Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

Archivo de marzo, 2015

‘Los Nuestros’: el pase de modelos insustancial del boina verde

Las series sobre militares nos suelen gustar. Es evidente que siempre son entretenidas. Nos muestran cómo es la supuesta vida de los soldados en zonas de conflicto, en las que se juegan la vida. También permiten descubrir algunos de los secretos de los distintos ejércitos que las protagonizan, aunque sea una parte nimia. Lo que dudo es que el día a día sea tan frívolo como relata Los Nuestros, la miniserie de Telecinco sobre un equipo especial de boinas verdes que va a Mali para rescatar a unos niños.1

Solo hace falta ver 10 minutos del primer capítulo para darse cuenta del público que busca Los Nuestros. Los adolescentes van a caer rendidos ante el desfile de tíos y tías buenas que aparecen en las primeras escenas, ese pase de modelos protagonizado por boians verdes. No me atrevo a decir que además sea una ficción que busque al público femenino, objetivo principal de los programas de Mediaset, ya que la temática no es de las que más encaja entre sus gustos. Lo que queda claro es que Telecinco ha vuelto a ir a lo fácil. A sacrificar el talento en favor de la belleza. A la apuesta por unas actuaciones poco creíbles en lugar de potenciar la buena propuesta.

3Pero sería muy injusto si no admitiese que es de esas que «cumple su función», argumento que a mí siempre me ha parecido una excusa para justificar un producto con defectos en el 90% de su contenido. Los Nuestros es muy entretenida. Es innegable. Hay algo de ritmo, te alegras la vista viendo a los actores y el argumento es bueno. Además, se pasa muy rápida y no hace falta prestarle mucha atención para enterarte de lo que ocurre. Esto tiene un aspecto positivo, pero a la vez supone el peor defecto posible: que no te atrapa. Desconectas fácilmente porque lo ocurre no es tan interesante como para volcarte en ella.4

El vestuario, los escenarios, el atrezzo e incluso la fotografía son más que aceptables. Lo que es completamente inaceptable es, otra vez, la actuación de Blanca Suárez. No sé qué pensaréis los que hayáis visto, pero no me trago que su personaje sea la mejor tiradora de precisión que existe en España. Hugo Silva, Álvaro Cervantes y Luis Fernández también están horrorosos, pero ella insiste en no dar la talla. Tampoco es que haga mucho bien al papel de la mujer en el Ejército, por lo que me ha contado gente que está metida en éste o que conoce bien lo que ocurre dentro del mismo. Pero esto es ficción, por lo que en ese aspecto está salvada. Lo que sí debería parecer es que su personaje es verosímil.

5Lo que ocurre con Suárez y la imagen que da de los soldados no es exclusivo de ella. Todo el que se queje de que en Los Nuestros se muestre que las mujeres son tercas, buscavidas y temerarias o que la mayoría de militares son unos canis tendrá razón. No la tendrá el que se queje de que la institución es machista. A lo que hemos visto todos en los últimos días me remito.

¿Merece la pena ver Los Nuestros? Si no tienes nada que hacer, quizá. Total, solo le queda un capítulo. Hay que tener en cuenta que el mayor interés de la serie es cuándo se van a volver a liar Hugo Silva y Blanca Suárez, no lo que pase con los niños. El propio relato se encarga de restar importancia a la supuesta idea central. Así que para tenerla de fondo en la tele no está mal. Puede que veas una escena excitante. Y a Antonio Velázquez, que demuestra que puede ser un buen actor. Lo malo es que coincide con lo mejor de la actualidad, que es El Ministerio del Tiempo2

Como dijo Zaida Cantera el domingo en Salvados, «no tenéis ni idea de lo que ocurre, ni de lo bueno ni de lo malo». Para eso aún nos falta una serie. Quizá una víctima de la casta de las familias militares como Zaida podría ayudar a escribirla. Porque no todo es tan bonito ni idílico en los cuarteles o las bases. Y dudo que el día a día sea tan insustancial como nos enseñan en Los Nuestros.

 

Gracias a Noemí C. por la ayuda

Vídeo | Nuevo tráiler de la quinta temporada de Juego de Tronos: «I’m going to break the wheel»

Queda poco para que regresa la serie de todos. Y la HBO se ha empeñado en que tengamos aún más ganas del estreno de la quinta temporada. Juego de Tronos regresa el 5 de abril con una mezcla entre Festín de Cuervos y Danza de Dragones. Para ir preparándonos, la cadena ha decidido estrenar el último tráiler en la Keynote de este lunes.Captura de pantalla 2015-03-09 a la(s) 19.10.57

En la próxima temporada faltarán personajes emblemáticos, como Bran. Pero servirá para que regresen otros misteriosos, como Jaqen H’ghar.

Hagan lo que hagan nos va a gustar. Aunque nos haga llorar o pasarlo mal. Pero para eso está la ficción, ¿no? Ya lo avisa Daenerys: «I’m going to break the wheel».

La oportunidad envenenada de ‘Bajo Sospecha’

Lo admito: Bajo Sospecha ha conseguido llamar mi atención. Sí, a mí también me ha pasado. Ha logrado atraerme lo suficiente como para querer ver el siguiente capítulo tras tres emitidos. Sé que no soy el único, y por eso me expreso así. Somos muchos los que estamos ansiosos de que llegue el siguiente. Y eso que la primera media hora de su estreno casi nos hace cambiar de canal. Algunos lo hicieron, y no sin razón, ya que la posibilidad de triunfar que tiene está en peligro por razones que más adelante expondré. Pero, dentro de sus limitaciones evidentes, ¿por qué nos ha conseguido atrapar?1

La fórmula de Bajo Sospecha ha funcionado porque el suspense de la trama se volvió aceptable a la mitad del segundo episodio. Antes, todo el mundo era sospechoso, recibía llamadas anónimas, tenía secretos, estaban en sitios inexplicables en momentos ídem… Resultaba cargante que hasta el parroquiano que se tomaba el café pareciese el responsable de lo que le ocurre a Alicia Vega. Por suerte, todo cambió cuando se descubrió parte del misterio inicial. Y ahí está el éxito: en que, al parecer, sabemos muy poco de lo que ocurrió. Tanto como de lo que está por descubrirse.

2Ofrecer al público una serie de suspense con desapariciones/secuestros/diversas calamidades con niños como víctimas es buscar el éxito de la manera más sencilla. Perdemos la cabeza por los sucesos, y si hay menores de por medio, parece que todo vale. Lo mejor es que Bajo Sospecha, que al ser ficción puede permitirse casi todo, no cae en el morbo fácil. Ha ocurrido algo y se relata. Además, hay muchos sospechosos entre los que se encuentra (o no) el culpable al que hay que desenmascarar, que no paran de soltar mentiras, que están involucrados en infidelidades. Pero no hay nada truculento, ni que resulte violento. Que busque revolver el estómago al espectador.

Una buena serie de este género lo único que debe hacer es remover la conciencia del que la ve. Bajo Sospecha no lo ha conseguido por el momento, y dudo que alcance tal hito. Sus aciertos están en una trama bien relatada, en un guión bien escrito y en actores como Lluis Homar y Alicia Borrachero. También en su banda sonora, que me parece muy adecuada para la historia que se cuenta. Vamos, que es muy entretenida, pero no una maravilla. Y ya está.3

Es imposible que la gran apuesta de Antena 3 sea una ficción brillante cuando tiene un elenco tan limitado. Que Blanca Romero pueda protagonizar una serie en el año 2015 dice mucho del trabajo de algunos directores de casting, que parece que buscan más belleza que talento. Una actriz tan mala y de la que no te crees nada, salvo los gritos, denuesta todo lo demás. Y que alguien le diga a Romero que eso de «que hablen de ti, aunque sea mal» solo se aplica en ciertos momentos y ámbitos. En el de la actuación ni de broma. Tampoco ayuda que Yon González vuelva a tener un personaje de chulopiscinas. Le hemos visto demasiadas veces así, y es agotador.

4Me gusta Bajo Sospecha. Quiero saber qué hay detrás de lo que le ha ocurrido a Alicia Vega. Pero esa misma trama correcta y ese buen guión tienen la debilidad de que algunos actores pueden cargarse la historia. Su solidez se puede desvanecer si alguien no pone las pilas a los que tienen que transmitir con su cuerpo y sus diálogos lo que ha ocurrido en Cienfuegos. A veces, dos actores pueden justificar una sola serie. Pero si los dos protagonistas no dan la talla, la pueden fastidiar. Las malas actuaciones son las que envenenan su gran oportunidad de triunfar y gustar mucho más. Esperemos que gane peso el misterio, y la pareja policial lo pierda. Así, su máquina de entretenimiento carburará.

El Ministerio del Tiempo: un viaje emocionante a la calidad televisiva

Siempre me he quejado de que España no había alumbrado una gran serie desde Crematorio. Una que se diferenciase del resto, que no guardase relación alguna con lo que ya estábamos cansados de ver. Lo vulgar y absurdo había tocado fondo y arrastrado a la ficción española hasta el mismo pozo. Y cada estreno no lograba ni escalar un metro. Hasta que ha llegado El Ministerio del Tiempo, que ha traído luz a las series españolas. Y a la televisión en general.

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El argumento de un ministerio secreto que realiza viajes en el tiempo para evitar que se cambie nuestro pasado con el fin de impedir una catástrofe o cambios problemáticos en el futuro es original y brillante. Las misiones de la nueva brigada formada por un enfermero con nada que perder, un soldado de los tercios de Flandes y una pionera en estudiar junto a los hombres no tienen más misterio. Se inician de la forma más simple y se resuelven igual. Lo que engancha es lo que pasa entre la introducción y el desenlace. Que no es poco. Y que merece reconocimiento.

5La razón por la que esta ficción merece elogios es sencilla: su calidad. Pero, como podría decir Ferrán Adriá, ¿qué es la calidad? Existen distintas categorías. Y puede resumirse de forma compendiosa.

Entre los aspectos que hacen grande a El Ministerio del Tiempo están las píldoras inteligentes de actualidad, tan habituales en las series americanas y tan prostituidas en las españolas al emplearlas como gracieta metida con calzador. Aquí se habla de whatsapp, internet, política, idiosincrasia española («improvisemos»), fútbol, etc. Y nunca resulta forzado. Hasta las palabrotas encajan.4

Esto último demuestra el gran trabajo de guión que existe. Todo está atado. Los diálogos están bien estructurados, son dinámicos y entretenidos. La mayoría, además, son divertidos. Pero lo que los potencia aún más son sus detalles. Meter letras de Leño en una conversación a versos con Lope de Vega solo está al alcance de los más ingeniosos. También están los sentimentales, como ese «Curro Jiménez» de Rodolfo Sancho al inventarse un nombre para que no le pillen. O la puerta 58 del funcionario que recuerda con nostalgia el doblete del Atleti. Un autohomenaje de Pablo Olivares, uno de los guionistas, que entraba por esta misma cuando iba al Vicente Calderón a ver a su equipo.

3Pero lo mejor del guión es su amplitud. Hay recursos de todas las épocas. Bromas del siglo XV y del XIX. Del XX y del XVII. Y las que quedan por aparecer. Porque no es fácil encajar en unos diálogos todo lo característico de un año concreto, ya sea 1470 o 1996. La investigación y documentación que hay detrás es evidente. Diría que inédita en este país, dado que las series históricas de aquí se han caracterizado por pisotear el rigor. Menos Isabel, que casualmente también es hija de Pablo y Javier Olivares.

La ambición de querer abarcar tanto provoca que los fallos sean inevitables. La minucia se magnifica en una serie que se atreve con la historia. Hay que tenerlo en cuenta, y señalarlo. Pero son tan pocos los errores y tantos los aciertos que los primeros pasan a ser una anécdota. No tener techo y aspirar a mejorar siempre es positivo. Aunque eso implique algún desliz que otro.2

Tampoco hay que olvidar lo técnico e interpretativo. En lo primero no hay nada que reprochar, pero sí que pulir. Los efectos especiales no desentonan, pero a veces se notan demasiado. Una presencia que también tienen los actores, en este caso para bien. Nacho Fresneda y Rodolfo Sancho están muy bien. Su «problema» es Aura Garrido, que está inmensa. Su Amelia ya ha sido bautizada como la Hermione de la serie. Detrás de su personaje fuerte e inteligente hay mucha inocencia. Si no, ¿de qué iba a caer tan fácilmente ante Lope de Vega?

6Con todo lo anterior, podría parecer que El Ministerio del Tiempo ya ofrece lo suficiente. Pues hay algo más: su mensaje. Es precioso. Poder vivir lo que para uno es imposible. A mí también me encantaría volver atrás para varios momentos. El concierto de Queen en Wembley del 86, por ejemplo. O la boda de mis abuelos. Todos tenemos una espina clavada. Una escala más en este viaje maravilloso a la calidad.

Por cierto: que TVE se gaste nuestro dinero en esto está muy bien. Tiene pasta de sobra para invertir en calidad. Y esa es su función. La mala gestión y la manipulación informativa seguirán ahí, pero series como El Ministerio del Tiempo demuestran que es posible otra televisión. Y es que una serie que va a incluir un personaje de un viajero en el tiempo protagonizado por el inmortal Jordi Hurtado tiene que ser tan buena como un servicio de habitaciones: por cojones.