Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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El ridículo de Hansel y Gretel

Parece que Cuéntame un Cuento quiere convencernos de que si algo es malo, puede ser peor. Tras Blancanieves Caperucita Roja, dos episodios de esta miniserie que destacaron por lo mal hechos que estaban, el último les ha superado. Es aún peor. Y eso que era el que contaba con Blanca Portillo como estrella. Se trata de Hansel y Gretel, que en esta ocasión no iba de engordar a los niños con dulces sino de drogarles con el fin de utilizarles para situaciones subidas de tono.

El ridículo de Hansel y Gretel no es culpa de su argumento. El problema está en cómo se ejecuta éste. Básicamente porque no logras creerte nada. Lo poco trabajada que está la historia se ve desde el primer momento. Puedo comprar que dos chavales son abandonados por sus padres, que se pierdan en el bosque y acaben en la casa de una loca traumatizada que quiere aprovecharse de ellos, aunque sea por medio de la violencia. Pero con lo que no voy a tragar es con dos malos actores protagonistas y con una Blanca Portillo sobreactuada a la que me creo solo la mitad del metraje.

1También me pareció grotesca por su simpleza. No pasa nada especialmente llamativo. No hay escenas o momentos atractivos que te hagan seguir viendo la serie. En mi caso, vi el capítulo completo porque era mi obligación. Porque ya os digo que por gusto no perdí hora y 20 minutos de mi vida para verla. ¿O es que vosotros podríais saltar una valla rodeada de fuego con un tobillo recién torcido? ¿Y correr como si nada? Por poner dos ejemplos de este despropósito.

Quizá lo peor de todo es que, al contrario que en los anteriores, en esta entrega de Cuéntame un Cuento no hay sorpresa final. La esperanza de Hansel y Gretel era ofrecer algún aliciente como colofón, para que no todo saliese tan bien para los protagonistas. Ni eso han sido capaces de hacer.

Hansel y Gretel es muy mala. El peor Cuéntame un Cuento de todos. Tenía difícil superar a dos de sus predecesores, y lo ha logrado con creces. Ahora solo queda La bella y la bestia. Y miedo me da. Por lo que pueda salir, no porque me vaya a asustar.

 

Una Caperucita Roja a la que no soportarían ni el lobo ni su abuelita

Recuerdo el cuento de Caperucita Roja con mucho cariño. Me harté de leerlo y de ver dibujos sobre el mismo durante mi infancia. Visto ahora parece una historia pueril y simple, pero cuando se tienen cinco años esta es de las pocas historias que puedes disfrutar al constar de varios aspectos similares a lo que ven los mayores. Esto es: relaciones familiares, un asesino (el lobo) y suspense (cuando Caperucita acude engañada a casa de su abuelita). De hecho, todas las películas de animación que vi hace 20 años tenían más intriga que la Caperucita Roja de Cuéntame un Cuento. 

El nuevo capítulo de la miniserie de Antena 3 no pudo ser más decepcionante. Pero puede que me esté precipitando. A lo mejor la idea de los guionistas era que todos los personajes fuesen insoportables y te diesen ganas de que el lobo se los «comiese» a todos. Pero en esto siempre hay clases, y no hay nadie más repipi y limitada que la protagonista. El lobo nos habría hecho un favor si se hubiese encargado en los primeros minutos de la Caperucita de Laia Costa. Porque estoy convencido de que no la soportaría ni su abuela. Ni aunque le lleve 200 cestas de dulces.

1Está claro que la actriz protagonista es la que más carencias muestra por cargar con el peso de la trama. Pero no es la única con una mala interpretación. El bajísimo nivel de las actuaciones queda en evidencia con solo una escena de cada personaje. Lo triste es que me lo esperaba. Quería salvar a alguien, pero no hay manera. Ni la abuelita, que por experiencia se supone que destacaría más, está a la altura. Tampoco Nicolás Coronado. Ser guapo y ser ‘hijo de’ nunca es suficiente.

Más allá de las interpretaciones, sí me gustó la alegoría del túnel. He pasado varias veces por el (sirve para ir de una facultad de la Universidad Complutense a otra) y os confirmo que da miedo. Por las noches no me he atrevido a cruzarlo, desde luego. Y ya está. No hay nada más que me parezca digno de lo que debe ser una ficción. No, la «sorpresa» final tampoco, porque tiene de sorprendente lo que yo de astrofísico.2

Tras este repaso, ¿es Caperucita Roja mejor o peor que Blancanieves? Me parece muy chunga en aspectos técnicos. Su fotografía es feísima, y quitando el túnel el resto de localizaciones me parecen pobres. La adaptación del cuento infantil tampoco me ofrece muchos alicientes. Al final es la historia de una adolescente que tiene ganas de descubrir cómo son las relaciones con los chicos. La trama del malo que quiere acabar con ella pasa a ser secundaria y no tiene ninguna gracia. Así que diría que empatan en despropósito. No sé decir si me parece más mala Laia Costa o Blanca Suárez.

2El hype de Los Tres Cerditos se evapora. Parece que era la excepción de la miniserie. Es una lástima, pero el resultado de estos dos últimos capítulos no da pie a muchas esperanzas para los próximosHansel y Gretel La bella y la bestia. Aunque todo esto tiene un lado bueno: así valoramos más los cuentos infantiles, inalcanzables para sus adaptaciones modernas.

Blanca Suárez no sirve para hacer de Blancanieves

2Cuando vi Los Tres Cerditos la semana pasada, me convencí de que aún se podían hacer las cosas bien en la ficción de este país. A pesar de los innumerables fallos del primer episodio de la miniserie Cuéntame un Cuento, la intención y algunos aspectos fueron muy acertados. Por eso esperaba con mucho interés el segundo capítulo, el de Blancanieves. Y el balance no puede ser peor. Fue un chasco. Me pareció malísima. Aunque ya os aviso de que esta no es la opinión general.

El problema perentorio de esta revisión de Blancanieves es la protagonista. Blanca Suárez puede ser la mujer más guapa de España. Es otra liga en físico. Pero actuando está al nivel de los telefilmes de Antena 3. No da para más como actriz y no sirve para hacer estos papeles. Y es que tal y como me dijo un colega, es la versión femenina de Miguel Ángel Silvestre. Aunque no sé si es peor que Paula Echevarría (Velvet).

1Blanca Suárez es el paradigma de lo que se valora de un actor cuando busca una oportunidad. Los lloriqueos y la cara de borde le facilitaron conseguir un sitio en El Internado. Y desde entonces, ha trabajado hasta con Pedro Almodóvar. De hecho, le falta poco para dar el salto a Hollywood. Pero su talento es tan limitado y su manera de actuar tan pobre que es inexplicable que haya llegado tan alto.

Tampoco están para presumir el resto de actores. ¿A quién se le ocurrió la idea de fichar a Mar Saura como villana? Sus supuestos gestos de mala de cuento son patéticos. Ese darse la vuelta para mirar al vacío cuando alguien le dice algo que le gusta, la sonrisa malvada que debería helar los huesos pero que en realidad provoca que te rías de ella… Por suerte, tuvieron vista y contaron con alguien como Félix Gómez, que puede decir que es actor y de los buenos.

Las carencias, más allá del reparto, no terminan ahí. La trama me pareció bastante tonta, con los enanitos como una banda de ladrones y el príncipe como el hermano de una Blancanieves que se convierte en una delincuente y una choni, y que además es odiada por su madrastra. Además, el ritmo de la historia pretende ser rápido, cuando es descabezado. No existe un hilo entre las escenas y te acabas preguntando cómo se ha pasado de un momento a otro. La iluminación y la fotografía también permiten valorar lo que se hizo bien en Los Tres Cerditos. Porque aquí daña a la vista. Me recuerda al trabajo cani que se hizo en Hermanos.

No le encuentro ni un aspecto positivo al episodio. Me dio bastante pereza y lo acabé porque no tenía nada mejor que hacer. También porque tenía que escribir con conocimiento de causa. Espero que el de la semana que viene, Caperucita Roja, me haga olvidar esta decepción.

Los Tres Cerditos de Cuéntame un Cuento: la fábula que no termina de convencer

No tenía ni idea de la existencia de Cuéntame un cuento. Uno de mis jefes me contó una vez que las cadenas guardan sus productos en un cajón hasta encontrar la fecha adecuada para estrenarlos. El momento justo de la temporada y los ingresos publicitarios son los que al final determinan el día señalado. Desconozco qué ha ocurrido en los dos años que esta miniserie que ofrece una versión alternativa de los cuentos infantiles ha estado paralizada. Pero sí sé que podrían haber hecho algo más por mejorarla en todo este tiempo.2

El primer episodio emitido este lunes, Los Tres Cerditos, sabe cómo lograr que prestes atención a su historia. Te engancha por la novedad de ver cómo la reescriben hasta convertirla en una fábula, y te atrapa por el giro que da todo en el momento clave: tres tipos con caretas de cerdo atracan una joyería y acaban disparando a la mujer del que posteriormente se convertirá en el lobo (Víctor Clavijo). Así es como este último empieza su venganza contra los ladrones disfrazados. Aunque sin saber qué va a hacer, ya que el ansia de revancha no le deja aclararse. Y todo acaba con la moraleja de que la violencia genera más violencia.

3Los Tres Cerditos es una hora y 20 minutos de entretenimiento puro y duro, pero que va más allá del «cumple su función». Supongo que por eso he podido verla sin muchos problemas. Lo malo es que tiene algunos fallos intolerables. No es normal que veamos el cojín de una actriz que hace de embarazada. O que el tatuaje de un personaje cambie de sitio de una escena a otra. O que la muerte de alguien sea tan ridícula como la de cierto personaje en The Dark Knight Rises.1

En cuanto a los actores, la mayoría están correctos. Pero hay dos que destacan, uno para bien y otro para mal. El que está inmenso, además de Luis Zahera, es Víctor Clavijo. Considero que es capaz de lo mejor y de lo peor, ya que le he visto tanto hacer muy buenos papeles como interpretar de una manera disparatada. El que no debería volver jamás a una serie o película es Arturo Valls. Llevaba muchísimo tiempo sin ver a un actor más malo en la televisión. De verdad os lo digo. Qué esperpento. Ya solo con su primera frase dan ganas de que no aparezca más.

4Si tuviese que darle una nota a este primer episodio de Cuéntame un Cuento, tendría que conformarse con un cinco. Es correcta, pero tiene que esforzarse en otros aspectos además de la fotografía. Su guión no es ninguna maravilla, y podría escribirlo cualquiera. La intriga brilla por su ausencia cuando podría haberse explotado. Los fallos tontos como el del cojín y los actores que bajan el nivel como Arturo Valls hacen el resto.

Pero, al menos, ha sido capaz de llamar la atención. Y por eso muchos queremos ver el segundo capítulo: el de Blancanieves.