Las palabras «videojuegos violentos» me ponen nerviosa. Desde diversas fuentes se utiliza esta frase como sinónimo de «videojuegos de acción» y, para acabar antes con mi paciencia y la de muchos otros jugadores, se le anteponen las confusas «proteger a los niños de los videojuegos violentos».
Para «proteger» a los niños de los videojuegos no adecuados para su edad (ya sea porque contengan violencia, sexo o cualquier tipo de contenido ‘inadecuado’) en primer lugar están los padres. Y, como no siempre se puede esperar que conozcan exactamente lo que están comprando, existe desde hace años un buen sistema de catalogación por edades llamado PEGI al que se atienen los fabricantes.
Mi indignación proviene de leer afirmaciones como las del comisario europeo de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, que pretende proteger a los niños de la «creciente oferta» de videojuegos en los que se ensalza la violencia.
Para concretar sobre la supuesta proliferación de los videojuegos violentos, Frattini afirma lo siguiente (según una información de Europa Press):
Cita, en concreto, uno de los que han salido recientemente al mercado europeo sobre una chica joven que se ve sometida a violencia física y psicológica. «Esto me ha impresionado profundamente por su obscena crueldad y su brutalidad», admite el comisario que relata a continuación la existencia de juegos en los tienes que «matar a gente normal que camina por la calle» o «amenazar a niños en los colegios» como ejemplo de juegos «básicamente obscenos y perversos».
No tengo la menor idea de a qué videojuego se refiere en primer término. En cuanto a los otros dos, me temo que habla sobre San Andreas y Canis Canem Edit.
Convendría que algún asesor menos atrevido y sensacionalista le explicase a Frattini que el objetivo de esos dos juegos está lejos de las actividades que él comenta, ¿los ha jugado? Más bien parece que se ha dejado llevar por informaciones sesgadas que se quedan en el dato llamativo.
Por otro lado, olvida un punto básico: ambos videojuegos han salido a la venta bajo una calificación por edades, PEGI (Pan European Game Information, Información paneuropea sobre juegos). El primero es para mayores de 18 años y el segundo para mayores de 16 en España. ¿Qué relación existe entonces entre querer «proteger a la infancia de los videojuegos violentos» y este tipo de títulos? ¿Conoce Frattini este sistema de regulación? ¿lo considera inadecuado?