Son mis 10. Mi top. Las que he recomendado durante el año y seguiré vendiendo esta Navidad. Las que más me han gustado. En definitiva, son las mejores porque me he encargado de elegirlas. Atrás han quedado otras 10 que también me gustaron mucho y que ocuparon los puestos 20 al 11 de la veintena de grandes series de este año. Pero no me emocionaron o dejaron tan tocado como las aparecen en este post. Y repito: no está The Good Wife porque aún no la he visto.
Aunque este es el ranking más importante de todos, recuerdo que en los próximos días sacaré otros, como los de mejores actores y actrices, las peores series del año, las preferidas de 2014 para algunos compañeros de oficio y la gran comparativa final entre los votos que habéis dejado en las listas que lanzamos hace unos días y las preferencias de los que escribimos sobre ficción.
Hechas las aclaraciones pertinentes, os presento a las 10 mejores series de 2014.
10. Boardwalk Empire (HBO, Canal +)
De entre todas las injusticias cometidas en el mundo de la ficción, la de Boardwalk Empire es la más palmaria. Aún no sé por qué no se la ha valorado como se debería. Acabó este año en su quinta temporada sin ni un capítulo malo, con unas actuaciones estupendas y una adaptación perfecta de las historias reales de los gánster de EEUU. Quizá el final supo a poco, pero es que los cinco años que nos han dado han sido perfectos. También en los aspectos técnicos. Al final, le ocurrirá como a Deadwood: recibirá reconocimiento después de muerta.
9. Orange is the New Black (Netflix, Canal +)
Su segunda temporada se ha caracterizado por el poder que han adquirido las secundarias, al pasar las tramas de Piper a tener la misma importancia que las de sus otras compañeras de prisión. Esta decisión de Jenji Kohan no ha podido sentarle mejor al producto estrella de Netflix, que nos ofreció 13 capítulos deliciosos. El final fue sorprendente, aunque no tanto como el de la primera temporada. Está bien escrita, hace reír y provoca empatía con las reclusas. Creo que no hace falta decir más para convencer al que no la haya visto.
8. True Detective (HBO, Canal +)
Los que no la habían visto y tampoco sabían de la existencia de Dallas Buyers Club no entendían por qué se hablaba tanto de «una serie que hacía el bobo de Matthew MacConaughey. Tras ver sus ocho capítulos, muchos que conozco se tragaron sus palabras. Es complicada, y a veces no sabes a qué vienen esas reflexiones filosóficas de Rust Cohle. Aun así, es tan interesante y desprende tanta calidad que es un pecado ser aficionado a la ficción y no verla.
7. Mad Men (AMC, Canal +)
A las puertas de su final en 2015, la primera mitad de su séptima temporada este año ha sido el de su reivindicación. Siempre la han llenado de premios, todos ellos merecidos, pero había perdido fuelle en sus últimas entregas. Los que la amamos por encima de todas las cosas no entendemos a los que dicen que es aburrida. Aunque sabemos que Mad Men no es para todo el mundo, porque en apariencia solo se dedica a contar las vicisitudes de unos cuantos personajes que están relacionados con una agencia de publicidad. Pero es que las historias de cada uno de ellos son tan reales y apasionantes que es imposible no engancharse. Estuve a punto de no incluirla en el top 10. Y mirad en qué puesto ha acabado.
6. Homeland (Showtime, Canal +)
Pensábamos que su cuarta temporada iba a ser The Walking Dead, por eso de que le estaban dando bola a un muerto. Resultó ser Lázaro, tras resucitar de forma sorprendente con unos capítulos que quizá sean incluso mejores que los de la primera y segunda entrega. El adiós de un personaje protagonista y trasladar la acción a Pakistán forman parte de su revolución. Esto podría parecer suficiente para explicar su resurrección, pero hay algo más: que los americanos no son los buenos de la trama. También son malos. Igual que sus oponentes. Esa crítica que desapareció en la tercera temporada y que provocó que estuviese en la lista de peores de 2013. Por suerte, esa etapa se acabó.
5. Fargo (FX, Canal +)
Los crímenes helados que se atrevió a rescatar Noah Hawley en capítulos se convirtieron en la gran sorpresa del año. Tener que revisar la maravilla de película de los hermanos Coen seguro que no fue fácil. El resultado final ha sido grandioso. Los actores escogidos han sido perfectos para relatar los problemas en los que se metía Lester Nygaard y que afectaban a todo el que estuviese a su alrededor. Creo que no habrá premios suficientes para ella.
4. Hannibal (NBC, AXN)
Tenía el desafío de superar a su primera temporada, donde pudimos ver algunos de los capítulos más complejos en guión y bellos en técnica que se habían alumbrado. Como se suele decir, Bryan Fuller se la sacó (la calidad) y demostró que podía hacerlo aún mejor. El psiquiatra caníbal volvió más sádico y calculador, pero menos previsor. Para solucionarlo, pasó a ser más vengativo, y nadie ha estado a salvo de él en su segunda temporada. Además, su complicada relación con Will Graham ha pasado a otro estadio. Uno que estamos deseando descubrir cuando regrese la próxima primavera.
3. Happy Valley (BBC)
La considero el mejor estreno de 2014 porque es la que más sensaciones me ha provocado. Entre la pena y el escalofrío vi sus seis capítulos cargados de drama, los cuales se me hicieron cortísimos a pesar de todo lo que ocurre en los casi 60 minutos que duran. La clase de interpretación que da Sarah Lancashire es para mostrarla a todos los chavales que quieran ser actores. Porque su policía atribulada procedente de un pequeño pueblo británico que se ve envuelta en la resolución de un secuestro es de esos personajes que nunca olvidas.
2. The Fall (BBC 2, AXN)
Hay series lentas, como le ocurre a Mad Men, que no son para cualquiera. Mucha gente no tiene paciencia, lo que es perfectamente legítimo. La contrapartida es que algunas suelen estar tan bien hechas que es un pecado perdérselas con la excusa de la parsimonia. The Fall es de esas. Se toma su tiempo para contarnos cómo una detective feminista viaja desde Londres a Belfast para intentar cazar a un asesino en serie cuyas víctimas son mujeres exitosas y guapas. Y lo hace desde los dos flancos: por un lado, el de Stella Gibson, la policía de Gillian Anderson; en el otro está Paul Spector, el psicópata en el que se mete Jamie Dornan. Ambas partes relatan de forma minuciosa cada paso que dan, para dejar claro que cualquier detalle importa en su enfrentamiento. Así, facilitan que nos enteremos mejor de cómo sienten y qué buscan. Los actores son buenos, el guión de la segunda temporada es de los mejores del año (como el de la primera) y su ambiente desangelado te mete de lleno en la historia. Se queda fuera del número 1 por el componente «despedida». Quizá el próximo año. O eso quiero: que vuelva con otra temporada.
1. Sons of Anarchy (FX, Fox Crime)
El 9 de diciembre acabó para siempre. Su séptima temporada fue la última. Atrás han quedado siete años de emociones fuertes, violencia explícita, tramas infinitas e historias personales llenas de dolor. La razón: los moteros traficantes de armas se convirtieron en algo mucho peor. Eso les costó caro, ya que han ido perdiendo a mucha gente por culpa de sus chanchullos. Sons of Anarchy es la mejor serie del año porque es la que más hace disfrutar y sufrir. Cada capítulo es un espectáculo de guión y escenas que cortan la respiración. También de sorpresas, ya que sus giros son espectaculares y te descolocan hasta el punto de no saber qué pasaría en los siguientes minutos. No todo son elogios, dado que tiene un aspecto malo: ya no la veremos más. Nunca es fácil decir adiós al mejor relato por capítulos que uno ha visto en su vida.