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Google, el ojo que todo lo ve

Hasta hace poco tiempo, Google era simplemente una empresa genial que apostaba por las aplicaciones gratuitas a través de internet. A la creación y éxito absoluto de su buscador frente a sus competidores le han seguido un sinfín de aplicaciones que permiten hacer casi de todo de forma gratuita. Mediante desarrollo propio o adquisición de sitios ajenos, el buscador ha logrado convertirse en un gigante al que muy pocos pueden soñar con eclipsar.

Google es la compañía que más y mejor ha sabido comprender a los usuarios de internet. Millones de personas utilizan buena parte de sus servicios: realizan sus búsquedas internas con Google Desktop, reciben sus correos en GMail, hablan con sus amigos a través de GTalk, anotan sus citas en Google Calendar, etc. Es fácil, de calidad y sobre todo gratuito.

Pero Google adquiere paso a paso, lentamente, desde hace tiempo, una importancia vital en los usos cotidianos de millones de internautas. Y hasta ahí no hay nada malo. El problema que siempre se plantea es qué pasará si la compañía decide hacer un uso no del todo ético de los datos de sus usuarios. Google podría saberlo todo si tuviera algún interés en ello: qué páginas visitas, en cuáles permaneces más tiempo, si compras a través de la Red y qué compras, etc.

La adquisición de la compañía de publicidad online DoubleClick sumada a la creación del iGoogle que, como ha dicho el presidente de Google, pretende ayudar a sus usuarios a organizar sus vidas y a decidir qué hacer con su tiempo libre, asusta un poco. ¿Qué pasará si la ahora compañía de publicidad de Google decide utilizar los datos que le facilitan los propios usuarios a través de la utilización de sus servicios?

Pretender mejorar la vida a los usuarios es aceptable, pero sólo si se les pide permiso antes y se especifica claramente la forma.

A la caza del resultado

El sector de los buscadores anda revuelto en los últimos días. Google y Microsoft, enemigos irreconciliables en este mercado, llegan a acuerdos, compran, diversifican, se posicionan en definitiva ante uno de los negocios más lucrativos de la Red.

Microsoft está ofreciendo compensar de diferentes formas a las empresas que consigan que sus empleados realicen sus búsquedas a través de su buscador. Por otro lado, al igual que Google tiene un acuerdo con Dell por el que sus ordenadores incluyen preinstalada su barra de búsquedas, Microsoft ha cerrado un acuerdo similar con Lenovo (el tercer mayor fabricante de ordenadores del mundo) por el que la página de inicio de las máquinas de este fabricante será Live.com.

Ante el crecimiento imparable de Google, como recuerdan en News.com, no es la primera vez que el gigante del software se ofrece a compensar de alguna forma a las personas que utilicen su buscador. El año pasado Microsoft ya realizó una campaña denominada «Busca con MSN y gana». Suscripciones a revistas o regalos que iban desde una cámara digital a una pantalla de plasma eran algunos de los premios.

Como suele ocurrir en este tipo de ofertas, se habla de incentivos y no de pagos, de compensación y no de retribuciones. Tanto Yahoo como Microsoft son conscientes de que tienen que empezar a hacer algo para no seguir perdiendo cuota. Según datos de Nielsen/NetRatings, Google tiene alrededor de un 54% del mercado, seguido del 24% de Yahoo y el 8% de Microsoft.

Por otro lado, Google sigue inmerso en sus proceso de compras. Recientemente ha anunciado la adquisición de Adscape Media, compañía especializada en publicidad de videojuegos. En este caso Google sigue los pasos de Microsoft, que hizo lo mismo con Massive el año pasado. Ninguno de los dos gigantes quiere perderse el que con total probabilidad será uno de los negocios de mayor éxito de los próximos años.

Volviendo a los buscadores obligatorios, los expertos ya hablan de que este tipo de acuerdos podrían provocar una reacción adversa entre los empleados obligados a utilizar Live.com por parte de sus empresas. Sea como fuere, habrá que esperar hasta ver el número de empresas que se adscriben a este programa. Hasta el momento, buscar en internet es gratis, pero ¿tiene un precio?