Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

Archivo de enero, 2014

Anna Karenina, o cómo Telecinco pisotea la memoria de Tolstói

No quiero extender más sobre qué me parece que Mediaset y sus cadenas, Telecinco entre ellas, se dediquen a adaptar clásicos de la literatura cuando todos sabemos lo que se les da bien: la telebasura. Es loable que quieran trasladar al lenguaje televisivo historias que han tenido un impacto en todos los que las han leído; pero con su bagaje, que lo hagan bien es como si friegan el suelo sin haber barrido antes: la suciedad prevalece.Anna

Ahora le ha tocado a una de las obras cumbre de León Tolstói, Anna Kareninamás conocida por ser una de las historias más transgresoras que se escribieron en la Rusia de los zares y que además es de las más queridas y leídas en todo el mundo. Todo gracias a los dilemas morales que genera en el lector por su relato sobre amores adúlteros en una sociedad más que conservadora, su entretenimiento y la valentía que el autor ruso demostró al escribir algo así.

Anna2Pues bien, en Telecinco se han cargado todo ese espíritu lleno de aspectos positivos del libro y han hecho una miniserie de dos episodios aburridos, nada fieles a las tramas y en los que todo es tan artificial y majestuoso que no casa para nada con la historia original.

Para empezar, porque en la adaptación de Mediaset todos son guapísimos y guapísimas. No hay un personaje que no esté bueno (bueno, obviemos a Ángela Molina) y por el que no suspiraríamos con esos trajes y vestidos tan elegantes. Pero es que en la novela no es así. Simples detalles que en la televisión se pasan por el forro para así adecuarse a la superficialidad patente en toda producción que se precie. Ni eso han sido capaces de respetar.Anna3

Con estas malas elecciones se han cargado un drama valiente que retrata a una sociedad carca que no soporta que una pareja pueda decidir por sí sola que se quiere. Con todos los rechazos, reproches y zancadillas que conlleva enamorarse en una época como la que muestra la novela. Ni con todo este potencial han hecho algo bien la cadena española y su dueña italiana, que han perpetrado una telenovela que no valdría ni para la sobremesa.

Anna4Otros de los aspectos a destacar, por mal hechos, son el ritmo y el avance de las tramas. En dos capítulos de hora y media cada uno no hay ni un solo momento llamativo o que atrape al espectador: todo bostezos. Los diálogos también se podrían haber planteado de otra manera, pero la culpa de ésto solo la tienen los actores. O no; nunca sabremos cómo han interpretado realmente los textos. Esto es culpa, una vez más, del doblaje.

Anna Karenina ha resultado ser aún más mediocre por culpa de la voz en castellano que le han puesto a los actores. El doblaje resta calidad de por sí a cualquier producción, y este extremo ha sido especialmente grave en este caso. Pocas traducciones simultáneas de la voz de los actores han sido tan perniciosa como ésta. Y la verdad, ver a María Castro, alias ‘la choni eterna’ por Sin tetas no hay Paraíso Vive Cantando, y a Ángela Molina doblándose a sí mismas es pernicioso para cualquier serie.Anna6

Digan lo que digan los talibanes pro doblaje, que existen y hasta dicen que hay que doblar a muchos actores porque con su voz normal pierden potencial (ojo a esto), esta práctica no hace más que destrozar una ficción. Como leí por ahí, es como si te gusta Nirvana y escuchas las versiones que ha hecho Pitingo.

Hablando de música y malos cover, lo que nunca le perdonaré a esta adaptación de Anna Karenina es la banda sonora. Una copia barata y vergonzosa de la maravilla que compuso Ennio Morricone para Cinema Paradiso. Y es que con las películas que han marcado una vida no se juega. Lo mismo deberían hacer Telecinco y Mediaset con ciertos libros.

Todas las fotos, de promoción de Telecinco

Romeo y Julieta: la adaptación de Telecinco que profana la obra de Shakespeare

Que un grupo de comunicación más conocido por su caspa que por la calidad de sus parrillas televisivas se atreva a hacer adaptaciones de clásicos de la literatura resulta chocante. Si esta gran empresa, que es propiedad de un personaje que ha sido condenado a lo largo de su vida por corrupción, cohecho, fraude fiscalprostitución de menores o abuso de poder, y que además derogó toda la legislación antimafia cuando llegó a ser primer ministro italiano, intenta hacer de éstas unas superproducciones con la idea de que se emitan en varios países, es alarmante. Pero si ya elige para su estrategia de ganar dinero por medio de la pantalla a libros cruciales en la historia y a los que ya ni se puede definir como inmortales por buenos y trascendentales, directamente acojona.Romeo3

Mediaset lo ha hecho. Con Shakespeare y Tolstói. Y no, no es broma. Han adaptado Romeo y Julieta y Anna Karenina. Insisto: estoy hablando completamente en serio. Si pusisteis Telecinco el martes y el miércoles de la semana pasada, además de ayer, lo habréis presenciado (a vuestro pesar). Y como es obvio, lo han hecho mal. Fatal. De vergüenza. Pero vayamos por partes. Empecemos con la de las familias enfrentadas castigadas con un amor irremediable, y mañana damos cuenta de la historia sobre amores adúlteros.

Romeo2Lo último que vi sobre Romeo y Julieta fue hace años, en aquella película de Baz Luhrmann con Leonardo DiCaprio y Claire Danes. Una adaptación ambiciosa y atrevida, con la trama trasladada a una supuesta Verona del siglo XX. Y salió bien. En Mediaset debieron creer que siendo conservadores y ambientándola en un contexto similar al de la tragedia del dramaturgo de Stradford les podría salir mejor el experimento. Pero no: la han cagado. Han profanado la obra de Shakespeare. Con el sufrimiento que conlleva para los que la hemos visto.

Por cierto, nunca entenderé a las chicas que dicen que buscan un «Romeo» en sus vidas. ¿Qué quieren, un tipo que mate a su primo y que encima acabe suicidándose?

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Siguiendo con el relato previo a mi digresión, uno de los grandes problemas de esta miniserie es que todo resulta forzadísimo. El ritmo no existe. Y esta carencia, especialmente en una obra que conoce todo el mundo, es determinante. Si en una historia donde lo que va a ocurrir se conoce de antemano no se innova, aunque sea ligeramente para hacer la adaptación más atractiva, alumbras algo plano. Ésto no se consigue añadiendo personajes que no existían en el libro o escogiendo un frío invierno para la ambientación. Pero si además los actores realizan una actuación mediocre, se va todo al garete. Y el mayor problema es éste.

El mayor fallo reside en dedicar dos horas y media de las tres totales de duración a toda la primera parte de la obra, lo que conlleva que se ventilen todo lo importante, lo más interesante, en la última media hora. Es decir, lo que más atrapa, lo intrigante, los porqués del destino funesto del Montesco y la Capuleto es lo que menos espacio recibe en el metraje. Es incomprensible.

Romeo4Tampoco ayuda ver a Martin Rivas, al hijo de Manuel Rivas,  intentando hacer de Romeo. A pesar de ser tan guapo y gallardo, presenciar su actuación ha sido una experiencia a erradicar de la mente. Está muy mal. El protagonista masculino que describía Shakespeare no era un tipo duro que solucionaba todo a hostias, que es lo que aparenta el personaje del actor gallego. De hecho, a muchos les cae mal por la poca sangre que demuestra. El de Martín Rivas es un machote al que todos temen; en el libro es un jovenzuelo pusilánime y lerdo.

Con Julieta pasa algo parecido. La de Alessandra Mastronardi es una chica bonita, romántica y respetuosa; la del escritor inglés es una cursi y una intensa. Y sinceramente, a mí la actriz italiana no me parece tan preciosa como para hacer de Julieta. Es guapa, desde luego; pero no atesora una belleza espectacular con la que te quedas prendado. De hecho es poca cosita. Romeo5

Más allá de consideraciones sobre el elenco, que en general es pobre y mediocre, hay que centrarse en lo que proyecta la miniserie en el espectador: aburrimiento y poca clarividencia a la hora de relatar la historia por medio de las escenas. Ni el príncipe, ni los Montesco, ni los Capuleto, y ni siquiera el conde Paris, al que se cepillan de forma apresurada, sirven para acaparar la atención. No están bien interpretados, y de donde no hay… Puede que el único acierto sea el actor que hace de Mercutio, que está creíble y encaja con lo que nos cuentan de él a través de las letras. El resto no hay por donde cogerlo. Es aburrida y nada atrevida.

Sobre el doblaje solo me viene a la cabeza el calificativo de «criminal», porque no me quiero extender más sobre un tema tan manido y del que mi postura está bastante clara. Gajes de las superproducciones internacionales que quieren llegar a todas partes, supongo.

Todas las fotos son de promoción y facilitadas por Telecinco

El corazón del Océano: uno y no más

Suelo ver dos o tres episodios de cualquier serie antes de atreverme siquiera a sacar conclusiones sobre qué me parece y qué proyecta. Las excepciones existen en esta norma autoimpuesta, claro. Y es que, en ocasiones, con un solo capítulo basta para saber si algo apunta para bien o para mal, si tiene sentido o no, o simplemente, si tiene remedio o no. Más aún si es largo. Cor5

Es lo que ocurre con El corazón del océano. Solo he necesitado un episodio, el que se emitió anoche en Antena 3 y he vuelto a repasar esta mañana, para cerciorarme de que es una tontería más de la producción española. Directamente, no hay por donde cogerla. Intentar hacer un Titanic en el siglo que sirvió para descubrir (y aniquilar) América ya es un fracaso de antemano. Y sigo sin comprender por qué en España siguen intentando hacer algo novedoso empleando las mismas técnicas. Pero hay más razones.

Cor3La temática es una de ellas. En España se nos da muy bien hacer películas y series sobre los siglos XIX y XX (también es cierto que si repites mucho algo, al final te saldrá bien; pues eso ha pasado con las ficciones ambientadas en estas épocas, se han hecho innumerables y alguna tenía que salir bien), pero no ocurre lo mismo con los anteriores. Ahí tenemos Águila Roja: una ninja en el Siglo de Oro español. Con dos pelotas bien grandes.

El corazón del océano, basada en la novela homónima de Elvira Menéndez, se adentra en el S. XVI de manera torpe y atropellada. La historia sobre la primera caravana de mujeres de la historia, enviadas a América para casarse con los conquistadores españoles para frenar el mestizaje en la zona, no resulta atractiva en la televisión. En la novela no lo sé, pero los comentarios y reseñas que he leído al respecto no son muy halagüeños.Cor2

La culpa, por empezar, la tienen los recursos. No se puede mezclar en una ficción que aspire a ser de calidad doblaje y voces originales. Eso solo pasa en este país; somos de pandereta hasta en el estilo que le damos a las producciones. De hecho, no se debería doblar NADA. NUNCA, CACA. Pero así estamos. Que actores españoles pusieran voz a los extranjeros debería haberse erradicado hace ya mucho. Ya lo siento por los que se dediquen al doblaje, pero es una manera de destrozar a los personajes y su realismo en pantalla. Y lo de El corazón del océano ha superado todos los límites del buen gusto. Porque hasta el doblaje es malo y forzado.

Cor1Los actores tampoco están en los mejores roles para lucirse. Ni Hugo Silva, ni Álvaro Cervantes, ni Clara Lago; ninguno de ellos está bien. La que está mal de verdad es Ingrid Rubio: imprecisa, su voz no parece la suya, e inexpresiva. Y es una pena, porque todos han demostrado ser buenos intérpretes en el pasado. El problema es que si les obligan a declamar, es casi imposible que puedan hacer un buen papel. Porque no se les da bien, y aquí queda claro.

La ambientación se suma a la retahíla de fallos y no está lograda, mientras que el vestuario parece de carnaval. Sencillamente, no da la sensación en los decorados y los escenarios de que eso sea el siglo XVI. Ni te sumerge en una época distinta, y parece que está contando una historia del siglo XXI con gente mal vestidaCor4

En definitiva, un episodio y no más. Esta tontería que viene a sustituir a El Tiempo entre Costuras volverá a reventar las audiencias, seguro. Aunque sea mala, aquí el respaldo lo tiene asegurado. La audiencia española no es tonta: simplemente le vale cualquier cosa. Y es una pena.

 

Virtudes y defectos de la gran El Tiempo entre Costuras

Ha acabado El Tiempo entre Costuras. Tuve mis reservas con los primeros episodios, que me parecieron algo aburridos. Pero empezó a mejorar a partir del séptimo, justo cuando la trama se traslada de nuevo a la península ibérica. Y se ha ido demostrando que es una gran serie (demasiados episodios para llamarla miniserie), a la par que nos ha regalado albergar una esperanza sobre la ficción española.

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No todo son series familiares y/o musicales inanes y chabacanas. Aunque éstas las emitan las mismas cadenas que luego son capaces de hacer la adaptación del libro de María Dueñas.

Pero es imposible que todo sean parabienes para El Tiempo entre Costuras. También tiene sus fallos; y no son pocos. Y han deslucido un producto televisivo que por otro lado cuenta con muchas virtudes. He seleccionado rasgos de ambos signos. Empecemos por lo malo, y así finalizamos con lo positivo.

Los defectos

2Duración excesiva de los capítulos. Entre 75 y 90 minutos por episodio resulta excesivo en cualquier serie. Hasta en las mejores que existen y que han optado por este metraje ocurre que transmiten pesadez por esta razón. Esto ha provocado que adoleciese de carencia de ritmo en bastantes momentos. A los guionistas les han sobrado 20 minutos, como poco, por episodio. Hay que saber seleccionar y hacer criba de qué momentos son prescindibles y cuáles no a la hora de diseñar las tramas que formarán parte de la historia (aunque entiendo que con la escritora de la novela supervisando y encima todo el rato no sea tan fácil). Y más si se hacen 11 episodios. Que esa es otra.

Demasiados episodios para un libro. Se han pasado, directamente. Es una barbaridad (al menos a mí me lo parece) repartir las andanzas de los personajes de un libro con 640 páginas en 11 episodios cuya duración es cercana a la hora y media. La defensa de este aspecto que he leído por varios foros y Twitter es que «en EEUU harían más episodios de menos duración». Falso: el mejor ejemplo es Juego de Tronos, basada en libros que rondan las 700 páginas y que se han adaptado a la televisión en temporadas de diez episodios que duran aproximadamente 55 minutos cada uno. Y en los libros de Canción de Hielo y Fuego hay muchísimas subtramas que ni de broma se dan en el bestseller de María Dueñas.4

Su hora de emisión y el maltrato de Antena 3. España es diferente. Lo mismo ocurre en las emisiones televisivas. Nuestro prime time es un despropósito, y hasta que no haya voluntad por parte de las cadenas de cambiarlo ni de coña lograremos tener una televisión que podamos ver todos. Empezar a las 22:45 un episodio que va a durar casi hora y media disuade de verlo por la tele. Que haya seis millones de parados no quiere decir que éstos se acuesten tarde; mucho menos que lo haga el resto que aún tiene trabajo, estudia, tiene hijos o se despierta cada mañana para buscar un empleo. Esto es culpa de Antena 3, que desde el principio sometió a la serie a un maltrato inexplicable.

3Escenas superfluas e innecesarias. Ver cómo Sira Quiroga baja una escalera o los planos de un coche llegando a un emplazamiento no aportan nada. Solo sirven para añadir minutos sobrantes que alargan el episodio de manera absurda. Esperemos que los que se lancen a hacer una gran serie en el futuro sepan ver esto.

Resúmenes excesivos y avances con spoilers. Que resumiesen TODO el episodio de la semana anterior cuando te disponías a ver uno nuevo y que al final de éste último destripasen lo que iba a ocurrir en el próximo es la mayor torpeza que he visto jamás en una serie. No he entendido qué les ha llevado a plantear así sus teaser, en los que se revelaban situaciones importantes. Pero lo peor ha sido la duración de éstos: minutos y minutos de spoilers que restaban atractivo a la serie. El peor de todos fue el que se emitió antes del primer capítulo: contaron toda la serie. Entera.5

Las virtudes

Adriana Ugarte. Leí anoche que el término adecuado para definirla es «morbo». Y es cierto. Nunca he visto a una actriz española tan seductora y  llamativa como Ugarte. Te atrapa en cada escena y te funde con su seducción si te atreves a cruzar una mirada con ella. Su técnica es envidiable, atesora belleza y su expresión corporal es similar a la de las grandes intérpretes que se caracterizaban por subyugar al espectador con una simple calada a un cigarrillo. Sin Adriana Ugarte no existiría Sira Quiroga y El Tiempo entre Costuras sería mucho peor. Y es que es la gran actriz española del futuro. Los otros descubrimientos ha sido el de Peter Vives (Marcus Logan) y Hannah New (Rosalinda Fox).

7Las localizaciones y la fotografía. Rodar en tres países distintos (España, Portugal y Marruecos) y respetar los lugares naturales que visitan los personajes en la novela se ha notado mucho. A esto han contribuido los planos escogidos y la acertada iluminación de las escenas. La preciosidad de los escenarios es indiscutible. Si no lo hubiesen hecho de esta manera la calidad de la serie habría descendido notablemente.

La fidelidad al libro. El 99% de lo que escribió María Dueñas, que ha revisado el proyecto desde el principio, ha quedado reflejado en la televisión. Alcanzar este nivel de lealtad a un libro es excepcional. En ocasiones hacerlo así puede resultar contraproducente; pero a Iñaki Mercero y al resto del equipo les ha quedado muy bien.8

El excelente vestuario. Quizá sea su mayor acierto. Los diseños son magníficos. Pero la percha de Adriana Ugarte hace mucho. Aun con ella, el resto de la ropa casa con los años que abarca la historia. Un aspecto en el que en España se suele acertar de pleno, ya que ésto sí se respeta con creces. Todos los actores están guapos y todas las actrices están guapas con su vestimenta. Mi chica me ha pedido que encuentre todos los vestidos que luce Sira Quiroga y que se los compre, vamos. Aquí podéis leer a la diseñadora revelando cuáles son sus tres modelos preferidos.

6Su intriga y entretenimiento. Su capacidad para el suspense y de tensionar al espectador es digna de mención. Te hace ponerte nervioso a la vez que plantearte preguntas del estilo «qué va a pasar ahora». La ambientación y la interpretación de los actores son claves para lograr una atmósfera inquietante a la par que entretenida. Algo que no es fácil; y El Tiempo entre Costuras destaca por ello.

El perturbador e inquietante regreso de Hannibal

Ya teníamos mono del caníbal más atractivo de la televisión. Y parece que la espera merecerá la pena. Aquí tenéis el primer tráiler de la segunda temporada de Hannibal, cuyo regreso está previsto el 28 de febrero, y en el que se aprecia que Bryan Fuller se atreve a dar un paso más. Porque por lo que se ve en estas imágenes todo apunta a que en esta segunda remesa de episodios las tramas serán más salvajes. Puede que incluso más violentas y explícitas. Y siempre perturbadoras e inquietantes. Eso sí: por ahora, no parece que en los guiones se vaya a contar con Francis Dolarhyde (más conocido como El dragón rojo). ¿Qué será del pobre Will Graham? ¿Empezará el doctor Lecter a ser descuidado y llamará la atención de la policía? En algo más de un mes empezaremos a saberlo.

Un año sin Fringe

Este 18 de enero, un día más aunque signifique uno menos de vida, se cumplió un año de otra fecha que sí recordaremos y que estuvo marcada por una despedida: la de Fringe. La serie que descubrió la ciencia ficción a millones de personas y que, además, popularizó las conspiranoias sobre la posible existencia de otras dimensiones del mundo tal y como lo conocemos. Una de las mejores ficciones que se han hecho y que todo el mundo debería ver. Y que, por supuesto, es de culto.Fringe1

Fringe es buenísima. Pase el tiempo que pase, la vea un público u otro, pocos podrán discutir su calidad y entretenimiento. Es cierto que en algunos episodios puntuales se ponía algo intensa y dramática, hasta hacerse pesada. Pero eran excepciones dentro de cinco temporadas que desbordaban inteligencia, ciencia, misterio y situaciones paranormales. Porque aquí nada quedaba sin explicación. Hasta la locura más quimérica acababa teniendo un sentido. Tampoco hay que olvidar que (casi) todas las tramas son de ficción pura y dura, por lo que no hay que entrar en debates de «esto es posible». Las magufadas para los homeópatas, los que creen en los chemtrails y aquellos irresponsables que se declaran antivacunas.

Fringe5Que una serie sea buena por varios aspectos es algo habitual. Pero si lo es por inolvidable es que ha logrado trascender al puro disfrute de sus 40 minutos por capítulo, al hacerse con un trozo de recuerdo y otro de corazón de aquellos que la vieron. Hasta el punto de tener una masa de auténticos fans, que sienten auténtica devoción por ella. Es decir: Fringe  es de culto. Y tiene su propia enciclopedia online, en la que se intenta dilucidar qué pasaba con algunos casos y se analizan las entrañas de la serie. Un logro de la creación del ahora plasta J.J. Abrams, que con ésta se lució (para bien) especialmente.

La cantidad de recursos de Fringe es su otro punto fuerte. Éstos comprenden los innumerables y kafkianos casos con los que tenían que lidiar Olivia Dunham (Anna Torv), Peter Bishop (Joshua Jackson) y su padre Walter (John Noble). Pero también está la implicación de éstos en cada caso; fuese determinante o no, siempre daba lustre a los episodios por la complicidad que se establecía entre víctimas, criminales y nuestros ‘buenos’.Fringe3

Porque la fórmula que la hace única es ésta: todos los personajes tienen algo que ver entre sí y con los ‘malos’ que han de detener. Nunca se mete algo con calzador, y casi todas las historias tienen alguna relación entre sí mismas. Aunque la conexión sea endeble y se sostenga con dificultad. La cuestión es que existe, y eso hace de Fringe la ficción que mejor ha tratado sus temáticas.

Fringe4Todos sus episodios se caracterizaban por tener ese ‘aquel’ que te rallaba la cabeza y te impedía comprender a lo largo de su duración qué estaba pasando. Hasta que te lo explicaban y lo entendieses o no ya te quedaba claro que lo que había ocurrido tenía sentido.

Pero sus dos mayores éxitos residen en los personajes y en ciertos episodios. El doctor Bishop es nuestro científico loco preferido, elevado a inmortal por los buenos ratos que nos ha hecho pasar. Olivia Dunham y Peter Bishop le van a la zaga, especialmente por lo que les toca vivir a partir de la tercera temporada (la de la otra dimensión) y que culmina en la quinta y última (la invasión de los calvorotas y la tragedia personal de ambos). Y nadie podrá olvidarse de Astrid (Jasika Nicole), de Phillip Broyles (Lance Reddick) o de Nina Sharp (Blair Brown). Lo mismo con algunos malos.Fringe2

En cuanto a los episodios, ¿existe algún seguidor de Fringe que no se emocione al recordar White Tulip? ¿O aquel en el que sufrimos la desgracia de Etta? O toda la tercera temporada, una de las mejores entregas que se ha visto en la televisión.

Finalmente, las bajas audiencias y relegarla a la noche de los viernes en EEUU dieron la puntilla a Fringe, que sobrevivió en varias ocasiones a la cancelación. La veía poca gente en la tele, pero millones a través de Internet. Finalmente lo último pesó algo más y pudimos disfrutarla hasta el 18 de enero de 2013.

Y un año después, seguimos buscando algo similar que nos haga pasarlo tan bien. Siempre nos quedará rescatar escenas antiguas en YouTube. Al menos para ver a Gene.

Muchos tiros y poca historia en la entretenida Mob City

De todo lo que se ha hecho sobre la mafia estadounidense, que ha abarcado desde los años 20 a la época actual, aún nos faltaba conocer los entresijos de los líderes criminales cuando ya se habían hecho un nombre y atesoraban el poder. En Boardwalk Empire nos cuentan el primer segmento, cuando los capos aún eran aspirantes a gánster. La que reflejó una posible etapa contemporánea no necesita presentación: Los Soprano.

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Pero esos años de auge, donde la brutalidad y la impunidad formaban parte de la rutina, no habían sido recogidos en una serie. El único testimonio que se asemejara fue El Padrino, con la repercusión que todos conocemos y que la llevó a ser mejor película de la historia. Aunque también sentó un precedente nada sano, pero a la vez necesario: estaba tan bien hecho que no íbamos a admitir cualquier cosa. Su factura era impecable, las interpretaciones eran incalificables (por buenas) y sus historias, inolvidables. Todo lo «in-» que se nos ocurra de forma mayestática vale para la trilogía de Coppola. Y si el ambiente sumerge, pero no llega a subyugar, no te acaba de convencer. Por una tontería así, se puede echar por tierra una serie. Aunque la idea sea buena y su ejecución correcta. Es lo que ocurre con Mob City.

Mob3La última creación de Frank Darabont tras su abrupta salida de The Walking Dead cuenta la lucha entre policías y mafiosos en Los Ángeles durante los años 40, esa década en la que mangoneaban lo que querían y mataban ídem. Los personajes son ilustres: Bugsy Siegel, Meyer Lansky o Mickey Cohen forman un tridente tan mortífero como el del Barça de Rijkaard. Y aunque parecen imparables, hubo policías que se atrevían y querían acabar con ellos.

Basada en el libro L.A. Noir: The Struggle for the Soul of America’s Most Seductive City, el agente protagonista es un excombatiente de la batalla de Guadalcanal llamado Joe Teague (Jon Bernthal, The Walking Dead). Su problema es que es un veleta entre la policía y la mafia por una serie de razones que si revelase sería un spoiler. Todo por su relación con el abogado mafioso y amigo suyo Ned Stax (Milo Ventimiglia, Heroes), que le hace algún encargo según le haga falta o no.Mob5

Mob City se centra en las acciones de represión que ejercen los sicarios de los gánster. O lo que es lo mismo: en el asesinato de cualquiera al que consideren chivato o traidor a la causa de hacer más dinero. No se adentra en el mundo de las concesiones ilegales, de las empresas pantalla o del juego. Directamente, apuesta por las refriegas entre policía y criminales, las luchas propias entre los últimos, y el asalto puro y duro con los tiros y las armas como protagonistas. Eso le resta algo de interés, ya que no profundiza ni aporta datos o historias sobre aquella época. Solo nombres.

Mob2Ese es el principal fallo de la serie: adolecer de falta de base histórica, con la que contextualizar y traer luz sobre una etapa tremendamente conflictiva pero que a la vez levanta pasiones. A eso se suma que el argumento sea tan estático, al centrarse en un único mafioso y en la persecución ideada por la policía para sacar de circulación a un criminal tan pernicioso.

Esa escasez de tramas y de historias paralelas desluce una ficción que es bastante entretenida y donde todos los actores interpretan a la perfección sus papeles. En este campo destacan Robert Knepper (Prison Break) y Jeffrey DeMunn (The Walking Dead), que están estupendos. Pero es insustancial. Entretiene, claro, pero no es de gran calidad. Y no es mala, ni mucho menos, ya que al menos tiene la capacidad de hacerte pasar un rato enganchado a ella. Aunque lo que no logra es que te conviertas en un adicto a sus tramas.Mob6

Que solo sean seis capítulos de algo más de 40 minutos cada uno (o tres de hora y media, como se ha dispuesto) supone otro atractivo en Mob City, ya que se ve rápido. Aunque la elegancia no sea tan asombrosa como en otras de su competencia.

Por qué nos interesan las épocas de asesinatos masivos o las historias de mafiosos no tiene explicación aparente; supongo que para intentar evitar que algo así se repita en el futuro. O por la erótica del poder.

Bienvenidos al Lolita: mala, mala y mala

¿Qué pasa en España con la ficción televisiva? ¿Por qué hacemos siempre lo mismo? ¿Cuál es la razón que lleva a crear una amalgama mal hecha entre comedia y drama? ¿A apostar de forma insistente por chistes verdes, machistas o racistas que, encima, no tienen gracia? Si al menos la tuviesen (porque sí, se puede hacer humor con todo, y no acepto eso de los ‘límites del humor’), pues todavía. La respuesta es en apariencia complicada pero en realidad muy sencilla: porque las series españolas las hacen siempre los mismos. Y el eje del mal suele estar compuesto por tres elementos: Globomedia-Daniel Écija-Alex Pina. Y así nos va. 

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La última ocurrencia del trío calavera de la ficción patria ha sido Bienvenidos al Lolita, una serie que lo está petando en audiencia y que es un auténtico despropósito en todas y cada una de sus escenas. Por la simple razón de que nos están volviendo a colar la historia de siempre. El mismo producto aburrido, grosero (que no transgresor, que esos molan), y absurdo al que nos tienen acostumbrados en Telecinco y Antena 3.

Lolita5Bienvenidos al Lolita es mala hasta decir basta. Es lamentable. Encima, repite la fórmula «drama familiar-reencuentro con los que se dejaron atrás-bromas con la miseria-historias de amor imposibles de primeras entre el chico guapo mayor y la niña menor-personaje borde junto a una transexual entre el grupo». Y podría seguir, pero creo que todo el costumbrismo es patente, tal y como ocurre en otra malísima y exitosa llamada Vive Cantando.

Ha sido esta última la que ha llevado a Antena 3 a seguir encabezonada en sacar en su parrilla una serie «»»»musical»»», en la que canta hasta Beatriz Carvajal. Y Natalia Verbeke. Y Roberto Álamo. Incluso Luis Varela. En fin, creo que con esto queda claro de qué estamos hablando. Todos ellos forman parte de un cabaret que años atrás fue un exitazo, todo esto según la serie ya que eso no se lo cree nadie. En cualquier caso, se van a la ruina, y gracias a la aparición de un empresario con ganas de invertir en un negocio con el que entretener al lerdo de su sobrino se decide por convertirse en el socio mayoritario del antro.Lolita4

Un argumento tan atractivo como despertarte tras una noche de farra al lado de alguien con quien no te acostarías ni aun pagando, vamos. Con el que Bienvenidos al Lotita se suma a la lista de las que denigran la calidad en este ámbito. De cómo cantan y bailan no voy a hablar. Es indescriptible. De forma peyorativa, me refiero. Pero si la idea es mala, peor es la ejecución.

Lolita3Primero, por las actuaciones. Ni uno de los personajes resultan creíbles. Pero ni uno. Carlos Santos, que será para siempre el Povedilla de Los hombres de Paco, hace de gallego desnortado al que dejan plantado en el altar. Y más que resultar enternecedor lo que logra es provocar rechazo por su papel ridículo. Algo que no le pasa, por ejemplo, en El tiempo entre Costuras. Luis Varela, el empresario salvador del cabaret, está en lo de siempre: un tipo con carácter, mal hablado, y que puede hacer incluso gracia con su mala leche en algún momento.

También está Natalia Verbeke, la mujer con la familia perfecta que acaba desahuciada y con unos cuernos que le llegan al techo por culpa de su marido; y que, tras años sin bailar ni cantar, es capaz de subirse a un escenario a las dos horas de llegar al local por enfermedad de la intérprete principal. El resto es más de lo mismo: la bailarina casquivana, la borde, la tonta que se lía con el tipo 20 años mayor, el músico decadente que acaba tocando el piano en un sucedáneo de local de stripteaseLolita2

Lo que más pena da de todo, y ya es decir, son las actuaciones de Roberto Álamo y Nerea Camacho. El primero, un actorazo con un bagaje considerable, aquí está sobreactuado y nada creíble. La escenita del primer episodio en la que coge el micrófono y hace un alegato a favor del espectáculo que desarrolla junto a sus compañeros es de lo más vergonzoso que he visto. Con Camacho pasa algo parecido: en Camino nos engañó. Allí parecía que iba a ser una buena actriz durante toda su carrera. Aquí nos arrebata esa esperanza. No hay por donde cogerla.

LolitaAunque lo que más rechina en Bienvenidos al Lolita son sus continuas referencias a la crisis. Otra más que se suma a la España de Campofrío, la del «bueno, hay que resignarse» y «nos queda tirar para adelante, qué remedio». No pido que una serie monte un 15-M en cada capítulo, pero sí se deberían evitar estas situaciones en las que se asume el discurso oficial de «todo lo que nos pasa es por algo» y que justifica que aumente la pobreza o se recorten sueldos. Porque ya sabemos quiénes se están beneficiando de la mala situación económica y cómo somos el resto los que nos tenemos que tragar toda la bilis. Y si protestamos, nos cambian la legislación y ya.

Bienvenidos al Lolita es otra más de la dupla Pina-Écija. En España solo la gente poderosa en el mundo de la televisión puede hacer series, lo que deja de lado una posible apuesta por el talento de los guionistas jóvenes. Éstos son los únicos que nos pueden sacar del atolladero, al haber mamado desde pequeños las series anglosajonas y europeas que tanto nos gustan a todos. Pero no les van a dejar. Porque las penosas y desafortunadas ideas argumentales de los que lo han hecho mal siempre se van a mantener de la misma forma que los políticos corruptos: ni se van, ni les hacen irse. O derribamos la puerta, o seguiremos así toda la vida. En la ficción también.

Los Globos de Oro del reconocimiento a Brooklyn 99 y la justicia con Bryan Cranston y Amy Poehler

Las críticas negativas a las entregas de premios suelen estar cargadas de razón. Sobre todo porque es cierto que son subjetivas, responden al criterio de unos pocos, y se deja fuera de los galardones a todos aquellos que no se esfuerzan por ‘vender’ su serie o película entre los que van a votar quién se lleva las estatuillas. Pero al final es con lo que se va a quedar la mayoría de gente.

Gilligan

El público se decanta por un largometraje o una ficción por capítulos tras saber de su existencia por medio de una ceremonia de este estilo. Y son las que se alcen como ganadoras aquellas de las que se hablará al día siguiente. Todo esto no es lo ideal, pero sí es representativo de cómo se perciben o conocen la mayoría de productos.

A mí los premios anuales me gustan. Y si son como los Globos de Oro de este año mucho más: la justicia y el reconocimiento se han impuesto a lo preestablecido y, por primera vez en muchos años, ha reinado la cordura a la hora de repartir esas estatuillas tan feas pero que tanta satisfacción genera en el que la recibe. Pero eso lo compensaron Amy Poehler y Tina Fey, que estuvieron magníficas y desternillantes presentando.

Samberg

El reconocimiento ha sido para Brooklyn 99serie que tuvo su espacio aquí y que es la comedia revelación del año. No quiero colgarme medallas, pero lo avisé en el post que hice al respecto; los Globos de Oro avalan mi parecer. Y la justicia se explica con la subida al escenario para recoger su premio de Bryan Cranston por Breaking Badque además ha ganado en mejor serie de drama, y de Amy Poehler por Parks & Recreation.

Injusticia con Michael J. Fox

Comenzando por las comedias, la victoria de Brooklyn 99 ha sido un bálsamo para los que la hemos defendido, que casualmente solemos ser los que vemos pocas series de humor. Esta engancha desde el inicio. Es absurda, por supuesto; pero es entretenida, y es difícil no sonreír cada dos por tres con las ocurrencias de Andy Samberg y compañía. Totalmente merecido. La burbuja de Girls se está desinflando a cada ceremonia… Y eso se agradece.

Brroklyn

Lo que no ha estado tan bien es precisamente el premio para Samberg como mejor actor de comedia. Dejar a Michael J. Fox sin estatuilla es inexplicable e injusto, porque está impresionante en The Michael J. Fox Show, otro de los grandes aciertos de la nueva temporada.

Pero si en EEUU están enamorados de J. Fox, lo están más de Andy Samberg: es el niño bonito de la prensa y la crítica, tras los momentos desternillantes que ha protagonizado en Saturday Night Live y su capacidad para viralizar todo aquello que se le ocurre. No hay que olvidar que se ha cargado en la liza a gente como Jim Parsons (The Big Bang Theory), Don Cheadle (House of Lies) y Jason Bateman (Arrested Development).

Lena

A Amy Poehler le ha costado más que le den premios durante estos años. Que esté tremenda en Parks & Recreation no ha bastado. Al final le ha llegado el momento. Y lo ha hecho superando a las insoportables Lena Dunham (Girls, la más hortera de la noche por su vestido) y Zooey Deschanel (New Girl), que eran favoritas junto a la ‘novia seriéfila de América’, Julia Louis-Dreyfus (Veep). Con Edie Falco por Nurse Jackie ni se contaba.

Victoria de Breaking Bad en drama

Que la serie de Vince Gilligan barriera al resto en sus categorías era una necesidad. Ya que se ha ido, al menos que se tenga en cuenta los buenos ratos que nos ha hecho pasar a todos. Mejor serie de drama y mejor actor principal en la misma categoría para Bryan Cranston la contemplan en estos Globos de Oro. Porque el resto ni de broma. Ni siquiera The Good Wife. La única que tenía alguna posibilidad contra ella era House of Cards.

Cranston

Esta última, si bien no ha logrado el máximo premio, sí puede arrogarse el tener la mejor actriz de 2013. Robin Wright se ha comido a sus competidoras de forma sorprendente. Julianna Margulies por The Good Wife se ha quedado a las puertas otra vez (era más favorita), así como Taylor Schilling (Orange is the New Black) y la sobrevaloradísima Kerry Washington (Scandal).

Aun así, la victoria de Robin Wright no me parece justa. Sé que nunca se los van a dar, pero Tatiana Maslany (Orphan Black), que hace ocho personajes distintos en una sola serie, o más, se merece todo lo que haya en el mundo. Es tan buena que está más allá de estos saraos. Pero se agradecería algún detalle con una de las mejores actrices de la actualidad. Más que nada para que más gente pueda descubrirla a ella y su gran ficción sobre clones.

RobinAl fin, Elisabeth Moss

La otra que ha visto recompensado su trabajo de estos últimos años ha sido Elisabeth Moss. Pero no ha sido por Mad Men: ha ganado el de mejor actriz de miniserie por Top of the Lake. Ya le tocaba.

El resto de esta categoría estaba cantada. La mejor miniserie según los Globos de Oro es la misma que para el resto, Behind the Candelabra, y el mejor actor Michael Douglas, protagonista de la misma.

En cuanto a los actores de reparto, en la categoría masculina se ha homenajeado a Jon Voight por su gran actuación en Ray Donovan, dejando atrás a Aaron Paul (Breaking Bad) o Corey Stoll (House of Cards). El galardón a mejor actriz de reparto ha recaído en Jacqueline Bisset (Dancing on the Edge). Sorry, Hayden Panettiere.

Ay, Khaleesi, hazme tu Khal. Quita de ahí, Chris O'Donnell

Ay, Khaleesi, hazme tu Khal. Quita de ahí, Chris O’Donnell

Hasta el año que viene, Globos de Oro. Esperemos que sean así de justos en siguientes entregas. Y por favor: que alguien les diga a las actrices que no acepten vestirse de forma tan hortera aunque les paguen todo el oro del mundo. Algunas se salvan, claro.

Listado completo

Mejor Drama

Mejor Comedia o Musical

Mejor actor de drama

  • Michael Sheen (Masters of Sex)
  • Bryan Cranston (Breaking Bad)
  • Kevin Spacey (House of Cards)
  • James Spader (The Black List)
  • Liev Schreiber (Ray Donovan)

Mejor acriz de drama

Mejor actor de comedia

  • Jason Bateman (Arrested Development)
  • Don Cheadle (House of Lies)
  • Michael J. Fox (El show de Michael J. Fox)
  • Andy Samberg (Brooklyn 99)
  • Jim Parsons (The Big Bang Theory)

Mejor actriz de comedia

  • Zooey Deschanel (New Girl)
  • Julia Louise-Dreyfuss (Veep)
  • Lena Dunham (Girls)
  • Edie Falco (Nurse Jackie)
  • Amy Poehler (Parks & Recreation)

Mejor miniserie

Mejor actriz de miniserie

  • Helena Bonham Carter (Burton & Taylor)
  • Rebecca Ferguson (The White Queen)
  • Jessica Lange (American Horror Story: Coven)
  • Helen Mirren (Phil Spector)
  • Elizabeth Moss (Top of the Lake)

Mejor actor de miniserie

  • Matt Damon (Behind the Candelabra)
  • Michael Douglas (Behind the Candelabra)
  • Idris Elba (Luther)
  • Al Pacino (Phil Spector)
  • Chiwetel Ejiofor (Dancing on the Edge)

Mejor actor secundario

  • John Voight (Ray Donovan)
  • Josh Charles (The Good Wife)
  • Rob Lowe (Parks & Recreation)
  • Aaron Paul (Breaking Bad)
  • Corey Stoll (House of Cards)

Mejor actriz secundaria

  • Hayden Panettiere (Nashville)
  • Monica Potter (Parenthood)
  • Janet Mcteer (‘The White Queen’)
  • Sofia Vergara (Modern Family)
  • Jacqueline Bisset (Dancing on the Edge)

Todas las fotografías son del Facebook de Golden Globes

Primer tráiler de la cuarta temporada de Juego de Tronos

Todos queremos a Juego de Tronos. Por algo es la serie más vista en todo el mundo, quizá la más pirateada. Tendremos que esperar hasta el 6 de abril para disfrutar de la cuarta temporada, basada en la segunda parte de Tormenta de Espadas, el tercer libro de la saga Canción de hielo y fuego que ha escrito con toda la calma George RR Martin. Pero ya tenemos el primer tráiler. Y parece que no se van a dejar nada en el tintero. E insisto: esta cuarta temporada puede ser todavía más impactante que la tercera. Sí, peor que la Boda Roja (aunque no tan espectacular como esos ocho minutos de barbarie). Avisados estáis.