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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

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Corriendo por Beatriz

Cuento, entre los mejores amigos que esto de correr me ha tirado en cara, una panda ecléctica y tripera que tienen su base deportiva y personal en La Mancha. Son los imprescindibles de Corriendoporelcampo. Todo lo que tienen de grandes oradores lo tienen de grandes de todo lo demás. De corazón sin control, de humor sin medida y de hambre y sed sin posibilidad de aplacamiento.

Qué le vamos a hacer. La genética nos dota de cosas buenas y de otras, simplemente, «cosas».

 

El hecho es que también irán a correr y gatear y arrastrarse, en esta justa proporción, a la prueba más mencionada en los círculos de corredores campestres. Sí, los chicos del CxC estarán en Chamonix intentando llegar en tiempo de que les atiendan en meta del Ultra Trail de Mont Blanc.

Allí nos encontraremos, entre ese marasmo de montañeros afilados y de expertos ultrafondistas. Los CxC (y yo, en cierta medida, al estar más cercano a su filosofía que a las otras) aportaremos cierto contrapunto. A decir verdad, todo esto les cogió un tanto de trasquilón porque se presentaron al sorteo de plazas esperando no ser escogidos y acumular meses de experiencia para, sí, apostar fuerte en 2015.

Pero la mala suerte les fue esquiva y les tocó. El no saber hacer las cosas a medias tiene consecuencias como esas. Así pues, empezaron a pensar en cómo hacer que tanto correr y tanto contarlo tuviera una aplicación práctica. Y se les cruzó la historia de Beatriz.

Bea.

Beatriz Peláez Díazy aquí paso el teclado a los amigos del CxC– tiene seis añitos (cumplirá siete el próximo 15 de octubre) y vive en Poblete (Ciudad Real). Beatriz no puede correr. Tiene atrofia muscular espinal tipo III, una enfermedad degenerativa que afecta a su sistema nervioso central, a sus motoneuronas, provocándole una progresiva debilidad y degeneración muscular.

Su sistema respiratorio y su musculatura se van atrofiando poco a poco. Como consecuencia de ello, Beatriz irá perdiendo capacidad para andar, moverse, comer o respirar.

Y mis amigos han pensado en «vender» los 168 kilómetros que recorrerían  cada uno de los tres integrantes del club el próximo mes de agosto en el Ultra Trail del Mont Blanc. Con ello, para que todo lo obtenido por ello se destine íntegramente a hacerle a Beatriz la vida un poco más fácil.

¿Quieres conocer algo más de este proyecto solidario? ¿Sientes insana curiosidad por conocer cómo relatan sus aventuras de corredores por el campo? Entra en su web y pasa un rato imaginándotelos ahí, al lado, cerveza o plato de migas en mano.

 

Algo que quizá no te contaron antes de empezar a correr

Correr duele.

Lo sabes. Sé que lo sabes y por eso me paro un momento. Para recalcarlo.

Habrás entrado a este mundo de pequeño, desde el atletismo escolar. Probablemente, si no, seas uno más de los que han descubierto que el modo de vida [escalofríos] del tipo deportista del siglo XXI es fastuoso, te realiza y llena como persona. O, es posible, seas una convencida estajanovista de la vida sana y añadas el trote moderno a tus esfuerzos por alcanzar la plenitud.

Porque te van a doler tendones, músculos, paredes cardíacas y diez partes más de tu cuerpo. Si la naturaleza nos hubiera querido corriendo ad aeternum nos habría extirpado el cerebro. Corremos mientras éste, el jefe, mantiene el estímulo químico que tolera el dolor.

Ya, pero…

Este no es un ejercicio complicado. Es tosco y no necesita grandes parámetros técnicos o estratégicos. Es fácil si el objetivo es ir ganando kilometritos a la vida sedentaria. Es, coronando la cesta de navidad de la cosmogonía deportiva, agradecido como pocos, recompensando con rapidez tus progresos.

Pero un día duelen más las piernas en mitad de una ventisca o bajo un chaparrón. Los pinchazos de un pie duran semanas y no, como desearíamos, minutos. Si nos pasamos, duele. Si salimos cortos de bagaje y queremos apurar distancia o méritos, duele por partida doble. Podemos entrenar como bestias. Podemos alimentarnos como recomendarían cien Nutricionistas clonados al efecto. Y, por un raro mecanismo de martirio voluntario, aplicamos esa preparación para que todo nos duela un poco más. En ocasiones, toneladas de sufrimiento encaminadas a que, el día de la carrera, «disfrutemos sufriendo».

El camino más rápido para quemarse o romperse.

Y mira que tenemos defensores del sufrir natural, del dolor sin aditivos, de la conversión del dolor de correr en un reto, de la superación. Le hemos añadido un sin fin de mecanismos de conmiseración. Están esos halagos a la recompensa de la ducha, del sentirse bien. La literatura de la endorfina sitúa el placer inmediatamente después del dolor.

Pero te diré una cosa, joven amigo. Del dolor, pero también del fisioterapeuta o del quirófano. Sólo aviso.

¿Es tan duro esto?

Yo creo que sí. Y es necesario que nadie se lleve a engaño. O abandonarán el correr por el próximo y más moderado deporte que surja.

Leo en ocasiones que el deporte se lleva a extremos innecesarios. «Pero cómo meten esas etapas por el frío y la nieve a los pobres ciclistas», se suele leer. Ya. Es que han optado por la bicicleta de carretera y han querido ser profesionales de ello. Las reglas de ese juego están escritas desde 1900. Las reglas de correr se dejaron a un lado en cuanto logramos inventar un medio de locomoción más rápido. Correr quedó para las fiestas, las apuestas entre los tipos más duros de la zona.

Los demás, miraban.

Al igual que descubrimos con nuestros ojos las extraordinarias gestas que deportistas pueden hacer sobre una bicicleta, raquetas de nieve, bastones o cuerdas y piolets, viene un momento en que no paramos a analizar lo siguiente: el estado natural del género homo, el de estar en movimiento, se alterna con periodos de parada. La evolución ha hecho que nos adaptemos antes de reventar o ser devorados.

Por decirlo de otra manera, la mejor medicina para cuando correr duele es dejar de correr. Es muy posible que sea uno de las últimas trazas de inteligencia que le queden al ser humano.

Firmado, un abuelo cascarrabias.

Los chefs corredores

Guisar un diseño previo, pensar, resistir durante horas en un entorno sofocante, entrenar duramente para contener las ganas de rendirse. ¿Un plan de deportista de élite? No. Es la descripción de la jornada habitual de un cocinero.

Si añades que unos cuantos cocineros han alcanzado la categoría de chef y su responsabilidad se multiplica por diez, y que a las jornadas maratonianas de una cocina hay que añadir una notoriedad pública, ¿te extraña que solamente les quede tiempo para calzarse unas zapatillas?

 

 

Pues cada vez es más frecuente. Estos lobos solitarios de lo más alto de la pirámide de la cosa culinaria son, muchos, corredores. No sé por qué tenía que extrañarnos. Desde este lado de la mesa vemos pasar por delante de nuestras narices, qué sé yo, aceites estupendos para untar panes de naranja, de pasas, capuccinos de verduras o las archifamosas maravillas de carnes, pescados o espeluznantes arroces (ay, el de atún rojo, remolacha y aire de parmesano de Jesús Almagro). Al otro lado de la mesa, más bien en la cocina, un equipo que dirige un tipo que corre para soltar el estrés, para no volverse loco. Otro probablemente corra porque es lo único que le permite disfrutar de la ciudad. David Muñoz (propietario de Diverxo, entre los mejores según la guía Michelin) iba corriendo desde el barrio hasta el restaurante. La excusa de perder peso o de probar nuevas sensaciones llevan a conocidos cocineros como el madrileño Paco Roncero (el gobernante de los timones sobre el Casino de Madrid) o al archifamoso Gordon Ramsay (el iniciador de Pesadilla en la Cocina en su versión anglosajona) a meterse entre pecho y espalda kilómetros sin parar.

 

¿Hay un punto de celebrity running?

Quizá sí. Correr está de moda, como todo el mundo empieza a notar. Pero también hay un mucho de masoquismo perfeccionista. Es posible que la búsqueda última del plato ‘diez’, sometida bajo un rigor casi científico, sea lo que mueve a estos seres de chaqueta preferentemente blanca.

El corredor echado a perder -como quien os escribe- tendrá más o menos miramientos en inscribirse a una carrera o salir a correr solo por el campo. El cocinero es un animal del detalle, de la perfección. Cuando corre, corre con mayúsculas. Y esto no está ni bien ni mal. Es así.

Para un cocinero no solamente se trata de ofrecer un gusto sino un aspecto, una sorpresa a quien está repiqueteando nervioso con el pie en el suelo de la sala. Mirando de reojo a esos bacalaos confitados o los lomos de venado a los anisados, uno entiende parte de la pasión que estos artistas ponen en todo. ¿Quiere decir esto que yo nunca aplicaré esa obsesión en mis platos? Pues puede que sea también muy cierto. En ningún sitio dice que me queden energías para intentar la perfección a las cazuelas. Pero aquí estamos echando un rato.

¿Seguimos? Gracias.

Entonces, ¿no comen macarrones con tomate? ¿Se hinchan a taboulée con aire de mango?

Ni de coña. Si algo no son estos bestias de la cocina es idiotas. Echadle un ojo. Un corredor que se tira en plancha a por las tres horas y media como David Muñoz en el exigente recorrido de Madrid se aprieta un arroz con carrilleras.

El desparramo dialéctico de las nuevas cocinas amenaza en todos los frentes de la vida. Y nos lo hemos creído. Hemos asimilado que la cocina es vapor, es concepto. Lo mismo que al correr por el campo se le han adherido setenta etiquetas (trail, freestyle, ultra trail running, etc) y a un hecho tan cotidiano como alimentarnos le han salido bandos y facciones a ambos extremos del espectro conocido, al cocinar para estar listo para correr también. Si David Muñoz hace arroz con carrilleras antes de su maratón quizá tengamos que parar a entender qué nos está explicando.

Sí, en el correr hay mucha cosa energética y hasta cierta espiritualidad. Recientemente el dueño de DiverXo declaraba que «el deporte me aporta salud mental. Sin él, con todo lo que nos está pasando, sería imposible mantener la cordura. Tanta exigencia, tanta intensidad, tanto estrés… todo es tan bestia que sin el deporte no podría mantenerme».

Aún así y conocedores de todo ello, estos superdotados de los sentidos también gastan hidratos a partir de las dos horas de carrera. Se acalambran si les faltan sales. Dejan de lado una profesión y unos conceptos con los que investigan a diario. Es su trabajo. Conocer las reacciones del cerebro humano frente a todas las posibilidades que dan unos productos que sirven para comer. Que mi esposa me pille mirando al infinito y secándome los ojos porque hay un helado de uva garnacha, una carne, escuchar a mis hijos, que me derroten por los sentidos, no tiene que ver con que el deporte necesita una alimentación sana, sólida.

Os dejo con esta amalgama de pensamientos. Viene un bizcocho-tiramisú de naranja, perfecto.

Mañana podré correr durante horas. Los de las barritas sustitutivas os lo perdéis.

¿Dónde puedes correr en Fin de Año?

Vamos a completar la agenda de los que gustan de correr al filo de las doce campanadas que cierran el año. El 31 de Diciembre presenta una infinita oferta para los aficionados a correr, los runners ocasionales o quienes desean hacer hueco para la segunda ronda de banquetes pantagruélicos de las fiestas. Siempre con distancias asequibles para todos, entre dos y doce kilómetros.

Entre los días 28 y 29 se celebró la primera tanda y todas las ciudades van acomodando sus calles ante las pruebas de fin de año. Salamanca, Valladolid, Elorrio, Gandía, Bailén, Móstoles o Badajoz ya la celebraron. León y Valencia lo harán el Lunes día 30 a las 16h30 y 22h respectivamente. Sobre gustos y negociaciones con las policías locales no hay nada escrito.

Ante la multitud de oferta que hay para fin de Año hay que elegir. ¿Corro a mediodía o me apunto a la clásica carrera con la luz cayendo y las bombillas chispeando sobre mi cabeza? ¿San Silvestre o Año Nuevo?

Veamos cuales son las más masivas y populares, las que han agotado su inscripción y donde solamente podrás acudir como público o las todavía disponibles. Una selección de carreras. Aunque deberías ir planteando tu participación para la del próximo año, vista la velocidad a la que se agotan los dorsales.

Fuente: EFE

San Silvestre Vallecana (MAD)

Gigantesco y excelente tinglado deportivo fiestero, aunque colapse durante unas horas un sector del centro de Madrid. Pero es navidad y Madrid vive colapsado desde hace semanas. Probablemente alguien de tu entorno te lo comentó en Octubre. Es uno de los eventos más conocidos del deporte español. Si sacasen cien mil dorsales, cien mil se venderían.

Los 10km entre el Paseo de Recoletos y Vallecas acogen a más de 40.000 dorsales y algunos más que lo harán sin él. Casi todo bajada salvo el ascenso final al campo del Rayo Vallecano. La típica carrera que podrías usar para debutar, pasando un rato fabuloso entre sudor y sudor. Céntrica, masificada. Vespertina. En apenas dos tirones agotan todos los cupos imaginables. Deberás dejarlo para 2014 porque este año tiene otro lleno total.

San Silvestre nocturna de Alicante (A)

Ha sido una de las más tempraneras del año. La salida se da el día 28 de diciembre a las 22h y son 5km totalmente céntricos. Absolutamente iluminada por las luces de la ciudad. Ir y volver por las tres avenidas más centrales con el ojo puesto en la hora de la cena más bonita del año. El tope es de 3.000 inscritos así que recomendamos que te espabiles para la edición de 2014. Además es gratuita. ¿Hay un plan mejor?

San Silvestre Donostiarra (GZ)

Otra con un eminente calado marítimo. Pocas ciudades entienden tanto al corricolari y el día 31 sacan 3.500 dorsales para saborear un céntrico y ventoso circuito por el glamour de la ciudad del Kursaal y de las playas de la Concha y Gros. A las 16.00. Si consigues dorsal, aunque los elevados precios están haciendo estragos en algunas carreras.

Encontrarás «sansilvestres» en Toledo, Zamora, Sevilla, Zaragoza, prácticamente en todas las ciudades medianas o grandes del país. Además hay alguna que otra que presenta un toque distinto. O bien es lo festivo lo que se impone, o un circuito especial para llevar las piernas calentitas a la cena. Ejemplos, los siguientes.

OTRAS

Cursa dels Nassos (BCN). Once mil quinientos corredores irán por Barcelona en referencia al popular personaje de la tradición catalana que hace su aparición el último día del año. Lamentablemente no quedan dorsales. Se agotaron hace casi un mes. Puedes ir a animar y participar del ambiente deportivo a un circuito céntrico por Sant Martí y el Poblenou. Una pena perder la oportunidad de correr 10km por la ciudad.

Para niños, la Martín Martín (ZG). Si vives en la ciudad del Ebro podrás llevar a tus hijos a participar en la San Silvestre Infantil. En zaragozadeporte.com/SanSilvestreInfantil podrás informarte de una fiesta deportiva absolutamente pensada para estos días de vacaciones. Consiste en dar una o varias vueltas alrededor de la Seo. Un millar de plazas para un día 31 en familia.

En la pedanía de Coy (MU) se celebra una prueba matinal el día 31. Su sencilla inscripción (a efectuar en cualquiera de los bares del pueblo lorquino) incluye poder almorzar después de disputar los 5km de la prueba, «si el presupuesto lo permite», según rezan las bases. Cinco euros por un evento deportivo y media mañana relajada. Pronto la incluirán en las guías del buen vivir.

La Peña PCEros de Getafe, el Club de Atletismo Vicálvaro y otros cuantos clásicos llevan más de treinta años organizando sencillas pruebas de 10km con gran aceptación. La receta es la de siempre; honestidad, calles, muchos pares de zapatillas y una pizca de humor. El problema es el mismo que en tantas otras: a día de hoy apenas hay dorsales libres para poder inscribirse en una prueba en toda la Comunidad de Madrid. La burbuja ha llegado.

PARA MONTESES Y FANS DEL TRAIL

La guipuzcoana Zegama (GI) es una de las mecas de las carreras de montaña. Organizan también una prueba fin de año donde no falta la sidra, el buen ambiente e innumerables guiños a su Zegama Maratón. Son 5km entre caserío, arbolado añejo y ecos de Kilian Jornet o de Luis Alberto Hernando. Todo a los pies del macizo del Aitzkorri.

En Mataró (BCN) se han lanzado con una san silvestre de montaña. Sí. De montaña y con poca luz. Una caminata popular a las 16h y una carrera de 12km en la que será necesario llevar frontal. Llegar entero a meta será un aliciente en la Sant Silvestre Trail. La información en www.santsilvestretrail.cat

Potes (CA), por un litro de leche. Si te garantizas capacidad para conducir hasta ahí y si el tiempo lo permite, la preciosa localidad lebaniega del desfiladero de la Hermida organiza una edición solidaria de su carrera de fin de año. Tendrás tu dorsal por un litro de leche que irá a la distribución de Cáritas lebaniega. A las 19h, ¡qué mejor plan! Lleva cadenas por si las moscas.

Y en Ibiza (IB), la subida a la catedral. Desde hace 34 años se celebra la Pujada a la catedral de Ibiza. Para poner a tono las piernas y los pulmones durante dos kilómetros y medio. Se recorre el paseo marítimo de Ibiza para luego ascender a todo trapo hasta el punto más alto. Todo a partir de las 16h30 de la última tarde de 2013.

LOS PRIMEROS DEL AÑO

En la localidad alicantina de La Aparecida celebran la carrera del Amanecer. A las 8am del día 1 de Enero toca desatascar las tuberías. Serán 5km por 5 euros. Todo lo que hay que saber, en http://www.runnerlife.com/laaparecidacd.html

Un tanto más exagerados son organizando en Orozco (BI). Su propuesta incluye recorrer los once valles del municipio (es el segundo en extensión de toda Vizcaya) y se puede hacer en cuatro etapas o a lo grande. Es la Mugari Bira. Inauguran 2014 con esta marcha o carrera circular de 62km.

MÁS, QUIERO MÁS

Desplázate a tu ayuntamiento, llama al teléfono de atención al usuario del mismo. O pregunta a tus conocidos corredores. No verás mucha más información en los medios de comunicación al uso. Te ofrecemos una posibilidad más. Apunta estas direcciones de buscadores de carreras populares, dedícale un minuto entre plato y plato:

www.runedia.com
www.runners.es
www.carreraspopulares.com
www.corredors.cat

Al final sólo erais mercado, runners

Veinte mil followers y varios años detrás, poco importa. Es uno de los ejemplos de los cambios que han sucedido en el mundo del correr. La cuenta de uno de los más conocidos patrocinadores de carreras cierra su actividad en las redes sociales.

Cierra su actividad porque ING deja de patrocinar eventos tan señalados como el Maratón de Nueva York. Esto ya se sabía desde hace tiempo. Y no de más que un síntoma.

Correr por la calle ya no es solamente correr. Todo ha cambiado mucho y a una velocidad desconocida. El calendario ya no está compuesto por pruebas organizadas por clubes locales y concejalías de deporte.

Ponle Freno reúne veinte mil corredores. El BBVA o Nike producen billones de zancadas y la maquinaria no cesa.

¿Es bueno o malo? ¿Es lo que hay?

Kilómetros x alimentos 2014

Kilómetros corridos por una buena causa. Después de una edición plagada de buenas intenciones y mejores resultados, los chicos del grupo de corredores DrinkingRunners vuelven a la carga.

Y es que la II fase de la campaña #KmsXalimentos suma en un mes más de 3.000 kilos de comida. Ha arrancado con una fuerza inusitada. Hagamos memoria. En la temporada pasada, un grupo de aficionados y practicantes del más saludable de los entretenimientos (descontemos aquí el sexo) lanzó una iniciativa solidaria: consistía en aportar kilos de alimentos al mismo ritmo que se corría.

Como explican en su nota de prensa, esta temporada ha arrancado con fuerza. Han sido varias las carreras en las que se han recogido kilos de comida en las últimas semanas, como las organizadas por Eventsthinker (Carrera Juegaterapia, Duatlón de Valdebebas o el Cross de la Moraleja) o la FunRun de la Agencia Espacial Europea. Cabe destacar además, el éxito de la Carrera de la Ciencia, donde una avalancha de corredores solidarios llevó el pasado 20 de octubre más de 920 kilos de alimentos a los puestos de recogida instalados por el equipo. A estos hay que sumar los 200 que aportará la organización de la prueba.

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Así todo, el próximo día 3 de noviembre hay una buena excusa para correr y echar una mano al banco de alimentos.

La cita será a las 9.30 en la Casa de Campo de Madrid, junto al parking del Zoo. Se realizará un rodaje de 5 o 10 km por la Casa de Campo de todos los corredores que se quieran unir. Se formarán grupos dependiendo de la distancia a recorrer y los ritmos. Se realizará un calentamiento previo. En esta cita se contará con la presencia del atleta Víctor García, olímpico en Londres 2012 y bronce europeo en 3.000 obstáculos, que dirigirá el entrenamiento y dará consejos a todos los corredores populares allí presentes.

Todo lo sumado en esta campaña de invierno se entregará tras realizar una gran compra final al concluir la nueva fase de #KmsXalimentos tras la Maratón de Sevilla el 23 de febrero de 2014.

Hombre contra gimnasio (3)

Pasan las semanas. Crece el pelo de las piernas (sobre este asunto tomaré nota para un post en breve). Se cae el pelo de los árboles y se nos caen los pelos de la cabeza. Y uno intenta ver resultados de esa aproximación al gimnasio por parte del corredor sin chicha ni limonada.

Como iberos, somos humanos con una visión de plazos y resultados bastante precipitada. Nos preocupan los resultados que no son visibles en un par de semanas. Es así y no hay más vueltas que dar.

La fabricación de músculo ha sido un parcial fracaso después de dos o tres semanas. Nos asoman unas anchuras en brazos y hombros, pero eso no son músculos.

El peso ha aumentado. De natural psicóticos, los corredores creemos que un kilo más supone siempre un lastre. Si se corre, se cae en la búsqueda de «afinar» al máximo. Chicos y chicas que empezáis en esto: no lo hagáis. El peso está ahí. El músculo pesa.

En realidad ese músculo está echando una mano (o lo hará) y descargando de faena a alguna articulación. Todo llegará, lo cual es un mantra que debemos repetirnos. El gimnasio funcionará a medio y largo plazo.

¿Qué hemos podido probar?

Para que os sirva como pista, os contaré un par de rutinas que (1) me hacen sudar a chorros y (2) creo que tienen utilidad para complementar esas deficiencias que todo corredor presenta. y son consejos acientíficos. Por el amor de Dior, que esto es un blog de opinión, no de referencia. Tomad todo esto con distancia.

La máquina de remo es un ejercicio que se parece bastante a correr. Sin hacer mucha fuerza, es fácil estar 10 o 12 minutos a ritmo moderado y trabajamos mucho abdominales, cuadriceps y el tren superior a un ritmo de respiración similar al que llevamos corriendo. Al bajar de ella suelo poner todo ese aparataje corporal en la cinta y transferir el esfuerzo al correr. Según duelen los brazos y los hombros, tiene que ser bueno.

La bicicleta que no va a ninguna parte, también llamado spinning. Uno hace un ejercicio bastante parecido al correr, es lineal, no explosivo. Trabaja gemelos y aquiles y todo el grupo empresarial del muslo. Cuenta con la ventaja que los músculos trabajan sin recibir el impacto del talón contra el suelo.

Su desventaja es no poder adelantar nunca al que tienes delante. Es lo que tiene una bicicleta anclada al suelo. Pero intuyo que ya contabais con ello.

Asunto estética. Podría empezar a contar qué se ve en las duchas. Hay cuerpos que no tienen arreglo. En cualquier caso, habrá que esperar a una mutación o a que pase medio año. Lo digo por uno mismo.

¿Puedo alternar caminar y correr?

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En muchas ocasiones empezar a correr es todo un dilema. ¿Tenemos que empezar a correr cuando apenas estamos seguros de aguantar dos minutos seguidos sin escupir el corazón?

Por eso en los planes más tradicionales, en aquellas guías que inundaron los Estados Unidos en los años setenta, se introducía el caminar como una herramienta de ayuda. De descanso y de ayuda, siendo más exactos.

Y es que correr es sencillo pero una persona sin apenas forma física debe tomarse las cosas con tranquilidad. Caminar unos minutos de manera alterna con el incipiente trote cumple dos funciones, para que nos entendamos.

Por un lado baja la intensidad del trabajo cardiaco. Las famosas pulsaciones bajan del nivel «alerta submarino nuclear con fuga en los reactores» a «desactivar alertas, era solo un calentón».

Por otro, no paramos sino que aprovechamos para seguir trabajando a intensidad baja o moderada. No vamos a desgranar lo sano que es caminar, porque hay mucho escrito. Cuando estamos trotando de manera intensa no sólo es la velocidad de latido de nuestro corazón sino también la intensidad con que bombea. Eso que nuestros mayores de cuarenta se miden constantemente: la presión arterial. Pues bien, al detenernos después de un trote intenso la tensión se desajusta y desciende. Si paramos, corremos el riesgo de un desajuste con cierto peligro. Si seguimos caminando la diferencia entre alto y bajo es menor y, por tanto, más conveniente para nuestro organismo.

 

A otro nivel ¿debo alternar la carrera con caminata?

Tu caso no es este. Ya eres un runner experimentado. ¿Qué sacar de esto? Vamos a dejar de lado las recuperaciones puntuales entre ejercicio máximo. Cuando un corredor está entrenando con mucha intensidad, haciendo intervalos a toda pastilla, lo frecuente es detenerse para recuperar esas casi doscientas pulsaciones. Pero hay otros muchos casos donde no solamente se debe introducir la caminata sino que nos hará más fuertes.

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En la carrera por el campo, hasta hace quince o veinte años, todo se subía corriendo. Por muchas cuestas que tuviera el campo, caminar era detenerse: fracasar.

Pero el desarrollo de las carreras de ultradistancia y la montaña más dura nos ha mostrado que es preciso caminar. Es más. Hay que entrenar la caminata. O eso, o te arrancarán las pegatinas en mitad de tu crisis de corredor y maldecirás a esos tipos que se escapan cuesta arriba, ¡andando!

 

¿Un ejemplo para mí, que soy un principiante?

Hay un lote para los que queréis arrancar. Una especie de guía para el «día cero».

Como calentamiento, camina a ritmo vivo durante 5 minutos (que te dé la sensación de que a ese ritmo te iría mejor trotando).
Trota 30 segundos, camina a ritmo vivo 90 segundos (minuto y medio).
Ahora repite esa secuencia cuatro veces más.
Para enfriar el cuerpo, camina a ritmo vivo otros 5 minutos.

¿Ha sido mortal? ¿Lo puedes afrontar? Si has podido con ello, la rutina te debería llevar a aumentar esos bloques de trotar y caminar por tramos de medio minuto. No tienes ninguna prisa. Debes -además- incidir en ejercicios generales de fortalecimiento y estiramiento.

Con estas premisas tan asequibles, quién se va a resistir.

¿Habla alguien del 20º clasificado de alguna carrera? Te los presentamos

Usain Bolt, Eusebio Cáceres, Haile Gebre… parad. Parad. Los medios de comunicación hablamos habitualmente de los atletas que acaparan ya los titulares. Vencen, deslumbran, nos obnubilan y quizá a más de uno os hayan motivado a empezar a correr.

Pero ¿se conoce la densidad real de este complejo y magnífico deporte? ¿Alquien conoce, pongamos el caso, al que llegó en mitad de una serie clasificatoria de un campeonato regional?

¿Quién demonios es Iván Palero o a qué se dedican José Povedano o Manoli Panizo? Como se suele preguntar en tu oficina o en el bar, «¿cuánto les ha sacado el primero?». Habitualmente son historias anónimas que interesan al círculo de amistades y poco más. Pero son atletas. Consumen atletismo. Vibran con las retransmisiones y sostienen las audiencias. Compran el calzado que los famosos desarrollan de acuerdo con las marcas deportivas. Además, ya decimos, son participantes en carreras, saltos, lanzamientos.

Dado que 20Minutos lleva ese número tan simpático en su cabecera, veamos quién está en esa vigésima posición de alguna de tantas pruebas. Recordemos que, en definitiva, alguien que llegue el puesto veinte permite que los diecinueve anteriores no sean los últimos.


Foto: Kataverno.
Mónica Valdepeñas fué la vigésima clasificada femenina en la cronoescalada del Kilómetro Vertical de la Barranca. Os resumo. A Mónica le llevó 1h24 recorrer un kilómetro. Pero se trataba de mil metros ¡de desnivel!. Esto es, la diferencia entre la altitud de la salida y la meta suponía correr hasta reventar superando mil metros hacia arriba.

La toledana, perteneciente al club Atletismo Las Lagunas, llegó con unos 21 minutos de diferencia respecto de la vencedora pero se trata de esos atletas que sostienen las pruebas. La participación de corredores como Mónica es crucial. Los organizadores no serían nada sin ellos. En semanas se le pudo ver en otro kilómetro vertical, el que ascendía por piedras y sendas casi inexistentes a Peñalara. Otra cima de más de dos mil cuatrocientos metros con la que Mónica ha cumplido el ritual de ascender a toda velocidad.


El vigésimo clasificado del maratón de Valencia de 2011 fue Carlos. Un tipo duro que no pudo acercarse a los tiempos de escándalo de los profesionales africanos. Pero hay que añadir que Carlos, perteneciente al club Cárnicas Serrano (tan en boca de todos estos días) tiene otro trabajo. Saca tiempo para hacer siete y más sesiones y poder marcar un espectacular tiempo de 2h28 en meta. Lo tiene que sacar de los turnos de duro sacrificio que le deja su trabajo en la Unidad Militar de Emergencias.

En efecto. este corredor es uno de esos soldados que han estado todo el verano buscando el cuerpo de algún ahogado o extinguiendo incendios por todo el territorio. No dudamos de la utilidad social de las hazañas de Bolt o de las declaraciones de Yelena Isinbayeva. Qué duda cabe que uno termina aprendiendo de todo y de todos.

Para hacernos una idea, si bien está lejos de los brutales cronos de los vencedores, Carlos está en el rango de ritmos de las primeras clasificadas femeninas a nivel internacional. Por establecer una comparación, corrió a más de 18 km/h durante cuarenta y dos kilómetros por hora. Láncense con unas zapatillas y cronometren un kilómetro. Multiplíquenlo por cuarenta y dos. Carlos Alcalá no es profesional pero evalúen ahora su importancia en el mundo del atletismo popular.

Lo dicho. Podremos seguir glosando los saltos de altura de Bondarenko o la zancada de Alison Felix. Pero recordemos una cosa. Sin ese corredor anónimo, los de arriba vivirían carreras fantasma.

Cuando el humor mira a nuestro deporte

No me he podido resistir. Es quizá el mejor monólogo en español que hay circulando ahora mismo.

El humorista leonés Leo Harlem hacía una parodia de todos nosotros. Deportistas más o menos vocacionales o a quienes la sociedad o la medicina nos recomienda «correr un poquito». Nunca está de más mirar hacia atrás y comprobar qué reacciones suscitó nuestro repentino y apasionado comienzo.

Esa gran frase:

– Mañana me voy a levantar a correr.
– Sí, a correr las cortinas…

Con todos vosotros, así nos ve el humor.