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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Las 20 mejores series de 2014 (20 al 11)

Tras la lista de los mejores estrenos del año, es el momento de repasar todo lo que este 2014 nos ha traído, tanto en estrenos como en las que ya estaban consolidadas. Antes de nada, os cuento mis planes: publicaré listas de actores y actrices del año, otro ranking de las peores ficciones en estos 12 meses, un post con las preferencias de algunos compañeros que escriben de esto y, por último, la comparativa entre los votos que habéis dejado en estas listas (votad, por favor) y lo que mis colegas y yo hemos escogido.

A lo que iba: elegir lo mejor de este año ha sido muy difícil. Aunque pueda parecer lo contrario, 2014 ha sido un año cargado de calidad. No recuerdo haber tenido en 2013 los mismos problema para hacer la selección. Y como hay tantas que merecen un reconocimiento, he decidido aprovechar la percha del nombre del medio para hacer un Top 20. Así destaco a muchas más y me libro de la mitad de palos que me van a caer.

Comenzaré por los puestos 20 al 11. Esto os puede dar una idea de lo que vendrá en los 10 primeros escalones. Soy consciente de que os parecerá que algunas están demasiado abajo. No puedo hacer nada contra ello. Me han gustado más otras, y ya está. Y aviso: no está The Good Wife porque no la he visto aún. 2015 será el año en que por fin cumpla. A lo que iba: del 20 al 11, comienza el ranking de mejores series del año:

20. Sherlock (BBC, Neox)Sherlock

Su tercera temporada me ha parecido la más floja de todas, a pesar de que tenía el interés de un personaje que demostraba ser un farsante. Pero sus múltiples misterios, los cliffganger y lo bien hecha que está hacen inevitable que esté entre las mejores del año. De Benedict Cumberbatch y Martin Freeman no hace falta que diga nada: hay que agradecerles que decidiesen dedicarse a la actuación.

1919. The Knick (Cinemax, Canal +)

Todo el mal rollo que me da por las carnicerías disfrazadas de operaciones que ejecuta el cirujano cocainómano y racista que interpreta Clive Owen está compensando por su brillante guión y el entretenimiento que ofrece.

 

18. Silicon Valley (HBO, Canal +)18

La ficción sobre el sitio más famoso para hacerse rico gracias a una idea es un gran ejemplo del posthumorismo, ese que te deja descolocado por lo que ocurre. Aunque tiene momentos que realmente hacen gracia. Sobre todo por lo torpes que son unos supuestos genios informáticos.

1717. Inside No. 9 (BBC Two)

¿Alguna vez os han contado la historia de la lata que almacena cierto pez? ¿O la del vagabundo? Pues en esta miniserie repleta de humor negro y vuelcos al guión os las cuentan a su manera Steve Pemberton y Reece Shearsmith. Cinco capítulos que te puedes ver en un solo día durante los días de Navidad.

16. Arrow (The CW, Antena 3)Arrow

El que diga que es mala o frívola no la ha visto. En la primera temporada ya dio signos de que podría ser una ficción potente, dejando atrás la etiqueta de palomitera o destinada para adolescentes. En segundo año demostró que era un drama cargado de acción. Las peleas y las situaciones de superhéroes son una parte más de una trama mucho más compleja, donde la traición y las cuentas pendientes centran los momentos de tensión.

1615. The honourable woman (BBC 2, Canal +)

El conflicto palestino-israelí, intereses empresariales, intentos de conseguir la paz, conexión Londres-Gaza-Tel Aviv y Maggie Gyllenhaal como protagonista. ¿Qué podía salir mal? Absolutamente nada. Un thriller que llevábamos años esperando.

 

14. Gomorra (Sky Italia, laSexta)14

La disección de la Camorra italiana por capítulos y basada en el libro que le costó pasar toda la vida escondido a Roberto Saviano es una de las grandes ficciones lanzadas en Europa. Da que pensar que en Italia se puedan hacer estas cosas tan buenas, mientras en España seguimos en el ‘dramedia’ de la señora de Cuenca. Por cierto, ¿soy el único que se ha vuelto adicto a su banda sonora?

Juego de Tronos13. Juego de Tronos (HBO, Canal +)

Siempre nos solemos quejar de que no la reconocen con los premios que merecen, salvo en el caso de Peter Dinklage. Que esté en este lugar es porque otras me han gustado más, pero eso no quiere decir que sea peor. Su cuarta temporada tiene momentos espeluznantes y que te marcan, como lo que le ocurrió a Oberyn o el discurso de Tyrion al ser juzgado. ¿Cuál es su problema? Creo que el que muchos sepamos qué va a pasar gracias a los libros. Aunque en muchos momentos se toman licencias, sobre la esencia y los giros importantes estamos sobre aviso. Quizá por eso choca menos a una gran parte, y por lo mismo flipan tanto los que ni han hojeado lo que ha escrito George R.R. Martin. Aún así, es la más vista del mundo y de las más adictivas. Y aunque sea pequeño, un reconocimiento merece.

12. You’re The Worst (FX)YOU'RE THE WORST

Como he dicho otras veces, es la que más he recomendado este año. Desde que la descubrí no pude parar. Me ha hecho más que ninguna, y ha revolucionado el concepto de comedia romántica que tenía hasta ahora. Porque las relaciones complicadas no son nada sin humor negro. Y Jimmy y Gretchen de eso tienen de sobra.

HOUSE OF CARDS11. House of Cards (Netflix, Canal +)

Desde el primer minuto del comienzo de su segunda temporada hasta los épicos últimos segundos del final de la misma (esos golpes en la mesa), House of Cards demostró que puede estar en el club de las mejores de la historia. El poder ante la pantalla de Kevin Spacey y la ruptura de la cuarta pared para meternos más en la historia son los dos rasgos que más la potencian. Que no entre en mi top 10 es mala suerte. Hay otras que este año se han acabado para siempre, y el componente sentimental tira mucho. Pero que nadie deje de ver esta maravilla, por favor. Aunque los que denuestan la política la utilicen para cargarse de argumentos.

 

Mañana, la lista de las que considero las 10 mejores series del año.

Arrow: mucho más que una serie de superhéroes

En el Festival de Series celebrado en Madrid hace una semanas, Arrow logró ser la favorita del público en la batalla de series del ‘Birraseries’. Tenía enfrente a bestias como The Good WifeGame of Thrones Breaking BadY aún así, ganó. Mucha gente se llevó las manos a la cabeza,y más de una vez leí y escuché lo de «es que la gente es gilipollas». Queda fuera de toda discusión que no tiene el nivel de las mencionadas previamente, pero, ¿es Arrow una serie mala? No. A mí me parece bastante buena. De lo mejor que se emite en la actualidad. Y por eso quiero volver a reivindicarla.4

Porque no es una simple ficción de superhéroes, donde el protagonista regresa tras cinco años desaparecido reconvertido en una máquina de pelear que tiene como objetivo vencer a los villanos y apalear a los zánganos de éstos. A mí no me da la sensación de ver capítulos donde lo principal es la acción, que sin duda es una parte importante. Habrá gente que se reirá de esto, pero lo más potente de Arrow es su carga dramática, capaz de ponerte los pelos de punta y dejarte roto. Una ficción que ya ha madurado.

1Y es que las hieles que han tenido que soportar Oliver Queen y sus colegas hasta el momento no las aguanta cualquiera. Las muertes, heridas, traiciones y venganzas con las que se han encontrado pueden ser las habituales de una serie de acción que cuenta con un héroe como protagonista. Pero hay mucho más: los guiones son tan buenos y los personajes tan imprevisibles que hacen que sea distinta.

La tercera temporada empezó muy fuerte, y ya tenemos un misterio claro y atractivo a resolver en los más de 15 episodios que quedan por emitirse. Salvo que nos sorprendan a mitad de temporada con una trama superior a la que parecía ser la principal. Ya ocurrió en la anterior entrega, donde nos creíamos que todo iba a estar centrado en Sebastian Blood y luego resultó que el auténtico malo era Slade Wilson. El cual, por cierto, ha entrado en mi top 10 de villanos seriéfilos.2

Su capacidad de sorprender y de ofrecer historias dramáticas se suman a la virtud que la hace superior a muchas otras series: ser entretenida. Puede parecer baladí, pero no todas son fáciles de ver. Los episodios se te quedan cortos y puede que ni mires el reloj mientras la tienes delante. De esto tienen mucha culpa las escenas de acción, rápidas y efectivas, pero que en realidad solo ocupan 10 minutos de los 40 de cada capítulo.

3Pero no todo es verosímil en Arrow. Resulta que cualquiera puede ser un experto en artes marciales o aprender a luchar en pocos meses. Ahí tenemos los ejemplos de Roy (Colton Haynes) o Thea (Willa Holland). Es lo que más me chirría junto a las vueltas que le dan a los flashbacks. No dudo que los cinco años de desaparición de Oliver fuesen intensos y le pasase de todo. El problema es que ya empieza a oler, y que a lo mejor se están pasando en querer contarnos tanto sobre su experiencia con ARGUS. Ya sea en la isla o fuera de ella. Lo que sí molaría más es conocer el pasado el resto de personajes (como el de Felicity, ya visto en el episodio de la semana pasada).

Todo lo anterior y más creo que sirve para defender y reclamar lo bien que lo está haciendo la serie de The CW. Y para dejar claro que los que incondicionales de Arrow ni somos gilipollas ni niñatos hormonados. Simplemente nos gusta la buena televisión.

El camino hacia la madurez de Arrow

Me ha costado, pero no he metido ni un spoiler

Transformar el interior del argumento de una serie manteniendo el fondo casi intacto es una maniobra complicada y arriesgada. Y puede que incluso temeraria. Está claro que toda ficción debe ofrecer una evolución en los personajes y sus historias personales mientras se respeta el fondo (aunque este también puede experimentar modificaciones). Pero si el carácter de ésta cambia de tal manera que al espectador le resulta completamente distinta hay que obrar con mucho tacto.

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Breaking Bad fue la maestra en esto. La madurez malvada de Walter White es el máximo exponente de cómo deben manifestarse unos cambios en un personaje tan poderoso en una trama. Gran parte del éxito de la inmortal ficción de AMC fue su eterno protagonista (porque las series y los personajes ficticios, como los poetas y sus poemas, nunca mueren), que pasó de ser de una manera a estar en la antípodas de esa bonhomía pretérita de las primeras temporadas. Fue de las pocas que logró hacerlo con éxito. Muchas otras lo han intentado y no lo han conseguido (si estáis viendo Homeland, lo sabréis). Y ahora una, salvando las distancias, ha dado en el clavo: Arrow.

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Puede resultar tópico y más de lo mismo. Pero el cariz que ha adquirido la serie de The CW es el de un drama atractivo a la vez que entretenido; interesante y con implicaciones morales. Y donde las trivialidades han desaparecido. Arrow se ha hecho mayor. Se ha vuelto seria, en definitiva.Y es que aunque una historia sobre un superhéroe pueda resultar banal en comparación con el resto de productos actuales, sí se puede aspirar a que ésta tenga un argumento realista y plausible. Arrow lo ha hecho con un paso adelante impresionante en su segunda temporada. Ya no es el acróbata con una fuerza bruta que asesinaba a todo el que supuestamente lo merecía valiéndose de su habilidad con el arco y las flechas. Ahora es un chico normal, traumatizado, que aprovecha sus habilidades para intentar hacer un bien.

El giro ha consistido en algo tan sencillo como darle más importancia a las historias que a la acción. Ésta no desaparece, ya que entonces las tramas dejarían de tener sentido. Simplemente pierde impacto en favor de la complicada vida de Oliver Queen (Stephen Amell) y de las consecuencias que  para tuvieron para él los acontecimientos del final de la primera temporada.

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Arrow (emitida en España por Antena 3) ya era adictiva por sus peleas y su vertiginosidad. Ahora lo es por el gancho de sus guiones y las magníficas situaciones que cuenta capítulo tras capítulo. La inyección de pequeña dosis de realismo que necesitaba ha provocado el efecto deseado, aun con la llegada de otra superheroína a Starling City. Y es que esto parecía indicar que íbamos a tener una temporada calcada a la anterior, donde las hostias como panes serían las dueñas del desarrollo. Pero no, por suerte. Sorpresas tampoco han faltado.

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Esto hay que agradecérselo a la reaparición de personajes que creíamos desaparecidos, un hecho que permite añadir otras ideas al conjunto argumentativo ya existente. No solo porque dan juego, que es obvio. La clave está en cómo Oliver ha de lidiar con las nuevas situaciones que se le presentan. En que ahora no todo es acabar con los malos y salvar la ciudad. Ahora se trata de afrontar todas las cuentas pendientes de las que se había librado por el momento. La mala fortuna de su madre (Susanna Thompson), la inmadurez de su hermana Thea (Willa Holland) y la temeridad del novio de ésta, Roy (Colton Haynes), son temas con los que antes no le había tocado tratar.

Porque ser un superheroe no mola. Ahora Green Arrow se ha cargado con la responsabilidad de llevar a cabo sus misiones sin olvidar que antes ha quitado muchas vidas, lo que le lleva a obligarse a no causar daños mortales y a ser más precavido a la hora de escoger a sus objetivos. Una decisión que a la vez le provoca un trauma, ya que en esto es lego. Y es que los nuevos malos de esta temporada son de todo menos indulgentes. Si cae en sus manos, le matarán. Pero él se ha prohibido hacerlo. Esta dicotomía nos trae grandes momentos de profundidad. Y no solo para él.

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Y es que, al fin, los secundarios empiezan a cobrar importancia en el desarrollo de Arrow y dejan de ser los consortes. Que la ficción se vuelva más coral favorece las interacciones, y por tanto, que veamos otro tipo de argumento. Cuanto más Diggle (David Ramsey) y Felicity (Emily Bett Rickards) tengamos más disfrutaremos. Ya lo hacíamos con Laurel (Katie Cassidy) y el detective Lance (Paul Blackthorne). Y las interesantes incorporaciones del concejal Sebastian Blood (Kevin Alejandro) y la otra superheroína son muy prometedoras. Las digresiones con la idea principal siempre son bienvenidas.

Aunque lo más revigorizado es la trama paralela de la isla. Que veamos mucho más a Slade (Manu Bennett) y Shado (Celina Jade), que nos muestran porqué Oliver es así ahora, es otro de los tantos que se pueden apuntar los guionistas. El interés por aquellos sucesos es exponencial. Y después de ver lo que nos han mostrado en los episodios emitidos hasta el momento, vamos a tener incluso mono por saber más.

Arro3En definitiva, Arrow ahora cuenta la historia de la decadencia de un niño rico cargado de responsabilidades oficiales y clandestinas que descubre que no está solo en el mundo. Y que todo lo que hace tiene consecuencias para el resto aunque no lo pretenda.

Ninguna serie de ficción puede trasladarse a la realidad. Mucho menos la de un chaval que se pasa cinco años desaparecido en una isla y regresa convertido en un justiciero a la vez que le toca hacerse cargo de la multinacional familiar. Pero siempre te pueden incitar a sumergirte en su universo. Y Arrow atesora ese poder.

El arquero que necesitaba The CW: Arrow

En el primer post del blog le di un palo a la cadena The CW, denominada coloquialmente como el ‘Disney Channel’ teen. Para los que no conozcáis la cadena, se le llama así porque todos sus contenidos están dedicados a chicos y chicas que van al instituto (o no). Por tanto, en sus programas y series prima mucho el drama con trasfondo de historia amorosa entre jóvenes, los tíos buenos y las tías buenas o los ricos contra los pobres. A mí la cadena en sí no me gusta como tal. Está bien que haya series destinadas a adolescentes, pero que en una frecuencia se dediquen exclusivamente a alimentar tópicos y mitos sobre esta fase que todos hemos pasado me resulta pueril y poco responsable. Aunque por suerte tiene ficciones que se salvan y enganchan.

Porque Gossip Girl, que aunque guste más o menos ya es histórica, es una de las criaturas de The CW. Y he de reconocer que yo la seguí, aunque aún no la he visto entera. Pero lo haré. También es suya The Vampire Diaries, que nunca me ha llamado la atención porque su argumento me parece bastante pobre. Y por supuesto, Supernatural, otra de las que ha entrado al club del culto porque tuvo una época bastante buena, sobre todo en sus primeros años. Arrow3

El último acierto de esta filial de la CBS es Arrow (no, no es The Carrie Diaries, por dios), una adaptación de unos cómics de DC donde se cuenta la historia de un veinteañero ricachón llamado Oliver Queen (Stephen Amell) que, tras naufragar el barco en el que navegaba, acaba atrapado en una isla perdida del mundo. Durante sus cinco años de periplo crusoero se prepara físicamente para ser un justiciero de arco y flechas con la idea de cumplir la última voluntad de su padre: que elimine a todos los nombres que aparecen en una libreta que éste le da antes de morir. Cuando le rescatan y regresa a su ciudad, Starling City, se dedica a preparar el plan que le encomendó su progenitor bajo el seudónimo de ‘Green Arrow’. Algo que hará con el arma que da nombre a la serie, grandes habilidades en artes marciales y una facilidad para saltar y escalar edificios que ni Neo.

Mientras tanto, regresa a su vida de chico famoso, guapo y exitoso. A una casa gigante que comparte con su madre Moira (Susanna Thompson), su hermana Thea (Willa Holland) y en la que, sin él saberlo por su ausencia, también vive el que ahora es su padrastro, Walter (Colin Salmon). También está su amigo inseparable, Tommy Merlin (Colin Donnell). De paso, ahora también tiene un guardaespaldas: John Diggle (David Ramsey), del que intentará zafarse en todo momento para poder llevar a cabo su labor de justiciero Hood. ¿Quiénes serán sus víctimas? Pues multimillonarios que aprovechan su posición para estafar al pueblo llano. Algunos a los que Oliver conoce personalmente porque eran amigos de su padre, junto a otros que son odiados por los habitantes de la ciudad debido a su conocida implicación con la mafia.

Arrow2La idea de la serie, que Antena 3 ha emitido este verano, parece un poco simple. Pero Arrow es muy buena. Es vertiginosa por el gran número de escenas de acción que ofrece, tiene unas tramas nada rebuscadas, que a veces hasta te dejan sorprendido, y su trasfondo amoroso no resulta pegajoso. Sí, amigos, en una serie de The CW no puede faltar que el protagonista esté loco por alguien u otros estén obsesionados por él. Es decir, la mejor serie que ha emitido esta cadena en todos estos años lo es por el simple hecho de que no es nada teen, aunque sus personajes estén pensados para ello. Una ficción que necesitaba de forma urgente. Y en la que los guionistas han logrado que se mantenga el espíritu de la cadena a la vez que innovar lo justo para conseguir que los capítulos sean para un público de mayor edad.

Y aquí el superhéroe está colado por su exnovia Laurel (Katie Cassidy), a la que fue infiel con la hermana de esta, Sarah, cuando se fue con él de crucero, y que también falleció en el naufragio. Creo que no hace falta ahondar más en por qué Laurel le odia. Un sentimiento que comparte con su padre, el detective Quentin Lance (Paul Blackthorne), que tras la muerte de su hija pequeña quiere ver a Oliver entre rejas y le perseguirá por cualquier minucia. Los dos, sin saber que es Green Arrow, le ayudarán a llevar a cabo sus planes. Para ella será más fácil, dado que es abogada y quiere ver fuera de circulación a muchos de los tipos que él persigue. Pero su progenitor, que cree en la justicia para todos, odiará al justiciero y buscará la manera de atraparle para que pare su escalada de asesinatos. Arrow1

Lo que no resulta realista es que Oliver Queen pueda matar a tanta gente sin mostrar ningún signo de arrepentimiento. Es comprensible que si eres un justiciero con la misión de cargarte a los que están “decepcionando a tu ciudad” tengas que ponerte a ello sin pensártelo mucho. Pero aquí entramos otra vez en la empatía con un malo disfrazado de bueno. Es decir, eso que los guionistas de televisión y cine saben hacer tan bien: que alguien que despreciaríamos y condenaríamos en la vida real nos caiga bien y hasta justifiquemos sus actos. Y a veces hasta nos alegremos de que mate a algunos. Bendita ficción, que nos hace permeables a la tolerancia con el asesino.

No quiero entrar en spoilers en este post porque cuando comience su segunda temporada dentro de unas semanas ya habrá tiempo para ello. Por ahora, me limito a recomendársela a todos aquellos que busquen entretenimiento puro y duro sin tener que romperse la cabeza en intentar entender de qué va o para aprenderse nombres de personajes. La trama es tan sencilla que no hace falta pensárselo mucho. Solo hay que disfrutar con las flechas, las patadas voladoras y su particular sentido de la justicia.

Nueva temporada

Septiembre es el inicio de todo. Estudios, el trabajo normal del día a día, y por supuesto, la génesis de la temporada 2013/2014 de series de televisión. Un ejercicio seriéfilo en el que no volveremos a ver jamás a Dexter Morgan (Dexter, muy pronto) y a Walter White (Breaking Bad, el 29 de septiembre). Es decir, este verano está marcado por despedidas muy destacadas, como son las de dos de las mejores series de estos últimos años. Aunque una haya envejecido mejor que la otra, que ha pasado la etapa del deceso hasta llegar a ser un zombi. También se ha marchado Luther. Para siempre (aunque se habla de posible película). Aquí tendrá la despedida que se merece, a pesar de que la marcha de Idris Elba para dedicarse de lleno al cine fuese inexorable.

Luther2Antes de pasar a lo que vendrá a partir de este mes me gustaría hacer un recorrido por lo que hemos podido ver durante julio y agosto, además de por lo que yo he mismo he rescatado para ponerme al día. Está claro que la estrella ha sido Orange is the New Black, por su frescura en forma de gran guión y su humor negro. Todo el que la ha visto está deseando que llegue la próxima temporada y se ha alegrado las vacaciones gracias a estas reclusas histriónicas e hilarantes.

El otro soplo de aire fresco, dentro de lo escaso que nos han ofrecido las cadenas, ha sido Ray Donovan. El ‘nuevo chico malo’ de Showtime no ha alcanzado unas cotas de calidad espectaculares, pero es fácil augurarle un futuro de éxitos y capítulos inolvidables. Seguirá solucionando todo lo que le encarguen durante algunos años más. Seguro.

Y de lo que ya conocíamos, al menos para mí, lo único que ha pasado del aprobado es la sexta temporada de True Blood. Quizá algunos penséis que estoy loco, pero me lo he pasado como un niño gracias a los vampiros de Bon Temps. Y quiero ver el primero de la séptima YA. Los que hayáis visto la finale de esta entrega sabréis a qué me refiero.

Verano de capítulos

Como decía antes, he aprovechado este tiempo para ponerme al día con unas cuantas ficciones que tenía pendientes. Todas tendrán su reseña en las próximas fechas. Una de estas ha sido Arrow, emitida por Antena 3 este verano. El justiciero ricachón y su particular concepto de la justicia forman un cóctel de entretenimiento muy recomendable. 65646_568776363143230_552143621_n

También he caído en las manos de seda de Gillian Anderson en The Fall. ¿O acaso existe un ser más maravilloso en la Tierra que la actriz británica? Yo creo que no. Y eso a pesar de que está en un rol que ya conocemos: el de detective, como en Expediente X. Aquí Anderson debe perseguir a un asesino al que todos conocemos desde el capítulo uno, así como a su familia y a sus víctimas. Todo en un ambiente tétrico y pausado, además de interesante.

Siguiendo con lo británico, lo más original y estrambótico que he disfrutado ha sido Utopia. El cómic con secretos que harían temblar al mundo y los frikis que acaban siendo sus guardianes por error frente a una organización de asesinos van camino de convertirse en serie de culto. Otra imprescindible sin duda alguna.

BansheePero lo mejor que he podido hacer ha sido recuperar Banshee. En resumen: un ladrón que sale de la cárcel y que está sentenciado a muerte por un gangster al que robó que por una serie de catastróficas desdichas acaba siendo sheriff de un pequeño pueblo estadounidense. Todo aderezado con acción, violencia y sexo a raudales.

Aunque esta última es la cara del tiempo que he empleado en ver capítulos, también hay una cruz: el adiós de Skins. Los seis capítulos con los que ha finalizado la mejor serie de adolescentes de la historia no han estado a la altura de su pasado. Una auténtica pena, dado el potencial de Bryan Elsley y Jamie Brittain. Pero de donde no se puede sacar…

Las nuevas seriesAgents

Dejando el pasado de lado, la pregunta con respecto al futuro es clara: ¿Qué vamos a ver próximamente? Jamás recomendaré series que no haya visto previamente, por lo que solo puedo ceñirme a relataros algunas de las ficciones que mejor campaña publicitaria, oficial o no, están teniendo. Así, podríamos hablar de Masters of Sex, Agents of Shield (spin-off de Los Vengadores), Dracula (con Jonathan Rhys Meyers), Believe (Alfonso Cuarón y JJ Abrams), Sleepy Hollow (adaptación futurista de la peli que ya lo fue de un libro), The Michael J. Fox Show, Penny Dreadful (Juan Antonio Bayona mediante), The Black List, The Tomorrow People (el nuevo Arrow)… Y aún faltan las británicas además de muchas otras estadounidenses. Y ya lo digo: esta selección que he hecho no tiene intención alguna. Solo son los nombres de los que más se habla.

BehindTampoco hay que olvidar a las series españolas. A las que parecen interesantes de antemano, como Galerías Velvet, se suman otras que dan escalofríos solo de verlas anunciadas. Sí, me refiero a Vivo cantando. Pero habrá que verla para poder opinar, aun con suspicacias.

No hay que olvidar que el comienzo de temporada es sinónimo de Emmy. Y los de este año van a estar muy interesantes. Hasta que llegue el 15 de septiembre y la gala correspondiente, os presentaré a los candidatos de cada una de las categorías más destacadas. Por supuesto, podéis decir quiénes son vuestros favoritos, tanto en los comentarios como en las encuestas / listas que pondré a vuestra disposición próximamente. ¿Confirmará Homeland su hegemonía? ¿Habrá premio de despedida para Bryan Cranston? ¿Podrá alguien con Claire Danes? ¿Behind the Candeblabra tiene rival en las miniseries? ¿Y Modern Family en las comedias? Todo eso lo sabremos en pocos días. Aún así, hagamos nuestras cábalas.

Como siempre, estoy a vuestra disposición en el email. Bienvenidos de nuevo.