Solo un capítulo más Solo un capítulo más

Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

Mad Men: la caída del típico fucker americano

ATENCIÓN: Esta entrada contiene spoilers desde el cuarto párrafo.

Hasta que comencé a interactuar más en Twitter, era el único entre mis amigos y conocidos que veía Mad Men. Seguir una serie tan sofisticada me hacía creer que se te pegaba algo de la elegancia que desprendían los personajes. Me sentía distinto gracias a lo que transmite la creación de Matthew Weiner, e incluso más culto. Porque no todo el mundo puede con ella.

Su lentitud, sus historias completamente originales bajo el paraguas de la realidad de los años 60 estadounidenses, o desviarse de un tema e introducir otro distinto del que no te enteras de nada hasta que pasa un rato lleva a mucha gente a aburrirse de la serie de AMC. Por suerte, los que la seguimos vimos en esos defectos una serie de virtudes que nos hacen disfrutarla aún más y empaparnos de la urbanidad y la distinción que nos han ofrecido sus seis temporadas. Y sobre todo en esta última, que ha sido la mejor hasta el momento.

Antes de que empiecen los spoilers, quiero recomendarla a todos aquellos que no la han visto, y de forma muy especial a esos que la dejaron al segundo capítulo porque se aburrían. Ya sé que lo que la mayoría de la gente buscar en las series es acción inmediata, un entretenimiento puro y duro que les permita desconectar de su vida diaria. Algo por lo que, de primeras, no es característico en Mad Men. Pero merece la pena esperar. Tantos Emmys no se consiguen por contubernio de Weiner con los que votan los premios. La calidad que atesora es indiscutible, y os aseguro que os estáis perdiendo una de las grandes máquinas televisivas de los últimos años. Y ahora, pasemos a comentar la sexta temporada.

Está claro que esta ha sido la mejor remesa de capítulos porque nos hemos vuelto a encontrar con un Don Draper al borde del precipicio. Que Sally le pillase poniéndole los cuernos a Megan (Jessica Pare) con su vecina, la mítica Lindsay de Freaks & Geeks, fue la puntilla particular para el típico fucker americano que interpreta Jon Hamm, que como siempre, ha vuelto a estar espléndido. Engañar a su segunda mujer para poner remedio a sus carencias afectivas, tal y como hizo con Betty, ha vuelto a no servirle para nada.Peggyted

La conflictiva etapa adolescente de su hija, de la que él es responsable último por sus desmanes como padre y marido, ha sido algo que le ha pillado a contrapié. Que su niña bonita ahora le odie, cuando tenían un carácter muy parecido, ha contribuido especialmente a la caída del hombre al que mejor le queda el traje de la televisión (aun con los rumores o certezas sobre su pene, sí).

Porque ser un fucker que engatusa mujeres con solo una sonrisa no basta para que todo te vaya bien. Pero siempre lograrás ser un gran manipulador. Si no, que se lo pregunten a Peggy Olson (Elisabeth Moss) y Ted Chaough (Kevin Rahm), que por culpa de Don han puesto fin a su lío después de que éste le hiciera ver al otro director creativo de la agencia lo que él quería que viese. Que se dejase de aventuras y amantes. Es decir: hace por otros lo que no hace por sí mismo. Y eso es algo bastante habitual, si os ponéis a pensarlo. Somos capaces de ayudar a otros a encauzar de nuevo sus vidas, pero no somos capaces de esforzarnos en reconstruir la nuestra. Y ese es otro de los defectos que enriquecen al personaje.

bob-benson

Por suerte, no todo han sido las tribulaciones del protagonista. El juego que ha dado la fusión de las dos agencias, especialmente gracias al socarrón Jim Cutler (Harry Hamlin) ha potenciado los momentos en los que veíamos la serie con una sonrisa de oreja a oreja. Pero sin duda la mayor revelación de esta temporada ha sido Bob Benson (James Wolk).

Este sucedáneo de mentiroso a lo Don Draper ha ido aumentando su fuerza con el paso de los capítulos, después de que un día apareciese por Madison Avenue sin que nos diéramos cuenta. Yo llegué a pensar que era un simple extra con una frase. Y resultó ser un personaje divertidísimo que logra desesperar a Roger Sterling (John Slattery) y Peter Campbell (Vincent Kartheiser). Sin olvidar a Joan (Christina Hendricks), que cuando adquiere importancia en un capítulo este ya pasa a la historia directamente.

Los otros momentos humorísticos, a la vez que dramáticos, nos los ha ofrecido Campbell. Este hombre al que no para de crecerle la frente, que al fin se ha quedado sin Trudy (los que veáis Community me entenderéis: quien pillara a Alison Brie), y que ha visto como su madre, Benson y el enfermero que le recomendó éste han acabado por desquiciarle. Para nuestro divertimento, eso sí.

Megan

Ahora, nos queda esperar a la séptima temporada, posiblemente la última. Y estoy convencido de que va a ser buenísima. Unos 13 episodios como éstos son el ejemplo de lo que decía al principio: con tiempo, Mad Men te recompensa con una trama imprescindible. Como es ella misma. A pesar de que no se confirmaron los rumores de que a Megan Draper le iban a hacer un Sharon Tate, algo que, por macabro, habría molado mucho.

Y por favor, que Weiner haga algo con January Jones. Cuanta belleza desperdiciada.

4 comentarios

  1. Dice ser Andres

    Creo que a mucha gente, con la mentalidad actual del siglo 21, le será imposible entender esta magnifica serie, pertenece a la segunda mitad del siglo 20 y eso hay que experimentarlo.Se sentaron las bases para lo que vendría después, las nuevas tecnologías y otra manera de ver y vivir la vida.Era muy normal hacerse «asimismo», partir de la nada para escalar puestos en la empresa, se rompía con todo lo anterior, ya nada servía de lo hecho hasta ahora, había que inventar, crear nuevos procesos de producción, era un mundo por descubrir, había que luchar mucho y abrirse camino con los nuevos retos.La música, las nuevas tecnologías, la publicidad, etc, etc,todo era nuevo, fue desde luego un gran final del siglo20- y un avance imparable hacia lo que hoy vivimos.

    25 junio 2013 | 15:35

  2. Dice ser Fulanita de Tal

    «A pesar de que no se confirmaron los rumores de que a Megan Draper le iban a hacer un Sharon Tate, algo que, por macabro, habría molado mucho.»

    Vamos, muchísimo. Abrir en canal a una embarazada de 8 meses es que mola, mola mazo como cantaba Camilo Sesto. La expresión «hacer un Sharon Tate», es de un mal gusto, de una falta de respeto a esa mujer asesinada y a su familia que no sé cómo no se te cae la cara de vergüenza Jesús Travieso.

    ¡Anima a hacer a los guionistas a hacer «un Bretón» o «un Sandra Palo», chavalote, que mola mucho!. Te has lucido. Si es gente como tú la que ve esa serie, pues la verdad que no me interesa nada.

    Inaudito que te dejen publicar tu blog en un periódico soltando esas barbaridades.

    25 junio 2013 | 19:29

  3. solo-un-capitulo-mas-series

    Querida Fulanita de Tal:

    No, no me avergüenzo de nada, básicamente porque no he asesinado a nadie, ni aquí se hace apología de ello. Como sabrás, este es un blog de historias de ficción, y en ese contexto están escritos los post. Cuando hablo del caso de Sharon Tate, me refiero a que si llegan a hacerle eso a un personaje de la serie, hubiese sido macabro, y molaría, por lo impactante y lo helados que nos dejaría. No porque me alegre de que a Tate la destripase Linda Kasabian y compañía. Si te lo tomas a mal y te ofende, te pido disculpas. Pero no va por ahí, créeme.

    Gracias por leer el blog.

    25 junio 2013 | 21:49

  4. Dice ser isa

    Yo de momento solo he visto la primera temporada. No puedo decir que me haya encantado, pero tampoco me disgusta. Crea una especie de adicción, y eso que a mi juicio es un pelín lenta. Nos estamos haciendo con la segunda temporada, esa ya será la definitiva para verla hasta el final o dejarla en el cajón de las series que ni fu ni fá.

    26 junio 2013 | 12:05

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