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Cómo he jugado con la PlayStation 3

Hasta hace poco tiempo sólo había una forma de jugar con las consolas: el usuario se sentaba frente a la pantalla con el mando entre las manos y se dedicaba a pulsar botones y controles en función de los movimientos y acciones que quería hacer. Sin embargo, han empezado a aparecer mandos con formas y funciones diferentes: pulsadores, guitarras o micrófonos que han provocado un cambio importante en la forma de jugar a videojuegos. La culminación de estos nuevos modos de juego ha llegado recientemente con la aparición de Nintendo Wii y su mando innovador.

Sin embargo Sony, a la que se puede considerar como la responsable de la popularidad de los denominados “juegos sociales”, sigue apostando en su continuista PlayStation 3 por la potencia gráfica, en la calidad de imagen y en el sonido, como ya hiciera Microsoft con Xbox 360. En la presentación del Blu-ray Club en Madrid, tuve la oportunidad de probar la nueva consola de Sony, que no llegará hasta marzo. Sin lugar a dudas, su capacidad gráfica es brutal , lo que pude apreciar en un plasma gigantesco.

Aunque encuentro imperdonable que el mando no tenga vibración, PS3 supone un paso de gigante hacia la alta definición. Los analistas se empeñan en considerar que las cifras de PS3 serán iguales a las de la exitosa PS2; una consola de la que se han vendido cerca de 110 millones de unidades. No obstante, los tiempos han cambiado mucho. La competencia también lo ha hecho, y parece que la innovación y la originalidad están atrayendo a más jugadores que la potencia gráfica.

Tendremos que esperar para comprobar si la diferencia de precio y los retrasos en el lanzamiento europeo afectarán a las cifras de venta de la PS3. Lo que consiga será el indicativo de la tendencia entre los jugadores: ¿optarán por la potencia gráfica o por nuevas formas de jugar? ¿serán fieles a un solo fabricante o migrarán a una alternativa? ¿se comprarán una PS3 o preferirán por el mismo precio tener una Xbox 360 y una Wii?

Por la boca muere el pez


Bocazas: dícese de una persona que habla más de lo que aconseja la discreción.

Prestar demasiada atención a las perlas que sueltan los directivos de las grandes compañías al ser entrevistados es algo que puede acabar con la salud mental del más equilibrado. También tiene otro efecto, y es el de por extensión comenzar a odiar el producto al que representan. Alguien debería comentarle estos efectos a Jamie MacDonald, vicepresidente europeo de la división de entretenimiento de Sony.

En una entrevista publicada por GamesIndustry.biz vista a través de The Inquirer, a MacDonald le preguntan si piensa que los clientes europeos de Sony pueden sentirse como “los últimos” después del retraso de más de 4 meses en el lanzamiento europeo de PS3. La pregunta es lógica, y como vicepresidente en Europa de la división a la que hace referencia la pregunta, debería haber tenido una respuesta adecuada, coherente y educada, que no faltase al respeto a sus millones de clientes potenciales.

Aunque aclara “estar desilusionado” con el retraso, su respuesta es la siguiente:

“Los consumidores europeos han demostrado históricamente que no les importa, porque ellos terminan comprando las mismas PlayStation, si no más, que los EE UU y Japón. En Europa, no parece que el lanzamiento de nuestras plataformas tras Estados Unidos y Japón afecte -a largo plazo- a los sentimientos de los consumidores».

Lo triste es que, históricamente, MacDonald tiene razón. Pero esta generación de consolas tiene elementos históricamente inéditos hasta el momento. Xbox 360 habrá salido a la venta en Europa casi un año y medio antes de que lo haga su más directa competidora, Wii se desmarca del juego de la potencia gráfica y apuesta por otros modos de juego, se habla del movimiento Wii-360 (dos consolas de enfoques muy distintos que se podrán comprar por el precio de una PlayStation 3), etc.

La historia parece servir de poco en esta ocasión. A MacDonald no le vendrían nada mal algunas lecciones de humildad, antes de que se las dé el propio mercado.