Cuando ayer estrenamos Smelly Cat, algunos amigos y lectores me preguntaron (no sin algo de razón) que por qué no había incluido Friends en la lista de las mejores series de la historia con la que abrí el blog. La mítica sitcom de NBC no me parece un título televisivo que merezca estar en tal ranking, pero es un fenómeno indiscutible y una de mis series preferidas, y transmite ese buen rollo de happy place que me gustaría que tuviera este espacio. Hoy quiero desquitarme con un artículo en torno a uno de mis personajes preferidos de Friends (la oda a Phoebe ya fue en Gonzoo); aunque para escribir sobre esta gran telecomedia siempre es buen momento y no hacen falta excusas, la inauguración de un blog titulado Smelly Cat y el reciente 22º aniversario de la serie, el pasado 22 de septiembre, han terminado de poner la ocasión en bandeja.
Hace poco más de 22 años aquella chica, huida de su propia boda y vestida de novia, entró por la puerta del Central Perk y revolucionó la televisión de los 90, o al menos la forma en que los fans se relacionarían con ella hasta dos décadas después. Hablamos de Rachel Green, a quien dio vida durante diez años la por entonces desconocida Jennifer Aniston. Su personaje fue nuestros ojos de recién llegados a aquella pandilla de amigos de Manhattan, una protagonista con algún rasgo de cada uno para que todos pudiéramos identificarnos en la serie, pero es que además se convirtió pronto en un bombazo social. La ropa que lucía Rachel (no en vano adicta a la moda y más tarde ejecutiva de Ralph Lauren) aparecía enseguida entre las prendas más solicitadas por los espectadores, y hasta su peinado marcaba la tendencia de la temporada.
Así fue que Jennifer Aniston se alzó como una de las grandes estrellas de la televisión, de las mejor pagadas junto a sus compañeros (recordemos el millón de dólares por episodio en sus últimas entregas) y de las más cotizadas en el cine de finales de los años 90. Llegaría también el sambenito de la Novia de América, sobre todo cuando se supo de su noviazgo con Brad Pitt, un título que mostraría su reverso más sexista cuando la relación terminó y la fama de Jennifer Aniston comenzó a caer tras el desenlace de Friends. Cuando la californiana tocó fondo, según los medios y gran parte de la opinión pública, ni el recuerdo de la serie era lo suficientemente memorable, y el personaje de Rachel Green cayó injustamente en desgracia; era como la dicha fugaz de la vecinita perfecta a la que más tarde abandonaría el hombre más guapo del mundo.
Por suerte, el tiempo y el sentido común han puesto en su sitio a Jennifer Aniston, a Rachel Green e incluso a Friends. Si los años posteriores a su final fueron la hora del cinismo, de pasar página, del «no fue para tanto», las últimas temporadas han demostrado que estamos ante una franquicia inagotable. Hoy vemos Friends (gracias, Netflix) y comprobamos que, aunque tal vez no fuera una de las mejores series del mundo, ni una comedia revolucionaria por su formato ni sus historias, sí fue el gran himno de una generación. Fue como la alineación de los planetas: unos actores en indudable estado de gracia y con una química adorable, unos autores que combinaban a la perfección el género romántico, el enredo clásico y el gag físico, y una audiencia joven ante el reto de la madurez y todo un milenio por delante para descubrir.
Rachel Green fue la guía de excepción. Puede parecer que Jennifer Aniston no estaba ante una protagonista complicada, pero precisamente en su normalidad radicaba su dificultad. La actriz tomó una figura que podría haber caído en el estereotipo simplón, la chica de al lado, y le dotó de humanidad y colores: Rachel era una joven consentida por su familia, pero luchó por ser independiente y alcanzar su sueño; era bastante estirada y repelentilla, pero además una amiga cercana y entregada; abierta al amor, pero no dispuesta a ceder a él de manera incondicional (aunque no nos gustara que tuviera que renunciar a París por Ross). Este retrato de su alter ego televisivo nos sirve para reencontrarnos también con la misma Jennifer Aniston, esa mujer compleja y humana a la que debemos uno de los grandes personajes de la televisión.
Maravillosa Rachel y maravillosa Jennifer.
Su personaje nos enamoro a un monton de gente y ella , Jennifer , elegante ,discreta sin pretensiones .
Jennifer y Rachel forever
07 octubre 2016 | 10:40 pm
Me encanta Jenny y su personaje Rachel siempre disfrute la serie friends . Y que decir de Jennifer es una diosa en todas las peliculas me hizo reir ,genia total !!!
08 octubre 2016 | 2:57 am