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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

Archivo de la categoría ‘The Normal Heart’

Unos Emmy que valoran el drama de Breaking Bad y se burlan de la comedia con Modern Family

Foto: EFE

Todos viviríamos mejor si no nos tomásemos en serio las entregas de premios. Si no nos cabreásemos por los galardones y reconocimientos que nuestras predilectas se quedan sin recibir, e incluso si tampoco sintiésemos alegría por la victoria de algo que al final no influye en nuestra vida diaria. Pero es imposible. Siempre caemos. Y más si de alguna forma el medio al que corresponden esos premios sí influye en lo que haces todos los días. Por eso estos Emmy 2014 han sido especialmente indignantes: porque son capaces de dar una de cal y otra de arena sin despeinarse. Tomándose en serio la mitad de categorías y creyéndose que el resto son un juego.

Ni la gala ha servido para salvar la vergüenza perpetrada a medias por los Emmy. Lenta, con muchas interrupciones, y provocando que echásemos en falta algo más de humor, solo los destellos (y los premios) han permitido soportarla. Contarla en directo no ha sido fácil, os lo aseguro. Ni con el gran momento de Bryan Cranston con Julia Louis-Dreyfus. Pero además hay que destacar el vídeo de Billy Eichner junto a Seth Meyers preguntando por los galardones en la calle, la gracia innata de Amy Poehler y el In memoriam a los fallecidos en el último año. Dentro de esto último se ha desarrollado el homenaje a Robin Williams, al cual Billy Cristal ha dedicado unas palabras preciosas. Y no, esto tampoco ha bastado para que se nos olvidase el resto. Aunque haya aspectos positivos.

Los Emmy de este año han sido serios y profesionales en las categorías estrella: las de drama. Todo apuntaba a una batalla entre Breaking Bad, que se despedía de los premios, y True Detective, que debutaba tras ofrecer uno de los mejores estrenos que se recuerdan. La moneda cayó para la serie de Vince Gilligan, que barrió a la ficción de HBO y al resto de sus competidoras con cinco premios gordos: mejor drama, mejor guión, mejor actor protagonista para Bryan Cranston, mejor actor secundario para Aaron Paul y mejor actriz secundaria para Anna Gunn.

La vida de Walter White era la única que podía vencer a las de Rust y Marty, y vaya si lo ha hecho. Al que no haya visto la gala le recomiendo ver el discurso de Cranston, que ha estado brillante y ha bromeado con que hasta él pensó en votar a Matthew McCounaghey como actor principal. Pero finalmente, él ha impedido al protagonista de True Detective a convertirse en el primer actor que habría ganado Oscar y Emmy en un mismo año. Tampoco os perdáis los agradecimientos de Aaron Paul, ya que decir que iba borracho es quedarse corto. Pero dado que empezó a beber champán de buena mañana no es extraño. Y eso que nadie esperaba que ganase, al estar todas las miradas puestas en Peter Dinklage y Jon Voight.

Los otros dos premios en drama se los han repartido True Detective The Good Wife. La primera ha obtenido el galardón a la mejor dirección para Cary Fukunaga por el famoso episodio del plano-secuencia de seis minutos, mientras que la segunda se lleva el Emmy a la mejor actriz en drama para Julianna Margulies, que ha dejado atrás a otras favoritas como Lizzy Caplan (Masters of Sex) y Robin Wright (House of Cards). En definitiva, unos premios para los que no hay reproche posible. La calidad ha sido reconocida, y eso hay que destacarlo.

Los problemas vienen en las categorías de comedia. Hablando claro, los Emmy se han burlado del género al volver a encumbrar como mejor serie a Modern Family por quinto año consecutivo. Una ficción que lleva tres años a un nivel bajísimo le ha arrebatado el premio a la que quizá sea la mejor de la actualidad, como Orange is the New Black; y que además, si vuelve a ganar, pillará a Frasier en número de premios. Y es que esto no ha sido lo único que se ha llevado, tras las victorias de Gail Mancuso en la dirección de comedia y la de Ty Burrell como mejor actor secundario.

También se suma a la fiesta del despropósito el que Jim Parsons haya vuelto a ganar como mejor actor de comedia. Pero que no se me malinterprete: Parsons es muy buen actor. Su problema es que ya aburre, dado que hace siempre lo mismo. Incluso diría que se ha encasillado. Su premio debería haber sido para Louis CK, que se ha tenido que conformar con alzarse con el mejor guión.

Las otras dos ganadoras de la noche han sido Julia Louis-Dreyfus, que vuelve a ser la mejor en comedia, y Allison Janney, que se ha llevado su segundo Emmy en la categoría de actriz secundaria cómica tras conseguir hace una semana el de mejor intérprete invitada por su papel en Masters of Sex. Seis premios lleva la angelita en toda su carrera (cuatro por The West Wing).

El problema es que los premios merecidos en estas categorías no son suficientes para ocultar la vergüenza de la victoria aplastante de Modern Family y el ninguneo de Orange is the New Black.

En cuanto al complicado mundo de las miniseries y las películas para televisión, que por primera vez competían por separado, las quinielas han acertado. La mejor serie corta ha sido Fargo, lo que supone un reconocimiento indiscutible para una ficción que ha sabido innovar y que provocado que la televisión que veamos este año sea mucho mejor de lo que esperábamos. Por otro lado, la ganadora como filme televisivo ha sido la desgarradora The Normal Heart, que como se esperaba ha logrado tocar la fibra del jurado. El agradecimiento de Ryan Murphy por el premio ha sido uno de los más emotivos, al contar en el escenario con la presencia del autor de la obra de teatro en la que está basada, Larry Kramer. El que no haya visto la película que busque hueco para hacerlo. Permite descubrir lo mal que lo pasaron los homosexuales cuando surgió el sida y la discriminación que han sufrido (y sufren) por el simple hecho de amar a alguien de su mismo sexo.

El resto de categorías han tenido un claro ganador: Sherlock. Benedict Cumberbatch ya tiene su Emmy a mejor actor en miniserie, Martin Freeman ha logrado el suyo como mejor secundario, y Steven Moffat ya es el mejor director a ojos de Estados Unidos. Las actrices de miniserie también tienen un solo nombre detrás, que es el de American Horror Story. Jessica Lange ha vencido como mejor protagonista, y Kathy Bates como mejor secundaria. Pocos lo esperábamos, más teniendo en cuesta que la última entrega de AHS ha sido con diferencia la peor de todas. Cosas de las entregas de premios.

La falta de seriedad de unos premios tan importantes con una categoría como la cómic han contribuido a que la gala sea soporífera durante sus tres horas.

Eso sí: el año que viene, sin Breaking Bad, cambiará todo. ¿Continuará True Detective en las categorías de drama, o pasará a miniseries? ¿Aspirará al premio alguno de los 200 actores que suenan para la serie de HBO? ¿Finalizará, por fin, el reinado de Modern Family y se dará paso a Orange is the New Black? ¿Se reconocerá a los grandes ausentes de este año con nominaciones, como poco?

En 2015 lo sabremos. Mientras tanto, ya sabemos que los Emmy are so full of shit, que dirían en algunas series. También podéis ver todo lo premiado que no hayáis descubierto aún para haceros una idea de lo que se ha llevado los premios. A ver si no me quedo solo en pensar que Modern Family es una basura.

Y lo admito: no he acertado ni una en la porra que he hecho.