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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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La pecera de Eva, una serie adictiva y maltratada

Durante el mes de agosto voy a estar de vacaciones, tras un intenso año de trabajo. Pero eso no quiere decir que el blog descanse. Para aunar mis días de asueto y que ésto continúe funcionando, he pedido a varios amigos y amigas que os cuenten cuáles son sus series preferidas y por qué. Así, de paso, le damos otro aire a lo que se suele leer aquí. Que lo disfrutéis.

El texto es de Cintia H.

1Cuando me propusieron escribir un post para este blog pensé que debía hacerlo sobre alguna serie española que me hubiera gustado, para contrastar con las críticas habituales que aquí se vierten. Y como de Cuéntame ya se había hablado en varias ocasiones, opté por una serie con un formato diferente al habitual, y muy refrescante. En resumen, la típica que verías estando de vacaciones. Sí, sé que muchos de vosotros debéis estar pensando que los términos «serie española» y «formato diferente» son un oxímoron, pero si habéis visto esta, aunque sea un poco, sabréis a lo que me refiero. Se trata de La pecera de Eva.

La serie está ambientada en la consulta de Eva (Alexandra Jiménez), una psicóloga alocada y contradictoria en su vida personal capaz de disimular todos sus fallos de cara a los pacientes, que llega para trabajar en un instituto de barrio. En éste podremos encontrar todo tipo de inquietudes adolescentes: complejos, embarazos, timidez, traumas, homosexualidad, etc. A lo largo de la serie, y mediante capítulos de menos de media hora, vamos conociendo más a fondo cada uno de los casos, combinando las consultas en la «pecera de Eva» – nombre que se da a la consulta de la psicóloga, dada su afición por estos acuáticos animales- con flashbacks sobre la vida de los adolescentes, que nos ayudan a comprender mejor sus problemas. También aparecerán nuevos psicólogos (Pep y César), cada uno con su peculiar carácter y con sus propios métodos, no siempre compartidos por Eva.2

La mano izquierda de Eva con sus pacientes, los buenos hilos argumentales, y la espontaneidad del elenco de actores (la mayoría poco o nada conocidos), hacen que puedas pasarte tardes de verano devorando capítulos uno tras otro. Dicha espontaneidad no es casualidad, sino que forma parte de ese formato diferente del que hablaba antes: La pecera de Eva es una serie que tiene buena parte de improvisación, ya que a los actores no se les proporcionaban diálogos escritos, arriesgando todo a un simple hilo argumental. Esto provoca que en ciertos momentos se noten titubeos o repeticiones que hacen más realista la serie. ¿O es que acaso los diálogos que tenemos en la vida real son tan perfectos como en muchas ficciones se nos hace ver?

4No soy psicóloga, pero si alguno de vosotros lo es, seguramente será capaz de encontrar un montón de defectos a las terapias de Eva. Aquí lo importante es que la vida de estos adolescentes y de la propia psicóloga no se pinta como un camino de rosas. Es todo un reto conseguir que el espectador sea capaz de odiar a algún personaje. Y que a los pocos capítulos, tras conocer su vida personal, podamos sentir compasión y hasta paternalismo.

Hablando de compasión, precisamente eso es lo que siento ante el maltrato de Mediaset hacia esta serie: tras emitirse en Telecinco con buenos datos de audiencia, se trasladó a La Siete, donde cambió horario. De ahí pasó a emitirse a Factoría de Ficción, tras los rumores que aseguraban que se emitiría en Cuatro. Además, hubo momentos en los que se emitían 3 capítulos seguidos. Si alguien ha sido capaz de seguir esta serie por televisión, sin duda merece un premio. Yo misma me perdí y tuve que verla por internet, y he de decir que esto también fue un calvario (la plataforma Mitele suele funcionar a pedales).3

Da la sensación de que Mediaset se quiso quitar la serie de en medio, algo incomprensible con un producto que de primeras había tenido buena acogida. Estos vaivenes se notan en el final de la serie, ya que está como la Sagrada Familia: a medias.

Parece que ciertas cadenas apuestan por la telebasura, y para una vez que ofrecen algo de calidad, deciden maltratarlo hasta que acabe en el olvido. Tanto es así, que si decidís ver la serie ahora mismo, en Mitele solo podréis acceder a la última temporada, y encima os la spoilearán. La única opción es recurrir a webs de enlaces.

Cintia H. es economista