Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

Archivo de diciembre, 2013

Los mejores momentos de las series en 2013

  AVISO: Spoilers en todo el post

Siempre hay momentos que se nos quedan grabados. Ya sea porque su impacto es obvio o porque a nosotros nos calan de forma inexplicable, esas escenas o situaciones nos marcan y son las que destacamos cuando nos preguntan por un determinado asunto. En las series son habituales. Son experiencias personalísimas de cada uno. Lo que a él en un capítulo le ha jodido el día, a ella no le ha parecido ni destacable, y viceversa. La que sigue es la lista de las escenas que me chocaron, me hicieron reír o llorar, o las que simplemente son tan buenas que merecen una mención. Si vosotros tenéis otras, por favor, compartidlas en los comentarios. Lo vuelvo a avisar: SPOILERS a mogollón.

El tiroteo en el colegio de Utopia

Por lo que significa y el momento en el que se emitió puede que sea la secuencia más atrevida de todo el año. La serie de Channel 4 se emitió a principios de año, apenas dos meses después del tiroteo en la escuela de Newton en la que murieron varios niños y adultos. En EEUU ni se esperaban que en las islas británicas fuesen a emitir algo que ellos, con sus remilgos, jamás habrían emitido. Utopia no escatima en mostrar sangre con el rojo más fuerte posible. Lo mismo ocurre con las escenas violentas, más presentes conforme pasan los episodios. Que la pantalla nos muestre como Arby le vuela los sesos a alguien en primer plano y luego nos deje escuchar los gritos y los tiros que se producen en las distintas estancias de la escuela solo pueden hacerlo unas pocas. Y ésta es una de ellas.

El asesinato de Andrea en Breaking Bad

La mejor serie de 2013 se marchó con ocho capítulos inolvidables e históricos por la calidad patente que se ofrecía en cada segundo. Como es normal, el impacto y el “qué coño acaba de pasar” fueron constantes durante la tanda de despedida tan maravillosa que se marcó Vince Gilligan. Podría elegir muchos más de Breaking Bad, pero me quedo con este: cuando Todd asesina a Andrea de un tiro a bocajarro para obligar a Jesse a seguir haciendo metanfetamina en condiciones de esclavitud. Me quedé helado. Incluso se me escapó la lágrima, porque el llanto de Pinkman me destrozó. El tío Jack dejaba claro que no le importaba hacer lo que fuese para conseguir lo que quería.

La muerte de Hershel en The Walking Dead

Los zombis no han tenido una media temporada memorable que se diga, pero los acontecimientos del último episodio hasta su regreso en febrero tendrán mucha repercusión para su futuro. El asesinato de Hershel a manos del gobernador, y a espadazos, es muy importante para el devenir de la historia. Y fue completamente inesperado. Al menos The Walking Dead nos ha demostrado que aún tiene cierta capacidad de sorpresa.

La última media hora de Boardwalk Empire

En los episodios finales de temporada de la ficción de la mafia en los años 20 de la HBO siempre pasa algo. Realmente, en todos los capítulos existe un momento que te supera o te encanta, pero esto ocurre especialmente en las season finale. En los 30 minutos del episodio 12 de este año pasaron muchas cosas que a mí, y supongo que no seré el único, me frustraron a la par que aumentaron mi devoción por Boardwalk Empire. La muerte accidental de la hija de Chalky White fue uno de ellos.

Pero lo mejor, por triste, fue la despedida de Richard Harrow. Fue una montaña rusa de sensaciones por cómo la presentaron: de la felicidad al estar con su familia, al cabreo extremo cuando nos muestran que está muerto. Fue acojonante.

El final de Fringe

En 2013 se marchó una de las mejores series de ciencia ficción que han existido. Y lo hizo de la mejor forma posible: cerrando las tramas pendientes, evocando una vez más los valores que la han hecho destacar, y con espectacularidad por medio de un experimento que ponía el broche a la historia. Fueron cinco temporadas llenas de altibajos, pero eso no impidió que las tramas de Fringe fuesen entretenidas y muy interesantes. Sus interpretaciones, como la de John Noble, estaban más que logradas, y siempre te permitía aprender algo. Y encima era original. Estos tres minutos son una delicia.

La identidad de la madre en Cómo conocí a vuestra madre

Casi nueve años. Nueve. Me ha dado tiempo a sacarme bachillerato, acabar una carrera, y estar en varios medios. Y nunca he faltado a la cita semanal entre septiembre y mayo para ver si de refilón adivinaba quién era la madre de los hijos de Ted Mosby. Finalmente todas las pistas eran ciertas: el paraguas amarillo, la compañera de piso, la guitarra, el grupo que tocaba en la boda de Robin y Barney… Lo que nunca nos anticiparon de ninguna manera era su cara. Y así llegó a nuestras vidas Cristin Milioti, más conocida como «la madre», ya que en la serie aún no nos han dicho cómo se llama. He de reconocer que al principio Milioti me parecía poca cosa para las expectativas que teníamos ante tanto misterio. Pero con el tiempo he rectificado, como es normal, ya que ha estado estupenda a la vez que graciosa en todos los capítulos en los que ha aparecido hasta ahora. Quedan unos meses de Cómo conocí a vuestra madre, que se está despidiendo con una gran temporada. Aquí una entrevista que concedió hace poco tiempo.

La ¿muerte? de Brody en Homeland

Soy de los que tengo claro que Nicholas Brody ha pasado a la historia de la televisión como un héroe-villano fiambre. Pero por los comentarios en los posts sobre Homeland, los de las redes sociales, así como las teorías que circulan por distintos medios especializados, me he planteado si dudar sobre si realmente murió en el último episodio de la tercera temporada. Que si el nudo no era corredizo, que lo que vimos fue un ahorcamiento falso, que al que subió la grúa era otro tipo y no Brody… En cualquier caso, esto supone un punto de inflexión y el entierro definitivo de una serie que durante sus doce capítulos de este año se encargó por sí sola de cavar su tumba. Insisto en que nadie necesita una cuarta temporada.

La boda roja de Juego de Tronos

Los que habíamos leído el libro sabíamos lo que iba a pasar. Pero no cómo se iba a trasladar a la pantalla. Y la adaptación de esta masacre fue magnífica. Para los que no tenían ni idea por no haber leído Tormenta de Espadas fue un trauma todo lo que ocurrió en la boda entre una Frey y un Tully. Los vídeos de las reacciones de la gente ante esos minutos de sangre y asesinatos son representativos de la cara que se nos quedó a todos. Porque aun conociendo de antemano qué ocurriría, también flipé.

La terapia para Sheldon en The Big Bang Theory

De todos los momentos desternillantes que nos han regalado nuestros frikis favoritos durante los años que llevan en emisión, este es uno de mis preferidos junto a la persecución en la piscina de bolas. El contexto de ésta escena de TBBT es sencillo: Sheldon tiene la necesidad imperiosa de finalizar todo. No puede dejar nada a medias. Y Amy quiere educarle para que no sea tan obsesivo y pueda dejar las cosas a medias (a ella no la deja ni así, porque ni le da por empezar). Otra más de una pareja atípica que solo sabe hacernos reír.

El llanto de Michael Sheen en Masters of SexMasters

No se me ocurre nada peor para unos padres que perder un hijo por culpa de un aborto espontáneo. Si eso no te afecta es que eres un maldito robot y estás muerto por dentro. Afortunadamente, William Masters no lo estaba. Lo parecía, por su actitud y la personalidad huraña que nos muestra Michael Sheen en Masters of Sex. Pero cuando asume que ha perdido al bebé que espera con su esposa Libby explota. Aunque no quiera que le miren. La llorera desgarradora de Masters al final del quinto episodio de la serie es de las que no se olvida. No he encontrado el vídeo, pero los que la hayáis visto me entenderéis.

La muerte de Tara en Sons of Anarchy

Como es habitual, cada temporada de los moteros de Charming mueren varios de los personajes secundarios y alguno de los protagonistas. Esta sexta temporada puede ser la que haya batido el récord de decesos. Y eso que no estaba fácil, ya que en las anteriores caían como moscas y cada dos por tres quien menos te esperabas que iba a desaparecer. El año pasado fue la muerte de Opie la que nos apesadumbró a todos. En este 2013 de SOA, la más impactante ha sido sin duda la de Tara. La brutalidad de la secuencia ha provocado que la marcha de Clay haya quedado en segundo plano.

Los últimos minutos de Orange is the New BlackOrange

La muerte de Pennsatucky a manos de Piper nos dejó helados a todos. Ni lo vimos venir. Y, sobre todo, nos quedamos con la deliciosa intriga de no saber qué va a pasar ahora con la protagonista de Orange is the New Black¿La condenarán a más años? ¿Podrá ocultar lo que ha hecho? ¿La cubrirán? Hasta el verano de 2014 no sabremos la respuesta. La espera será larga.

La pelea entre Hood y el boxeador en Banshee

Un boxeador que maltrata a las chicas con las que se acuesta. Y un falso sheriff que quiere detenerle y darle una lección. Aunque tenga que enfrentarse a él puños mediante. Esta escena solo se puede definir como realista. No puedo añadir nada más. Hay que verla y punto.

Horario infantil, La que se avecina y los insultos de Alberto Caballero

Tengo mis reservas hacia el horario infantil. Lo que vean los niños en la tele es una responsabilidad de los padres, y en esta época, donde existen los controles parentales, estar pendientes de todo lo que ven los pequeños es mucho más fácil. También comprendo que hay ciertos programas que no deberían emitirse a la misma hora que en otras cadenas están poniendo dibujos animados. A estos quizá habría que ponerles más límites, ya que tratan asuntos que pueden ser más serios o no, pero que al fin y al cabo son reales e incluso de mal gusto.

LAqueTelecinco y Antena 3 son expertos en cruzar esa línea con sus espacios matinales, cargados de sucesos y casquería con todo tipo de detalles, casi haciendo negocio con la muerte de menores. En Mediaset van más allá por las tardes, con esa bazofia llamada Sálvame, que cuenta historias que no interesarían a nadie de no ser por la vocación chismosa patente en España.

Lo que me parece fuera de lugar es trasladar un debate similar a la ficción. Más que nada porque no se puede comparar lo anterior con historias no reales contadas de una manera u otra. Productos que tienen unas calificaciones de edad que si los padres quieren han de tener en cuenta con el fin de que su hijo no vea algo inapropiado para su edad. Pero meter en el mismo saco a series y programas basura que hacen negocio con las miserias de los demás es injusto y manipulador.

Los insultos de Alberto Caballero tras las multas a Mediaset por incumplir el horario infantil por medio de su serie, La que se avecina, han protagonizado la polémica televisiva de la semana. Caballero no se cortó un pelo en su Twitter y llamó «panda de retrasados» e «hijos de puta» a los miembros del Ejecutivo tras esta sanción de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) provocada por la emisión en la cadena FDF de tres episodios de la serie en horario protegido.

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No me gusta La que se avecina. Me parece mala, innecesaria, sin gracia, y cargada de topicazos como que los españoles somos unos jetas o que siempre puteamos al vecino por el simple gustazo de hacerlo. Pero eso no quiere decir que haya que prohibirla, por muy chabacana o insulsa que sea. Sus audiencias entran dentro de la media, e incluso han aumentado en su nueva temporada***. Y si dicen palabrotas o hay escenas inadecuadas, son los padres los que han de valorar si les interesa que su hija descubra una ficción de ese tipo o no.

En lo que tiene toda la razón Caballero es en ésto que dice en uno de sus tuits.

Y es que es así. Internet permite a un chaval ver un episodio de cualquier serie a la hora que le dé la gana. Depende de sus progenitores controlar ese aspecto. Más aún cuando se sabe que el efecto disuasorio del horario infantil no está funcionando porque a las cadenas no les da la gana respetarlo.Caballero

No voy a apoyar las formas de Alberto Caballero. Se puede mostrar una posición discordante con un estilo u otro, y sobre todo con educación. Tuvo un calentón, y se pasó de frenada. Lo que sí hago es entender su postura, el fondo de lo que quería transmitir: las multas son injustas y absurdas. Si se fuese en serio con este sistema de protección de los menores con respecto a los contenidos televivisos, debería haber programas fuera de circulación desde hace bastante tiempo por acumular multas de millones de euros. Pero esto no ocurre, ni ocurrirá.

Otro ejemplo son las corridas de toros. ¿No ofrecen una tortura explícita de un animal? ¿Y además en horario infantil? ¿Se pueden equiparar a una serie? Claro que no, pero es que es cañí, y en la mayoría de casos son los propios padres los que incitan al crío a ver el sufrimiento de un pobre morlaco. En este caso el control de los contenidos es inexistente, aunque se emita por una cadena pública. En fin.

La que se avecina me parece penosa. Es otra serie española que va a lo fácil, que ha querido resucitar de una manera poco acertada una maravilla del humor patrio como fue Aquí no hay quien viva, y que tiene un hedor a marca españismo y anuncio de Campofrío que tira para atrás.

Aunque siempre será más nocivo un programa basura que habla sobre el semen que apareció en la ropa de una niña muerta o que da cuenta de los cuernos que el hermano de una cantante pone a su mujer que una serie soez y absurda.

***He corregido la referencia a las audiencias de La que se avecina. Manejaba unos datos que no eran correctos, y Chama en los comentarios me ha facilitado el share real de la serie. Os pido disculpas.

Las peores series de 2013

No quería perder el tiempo en hacer una recopilación de lo que me ha aburrido o asqueado en este año más que aceptable de la ficción. Pero me veo en la obligación de advertiros sobre aquello con lo que no deberíais perder el tiempo. 

Esta lista la componen esas series a las que no sabes si darles o no una segunda oportunidad por absurdas que parecen. Aquellas que se hacen cuesta arriba aunque su duración sea exigua. Las mismas con las que piensas «bueno, será que el primer capítulo es el raro». Y no: si algo parece malo de primeras, puede ser mucho peor.Homeland4

Quizá a varios (o muchos) de vosotros os gusten algunas de las que componen mi lista de las peores de 2013. Pasará como con las mejores de todo el año y las noveles que a mi juicio más destacaron. Cuestión de gustos, como siempre. Por eso invité a varios expertos a que contasen sus preferencias, para que tuvieseis otra visión. Insisto en que esta lista es solamente mía. Y no, no me olvido de otras que al parecer han tenido despedidas desastrosas, como Dexter Skinssimplemente no las he visto aún.

Se puede disentir, por supuesto. Pero es que no puedo con ninguna de las que se mencionan a continuación.

The Following Following

Un psicópata que monta desde la cárcel una secta sobre su legado asesino, a la que arrastra a decenas de seguidores enfervorizados con sus métodos. Para detenerle, llaman al policía que le metió entre rejas. La idea era muy buena, a la vez que original. La realidad es que es una chapuza de serie, aunque se deja ver. Todas las críticas negativas sobre The Following se basan en que nos la vendieron como la serie que iba a marcar el año, lo que se tradujo en unas expectativas infladas sobre ella. Resultó que no era más que otra serie de policías, con el elenco de sospechosos habituales para este tipo de temática, y sin frescura alguna. Cualquier consecuencia a una trama se prevé cinco minutos antes. Y Kevin Bacon está mal. La segunda temporada llega en poco tiempo. Miedo me da.

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Sé que ha gustado, aunque no de forma mayoritaria. A mí no me provocó nada más que bostezos. Y eso que la idea era abrir la boca para reír, no para dejar claro el aburrimiento. No cuestiono que Stephen Merchant sea o no gracioso, ya que por lo que le conozco en otros ámbitos tengo claro que no es mal cómico. Pero aquí se ha metido demasiado en el papel. Tanto que su perdedor solterón que intenta ir de mujeriego se queda en el primer adjetivo por méritos propios. Merchant no hace gracia, sino que da pena. Como la serie.

Homeland (tercera temporada)

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Matar la idea original y dejar a Brody de lado han matado Homeland. Todo lo que tenía que decir sobre ella está en este post sobre su tercera remesa de capítulos. Menudo síntoma pasar de la lista de las mejores a estar entre las peores (no soy el único que la considera acabada tras la nefasta entrega de este año). La cuarta temporada del próximo año da pereza máxima.

The Crazy Ones

Para un admirador de Robin Williams como el que suscribe esta supuesta comedia ha sido un auténtico varapalo. No le encuentro ese ‘aquel’ a los chistes que los guionistas disponen para el actor estadounidense y sus compañeros, entre ellos Sarah Michelle Gellar. Las vicisitudes de una agencia de publicidad en forma de humor me han decepcionado. Ni Buffy levantaría esto.

Vive CantandoVive1

Seguramente sea la favorita de los publicistas de Campofrío. Está entre las tres peores series que he visto en mi vida. Nada creíble, repleta de topicazos sobre la gente humilde y los barrios obreros, a los que pintan como chabacanos, además de poco cuidada en los decorados. Tal y como ocurre en otro producto patético como Aída, Vive Cantando es pura Marca España: los pobres son pobres porque les ha tocado ser así, y todos acaban cayendo en la espiral de decadencia por las malas decisiones que genera el entorno. De apelar a la justicia social nada de nada, no vaya a ser que se metan en líos, ¿no? Es otra más que insiste en que no hay que avergonzarse de vivir en un país de mierda, que aboga por el «nos ha tocado esto, qué le vamos a hacer», y que insiste en el manido y penoso argumento que rige la producción española: familia, drama con ínfulas de comedia, tragedia, llorera, luego carcajada, y así todo el rato. El reparto es peor aún, claro.

Mario Conde: los días de gloria

Foto: telecinco.es

Foto: telecinco.es

Siento aversión hacia ella. Solo de tener que volver a mencionarla se me revuelve el estómago. Es la mayor vergüenza televisiva que se ha emitido nunca en España. Ya no solo por lo que trata de contar, sino porque no hay ni una pizca de calidad. Hay gazapos, malas interpretaciones, su ritmo es tedioso, y encima no tiene lógica a la hora de presentar los hechos. Lo que más chirría es que la adaptación se hizo en base al libro que escribió un ladrón que fue condenado, y dos veces, por robar dinero del banco que presidía. Si Telecinco pretendía hacer un lavado de imagen y humanizar a un personaje como Mario Conde solo contando su versión de lo ocurrido, enhorabuena: consiguieron todo lo contrario. Lo peor fueron los programas previos y posteriores a la emisión de los dos capítulos, que son auténtica basura de por sí. Todo un ejercicio de peloteo mediático.

Hostages Hos2

La ‘nueva Homeland’, decían. Un auténtico despropósito, resultó. Que la idea de una familia secuestrada en su propia casa por un grupo que pretende obligarles a realizar determinadas acciones para no hacerles daño o matarles está bien. Eso no lo discute nadie. Lo malo es la ejecución de ésta, por medio de los guiones que han de asumir los actores. Y ninguno de los dos factores se ha alineado con el otro ni con el plan previsto. Hostages es lenta, aburrida y predecible. Tampoco aporta nada novedoso. Y Dylan McDermott como malo solo lo clava en American Horror Story; aquí está horroroso y no acojona. Si queréis echaros una siesta, probad con su piloto. Ni la dormidina.

Las mejores series de 2013 según los expertos españoles

Toda lista de preferencias con el foco en 2013 responde a los gustos personales de aquel que la realiza. Lo avisé en mis dos rankings particulares, el de las 10 mejores del año y el de las 10 series de estreno que a mi juicio más han destacado. Dado que siempre estoy dispuesto a ampliar miras y a dar cabida a todo aquello que os pueda servir para descubrir más ficciones que ver, he invitado a unos amigos a llenar este espacio para que os ofrezcan sus preferencias. De esta manera os recomiendan lo que les ha encandilado más y os cuenten por qué. Como es normal, ellos han optado por algunas que yo no tuve en tanta consideración o no he visto. Más que nada porque saben más que yo. Al fin y al cabo, lo mejor es tener variedad.

Miriam Lagoa – En Terra de Series

Breaking Bad. Estamos demasiado acostumbrados a series que se cierran con una final que no está a la altura. Vince Gilligan y su equipo culminaron una historia perfectamente diseñada durante cinco años a través de algunos de los mejores capítulos de toda la serie. Se resume con una palabra: Ozymandias.Breaking3

The Good Wife. Otro caso excepcional, el de una serie que no ha dejado de crecer desde la primera temporada y que está rayando la perfección en su quinta temporada.

Dates. La gran sorpresa del verano y la demostración de que no se necesitan grandes presupuestos para convertir en original una historia que no lo es tanto.

Masters of SexUna serie que lleva la palabra sexo en el título y luego es capaz de dejarlo en un segundo plano para hablar de amor y relaciones personales.  El complemento perfecto son sus actores, principales y secundarios, a los que deberíamos cansarnos de verlos nominados los próximos meses

Justified. Una serie que no es lo que parece y encima me da la sensación de que se vende fatal La cuarta temporada ha sido casi tan buena con la segunda , una de las mejores del 2011,  gracias a una historia principal que ha vuelto a ser la excusa para seguir indagando en el complejo mundo del condado de Harlan.

Natalia Marcos – Quinta Temporada (El País)

Breaking BadLos ocho últimos capítulos, con unos actores en estado de gracia y guiones que no daban un respiro, pusieron el broche perfecto a una serie que venía pidiendo paso en el Olimpo de las series y lo ha ganado por méritos propios.

The Good WifeEl final de la cuarta temporada y el comienzo de la quinta es de lo mejor que se ha podido ver en televisión este año. Es la serie que nunca decepciona, y que tras un capítulo grandísimo te da un episodio enorme.BRon

Masters of SexGran estreno de 2013 que huye del morbo que podría generar el tema que trata para centrarse en unos personajes magistralmente interpretados.

Bron BroenSi la primera temporada de la serie ya fue muy buena, la segunda es todavía mejor. La pareja formada por Saga y Martin es una de las mejores de la televisión actual. La espera de la tercera temporada se va a hacer muy larga.

Orange is the New Black2013 ha sido un año con muy buenas series de estreno. No es solo la historia de una cárcel de mujeres. Es una de las revelaciones del año por sus grandes personajes y por el enganche que provocan sus guiones.

Jaime DomínguezTV Spoiler Alert 

The OfficeA pesar de haber sido explotada hasta el hastío, la novena y última temporada de The Office consiguió que nos reconciliáramos con los empleados de Dunder Mifflin, quienes se despidieron por todo lo alto con un emotivo final que indudablemente obliga a incluirla entre lo mejor del año.Good

Breaking BadLa serie del año por excelencia se coloca en el podio de las series más épicas de la historia tras habernos ofrecido una recta final que dejó al espectador sin respiración. Su final, ya una leyenda, nos ofreció toda la paz que le podíamos pedir a la serie, no sin saldar antes las cuentas que tenía pendientes con sus personajes así como con su público.

Orange is the New BlackLa sorpresa del verano que dejó a la crítica y al público encandilados se ha convertido en todo un referente para el seriéfilo. De la creadora de Weeds, la serie de Netflix consigue convertir una prisión de mujeres en el happy place más adictivo que podemos recordar.

The Good WifeComo el buen vino, el procedimental legal de la CBS no solo se saldó con una cuarta temporada brillante, sino que consiguió dar un giro de 360º para dejar a todos sus espectadores boquiabiertos con andadura en su quinta temporada. Deliciosa, atrevida y elegante; un placer que disfrutamos solo unos pocos. 

Ja’mie: Private School GirlDel atrevido Chris Lilley, esta comedia australiana que aún a día de hoy sigue dando de qué hablar no es apta para todos los paladares, pero seguramente conseguirá sorprender a más de uno con su particular visión del mundo ‘teen’ y una idea que, cómo negarlo, es ‘so quiche’ que es imposible no apreciarla.

Mar Guerrero – Series a la parrilla

The Good Wife. Normalmente una serie de network en su quinta temporada y 100 episodios a sus espaldas tiende a estar más enganchada a la máquina de respirar que dando guerra por sí sola, pero lo que han hecho los King aquí es superlativo. No sólo los guiones siguen sacando petróleo de unos personajes que parecen inagotables, sino que continuan situaciones y temas de complejidad considerable con un arte pasmoso. Para levantarse y aplaudir mientras te cargas el bol de palomitas, así de claro.

Jorah

Orange is The New Black.  Creo que nadie iba con expectativa alguna con ella y resultó ser la revelación de este año. Engancha la idea y un reparto poco visto con mujeres de todas las formas y colores. Te olvidas de que son unas delincuentes en la cárcel y ves a gente con sus problemas. Además, la serie es una fuente muy peligrosa de onliners para partirse. Mención especial merece Laura Prepon que ha dejado to’ loco a gran parte del público con su personaje. En definitiva, chapó por Jenji Kohan y Netflix.

Game of Thrones. La tercera entrega ha devuelto a la serie toda la fuerza que se perdió en la segunda temporada. Había parado de leer los libros, así que el momento de la Boda Roja me pilló completamente por sorpresa. Se nota que, por fin, han entrado en materia, concentrándose en las tramas que importan, y no han decepcionado. Espero con ganas los nuevos episodios… Y muertes si las hay.

Dates

DatesParece mentira que la séptima temporada de Skins, de lo peor de año, y esto provengan del mismo creador, pero así estamos… Tírame un drama intimista que te lo agarro al vuelo. Los nuevos capítulos se te pasan volando. Gran parte de la culpa es de los diálogos, y también del choque de personalidades de los emparejamientos que vas viendo y, por supuesto, lo marciano de algunas situaciones. Me gustaría ver cómo sigue tratando la vida al camionero David.

Orphan Black. En esta serie no es tanto el qué como el quién. Como serie de sci-fi ligera es entrenidísima, pero aquí la salsa la pone Tatiana Maslany. En serio, es monstruoso lo que hace esta actriz  interpretando a hasta, ¿cuántos? Siete clones diferentes. Tan sólo por ver el festival que monta ella sola, vale la pena. Y tiene que ganar el Globo de Oro.

José Manuel RomeroCadena SER

Breaking Bad. Su tanda final de ocho capítulos demostró por qué está ya en el olimpo de las mejores series de la historia. La caída de Heisenberg, el sufrimiento de Jesse, la angustia de Skyler, la determinación de Hank… No vamos a poder olvidar fácilmente a una ficción que nunca se ha traicionado y que siempre podrá presumir de la coherencia de sus guiones, de elaborar una historia redonda, sin fisuras. Solo por Ozymandias deber ser la serie del año. Confirmó ser la obra de arte que esperábamos.

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Orange is the New Black. El soplo de aire fresco que necesitábamos. Cuando mejor se hablaba de Netflix por House of Cards y empezaban a llegar las nominaciones a premios, la plataforma online nos sorprendió en verano con el que ha sido su gran estreno. El enfoque de la narración, la mezcla de géneros y la historia de Piper Chapman fue algo nuevo entre tantas ficciones recicladas y la palpante falta de ideas. Buscaba sorprender y lo ha conseguido.

The Good Wife. La serie que nunca defrauda. Ha cumplido 100 capítulos y sigue ahí, sin mostrar signos de cansancio. Su ritmo, sus guiones, su legión de actores secundarios y la maestría para desarrollar casos semanales han hecho que entierre esa coletilla de ‘la mejor serie de la televisión en abierto’. La última parte de su cuarta temporada y el arranque de la quinta la sitúan cara a cara con las mejores ficciones de la televisión por cable.

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Bron Broen. En este top cinco del año es obligatorio incluir alguna serie que no venga de EEUU. Entre Dates y Bron Broen he optado finalmente por la solvencia de la segunda. Parecía muy difícil después de la excelente primera temporada y el remake USA (y francobritánico), que Saga y Martin volvieran a engancharnos con un nuevo caso policial, pero lo han conseguido. No tanto por la historia en sí, sino por la evolución de dos personajes en constante construcción y crecimiento. Un premio al mejor dúo policial de los últimos tiempos.

Masters of Sex. La serie que cumplió las expectativas. La relación de Will y Virginia y las investigaciones de Masters and Johnson nos han seducido desde el primer minuto. Al igual que Orange is the New Black, su magia viene de mostrar algo nuevo y sumamente cuidado. La mezcla de tramas, la complejidad de mostrar unas mentes atormentadas y la elegancia a la hora de tratar el sexo han hecho que estos primeros 12 capítulos nos hayan sabido a poco.

Las diez series revelación de 2013

Tras dar cuenta de mamá, es el turno de papá. Como dije en la anterior lista, el año no ha sido tan malo si se hace balance. Al menos una veintena de series, y puede que más, han llegado este 2013 a nuestros portátiles (o televisión, si sois puristas) para quedarse. La savia nueva ha variado en el género, y un número importante de la cosecha anual ha aportado argumentos novedosos bajo ambientes inéditos. Como siempre, esta clasificación es completamente personal. Recojo únicamente lo que he visto y me parece mejor, tras dudar en la criba. Estas son las diez series revelación de 2013.

10. Ray Donovan Ray

El nuevo ‘chico malo’ de Showtime en sustitución del ‘cancelado’ Dexter Morgan nos alegró el verano. Y eso que sus historias son un completo drama por los casos que cuenta. Su tratamiento de los abusos de menores por parte de miembros de la iglesia es descomunal, y solo con este aspecto ya se merece ser seguida por todo el mundo. La honestidad atrae. Por el resto, la idea de una agencia de especialistas en solucionar problemas a los ricos es bastante original. Esto genera situaciones divertídisimas o indignantes, según sea el caso con el que les toque lidiar a Ray (Liev Schreiber) y sus chicos. La omnímoda presencia de Jon Voight como el padre de los hermanos Donovan es otro acicate para verla.

9. BansheeBan2

La otra ficción bestia de este año ha sido una de las criaturas indirectas de Alan Ball, el creador de Six Feet Under y True Blood. Es cruda, se anda sin ambages en las escenas que necesitan ser explícitas, y las historias están muy logradas. Lo mejor de todo es que tanto la violencia como el sexo que dispone cada dos por tres están completamente justificados. El sheriff impostor Lucas Hood (Antony Starr) que huye de su pasado para no acabar en una caja de pino por culpa del gánster que era su jefe ha emergido como uno de los grandes personajes de este 2013. Otro que le va a la zaga es Kai Proctor (Ulrich Thomsen), que es el típico tipo al que si ves por la calle dices «este tiene que ser malo». Para los que la hayáis visto, lo que destacaría de Banshee es la pelea entre Hood y el boxeador. Y los que no, os aseguro que es el combate más espectacular que he visto en mi vida. A principios de 2014 la volveremos a tener disponible.

8. The Fall3619467-high_res-the-fall.jpg

Nos hacía falta una de asesinos en serie para no perder la esperanza sobre el género en el mundo anglosajón, dada la bendita tiranía de ficciones nórdicas que han arrasado en estos años como Forbrydelsen Bron Broen (las cuales tengo pendientes). Que la agente protagonista sea la maravillosa Gillian Anderson es un reclamo para cualquiera. Si, encima, está encargada de perseguir al psicópata interpretado por Jamie Dornan, que pronto será más conocido por ser el Christian Grey cinematográfico, tenemos delante un cóctel que no puede ser más apetecible. La caza de Stella Gibson a Paul Spector ha sido una de las apuestas de mayor calidad de la BBC en este año. Todo bajo el manto de la siempre peligrosa Belfast, una ciudad que durante décadas ha lidiado con los avatares que causaba el terrorismo del IRA en sus calles. Y eso está muy presente en The Fall.

7. Orphan Black Maslany2

¿Es Tatiana Maslany la mejor actriz de 2013? Puede que sí. Ella sola interpreta a casi una decena de personajes en la misma ficción. Consecuencias de protagonizar algo que va sobre clones, con sus correspondientes experimentos científicos ilegales y estrambóticos, y que además se atreve con conspiraciones y hasta con el drama personal de una madre soltera. A los que veíamos Fringe el cuerpo nos pedía algo como Orphan BlackSarah y sus clones nos han encalidado a todos. Que estén en boga solo es responsabilidad de sus diez capítulos, electrizantes a la par que adictivos. Y hasta se atreve con ligeras píldoras de humor. Si le dais una oportunidad os la quedaréis.

6. Masters of Sexmas2

La gran estrella en cuanto a estrenos no ha decepcionado. El fracaso estaba descartado solo con la presencia del maestro Michael Sheen como William Masters. A éste se ha sumado una impresionante Lizzy Caplan (la Virginia Johnson ficticia), que no se ha arrugado y se ha reivindicado como una de las grandes actrices de la actualidad. La cruzada sexual de ambos para sacar al mundo de su caverna particular en cuanto a las relaciones íntimas queda perfectamente recogida en estos primeros doce episodios emitidos por Showtime. Además, el retrato inteligente de la hipocresía de los años 60 y del desconocimiento que se tenía entonces en cuanto al sexo es atinado y elegante. Lo peor es que en algunos momentos te da un baño de realidad, ya que te demuestra situaciones que deberían haberse quedado en aquellos años de atraso siguen vigentes hoy en día. Que una serie ambientada en una época de la que han pasado 50 años nos parezca transgresora debería preocuparnos. Con la reforma del aborto anunciada el otro día tenemos el último ejemplo. Nos quedan años de Masters of Sex. O eso espero.

5. Dates 

A partir de aquí los puestos están ocupados por los que aparecían en la lista de las mejores del año. No sería muy lógico que alguna de ellas se quedase fuera de la recopilación de los estrenos más destacados, y menos aún en puestos distintos entre un ránkings y otro. No voy a repetir lo que dije en el anterior, así que insto a ver Dates por razones muy sencillas: son nueve capítulos que duran algo más de 20 minutos que relatan citas entre desconocidos que quedan por Internet y cuyas vidas son un auténtico caos. Ligera, interesante y entretenida a partes iguales.

4. House of Cards

Ficción política del año en el marco de la Casa Blanca. Kevin Spacey es un genio que te embauca con solo una mirada. Robin Wright y Kate Mara le van a la zaga. El día de San Valentín de 2014 regresa.

3. HannibalDancy

El caníbal por excelencia tiene una serie imprescindible gracias a Bryan Fuller y Mads Mikkelsen. Su relación con Will Graham (Hugh Dancy) y los casos tan salvajes que ofrece la convierten en un must. No es gore, y es precisamente lo que se echa en falta: si se emitiese en una cadena de cable estadounidense, veríamos algo mucho mejor ya que se podrían atrever a más.

2. Utopia

Los cinco frikis que se ven envueltos en una conspiración mundial contra los habitantes del planeta Tierra por culpa de un cómic han aportado la idea más original y llamativa de 2013. Sus colorines y la brutalidad de las escenas (asesinatos, torturas, etc.) hacen que Utopia luzca más.

1. Orange is the New Black Orange2

Sigo sin palabras con respecto a su final de temporada. La serie más fresca del año por aunar temáticas tan dispares como el drama carcelario, la homosexualidad en prisión, o el vuelco a una vida en un solo segundo por un determinado acto. Esto último es la aportación más interesante de la serie de Netflix: un error, consciente o no, podemos cometerlo todos. Solo necesitamos una mala decisión para tener posibilidad de acabar en la reclusión. Una lectura valiosa a la que hay que considerar un obsequio, dado que nos sirve en nuestro día a día. Su humor negro, con la adaptación de una niña bien a la vida entre presas y las relaciones entre éstas, facilita que a Orange is the New Black se la pueda definir como necesaria. Y es que en los tiempos que corren necesitamos algo así para desconectar de nuestra realidad y sumirnos en otra.

No hace falta que vuelvas, Homeland

AVISO: Spoilers de la tercera temporada de Homeland

Se suele decir que una relación no puede ser la misma tras una infidelidad. Y es completamente cierto. La confianza se evapora, y la confidencia pasa de ser natural a cuasi obligatoria, bajo el recelo del «no me has contado esto, seguro que habrá más». Al fin y al cabo es una traición, sustantivo que implica perdonar pero no olvidar. Cuando pasa el tiempo, en la mayoría de casos te das cuenta de que quizá tampoco puedes aplicar el primer verbo, y que va a ser mejor dejarlo. Cada uno por su lado, finalizando lo que una vez fue real, y que desde aquel momento en el que se cometió el error dejó de ser lo mismo.Homeland3

En Homeland ha pasado algo parecido: a Brody (Damian Lewis) le han puesto los cuernos en la tercera temporada con una trama en la que no pintaba nada. Luego, en un gesto de perdón, le han implicado en ésta con calzador, para ver si se podía recuperar algo maravilloso que duró dos años. Pero como se esperaba, no ha sido así, y la serie y su protagonista masculino han tenido que romper. De mala manera, claro. Las consecuencias son trágicas: esta unión ya no podía ser la misma, y se ha acabado. Homeland no es lo mismo sin Brody. Por separado son cosas distintas. Y casi mejor que la parte que ha salido bien parada no intente hacer lo mismo que hacía con su pareja. Más que nada porque será imposible.

Homeland2La tercera temporada de la serie de Showtime ha sido un despropósito en líneas generales. A la vez, si nos centramos en el análisis por capítulos, ha llegado a disponer momentos de calidad que recordaban a lo que estuvimos viendo hasta el pasado año. El problema está en que vender la idea principal en el cuarto episodio de la segunda temporada no ha salido bien. En su momento estuvo bien por la valentía que implicaba, dado que nos hicieron pensar que todo iría a mejor y que la principal premisa (la doble vida de Brody) se extendería para que nos siguiéramos mordiendo las uñas. Resultó que ésto fue lo que mató la serie. Cuando vimos el final de los episodios de 2012 ya lo intuimos. Desde que comenzó la tercera entrega este año quedó bien claro.

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¿Quién iba a pensar que saliéndote del argumento original ibas a cagarla? Pues, no sé, ¿quizá alguien con dos dedos frente? ¿Cualquiera que se haya puesto a escribir ficción? ¿Todo el mundo? Recuerdo varias conversaciones sobre el tema con distintas personas. En cualquier caso, la pregunta importante es la mourinhista: ¿por qué? ¿Por qué lo hicieron? La respuesta no la sabemos, pero la consecuencia es un «os jodéis» abrumador. Showtime, los guionistas, los responsables de la serie, y cualquiera que tomase decisiones, nos han arrebatado la mejor noticia que tuvo la televisión en 2011. Y encima, en solo dos años. Las explicaciones al respecto de Alex Gansa, su showrunner, son para echarse a llorar. O reír, depende del humor de cada uno con respecto a lo que nos ocupa.

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Matar a Brody era algo ya casi necesario. Tenía que irse porque con los cuernos que tenía su personaje con respecto al argumento de esta tercera temporada ya no tenía sentido que siguiese. Para prepararnos, centraron toda la atención Saul (Mandy Patinkin) y Carrie (Claire Danes), enfrascados ambos en una misión secreta absurda en la que cogían por las pelotas a un pez gordo iraní para así usarle de soplón. Todo esta idea me parece genial. Pero no me la he tragado.

Homeland es la CIA, Abu Nazir, Brody, Al Qaeda y una mujer bipolar (algo muy serio) llorona que se enamora de un marine veleta encolerizado con su país por matar con un dron al hijo del terrorista que le convirtió al islam. También es el misterio sobre si el militar desaparecido se atreve a actuar contra su país, mientras su aspirante a novia sigue intentando descifrar si realmente se está tirando a un criminal en potencia basándose en su instinto y los consejos de su inteligente superior. Y no toda la morralla que nos han vendido en los 12 capítulos de este año. En fin.

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Varios amigos y conocidos me han preguntado esta semana si esta era la última temporada de la historia de Homeland. Todo lo indicaba: Brody se ha ido, Carrie se pira a Estambul a punto de ser madre, y Saul ha dejado la CIA tras ser condenado al ostracismo. Cuando les respondí de forma negativa no lo entendían. «¿Y qué van a hacer?». Me temo que nadie lo sabe.

Más imprevisible resulta cuando ya sabemos que dos personajes importantes, que no esenciales, como Jessica Brody (Morena Baccarin) y Dana Brody (Morgan Saylor) no estarán en la cuarta temporada. Su despedida no ha sido tal. Simplemente dejaron de aparecer. Una chapuza típica en una serie mediocre y no en algo que ha sido tan grande.

HomelandNo soy muy original con la reflexión final, pero es que no se puede extraer otra lectura: Homeland ha muerto con Brody. Lo que veamos (si queremos, que muchos puede que nos bajemos del carro) no será la serie que estábamos viendo. Será otro rollo. Otra historia, con tramas diferentes y personajes distintos. Mejor que le cambiasen el nombre, ¿no? O que no volviese. No hace falta. Tampoco la echaríamos de menos tras lo ocurrido este año. La pasta manda, supongo.

Las diez mejores series de 2013

Nos hemos pasado el año rajando de lo malo que había sido este 2013 para la ficción. Luego te pones a hacer memoria y a repasar lo que hemos visto en estos 12 meses… Y resulta que el año no ha sido tan malo. Han sido pocas las que han destacado y han venido para quedarse, pero todas de gran calidad. Lo mismo se puede decir de las que ya estaban, que con la excepción de Homeland han mejorado en sus nuevas temporadas. Que quede claro que esta lista refleja mi experiencia propia: solo está lo que he visto. Responde a mis gustos. El número implica que se queden fuera muchas otras que se lo merecerían. Y por supuesto, se puede disentir. También en los puestos: aquí podéis votar las que os parezcan mejores según vuestras preferencias. Vamos allá.

10. Juego de TronosGame

Tengo que reconocer que he dudado mucho entre ésta y Mad Men, que ha tenido una temporada colosal. The Rains of Castamere ha inclinado la balanza en favor de la criatura de George R.R. Martin. Aun estando sobre aviso de lo que iba a pasar por haber leído el libro, no pude evitar el impacto de ese noveno capítulo de temporada. Era inevitable flipar por lo que veía. El resto de episodios han estado a la altura de la gran serie que es. La seguirán ignorando en todos los premios seriéfilos, seguro. Pero puede que sea la que más seguidores tenga en todo el mundo en la actualidad, y eso no se paga con premios. Para los que no hayáis hojeado Tormenta de Espadas, el libro de Canción de Hielo y Fuego en el que están basadas la tercera y cuarta temporada, un aviso: la entrega de 2014 va a ser todavía mejor.

9. Dates Dates

Ha sido la auténtica novedad del año. Jamás habíamos visto algo parecido. Y por eso es de las 10 mejores del año. Bryan Elsley se ha lucido con esta idea de desconocidos que quedan tras conocerse por Internet y que tienen una cita rocambolesca. Las historias de los personajes están muy logradas, y en todas ellas confluyen el drama mundano nada alejado de la realidad. Que nos parezca tan real es culpa de su reparto, encabezado por una Oona Chaplin espectacular y que aquí demuestra que puede hacer lo que le dé la gana (además de confirmar que el futuro es suyo). Nueve episodios de algo más de 20 minutos que hay que ver sí o sí.

8. House of CardsHouse

Echábamos en falta una serie política que se sumergiese en las entrañas de la alta política estadounidense (Scandal no vale, esa es una broma). El argumento de la serie de Netflix es insuperable, con tramas intrigantes a la vez que adictivas. Por no hablar de que la calidad está hasta en el iluminador. El aroma de Hollywood está impregnado en sus 13 episodios, bien sea por David Fincher o por el papel protagonista de Kevin Spacey. Este último, con el regalo que le hacen los guionistas de romper la ‘cuarta pared‘, es el narrador perfecto para una ficción que en apariencia es complicada. Obviamente, no resulta así para nada. Aunque a veces no se pillen algunas conversaciones. Ésto nos ha permitido aprender más de la vida de los congresistas de EEUU y de cómo se llevan a cabo proyectos legislativos. En febrero más.

7. HannibalHannibal

Mi predilección por el doctor Lecter ha pesado, claro está. Por algo es el personaje de ficción al que le debo mi rechazo a las películas de miedo y mi aversión completa al gore de cualquier tipo. Pero Bryan Fuller ha planteado la historia del psiquiatra caníbal desde la majestuosidad y la distinción, una óptica que a la vez corresponde a los rasgos de su protagonista. Hannibal es lóbrega, agobiante y sobrecogedora. Incluso acojona en algún momento. Por eso es tan buena. También es cierto que se queda corta, ya que se emite en un canal en abierto. Si la cogiese una cadena de cable veríamos otra serie, mucho más explícita, y con un Mads Mikkelsen más aterrador. Ahora mismo está perfecta. Pero si se atreviese a más sería incluso mejor. Aspectos a pulir también tiene: Will Graham (Hugh Dancy) es insoportable, por ejemplo.

6. The Big Bang Theorytbbt

Es de las pocas que me hace reír en la actualidad. Estoy convencido de que muchas otras lo harán cuando las vea, pero es que es mi favorita del género. Que esté aquí responde al buen año efectivo que ha tenido: su sexta temporada fue genial, y los 11 capítulos que lleva la séptima son un no parar de carcajadas en la mayoría de minutos. Sheldon Cooper (Jim Parsons) nos alegra los días a todos con sus ocurrencias. Y ya no es el único: el resto de personajes no para de crecer en potencia. Todos son desternillantes, desde Penny (Kaley Cuoco) y su ignorancia, pasando por Howard (Simon Helberg) y su desastroso papel como marido, a Raj (Kunal Nayyar) y su soledad afeminada. Los rumores apuntan a que TBBT podría renovar tres años, alcanzando 10 temporadas. Yo digo sí.

5. UtopiaUtopia

Es la hostia. Tiene todos los ingredientes para enganchar desde el principio: violencia, acción y una trama inédita. Pero lo que realmente atrapa son sus misterios. En sus seis capítulos nunca se podía anticipar qué iba a ocurrir o cómo iban a salir los personajes del atolladero. La incógnita sobre la identidad de Mr. Rabbit, destapada en los últimos minutos, permite a Utopia entrar en ese club selecto de series con giros inesperados y tramas ocultas que ni nos esperamos. Su valentía a la hora de ofrecer una matanza en un colegio o escenas explícitas forman parte del cuadro de aciertos. Y su estética. Hay que ser fan por narices de los colores de los escenarios. Hasta la sangre es bonita.

4. Orange is the New BlackOrange

Quizá sea la obligatoria de 2013. Ha sido de la que más se ha hablado, y con razón. Jenji Kohan ha triunfado con su cárcel de mujeres inspirada en la historia de Piper Kerman. Y no es para menos: el reparto es genial, las tramas muy interesantes, y su trasfondo de denuncia social es un aspecto poco común en la ficción estadounidense. Tampoco es que andásemos muy sobrados de humor negro en las series que ya conocíamos. Ese vacío lo ha ocupado Orange is the New Black, y puede que sea suyo por muchos años. Aunque puede que no estén todas las que lo han hecho posible: ya veremos si Laura Prepon (Alex) se anima a seguir formando parte de esta tragicomedia. Sigo pensando en el final, sí. Los que la hayáis visto lo entenderéis.

3. Boardwalk Empireb4

No comprendo por qué, entre mis círculos, son mayoría los que no la ven. No me cabe en la cabeza. Y menos aún después de esta última temporada. Es una de las tres (las otras dos las primeras) que me destrozó en algún momento, gracias a su facilidad para empaparte de su trama y sentir como sus personajes. Su retrato de la génesis de ‘clase’ mafiosa que atemorizó y se apropió de Estados Unidos durante décadas no puede ser más fidedigno. Basta con leer algún libro para cerciorarse de que en el 90% del tiempo que duran sus episodios ofrece tramas completamente reales. Os podéis fijar en la tragedia que le toca vivir a Al Capone, por ejemplo. Boardwalk Empire no es Los Soprano, pero ocupa su lugar de forma más que digna. Su reparto es estupendo, y tiene la habilidad de sorprender con cada temporada.

2. Sons of AnarchySons

Sería la mejor de no ser por el acontecimiento seriéfilo del año. En cualquier caso, el próximo año será el suyo sin duda. Los moteros de Samcro que salieron de la imaginación de Kurt Sutter se despedirán el próximo año tras siete temporadas. Y como aperitivo a su adiós, nos han dejado 13 episodios indescriptibles en este 2013. Lo mejor, o lo peor, ha estado en su final, uno de los más impactantes del año por sus muertes, las consecuencias que conllevan para el resto de personajes, y por dejarte con ganas de que llegue otro capítulo. Su acción es distinta, y Sutter es un auténtico genio para facilitar la confluencia de más de 20 tramas distintas en una sola temporada. Porque nadie se pierde con todas las cosas que pasan en Sons of Anarchy, más bien al contrario. Algo que ya pasaba en The Shield, que destacaba por su ritmo endiablado. Virtud que ahora han heredado Jax Teller (Charlie Hunnam) y sus muchachos.

1. Breaking Bad Breaking

Sería un insulto no considerarla la mejor del año. Ya no como muestra de pleitesía por su despedida, sino porque solo se la puede definir de una manera: grandiosa. La serie que reinventó el drama de acción, gracias a sus planteamientos discrepantes con lo establecido, se fue en septiembre dejándonos a todos huérfanos. Se iba una de las mejores ficciones de la historia, y una de las que estará seguro en la lista de las que marcaron esta década. Walter White (Bryan Cranston) y Jesse Pinkman (Aaron Paul) son dos personajes irrepetibles que se han sumado a esa lista de grandes parejas en cualquier disciplina, como la de Karl Malone y John Stockton en el baloncesto. Sus mejores momentos no solo han estado al final, pero los últimos ocho episodios sí han acaparado la mayoría. A mí, personalmente, la ejecución de un personaje (porque no tiene otro nombre) para obligar a uno de los protagonistas a seguir haciendo metanfetamina me impactó especialmente. No se me va a olvidar en la vida. Su legado es inconmensurable. Y si una serie te ha marcado de esa manera es porque tiene más poder del que imaginas. Gracias por existir.

Ficción sexual de calidad en Masters of Sex

No hay spoilers, pero sí algunas pistas. Que luego no me digan que no avisé 😛

En España funcionamos a base de tetas y culos. Al menos, eso nos transmite un alto porcentaje de las películas de producción patria. Esta afirmación es un tópico que, depende de con quien se hable, puede plantearse como un axioma. Y esos que se refieren al cine español como el festival del sexo en cámara puede que tengan su parte de razón.

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En las series prevalece el pudor. Nuestra ficción nacional (es decir, familia, risotadas, drama, adolescentes, tragedia en el clan, o lo que es lo mismo, la amalgama que resume las series españolas) peca de remilgada. Todo lo contrario que en los largometrajes, donde somos muy liberales (en la economía menos). Tanto que los guionistas se pasan, y lo que podría ser una virtud pasa a ser un defecto. Eso nos ha llevado a pensar que todo nuestro cine se reduce a eso y a percibir los filmes de este tipo como productos de escasa calidad. Y no es así.

El ejemplo es Masters of Sex. Que, no obstante, juega con una ventaja: su temática es clara. Si no viésemos cuerpos desnudos, coitos y demás no nos la íbamos a tragar (aquí empieza la retahíla de chistes malos subrepticios, avisados estáis). La serie de Showtime ha sido la mejor savia nueva de estos tres últimos meses del año, y con mucha diferencia. También es cierto que no ha tenido mucha competencia. Pero aun en liza con otras ficciones de calidad, habría sido la mejor o una de las tres mejores.

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Gran parte de culpa la tiene Michael Sheen. Es una bestia. Un auténtico animal de la interpretación. No se puede ser más bueno, vamos. Su William Masters va a entrar directo al olimpo de personajes reales llevados a la ficción. Los registros del actor británico son innumerables. Los que hayáis visto Frost vs Nixon lo entenderéis: allí era un bromista, de gesto amable, que solo perdía los papeles en situaciones límite. Ahora es un ser hierático, inseguro e incluso misántropo. Y que, encima, hace pasar por ciencia sus deseos de acostarse con su compañera. Menos mal que William Masters estudió el sexo, que si llega a ser una rata de laboratorio habrían hecho falta pastillas para soportarle. Que no le soportemos responde al carisma que desprende Sheen actuando, y que ha hecho mucho mejor la serie.

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De eso de han aprovechado las tramas. La del decano Barton Scully (Beau Bridges), con la homosexualidad como fondo, ha servido a la perfección para mostrarnos cómo estaba entonces el asunto con respecto a los gays. Una época en la que se consideraba una enfermedad, que afortunadamente LA MAYORÍA hemos dejado atrás. Otros no. La incorporación como contrapunto de la maravillosa Allison Janney, esposa amargada que no ha tenido nunca un orgasmo y que desconoce las parafilias de su marido, ha dado mucho más aire a los capítulos. No todo podía ser la relación entre el doctor y Virginia Johnson. Y menos mal que han sabido verlo.

Los 12 episodios basados en la novela de Thomas Maier han sido simplemente impecables. Ni un fallo. La lista de aciertos es larga: interpretaciones notables, ambientación sublime y un vestuario acertado. etc. Pero donde más destaca es en el retrato que hace de la sociedad de los 60. No falta nada.

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Eso nos ha permitido conocer mejor qué pasaba por la cabeza de Libby Masters (Caitlin Fitzgerald). Admitámoslo: es el tipo de mujer con la que todos soñamos. Dulce, preciosa, generosa, abnegada en cuanto a la relación… Y se encuentra con ese soso de marido. Una mujer independiente que se ve atada por el simple deseo de que la quieran. A la que, para rematar, le toca vivir las peores tragedias como la de perder un bebé (aunque luego tenga su recompensa). Es el castigo que suelen recibir las personas que son así, el «eres tan bueno que eres tonto». Espero que leyendo el libro o en próximas temporadas nos aclaren cómo narices llegó a matrimonio una relación entre dos caracteres tan antagónicos. Pero que no nos la quiten, por favor.

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Que tampoco nos priven de Lizzy Caplan. Necesito más de ese ángel. Aunque la insulten no nominándola a los Globos de Oro, da igual. Virginia Johnson ya era inmortal; ahora, gracias a Caplan, decenas de generaciones reconocerán lo que hizo por la educación sexual en Estados Unidos y el mundo. Aunque se conozca tan tarde su figura.

Si no fuese por ella no habríamos reparado, por ejemplo, en la doctora DePaul (Julianne Nicholson). La lucha de ésta última es otro de los debates que plantea la serie: el machismo recalcitrante que trata como segundonas las investigaciones realizadas por mujeres. Aunque puedan salvar vidas. Una denuncia a tener muy en cuenta, puesto que en otros ámbitos está vigente. Una temeridad justificada que, por suerte y por la época que vivimos, ya es algo normal.

Hablar de valentía por ofrecer una serie sexual en el año 2013 me parece arcaico. No tiene mérito tratar una temática que será tabú de forma irremediable de forma tan abierta. Solo hacía falta que alguien lo hiciese. Y ya está. Era hora de aunar una buena serie y el sexo  para que no se pueda acusar a una ficción de ser pornográfica o de baja calidad.

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A lo mejor Masters of Sex ha permitido sacar de la caverna a los millones de reprimidos que viven solo en Estados Unidos. A ver qué pueden achacarle.

En cuanto al final, era previsible. Nada que no supiésemos ya. ¿Saldrán adelante? ¿Trabajarán juntos? ¿O se irá con Ethan (Nicholas D’Agosto)? ¿Qué pasará con el decano gay? ¿Y su mujer? ¿Adónde irá lo de Jane (Heléne York) y Lester? Muchas preguntas para algo que estaba cantado.

Ese es el otro éxito de Masters of SexLa serie que es tan buena como Mad Men pero que ha conseguido un aderezo más atractivo para enganchar a mucho más público. El sexo vende, pero la calidad más.

La tragedia ‘shakesperiana’ de Sons of Anarchy

AVISO: Spoilers de toda la serie

Todo el mundo conoce la historia de Romeo y Julieta. Ya sea por haber leído la obra de Shakespeare, haberla presenciado representada en teatro o ballet, o por ver una de sus incontables adaptaciones al cine. De una manera u otra, más de época u optando por el futurismo, la esencia de la tragedia es inalterable. Siempre nos sonará al dramaturgo británico, aun con ligeras modificaciones. E incluso incorporando un tercer personaje determinante cuando se acerca el final y la confusión de Romeo termina por acabar con su vida y la de Julieta. Las modificaciones suelen provocar suspicacias, pero a veces se acierta. Sons3

Eso es lo que ha hecho Kurt Sutter con el final de la sexta temporada de Sons of Anarchy, como él mismo ha admitido: una revisión de una de las obras cumbre del teatro en la que ha cambiado todas las piezas. Y donde la fatalidad ha sido igual o más lacerante y cautivadora con respecto al original. La muerte de Tara (Maggie Siff) a manos de una Gemma (Katey Sagal) ignorante de lo que estaba ocurriendo en realidad, supone uno de los mejores homenajes al teatro isabelino que he visto jamás. Una facilidad para maravillar y destrozar al espectador que solo atesoran en la actualidad la serie de FX y su creador.

Sons6Esta sexta entrega de los moteros de Samcro puede haber sido la mejor de todas. Quizá sí, quizá no. Depende del efecto que haya causado en cada uno cualquiera de las temporadas. Pero simplemente con que nos planteemos que una serie pueda presentar su mejor cara tras seis emitiéndose dice mucho de ella. Ese honor está reservado para las privilegiadas, esas que pasarán a la historia y a la categoría ‘de culto’ por lo que han ofrecido a lo largo de su vida en pantalla. Y ésta es una de ellas.

¿Por qué es tan buena Sons os Anarchy? Las respuestas son miles, pero también puede ser ninguna. La mía la tengo clara: porque te deja sin palabras. Nunca sabes qué va a pasar. Puedes intuir algunas situaciones, claro, como ocurre en todas. Su virtud es que la mayoría de cosas que ofrece no te las esperas por ninguna parte. Como ejemplos tenemos el asesinato de Galen (Timothy V.Murphy). Me entraron escalofríos, y tuve que volver atrás porque no me lo creía. Tampoco se podía prever la manera tan brutal en la que Gemma iba a asesinar a Tara, ahogada y apuñalada en la cabeza con un tenedor de dos dientes. «Quería que fuese algo típico de Gemma, no del estilo del club», ha dicho Kurt Sutter al respecto en una de las múltiples entrevistas que ha concedido tras este final de temporada tan espeluznante.Sons5

Lo que realmente le faltaba a la serie era un escándalo que trascendiese a la televisión. La matanza en el colegio a manos de un niño que emplea una de las armas con las que Jax Teller (Charlie Hunnam) y los Sons trafican ha supuesto el primer gran dolor de cabeza para Kurt Sutter. Ni toda la violencia explícita acumulada durante estos seis años ha llegado a indignar tanto en EEUU como el final del primer episodio. Con la matanza de Newtown ya alejada en el tiempo, se podía esperar que el asunto pasase más desapercibido. Pero cómo va a ocurrir eso en el país más remilgado del mundo. En lo que no han caído es en el poco abuso que se ha hecho en los guiones sobre el tema. Solo al principio y al final, con la oferta de Jax de entregarse a cambio de la libertad de Tara, se vuelve a abundar más en el tema. Una muestra de respeto, a la vez que de inteligencia para evitar críticas, por parte de Sutter.

Sons2Sobre el que más ha repercutido lo ocurrido en el colegio ha sido Nero (Jimmy Smits). Su evolución ha sido en realidad una regresión. Volverá a meterse en líos por su recién estrenada enemistad con Jax por considerarse engañado. Lo que nos va a dar mucho juego y momentos todavía más trágicos, especialmente si se entera de qué ha pasado con Gemma. La otra transformación ha sido la de Juice (Theo Rossi). Su reacción al final, asesinando a Eli (Rockmond Dunbar) para proteger a Gemma, plantea varios escenarios. Pero si te pones a pensarlo no se te ocurre cómo se desarrollaría cada uno. ¿Huirá, ahora que sabe que Jax le quiere eliminar? ¿O qué hará?

Parece que el capítulo final engulle a los otros 12. Y es que han pasado tantas cosas… A los líos de mafias o bandas habituales se sumó un personaje dantesco como Lee Toric (Donal Logue), que transgredía hasta en una serie como ésta. Su final estaba cantado, pero no por eso fue menos dramático. Al menos se puso fin al sufrimiento de Otto. Sin embargo, lo mejor ha sido el regreso a la televisión de CCH Pounder, como la fiscal Tyne Patterson. Se la echaba de menos desde The Shield.Sons1

Todo lo anterior compone la estructura de una de las mejores series de la historia; quizá la mejor del año. Y es que Sons of Anarchy está a la altura de Breaking Bad. Una equiparación que no va en detrimento de ninguna de ellas, más bien al contrario: refleja lo buenas que son. Solo estas dos me han provocado sensaciones de auténtica impotencia, de las que se meten en tu cabeza y no las concibes por injustas que son. O simplemente porque te dejan helado con todo lo que ocurre al no verlo venir por ningún lado. Como ya apunté tiempo atrás, Breaking Bad tuvo un final perfecto, como The Shield. Y Sons of Anarchy va a seguir esa estela cuando termine en su séptima temporada en 2014.

Sons7Mientras llega el momento del adiós, nos queda esperar. Nada va a ser igual. Ya no está Clay (Ron Perlman), que tanta importancia tenía en las tramas, y cuya muerte resultó inesperada dado que siempre se libraba. Tara también se ha ido. Y Jax se está convirtiendo en lo que más odiaba (según Kurt Sutter, esta es la razón de que se entregue a la policía por la matanza del colegio). Lo mejor de todo es que no sabemos qué va a pasar. Aquí anticipas lo que ocurre dos segundos antes, y solo en el 40% de las ocasiones. El otro 60% es sorpresa e impacto. ¿O es que alguien se esperaba lo de Opie?

«Hijo, por esto vemos The Walking Dead»

 

No tiene explicación. La duda me corroe. Me cuesta entenderlo. Y creo que nunca lo haré. He intentado todo para dilucidar por qué sigo haciéndolo. He llegado a pensar que es indeleble, ya que se cuela en mi cabeza y no sale de ahí. Aunque me resulte aburrido, no puedo parar. Y eso que sé que no es bueno para mí, y que me arrebata momentos de vida. Sin embargo, no me avergüenza reconocer que en algunos momentos lo he disfrutado. Aunque el lapso fuese exiguo, he gozado más al ser extraordinario. Pero ya no más. Este es el último. Tengo que ponerle fin. Si he de ir a rehabilitación, lo haré. No me avergüenzo de ello. Peor sería aguantar con esta carga.

Spoilers de la cuarta temporada. Si no la has visto, no te recomiendo que continúes

Ese era yo cuando terminé de ver el séptimo capítulo de la cuarta temporada de The Walking Dead. Así estaba. No fue un momento tan funesto, claro. Pero me he puesto melodramático porque ante otra situación de más empaque sí me habría sentido así. Y es que no entendía qué me llevaba a seguir viendo a los zombis torpes come personas. Tampoco hallaba la razón para continuar sufriendo a un actor tan mediocre como Andrew Lincoln. En fin, que no me tragaba la historia. Ni aunque hubiese bebido mucho antes de ponerme un episodio (así me habría parecido hasta graciosa). Hasta que llegó este final de media temporada, o mid season finale que lo llaman. Lo que confirmó mi teoría de que esta serie nos enterrará a todosWalking1

Hace muy poco tiempo, en el Atlético de Madrid los niños le preguntaban a sus padres por qué eran del Atleti. Por qué tenían que soportar una derrota tras otra, los palos constantes en cualquier competición, sumada a la tribulación de ver al del otro lado de la ciudad ganar. Su suerte cambió con la llegada de Simeone. Y parece que, al menos en los estertores de su media temporada, a The Walking Dead le ha pasado lo mismo con Scott M. Gimple, su nuevo showrunner. Por eso seguíamos viéndola. El «hijo, por esto somos del Atleti» ha pasado al «hijo, por esto vemos The Walking Dead».

Walking3La ficción apocalíptica de AMC ha mejorado mucho con respecto a sus tres anteriores entregas. El culpable puede ser Gimple, además de los guionistas. Sus predecesores, Frank Darabont y Glenn Mazzara, perpetraron una serie soporífera. A la vez, la suerte se puso del lado de éstos, y funcionaba genial tanto en audiencia como en repercusión en la red y/o merchandising. Y este año la fórmula ha resultado igual de efervescente.

The Walking Dead tiene tramas más interesantes, eso está claro. Pero el auténtico cambio estriba en guardarse momentos determinantes para el final. Ya no vemos esas tramas alocadas en las que pasaban cosas importantes en momentos que no tenían mucho sentido y que restaban atractivo y recursos de cara al futuro de la serie. Reservar para este último episodio la muerte de Hershel (Scott Wilson), el ataque del Gobernador (David Morrissey) o la huida de la prisión tiene mucho sentido. Antes, directamente, se ofrecían distintas secuencias relevantes para la historia en momentos mal escogidos.Walking4

El quinto episodio, ese en el que se pone fin a la epidemia que asola a la cárcel en la que se refugian, ha sido el otro acierto palmario. Atesoró ritmo, intriga y acción, un cóctel inaudito hasta la fecha en la serie.

Pero en una serie que arrastraba tantos defectos no todo pueden ser parabienes de repente. El reparto sigue siendo bastante pobre, aunque existen excepciones. Sin embargo, protagonistas como Andrew Lincoln (Rick Grimes) o Steven Yeun (Glenn) no están a la altura de una ficción tan mediática y efectiva. Sí daba la talla David Morrissey, que interpreta a un sádico perfecto para este tipo de serie (el pobre Martínez bien lo sabe). Y eso que su historia con la niña y su madre parecía que iba a sacar de él otra faceta. Afortunadamente, no ha sido así. Pero ahora está muerto. O eso parece.

Walking2Tampoco se puede decir que se haya mejorado en cuanto a los obstáculos que han de superar los personajes. Lo de una enfermedad que se propaga en una zona cerrada no es nada original. Menos aún que se produzca un asalto y una lucha sin cuartel por un refugio. Si estás huyendo de seres que van a matarte porque carecen de raciocinio y te consideran su alimento, es obvio que quieras los muros más robustos para protegerte. Nadie va a ser tan gilipollas de querer permanecer a la intemperie.

Pero lo que más chirría de The Walking Dead es que el holocausto zombi no es tal en cuanto a recursos. Esta gente encuentra lo que necesita SIEMPRE. Aunque sea lo justo, o se trate del objeto más exótico posible, aparece. No cuela. O que de repente haya tantas armas a la disposición de los poquísimos supervivientes. Anécdotas que deslucen. No sé cómo serán los cómics, pero por lo que me han contado no hay tanto despropósito.Walking6

En cualquier caso, puede que haya esperanza de cara a su regreso en febrero. Quedan varios asuntos por aclarar: dónde han ido ahora, qué ha pasado con Carol, el paradero de Judith, cómo asumirán lo ocurrido… The Walking Dead está volviendo a la vida poco a poco, por hacer el chiste adecuado. A ver lo que dura.