hagamos.

Mad Men: la derrota final de Don Draper

5Llevo desde ayer pensando qué escribir sobre el final de Mad Men. Ha sido tan extraño e inclasificable que es imposible plasmar en poco tiempo una opinión bien formada sobre lo que ha ocurrido en la despedida de una de las mejores series de la historia. Como ocurre con las asignaturas más difíciles, lo que te hayas estudiado al principio solo podrás asimilarlo con el paso de las horas y tras una noche de sueño. The End of and Era, el capítulo 14 de la séptima temporada de la serie, el 92 de su historia, te exige más tiempo para hacer un análisis sosegado y que se aproxime a la realidad. Aunque cada persona que haya visto este final tenga un parecer distinto.6

No voy a decir que me ha encantado el último capítulo y lo que ocurre con Don Draper en los últimos minutos. Tampoco que no me ha gustado nada, que ha sido aburrido y que no aporta nada a la historia. Lo que me ha parecido es que ha sido un capítulo más de Mad Men. Desconcertante. Rico, lleno de novedades para las tramas actuales e interesante. Pero sí destaca en que ha sido de los episodios que más me ha hecho pensar en cómo soy y me ha forzado a buscar paralelismos entre mi actitud diaria y la de los que me rodean. Hasta el último segundo ha cumplido con el objetivo de Matthew Weiner: ser una clase de empatía en cada escena. Especialmente con la derrota de Don Draper con respecto a todos los que le rodean.

3He leído por ahí que ha sido un final «espiritual» (y, esto es verdad, lleno de guiños maravillosos). Todo porque Don acaba en un retiro rodeado de hippies y gente alternativa con nada más que unas cabañas y el mar para escapar. Que hasta es una representación del comienzo de su nueva vida. Algo que ocurre por lo que su familia le dice que debe hacer y por la experiencia que comparte uno de sus compañeros de sesión. Cuando finalmente se da cuenta de que todos le miran a él pero no como le gustaría. Que triunfar con las mujeres no significa nada. Tampoco hacerlo en la publicidad. Es la vida vacía del éxito que nos han enseñado durante estos ocho años y que Jon Hamm ha explotado dentro de un personaje que merece tener un hueco destacado en la historia televisiva. 1

Mi sensación es que Weiner ha querido dejar el final más abierto posible para que estemos ahora todos haciendo conjeturas. Preguntándonos qué va a ser de Don ahora que todo lo que conocía va a cambiar por completo, ya sea por sus elecciones o por los golpes de la vida. Así estoy yo ahora mismo. Lo mismo con el resto. ¿Va a hacer caso Peggy a su corazón? ¿O realmente es su cabeza la que habla? ¿Va a triunfar Joan ahora que no tiene un asidero? ¿Cómo le irá a Peter? ¿Y a Roger Sterling? ¿Sabremos algo más de Sally Draper?

4Lo que sí está claro con el final de Mad Men es que todos los personajes han rehecho sus vidas y tienen un horizonte claro. Incluso Betty. ¿Quién es el único que no puede contar con un futuro aparente por delante? Exacto. Al final, siempre hay esperanza para todos. Excepto para los que se autodestruyen y retozan en su mierda. Estoy convencido de que todos nos hemos podido ver reflejados en algún momento en la historia de Don. Los otros personajes son muy interesantes, pero evidentemente no están a la altura de los matices del protagonista. Por algo es el que manda.

Quizá Matthew Weiner alumbró esta serie como algo autobiográfico. Él puede decir una cosa en una entrevista y otra en la contraria, despistándonos y convenciéndonos de que debemos creer que para nosotros debe ser lo que dice él. Yo creo todo lo contrario: cada uno debe sacar sus propias conclusiones. Más en una serie que tiene tantas lecturas posibles. Por algo es una de las mejores de la historia.2

El desconcierto que ha generado el capítulo 92 de Mad Men debería servir de lección para todos aquellos que dicen que es aburrida y que nunca pasa nada en ella. Si no fuese así, ¿para qué iba a escribir siete u otro párrafos que rozan lo bizcochón? Ya dije en una ocasión que no es una serie para todo el mundo porque no es fácil seguir el hilo al principio. Pero cuando te das cuenta de qué va, del fracaso dentro del éxito, es imposible no engancharse. Así hemos estado ocho años.

Razones por las que Refugiados merece una oportunidad (a pesar del doblaje)

El estreno de Refugiados es de esos acontecimientos que llevas meses esperando que se produzcan y que luego no te provocan el impacto que las expectativas te habían generado. La serie de La Sexta llega con un retraso de varios meses después de que Atresmedia no se decidiese a estrenarla. Las razones son desconocidas, pero supongo que habrán esperando a un momento en el que su ficción pueda salir más victoriosa frente a otras opciones de la competencia. Y eso que finalmente han escogido el jueves, uno de los días más complicados al tener enfrente siempre a un reality de Telecinco. 2

Vistos los dos primeros episodios del jueves y esperando con muchas ganas el tercero, me atrevo a decir que Refugiados merece sin duda una oportunidad. Y quizá dentro de unas semanas podamos decir que también se ha ganado triunfar en la televisión española por las razones que enumeraré a continuación.

Todo ello a pesar del doblaje. Porque me parece una catetada gigantesca que una tele española ruede en colaboración con la BBC algo en inglés y luego lo doble. Es el culmen del postureo seriéfilo. Dárselas de internacional para luego hacer lo mismo de siempre. O si no, ¿por qué las cartas y facturas de los personajes están escritas en castellano y ellos luego hablan en inglés? Una oportunidad perdida, como he comentado con algunos colegas por Twitter. Más allá de eso, hay que ver la serie por:

31. El argumento distinto.

Su idea es una virtud y a la vez un defecto. En España nunca se había estrenado algo así: millones de personas del futuro llegan a nuestro tiempo huyendo de algo que desconocemos. La familia protagonista, como es normal, se topa con el más especial de esos refugiados. El que más secretos oculta y que por alguna razón está relacionado con alguno de sus miembros en la época de la que viene.4

Una idea que puede encajar en el abanico de tramas que nos llega todos los años de EEUU. Pero que en nuestro país quizá sea contraproducente. Tengo dudas de que vaya a gustar al gran público precisamente por esa frescura. Sería una pena. Nos han acostumbrado a thrillers mejores o peores y a basura de otras temáticas que esto le queda lejos a mucha gente. Espero que no sea así.

12. El elenco.

Contar con Natalia Tena como protagonista son palabras mayores. Que una actriz de Juego de Tronos Black Mirror se involucre en una ficción mitad española ya permite pensar en cierta calidad de la misma. Ella destaca, como es normal, pero no se quedan atrás el resto de personajes. Las actuaciones son muy buenas y hay personajes que enriquecen la historia y de los que aún sabemos muy poco. No se da el error de centrar todo en la familia principal.

3. La duración.5

Ronda los 50 minutos. Perfecto. No hace falta más. Esto es un logro muy importante. Ojalá sirva de referencia para todos los estrenos del futuro. 

4. Los detalles de guión.

6No hay nada al azar entre lo que vemos y lo que dicen los personajes. La religión es un aspecto importante de la serie, y así nos lo dejan claro desde el principio. Junto a ésta va indefectiblemente el machismo, con detalles como la frase de uno de los vecinos a Natalia Tena: «¿Me meto yo en la cocina cuando hacéis vuestras cosas las mujeres?».  Y es que aunque el personaje femenino protagonista tenga carácter, se deja entrever que el que manda es su marido. El papel de hombres y mujeres en la historia permite que el guión pueda dar más juego. Porque seguramente los refugiados del futuro tengan la mente más abierta. Lo que puede provocar choques con sus anfitriones.

5. La coproducción.

Que el nombre de la BBC esté en tu serie siempre da puntos. Te permite acceder a actores de mayor nivel y a públicos que de otra manera no te harían ni caso. Además, la venta de la ficción a otros países será más fácil. Así que chapó por Atresmedia por haberlo logrado.

Las brujas son el bien para Penny Dreadful

4Vaya tontería escribí el año pasado sobre Penny Dreadful. Dos capítulos que vi me nublaron el juicio y llegué a decir que el futuro era suyo, que iba a marcar la agenda en el nuevo género de terror con el que la televisión al fin se atrevía. Pues resulta que la primera temporada fue muy mala. Lo justo de entretenida para ser soportable. Con una trama pesada y nada interesante, donde todo se solucionaba de manera muy rápida y sencilla. Un peñazo que a mí me costó acabar. Y no dejé de verla porque sabía que tenía materia prima para explotar.

La segunda temporada que se estrenó hace un par de semanas en Showtime y Movistar Series parece que se va a encargar de dar ese giro tan necesario para esta ficción. Y es que, al fin, se va a apostar por las tramas de brujas sin escrúpulos que quieren ser las más leales a Satán. La brujería ocupó un segundo plano en favor de las posesiones y los vampiros blandengues. Ahora, Madame Kali ha llegado para poder orden y poner contra las cuerdas a la pobre Vanessa Ives. Todo porque su señor, Lucifer, quiere a la joven de novia. 2

Desde los primeros minutos ha quedado claro que esta trama de brujería y de persecución a Vanessa va a ser mucho más divertida que toda la primera temporada. La razón es que, al fin, hay una mala que podemos identificar. Se acabaron las historias de lloriqueos por la hija convertida de Sir Malcolm, que contaminaban al resto de una sensación de culpa que no hacía más que restar ritmo a todo lo demás. Porque la historia de Frankenstein molaba. Igual que la de Dorian Grey. Pero no eran apasionantes. Nada lo era el año pasado. Esto está cambiando, afortunadamente.

3También se han encargado de contribuir a que cambiemos nuestra opinión sobre Penny Dreadful ciertos acontecimientos del último episodio y un par de escenas más del primer capítulo de 2014. Pero lo que puede ilusionar, más allá de las brujas, es el potencial del resto de tramas secundarias. El nuevo trabajo de la criatura del doctor Frankenstein nos va a dar grandes momentos. Lo mismo si se hace una apuesta por Sembene, del que apenas sabemos y que por sus características tiene mucho que contar. Además del secreto de Ethan Chandler, que como lo descubra alguien con él cerca, pobrecito.Timothy Dalton as Sir Malcolm, Eva Green as Vanessa Ives and Harry Treadaway as Dr. Victor Frankenstein in Penny Dreadful (season 1, episode 2). - Photo: Jonathan Hession/SHOWTIME - Photo ID: PennyDreadful_102_1454

Penny Dreadful parece que va a apostar por el mal para hacerse a sí misma el bien. Los guionistas y sus responsables han acertado al escoger a Madame Kali para darle la vuelta a la historia. Lo fuerte que empezó el primer episodio de 2015, gracias sobre todo a las acciones de la nueva villana, permite ser optimista con lo que nos puede dar la serie. Al final, un producto de terror debe ser entretenido si no aspira a dar miedo. Esta puede serlo. Siempre que se deje de las chorradas existenciales de Sir Malcolm.

Menos mal que ya te acabas, Sin Identidad

Para que una serie se convierta en un disparate con el paso de sus capítulos no hace falta esforzarse mucho. Solo es necesario pasar de un argumento interesante o potable a uno excéntrico y lleno de calamidades. Los actores tienden a contagiarse rápido de ese ambiente, por lo que caer en el estrambote es cuestión de tiempo. Eso es lo que le ha pasado a Sin Identidad, que de una primera temporada algo interesante ha pasado a ser la madre de todas las venganzas absurdas. Pero por la vía rápida: convirtiéndose en una tontería de ficción con unas tramas aún más tontas.1

El año pasado, la idea de Sin Identidad me llamó la atención. Aunque tenía más defectos que virtudes. Una «Condesa de Montecristo» al uso en el que Megan Montaner escondía sus carencias actuando gracias al resto del reparto y a unas tramas que le encajaban perfectamente. Esa primera temporada era en la que nos contaban por qué su personaje se quería vengar de toda su familia y cómo era posible que una niña rica acabase en una cárcel asiática de la que tuvo que escaparse de una manera un tanto extraña (y poco creíble, claro).

2El final de los episodios de 2014 ya fue raruno. Todo estaba demasiado cogido con pinzas y no terminaban de encajar las piezas para que lo que nos contaban resultase plausible. Mafias, prostitutas, un familiar sinvergüenza y cuasimafioso, etc. La cuestión es que nos dejó expectantes, esperando algo que pudiésemos disfrutar en su final de este año.

La conclusión tras ver cinco episodios es que menos mal que Sin Identidad se acaba ya. Su nivel actual es similar al de otros truños que dicen ser thrillers. Incluso me atrevo a compararla con una americana, The Following, que es distinta pero debe ser su referente en cuanto a ser mala. Resulta que todo es un complot que llega hasta al Gobierno en el que la pobre María se ve envuelta porque quiere destapar un negociazo de bebés robados. Sí, la idea con la que te quedas es esa. Churrimerinismo total.3

Como decía al principio, los actores se adaptan a todo y se desenvuelven bien en esa espiral de despropósitos. No se salva ni uno. Ni Tito Valverde está creíble. Tampoco olvidemos a Lydia Bosch, de la que es imposible creerse ese papel de madre afectada y victimista. Pero, como siempre, el caso de Megan Montaner es el más llamativo. Sigo sin explicarme cómo ella o Jesús Castro están entre ese abanico de «actores de moda». Lo que necesita la ficción de este país es menos montanerismo jesuscastrismo, y mucho más auragarridismo. Es lo que le falta a las series españolas para dar ese salto de calidad. Por ahora, solo están cogiendo impulso.

4Sin Identidad se va y no la recordaremos, por suerte. A pesar de que rescató del ostracismo a gente como Antonio Hortelano o Verónica Sánchez, que también están horribles. Como todo en la vida, hay experiencias que es mejor olvidar pronto. Con esta no nos va a costar mucho.

 

Better Call Saul: lo mejor de lo que llevamos de año

Ser el spin-off de la etiquetada por muchos como mejor serie de la historia no es fácil. Las expectativas generadas y las esperanzas depositadas en una serie nacida de una maravilla son incalculables. Trabajar en algo así me parece complicadísimo. Hay que saber escoger muy bien los guiños que haces a la predecesora, qué argumentos rescatas, por dónde has de tirar los nuevos y has de decidir si la esencia y el ambiente serán los mismos o darás un cambio radical. Siempre comparando. Pensando si casará con la otra. Una presión que Better Call Saul se ha pasado por el arco del triunfo  y que no ha impedido que sea la mejor serie de los primeros meses del año.1

Nunca se nos ocurrió que contar con el aval y la herencia de Breaking Bad pudiera ser una bendición. Era de los que dudaba de que la vida de Saul Goodman fuese lo suficientemente interesante como para enganchar. Pensaba que nos íbamos a encontrar un truño que iba a parodiar las vicisitudes de Heisenberg. No podía estar más equivocado (como casi siempre).

Better Call Saul podría pasar por una serie completamente independiente que nos gustaría igual por sus tramas, su ritmo y la atmósfera que ofrece. La historia de Jimmy McGill, un abogado que antes fue delincuente y que decidió cambiar de vida por una promesa a su hermano, es apasionante. No es un drama al uso. Tampoco una comedia. Es distinta. Y por eso mola tanto.

2En lo que más acierta la ficción de AMC (emitida en España por Movistar Series) es en contar a la perfección y de la mejor manera posible la evolución de Jimmy. Cómo va dejando atrás su pasado para convertirse en otra persona. Aunque ese cambio solo parezca a mejor en apariencia. Es imposible que el relato de su transición hasta ser el representante legal de los peores criminales de Albuquerque sea mejor. Su despacho en una peluquería, la relación con los socios de bufete de su hermano, su amiga que trabaja para el tipo al que considera su enemigo, las casualidades que le llevan a conocer a criminales, el reencuentro con sus amigos del pasado…

También están los flashbacks, imprescindibles para entender la vida de Jimmy y que fueron uno de los mejores recursos de Breaking Bad (y de casi cualquier ficción que sepa usarlos). Son geniales y no desentonan con la trama del presente de McGill. Las escenas del futuro de Saul tras su huida en la serie original con la que empieza el primer episodio también son de premio.

Lo que tampoco hay que pasar por alto es el papel que hace Bob Odenkirk. Y es que empiezo a pensar que es el mejor actor de la actualidad. Siempre está metido en los mejores proyectos, y en todos ellos destaca. Ser tan bueno debe doler, en serio. Todos sabemos que es un genio. Aunque se le reconozca poco.

4Better Call Saul es la hija de Breaking Bad, y es un título del que no podrá desprenderse jamás. Lo que sí puede hacer es ser una gran serie, digna de quien la parió. Incluso aspirar a mejorarla. Los 10 episodios de la primera temporada son una delicia de entretenimiento y calidad televisiva. No sé qué giro dará en la segunda entrega. Pero, aunque ya sé cómo acabará, quiero saber mucho más de las vivencias que llevaron a Jimmy a convertirse en Saul. Seguro que no soy el único.

La exposición de Juego de Tronos: un paseo por la realidad de Poniente

p19k0vdket1eih15u9s0j114k14id9Si estás en Madrid estos días de puente de mayo y te gusta Juego de Tronos tienes una cita ineludible. Siempre que las colas en la puerta y la gente que ya ha reservado previamente te lo permitan: la exposición Juego de Tronos: Madrid, Tierra de Dragones, con material original utilizado en los rodajes durante estos años. Se puede visitar desde este 29 de abril y hasta el 3 de mayo, la organiza Canal + y hace un recorrido por los territorios de la historia creada por George R.R. Martin. Y no le faltan detalles. Tantos que durante el paseo por la nave de Matadero Madrid acabas envuelto en esa realidad de Poniente de la serie.

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La muestra está distribuida en base a esos mundos donde sobreviven sus habitantes, caballeros o gobernantes. Y dentro de los mismos, los objetos o trajes que llevan los personajes. En la zona del Muro podemos ver el vestido de Melisandre o la espada de Stannis, mientras que en el Castillo Negro están la indumentaria de Jon junto a su espada y las máscaras de algunos salvajes. Además de un Caminante Blanco que es una maravilla de bien hecho que está. En Desembarco del Rey está toda la parafernalia de la boda gloriosa entre Margaery y Joffrey, junto a vestidos como el de Cersei. En el apartado dedicado a los gafados Stark están los harapos de Arya o el arma de Ned. Y en Meeren quizá lo más bonito: un vestido de Daenerys, los huevos de dragón, una máscara de los Hijos de la Arpía o la espada de Jorah Mormont.

p19k0vdket1o6f16a81vk31k071tsbeNo todo es material de exposición que ver detrás de separadores de fila o cristaleras. Cualquiera que vaya tendrá varias actividades interactivas disponibles en las que solo hay una regla: desinhibirse. Hacer el ridículo sin sentirse de la misma manera, vamos. Es lo que debes hacer si quieres que te tomen una fotografía como si fueses un caminante blanco, con resultados muy creíbles sea quien sea el que pose. Lo mismo toca en la zona donde tendrás un vídeo con un dragón echando todo su fuego sobre ti. Quizá lo más interesante sea la posibilidad de subir al muro por medio del montacargas que usan Jon Snow y sus compañeros. Todo gracias a la tecnología Oculus Rift, que permite ver cómo subes hasta el pasillo que lleva al patio del Castillo Negro valiéndose de la realidad virtual en cuatro dimensiones. Un mareo y un frío que merecen mucho la pena.p19k0vdket7c9nhg1ipu1cfaaeuc

Lo anterior puede puede parecer bastante friki de por sí. Pero hay algo que lo supera, y que puede ser lo más deseado por algunos. Porque el Trono de Hierro levanta pasiones entre la mayoría de seguidores de Juego de Tronos. Y en esta exposición te ofrecen sentarte en éste y posar con una espada como si fueses el monarca de los Siete Reinos. Todo sea por la foto y por recordarte que por ese montón de chatarra ha muerto mucha gente. De recordártelo se encarga un mural con las caras de todos los que han caído hasta el momento en la serie bajo una Valar Morghulis bien grande.

p19b21q320l7f9011jv21lkrfbiaContar con palabras una exposición de esta importancia es complicado. Hay cosas que merece la pena ver en directo. Y esta muestra, con piezas originales (como la espada de La Montaña, por ejemplo), merece mucho la pena. Antes de ir, asegúrate de que has visto toda la serie hasta el principio de la quinta temporada. No te vayas a llevar algún susto. El tiempo para visitarla es limitado, ya que solo está en España hasta el 3 de mayo, en Matadero Madrid. Además, es gratis.

Si no tenías previsto ir, prepárate para hacer cola. Las reservas previas para asistir desde la web de Canal + se agotaron en seis horas.

La nueva Dragon Ball Super o cómo remover nuestra infancia

Está confirmado. No es un sueño de Resines. Vuelve Dragon Ball. Sí, con una versión llamada Super. Situada tras la saga Z y lo ocurrido con Boo, que para mí fue la mejor etapa de todo el anime. Y que no tiene en cuenta ese despropósito llamado Dragon Ball GT, repleto de absurdeces, nuevos niveles de poder y muertes excesivas. Aunque cuando la vimos siendo niños quizá no teníamos el criterio suficiente para saber que era muy mala. Más allá de fracasos del pasado, la pregunta que hay que hacer es, ¿por qué ahora? ¿Qué ha pasado para que vayamos a ver Dragon Ball Super?1

Como todo, el regreso de Dragon Ball puede ser un éxito o un fracaso. Puede que la nostalgia nos tire más y nos nuble el juicio, como cuando eramos niños. A mí me hace ilusión tener material inédito en formato de capítulos. Los OVAS que han ido surgiendo a lo largo de estos años se me han escapado por no caer en que podrían existir. Aunque nunca me acabaron de gustar estas rupturas con las tramas habituales. Y eso que suele haber fusiones, que me flipan. Prefiero una trama continuada a la que engancharme un día detrás de otro. Así que bienvenido sea Dragon Ball Super.

Está por ver si eso ocurre. Vale que vuelve Akira Toriyama a estar detrás de su criatura, como no pasó en GT. Que se retoma la historia en el momento más glorioso (para mí), tras la muerte de Boo y con todas las cartas sobre la mesa de quién es un super saiyan y quién no. Pero no sé a quién quieren dirigirse los responsables del anime hoy en día. Si es a los adultos que la vimos en su día, puede que les salga bien. Si optan por los niños, se la van a jugar muchísimo. Mantener la estrategia del pasado de querer implicar a todo el mundo sería lo más sensato. La violencia no es un impedimento. Todos los que la hemos visto hemos crecido sin mayor problema que jugar a lo que hacían Goku, Vegeta o Son Gohan(da, en España).2

La parte mala es que este regreso evidencia que la crisis de idea no está solo en la ficción protagonizada por actores de carne y hueso. Se están recuperando los dibujos de cuando éramos unos enanos y nos están removiendo la infancia. Y espero que no acaben fastidiando esos recuerdos. A este paso, van a recuperar Marco, con una versión en la que podría buscar a sus hijos. O Heidi, con la historia de su familia desestructurada tras una posible desaparición de Pedro. Ya puestos, que alguien recupere Los trotamúsicos, que se lo agradeceré toda la vida. Bromas aparte, a ver qué nos depara y cómo nos presentan la nueva etapa. Es legítimo ilusionarme. También lo es dudar de que pueda funcionar como en los 90.

Quizá lo más bonito de que Dragon Ball vuelva a nuestras vidas es que haya escrito este post mientras veía vídeos de todas sus sagas. La batalla de Son Gohan contra Célula; la fusión de Trunk y Son Goten; el último ataque de Goku contra Boo; o las tonterías del maestro Tortuga. O que recuerde cuando buscaba en Internet las fusiones inventadas, con personajes imaginarios que surgían de la imaginación de chavales o adultos que disfrutaban tanto como yo con lo que se sacó de la manga Toriyama. Habrá que quedarse con todo esto si Dragon Ball Super acaba siendo un fracaso.

Vis a Vis: la sorpresa del drama carcelario español de calidad

Mi primera reacción tras saber de la existencia de Vis a Vis fue la siguiente: «Una aspirante a copia de Orange is the New Black que se va a meter un hostión». Las apariencias influyen en los análisis prematuros. Más aun los prejuicios. Que los tengo con la mayoría de las series españolas no es un secreto y no estoy orgulloso de ello. Estoy en proceso de curarme, vamos. Por eso está muy bien que una serie, que encima es de Globomedia, me haga escarmentar. Porque parece que todos los elementos sospechosos de alumbrar un bodrio se han puesto de acuerdo para darme la hostia a mí y crear una de las que apunta a estar en la lista de las mejores del año junto a El Ministerio del Tiempo.1

Vis a vis es un drama carcelario de calidad que va camino de ser la gran del sorpresa del año. Sus fallos y carencias son muy pocos comparados con los aciertos y recursos que dispone en cada episodio. La historia de una chica joven a la que un ricachón con el que se lía convence para ayudarle a desfalcar su empresa y luego echarle el muerto encima es creíble. También las relaciones entre las presas, sin exageraciones ni dramones. No lo es tanto la gestión de la cárcel que hacen la directora y el personal. Quizá esto sea lo que chirríe más, ya que tanto buenrollismo es lo que más me ha desconcertado. Como ejemplo, la escena de Fabio dándole los bombones a Macarena. Una anécdota que resta dentro de una buena estructura y unas tramas bien hiladas.

2Quizá lo que más mole de la serie de Antena 3 son sus detalles. Todos lo que la rodean dan sensación de realidad. El más llamativo es el del supuesto reportaje que se está haciendo en la cárcel y por el que podemos ver cómo las reclusas hablan a cámara contando sus vidas. Una suerte de mockumentary que en España tiene pocos precedentes (no recuerdo ninguno ahora mismo) y que da otro aire al desarrollo de la historia. Pedir que se integrasen estos momentos en las tramas de la prisión sería pedir demasiado y le quitaría credibilidad.

Pero no todo es tan bueno. La culpable de esto es la propia protagonista. Maggie Civantos tiene un papel complicado, al tener que hacer de niña buena tonta que no sabía lo que hacía. Los paralelismos con Orange is the New Black se acaban aquí, afortunadamente. Porque Civantos no es Taylor Schilling. Esta última es buena actriz. La española, no. Que esté todo el rato en cámara tampoco ayuda a que se disimulen sus carencias. Y la verdad es que no es tan interesante como el resto de personajes. Aquí falta ese salto al reparto coral. Aunque es cierto que puede que en España sea más difícil relegar a la que lidera el elenco en favor de la villana de Najwa Nimri, por ejemplo, que es la mejor de toda la ficción con diferencia. Ser tan buena como Nimri debe doler. A la zaga le van Roberto Enríquez (ya pensaba que era gafe con las series), Carlos Hipólito y Alba Flores, a los que tenemos que ver mucho más aún.3

Cualquiera que conozca un poco el mundo televisivo sabrá lo chocante que resulta que Vis a Vis sea de Globomedia. Una productora que durante toda su vida ha sido a la ficción lo que la Fábrica de la Tele al entretenimiento (Sálvame y demás). Es impresionante que del eje del mal Globomedia-Daniel Écija-Alex Pina haya salido este pedazo de thriller. Sin desayunos familiares ni product placement. Ni chistes absurdos dentro de presuntuosas comedias que a la vez quieren ser dramas trascendentales. Cuesta creer que la idea haya sido suya.

4La lectura más interesante de este giro en una productora que ha sido responsable de lo peorcito (Bienvenidos al Lolita y similares) es que algo está cambiando. Que Globomedia haga series que no recuerden a su pasado es una buena noticia. Que permite ilusionarse con un vuelco en esas ideas y argumentos tan cargantes, aburridos y penosos que hemos sufrido estos últimos años. Pero hay que ser prudentes. Hay mucho que corregir. Por ejemplo, ¿no sería Vis a Vis igual de buena durando 20 minutos menos? Una duración estándar y asumible por cualquiera. Y, además, ¿no podría empezar antes? Son aspectos a tener en cuenta y que también influyen en el impacto que genera un producto en el espectador. Aún falta que una española dé un salto en ese aspecto.

La peor temporada de House of Cards

_DSC4374.NEFLeí el otro día que ser whip del Congreso de Estados Unidos era más divertido que ser presidente del país más poderoso del mundo. Creo que esa sentencia está muy bien tirada. Cuando te tienes que mover de un lado a otro para conseguir aprobar las leyes que te interesan a ti o a tu partido te lo pasas mejor. Nada te ata, salvo una supuesta lealtad a los tuyos. Puedes permitirte más desmanes y tropelías ideadas para hacer sufrir a tus contrarios. Incluso deslices. Al menos eso nos enseñó Frank Underwood en las dos primeras temporadas de House of Cards. Esos 26 episodios que fueron una delicia por lo entretenidos, crudos e interesantes que eran. Unos tiempos que seguro echará de menos el propio Kevin Spacey. Algo habrá pasado para que los trece capítulos de la tercera entrega hayan aburrido en muchos momentos._DG25488.NEF

Tenía pendiente escribir sobre House of Cards tras retrasarlo en varias ocasiones. El motivo es que no sabía qué me había parecido. Ni cuando la terminé, ni los días posteriores. Y eso que el último episodio acabó de forma poderosa. Con esa especie de cliffhanger que deja abierta una trama que, paradojicamente, se habían encargado de enterrar durante la temporada.

_DG24903.NEFLo que nos moló de la serie de Netflix fue lo cabrón que era Frank Underwood. Cómo llevaba el maquiavelismo al extremo para satisfacer su ambición. Su relación con Claire y los ardides que ideaban juntos para embridar a cada vez más gente era un complemento muy divertido. Nunca algo que vertebrase la trama principal o que fuese realmente imprescindible para que la historia avanzase. Al menos yo no lo veo así.

Pero cuando se llega a la cima y al objetivo inicial del protagonista no queda más que buscar alternativas. Eso han intentado en House of Cards, eligiendo la opción de centrarse en la complicada relación del presidente de Estados Unidos y la primera dama desde que ambos accedieron a esos puestos que tanto ansiaban._DG22765.NEF

Esta tercera entrega también se ha querido centrar en la campaña nacional para las elecciones y la complicada relación con Rusia que ha de afrontar el presidente Underwood. Ambas tramas han sido interesantes. La serie ha logrado hacernos notar la tensión de las negociaciones, las decisiones suicidas y las bajadas de pantalones del gobierno estadounidense. Pero no han sido entretenidas. De hecho, han aburrido bastante. Ya sabíamos de sobra que iba a acabar mal con Moscú pasase lo que pasase. Y que iba a hacer todo lo posible para cargarse a sus rivales en la carrera a la nominación para la Casa Blanca. Si no, no sería Frank Underwood.

_DG21243.NEFQuizá lo que ha perdido House of Cards es el efecto sorpresa. Ese con el que nos impactaron y estremecieron sus episodios de los dos años anteriores. Con el metro, el coche encendido o las tropelías al rival. Además del trío, los cuernos o el vender a un amigo antes que reconocer que también es tu culpa. No hemos visto nada parecido o que se aproxime a eso en estos 13 capítulos. Por eso quizá haya sido la peor temporada de la serie. Al menos la han cerrado temporalmente con un «y ahora, ¿qué?».

Porque, pase lo que pase, sigue siendo muy buena. Una imprescindible. Que es capaz de integrar a las Pussy Riot en su historia de manera sobresaliente. Pero este no ha sido su mejor año. En 2016, eso dará igual. No vamos a dejarla de lado. Ni de coña. Aunque debe espabilar.