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Adicciones digitales I: El comprador compulsivo

Las nuevas tecnologías han dado lugar a nuevas “adicciones”. Buena parte de mis amigos son bastante tecnófilos, por lo que he decidido utilizarles como arquetipos una serie de post dedicados a estas nuevas adicciones digitales. A JCD (le denominaré así porque no creo que estuviera demasiado orgulloso de que lo nombrara en este post) le encantan los dispositivos tecnológicos retro. No es un loco y, como tiene criterio, compra sólo dispositivos históricos que supusieron un hito en su momento. Por supuesto, como las cosas que él desea no se adquieren en el supermercado de la esquina, ha recurrido a las subastas online en eBay como forma de adquirir cacharros valiosos para él por poco dinero.

Así ha llenado su casa con una máquina de pinball auténtica, numerosas consolas de hace más de 15 años, ordenadores, teclados y cámaras que, pese a no funcionar, él considera auténticas joyas. Para conseguirlas ha tenido que trabajar duro: mirar todas las subastas que se están realizando, buscar las mejores gangas, estar pendiente de cuándo acaban, mejorar sus pujas cada vez que alguien mejora su oferta y algunos otros trucos no tan transparentes.

Ante la falta de espacio vital en su casa, JCD ha sido consciente de que quizás, a lo mejor, tal vez estaba un poco obsesionado con la fiebre retro, y ha decidido dejar de comprar. Obviando el hecho de que engaña a su mujer y le dice que ha comprado los productos a un precio mucho menor del que realmente ha pagado, los que le queremos, hemos seguido sus procesos de compra e incluso le hemos animado en algún momento, no sabíamos hasta dónde llegaba su adicción.

Ha dejado de pujar, pero no de participar en subastas (¿?). Sigue mirando las gangas, las selecciona como si realmente fuese a formar parte del proceso e incluso realiza pequeñas pujas, consciente de que no va a llevarse el producto por el dinero que ofrece. Sabe perfectamente cuándo finaliza cada subasta, sigue cada una de las pujas y observa atentamente en la sombra. Cuando termina la subasta, se siente orgulloso de haberse podido contener y no haber adquirido un nuevo cacharro.

Y no sé cómo decirle que no sé qué es peor, que es ahora cuando me doy cuenta de que verdaderamente es un adicto a las subastas online. Como es listo, esperaré a ver si se le pasa por sí mismo. Si no, ya veré qué hago.

6 comentarios

  1. Dice ser ImBreathless

    ¡Coño! A mí me pasa igual. No puedo evitarlo. Estoy metido en eBay y en Mercadolibre. También en varios mercadillos de segundamano y en webs de intercambio de películas, discos y videojuegos. No puedo paraaaar. Me encanta hacer trapis y negocios en Internet. Por supuesto, casi siempre salgo ganando, aunque a veces lo que parecía una ganga al final no lo es tanto. Pero nunca, nunca me han dado gato por liebre. De hecho, he vuelto a confiar en el ser humano, porque, por ejemplo, en este tipo de transacciones, muchas veces tienes que fiarte de la palabra del vendedor y hacer una transferencia confiando en que te llegue el producto. Y al final, siempre todo llega.Se lo recomiendo a todo el mundo.

    03 abril 2006 | 21:36

  2. Dice ser eBoy

    Totalmente de acuerdo con lo anterior, pero las pujas en eBay son otra cosa.Sólo el hecho de buscar y rebuscar entre cientos de miles de objetos al alcance de un clic. Es como pasearse por El Rastro de puesto en puesto. Es el bienestar del consumismo compulsivo. ¡Bendito sea!Localizar una buena posible compra. Analizar el producto, la fiabilidad del vendedor, el sistema de la puja… Todo con lupa.Animarse a hacer la primera oferta y soñar con que puede ser nuestro por tan solo un par de euros.Después, a punto de finalizar la puja, decidir si mejorar la última oferta. Hacer un último clic. ¡Ya es nuestro!

    03 abril 2006 | 21:46

  3. Dice ser falvarez

    Hace unos 5 años yo también me enganché a eBay. Tenía un compañero en TID que era aficionado a los cacharrillos retro y a comprar por Internet, y me inculcó el gusanillo (o, mejor dicho, me pegó el empujoncito que me faltaba).Comencé comprando un Simon (por aquello del juguete que siempre quise y nunca tuve) y, prácticamente por los mismos motivos, una Megadrive después.Entraba en la página 3 ó 4 veces al día, repitiendo una y otra vez la misma cadencia enfermiza de búsquedas.La verdad es que llegó un momento en que pensé que no sería capaz de dejarlo. Para empezar me autoimpuse una condición: en vez de seguir las subastas hasta el último momento, si me interesaba algo debía decidir de antemano cuánto pretendía pagar por ello como máximo, pujar por esa cantidad y no volver a entrar en eBay hasta que acabara.Así me ahorré mucho dinero y, tal y como vino, el ansia desapareció.Ahora entro a veces, pero más a cotillear que a otra cosa. ¿El motivo? La vacuna que me puso el banco en octubre, cuyos efectos durarán (dicen) 30 años. Afortunadamente, mi espíritu coleccionista y mi amor por la tecnología que me fascinó de pequeño no se han marchitado.

    03 abril 2006 | 23:39

  4. Dice ser Jose Carlos (JCD)

    Hola Blanca,A falta de un teléfono de aludidos al mas puro estilo de programa absurdo y falto de contenidos, de los que lamentablemente poblan la parrilla televisiva de este nuestro país, voy a dedicarte unas palabras y con ello parte de mi preciado tiempo, agradeciendo tus “bellas palabras” para conmigo.En primer lugar matizar que no me considero un comprador compulsivo… me gusta mucho mas ser considerado como un amante de la retrotecnología, que sabe valorar en su justa medida el valor de una recreativa Sega, Apple Newton, Game & Watch de Nintendo, Atari 2600, cámara Kodak “de fuelle” y videoconsolas japonesas que nunca vieron la luz en nuestro país. (Curiosamente de todo lo que menciono tengo al menos una unidad y de consolas japonesas andaré sobre la docena).Es importante saber de donde venimos, para saber hacia donde vamos, aunque el ritmo frenético de la tecnología actual sea tan grande que en ocasiones me cuesta seguirla (en pocas ocasiones… pero a veces me cuesta).Los GigaFlops, las tasas de transferencia sostenidas de un disco duro, el RAMDAC de las tarjetas gráficas o la tecnología de fabricación de un procesador, no tienen prácticamente ningún misterio para mi persona.Si quieres enamorarte de las pujas, el lugar idóneo para comprar tecnología antigua o saber mas sobre mi adicción a la tecnología entrada ya en añitos, bájate a Fnac o la Casa del libro y cómprate ese libro de retrotecnología que publiqué hace unos años. Quizás así ames tanto como yo a esos cacharros entrañables con los que muchos hemos crecido.Sigue así guapísima y que tu nueva andadura en este diario, que ojeo todos los días, te de todo lo que te mereces.Un beso muy gordo para ti y para todos los que “postean” en tu Blog.Por cierto admito donativos… ¡Que nadie tire nada!

    04 abril 2006 | 9:06

  5. Dice ser zyloj

    Pues sí, cada nueva experiencia que surge en el mundo de la tecnología, acarrea un lado oscuro. Sin embargo, la aparición de ebay en mi caso me ha permitido acceder a un mercado global de material que en la vida pensé que podría tener a mi alcance. Y lo mejor de todo es que sabiéndose mover y teniendo la cabeza fría, se pueden conseguir precios muy competitivos. El problema es para aquellos que no se plantean estrictamente esto último.

    05 abril 2006 | 12:28

  6. Dice ser noname

    ¿Cual es el titulo de ese libro?

    07 abril 2006 | 10:47

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