Camino a los Emmy: los secundarios

Entramos en la semana de los premios seriéfilos. Está claro que los más importantes serán los que demos vosotros y yo a final de año, para elegir a los mejores de 2013, pero los Emmy trascienden a lo mundial. Así que vamos allá, hoy con los secundarios. Pero aviso de que intentaré ser honesto: reseñaré a los actores que haya visto. Con el resto solo puedo hacer memoria sobre si han salido en otras ficciones de cualquier tipo para hablar de ellos.

Secundarios de series

Mejor actor 

Bobby Cannavale (Boardwalk Empire). El favorito. Solo aparece en la tercera temporada, pero como ya dije hace una semana creo que se ha convertido en uno de los mejores villanos de la historia. Su Gyp Rosetti, un gángster inseguro, violento, con afición por el sadomasoquismo, y cuyo sueño es suplir sus carencias logrando ser el que controle el negocio del licor, ha logrado atrapar a todos; pero haber estirado su rol quizá le hubiese restado la potencia que ha mostrado durante la anterior entrega. Si gana, ocurrirá lo mismo que con John Lithgow, que ganó el Emmy por su papel durante la cuarta temporada de Dexter.

Jim Carter (Downton Abbey). El mayordomo principal de la hacienda de los Crawley ha visto recompensado su buen hacer y lealtad a sus señores con una nominación que muchos reclamaban, a pesar de que en una serie tan coral cualquiera podría acabar en esta categoría. Aún así, sería casi un milagro que se llevase la estatuilla. ¿Tiene opciones? Lo dudo. Compite con monstruos de series norteamericanas muy queridas por los que votan. Pero reconocerle su gran trabajo de esta manera es un detalle.

Jonathan Banks (Breaking Bad). Aún no le he visto junto a Walter White, así que no me puedo meter a hablar sobre el personaje que le ha valido la nominación. Con lo que le conozco de otras series, está claro que es uno de esos eternos secundarios que siempre cumplen.

Peter Dinklage (Game of Thrones). Tiene difícil, por no decir casi imposible, repetir su victoria de 2011. Todo después de que durante la tercera temporada haya pasado más desapercibido que en el resto. Hay una explicación: es en la segunda parte de Tormenta de Espadas cuando el astuto Tyrion recupera su protagonismo habitual y se enfrenta a situaciones muy complicadas; pero esta vez no le bastará solo con su inteligencia para salir indemne. Personalmente, le habría dado la oportunidad a otro actor de entrar en la categoría por él, como Sam Waterston (The Newsroom) o Corey Stoll (House of Cards).

Mandy Patinkin (Homeland). Los últimos segundos de Saul en pantalla minutos antes del fin de la segunda temporada dejaron abiertas innumerables incógnitas sobre quién es realmente el veterano espía. Está claro que merecía estar en la lista de aspirantes a los galardones; carisma, impavidez e intelecto hacen de él un personaje televisivo único. Pero creo que, todavía, no tiene el peso suficiente como para aspirar a un premio. Confío en que sí posea tal poder para el año próximo, visto lo que promete para su caso particular la tercera entrega de su serie.

Aaron Paul (Breaking Bad). Es su penúltima vez. Por ediciones anteriores ya sabemos que los Emmy son muy de despedir a las series que finalizan su recorrido televisivo con galardones de distinto signo. Sin embargo, Jesse Pinkman ya ha ganado en otras ocasiones (2010 y 2012), y este reconocimiento se suele otorgar a aquellos que no han ganado nunca. Pero molaría ver al bueno de Paul emocionándose como acostumbra si escucha su nombre como vencedor de la noche. Aunque quizá haya de esperar al próximo año.

 

Mejor actriz

Anna Gunn (Breaking Bad). Como le ocurre a la mayoría, no la soporto. Ella mismo escribió un artículo preguntándose el porqué sobre el odio a Skyler. O más bien asumiéndolo. Poco tengo que decir de ella, salvo que menos mal que no volveremos a verla. Una pena que eso sea por el fin de la serie, y no por que su personaje se marcha individualmente. Espero que el próximo año no la nominen, pero…

Maggie Smith (Downton Abbey). Esta dama británica es imprescindible en mi vida junto a las series desde hace tres años. Tampoco se puede decir mucho de la Condesa viuda de Grantham, ya que algunas escenas demuestran lo redonda que resultan sus interpretaciones. Ese humor anciano característico en nuestros mayores es elevado al paroxismo del descojone gracias a Lady Violet. Es maquiavélica y conservadora, pero es imposible no quererla (aunque si fuese nuestra abuela sería desesperante lidiar con ella, todo hay que decirlo). Por si no ha quedado claro, creo que debería ganar. Pero esta y todas las nominaciones que reciba durante su vida.

Emilia Clarke (Game of Thrones). Estoy enamorado de ella, como todos y todas, vamos. Su trabajo en la serie es maravilloso, como ella. Con nominarla creo que es suficiente, ya que su rol no es mejor que el de Maggie Smith o Christina Hendricks por el momento. Así que la Madre de dragones tendrá que esperar. Y eso que nada me gustaría más que verla subida al escenario a recoger un premio. Por poder admirarla unos minutos más, simplemente.

Christine Baranski (The Good Wife). No he visto The Good Wife. Lo haré. Cuando hizo de madre de Leonard en The Big Bang Theory me reí mucho con ella, eso sí. No dudo que sea igual de buena con el personaje por el que ha resultado nominada.

Morena Baccarin (Homeland). Otra que me resulta insoportable. Jamás le daría un premio (salvo si hubiese dinero de por medio, claro), dado que su histrionismo, perfidia y egocentrismo la hacen antipática a cualquiera. Si existiese una escala de personajes a los que odiar, ella estaría entre mi Top 3 sin ninguna duda. Creo que es de las peores de la serie de espías, y su exceso de dramatismo empieza a resultar cargante. Pero bueno, en los Emmy están enamorados de Homeland, así que no iban a dejar escapar la oportunidad.

Christina Hendricks (Mad Men). Joan ha logrado sacar un poco más la cabeza conforme pasan las temporadas de la serie. Ahora que sabemos que su séptima y última se dividirá en dos partes emitidas en 2014 y 2015 puedo apostar a que se llevará un Emmy. Pero no en esta ocasión. Su actuación en la sexta entrega ha sido impecable, e incluso se puede equiparar a lo que hizo en la quinta, con episodios como The Other Woman. Ahí fue cuando pasó de ser la seductora jefa de secretarias a la sufridora y madre dispuesta a todo por su futuro que nos hechizó a todos. Su handicap, como el de todas, es que está en la misma categoría que Maggie Smith. Y con la británica no puede competir por el momento. Eso no le resta mérito a su maravillosa interpretación de los últimos años.

 

Secundarios de miniserie

Mejor actor

James Cromwell (American Horror Story: Asylum). Este aspirante a Mengele de la ficción de Ryan Murphy ha logrado cabrear al personal con sus malas artes, hasta el punto de que muchos le hemos odiado. Pero cuando se topa con algo que no esperaba hasta se le compadece. En otras palabras: su actuación es excelente. El veterano actor norteamericano, secundario de toda la vida, se luce como casi todos sus compañeros de reparto en Asylum. Puede tener opciones de ganar, aunque tenga enfrente al monstruo que viene a continuación.

Zachary Quinto (American Horror Story: Asylum). El misterio sobre su personaje y su desdoblamiento de personalidad permite que se le denomine como uno de los mejores de este año. El doctor Thredson, ese menudo hombre que no tiene miedo a los enfermos del manicomio que regentan las monjas, es embaucador y elegante. Y tiene una sonrisa aterradora (algo que Quinto lleva a todos sus personajes). Me quedo aquí con la descripción porque para ir más allá no me resistiría con los spoilers. Puede que sea el favorito.

Scott Bakula (Behind the Candelabra). No he tenido la oportunidad de verla. En el próximo post ya lo habré hecho y comentaré su actuación.

John Benjamin Hickey (The Big C). No he visto su serie, y a él no le conozco.

Peter Mullan (Top of the Lake). Estoy viéndola en estos momentos, y aún no me atrevo a analizar a este actor.

Mejor actriz

Sarah Paulson (American Horror Story: Asylum). Seré claro: DEBE GANAR. Su Lana Winters es insuperable. Puede que sea incluso la actriz televisiva de 2013 (amén de las de Orange is the New Black). Las tribulaciones de su personaje, que vive en la tragedia sin que resulte pesado, son completamente creíbles gracias a su gran expresividad. Es complicado hablar de los actores de esta serie sin caer en destrozar todos los misterios que les rodean; pero sus gritos de dolor y los llantos de sufrimiento por distintas situaciones que le toca experimentar emocionan a cualquiera. E incluso hasta llega a acojonar. Debería vencer por ser el ejemplo de cómo debe evolucionar un personaje a lo largo de una temporada.

 

Ellen Burstyn (Political Animals). Tampoco la he visto.

Imelda Staunton (The Girl). No he visto esta miniserie.

Charlotte Rampling (Restless). No entiendo muy bien que esté nominada. Su papel en esta miniserie británica es testimonial, ya que es la protagonista y a la vez, al relatarse la historia de su juventud. Restless es muy buena (Hayley Atwell está estupenda y no la han nominado), pero que la veterana intérprete, mito erótico en los 70, opte a un premio… Me parece un insulto para la auténtica actriz, que es Atwell. Sin olvidar que Rampling es una de las que está contribuyendo a la despedida lamentable de Dexter. Eso resta aún más puntos.

Alfre Woodard (Steel Magnolias). Es la madre de Lafayette en True Blood. Tampoco la he visto. Al menos por el momento.

DISCLAIMER: sobre los secundarios de comedia no hay nada en el post porque veo muy poquitas y tengo que ponerme al día con muchas. Por tanto, no me atrevo a hacer una reseña sobre algo que no conozco. Lo mismo pasa con los actores cuyas miniseries no he podido ver por el momento. Sé que igual me quitan el DNI español por no hablar de lo que no sé, pero mi sueño no es ser un tertuliano de los que abundan en este país. Qué le voy a hacer.

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