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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

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Alias, la mejor serie ‘de’ J.J. Abrams

Durante el mes de agosto voy a estar de vacaciones, tras un intenso año de trabajo. Pero eso no quiere decir que el blog descanse. Para aunar mis días de asueto y que ésto continúe funcionando, he pedido a varios amigos y amigas que os cuenten cuáles son sus series preferidas y por qué. Así, de paso, le damos otro aire a lo que se suele leer aquí. Que lo disfrutéis.

Texto de Mar Guerrero

JENNIFER GARNEREs verdad: siempre que oigo o leo algún comentario del tipo «J.J. Abrams, el showrunner de Lost y Fringe» me salen erupciones cutáneas por todo el cuerpo. La alergia no me da porque exija que se citen todos y cada uno de los trabajos que ha hecho. Total, si hablamos de televisión, poco sentido tiene que se enlisten sus créditos como director de cine, ¿no? Pero, ay cuando se une su nombre sólo a esas dos series en las que el amigo J.J. apenas estuvo involucrado más allá de la fase de desarrollo conceptual (de ahí el título de creador, que no de showrunner), y de la escritura de los correspondientes episodios pilotos… Dobladme la dosis de antihistamínicos, por favor. Quizá esté exagerando mi ataque de alergia, pero planteo una pregunta seria: ¿por qué olvidamos las dos únicas series que sí fueron paridas y criadas por Abrams durante gran parte de su emisión?

Vale, Felicity (WB, 1998-2002), pese a sus aciertos al principio, no logró ser un producto memorable más allá del brote de ira de la audiencia cuando Keri Russell se cortó su icónica melena rizada. En cambio, Alias (ABC, 2001-2005), la segunda serie de J.J. y primera producida por su productora Bad Robot, sí marcó un antes y un después tanto para la trayectoria del propio Abrams como para el panorama televisivo del momento. Al igual que 24, el otro gran título de acción surgido ese mismo año, este drama de espionaje llegó justo a tiempo para alimentar la revolución que engendraría la más reciente etapa dorada del medio, que lideró la HBO con sus clásicos.2

En Alias, Abrams pasó por la turmix las típicas misiones ‘high-tech’ de James Bond y Nikita, y las dotó de elementos más propios del drama de personajes para, entre hostias, pelucas y traiciones, contarnos lo importante: una historia acerca de los lazos familiares y cómo éstos juegan un papel fundamental en definir quiénes somos. La agente Sydney Bristow ve cómo su red de lealtades se desmorona cuando asesinan a su prometido poco después de haberle revelado el secreto de tantos viajes al extranjero, y no le queda otra que confiar en un padre, Jack, un espía doble con el que apenas se habla. Poco sabe Sydney lo que le queda por descubrir: «Truth takes time» («La verdad lleva su tiempo») rezaba el eslogan de la serie.

ABC's "Alias" - File PhotosEl episodio piloto, de los mejores que se recuerdan, es una obra maestra taquicárdica que no da tregua ni un minuto. No solo presenta a los personajes principales y los conflictos que plantearán durante toda la serie, sino que el ritmo infernal que Abrams imprime detrás de la cámara en las escenas de acción está a la altura de cualquier película del género que se precie. Los sintetizadores del ahora omnipresente Michael Giacchino, un compositor curtido en las BSO de videojuegos, también son indisociables de esa atmósfera tan PlayStation que acompañaba a Sydney en todas sus misiones.


Opening de la serie

Hace unas semanas tuve el placer de volver a ver este capítulo inaugural y no le ha salido ninguna cana salvo por el Nokia 3210 que1 utiliza Sydney, interpretada por una Jennifer Garner que vende como nadie un personaje vulnerable y letal (se hizo con el Globo de Oro en 2002). Además de la agente Bristow, a lo largo de toda la serie van apareciendo una colecta de personajes estandartes de la ambigüedad moral como Arvin Sloan (Ron Rifkin), Irina Derevko (Lena Olin), Julian Sark (David Anders), el propio Jack Bristow (Victor Garber), y otros que sirven de apoyo a la protagonista como Will Tippin (Bradley Cooper), confinado a la ‘friendzone’ pagafantil, Janice, la mejor amiga, y el interés romántico, el agente Michael Vaughn (Michael Vartan).

Ya desde Felicity, se puede decir que las series en las que ha participado J.J. se han caracterizado por un potente entramado de personajes y heroínas con carácter, pero es en Alias donde Abrams se estrena en la introducción de ese misterio latente, transversal e inconmensurable que camparía a sus anchas en todas sus producciones posteriores. Aquí fueron las profecías del visionario del s.XV Milo Rambaldi las que dictarían el paso de la cada vez más compleja trama serial, cuyo patrón básico se reproduciría de forma muy clara en la tercera temporada de Fringe, la ficción que Abrams creó para FOX junto a dos de sus guionistas en Alias, Roberto Orci y Alex Kurtzman.

4Si 24 rompió los esquemas de la realización y la temporalidad televisivas, Alias reinventó el ‘cliffhanger’ hasta ponérselo de apellido. Ningún acólito de la serie miente cuando dice que la serie es una sinfonía de finales en suspenso durante, al menos, sus dos primeras temporadas. Esos 24 capítulos que culminan en el sísmico desenlace de la segunda temporada son, en realidad, lo mejor que ofreció la ficción durante los cinco años que estuvo en antena. No fue ninguna casualidad que coincidiera con la etapa en la que Abrams estuvo 100% al frente de la serie antes de embarcarse en la dirección de Mission: Imposible III (película apócrifa de Alias, pero con Tom Cruise) y en el proyecto de Lost.6

Con una cuarta entrega mediocre que traicionó la serialidad a favor de las tramas autoconclusivas para mitigar la sangría de espectadores, Alias consiguió disfrutar de un cierre consecuente con lo que había representado su universo narrativo. Cuesta imaginar que una serie así se emitiera en Telecinco los domingos por las tardes, pero así fue cómo unos cuantos en España nos enganchamos a los mamporros de Sydney Bristow. La marca pionera de sus golpes siguió imborrable en algunas de las ficciones que llegaron después.

 

Mar Guerrero es periodista, experta en narrativa transmedia y editora del blog ‘Series a la parrilla