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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Detroit y Madrid y el atletismo popular

Detroit está en bancarrota. De un millón y medio de habitantes en 1950, a setecientos mil en la actualidad. De una locomotora de una industria a un gueto sin recursos. No hay dinero para hospitales ni vivienda social ni policía. A pesar de ello Detroit, el día 20 de Octubre, dispondrá la ciudad durante siete horas para el Detroit Free Press/Talmer Marathon. Veinticuatro mil corredores entre maratón, prueba de 21km y de iniciación de 5km. Madrid, ese mismo fin de semana, pondrá una docena aproximada de policías locales a disposición de los 100 km Villa de Madrid. Pero existe algo más que una simple coincidencia en el calendario.

Ciudades sin recursos y que están saliendo en los medios de comunicación como la primera ciudad norteamericana en quiebra o una de las cinco ciudades cercanas a la ruina financiera en España, Detroit y Madrid viven dos historias que convergen por momentos. Detroit debe 20.000 millones y no recauda ni la mitad que antes por la pérdida de población, viviendas en uso y negocio. Madrid debe aproximadamente 7.000 millones. Que son 9.400 si añadimos al resto de los consistorios de la Comunidad de Madrid.

A través de las noticias de prensa ha trascendido un dato aparentemente marginal. Se ha mencionado que  una llamada a la policía de Detroit, en lugar de retrasarse los once minutos de media de las ciudades estadounidenses, supone más de cincuenta y cinco minutos de espera. Para los lectores de este blog puede ser una información irrelevante.

Bien. Detroit tiene 2.700 efectivos policiales. Se le considera la ciudad más violenta del país por muchos. Es un país militarizado, según nuestra imaginería, tan europea. En comparación Madrid tiene siete mil policías locales. La proporción no es tan desigual. Pues bien,  hay un aspecto de todo ello que nos toca a diario a los practicantes del ‘running’: que haya más o menos policía local disponible puede permitir o impedir que se celebre una carrera. Hemos sabido con el tiempo que los municipios consideran como horas extra la asistencia de la policía local a una carrera popular. Su dotación cuesta dinero y ciudades como Madrid parecen restringir la maniobrabilidad de los organizadores. De tal manera que la disposición de medios de seguridad determina la celebración de una prueba.

Nuestras carreras, nuestro hobby, parece escarbar injustamente en las delicadas finanzas locales. ¿Debería afectar este coste extra a la celebración de carreras en un entorno de crisis generalizada?

Es así el argumento con que informó en invierno de 2012 al organizador de esa clásica carrera de Madrid. Rafael García Navas, organizador veterano, recibía la noticia como un jarro de agua fría. Su posición en el calendario debía ser modificado. La XXVII edición de los 100km Villa de Madrid no se podría celebrar como estaba anunciado, el 17 de Marzo de 2013. El complejo recorrido (que discurre por dos distritos a lo largo de un circuito urbano de 10km) y la baja participación, a pesar de la historia y la tradición, no podía ser cubierto por los números de la policía local. Ni ser Campeonato de España, o haber presentado el proyecto como todos los años con meses de antelación, ni tener el respaldo de la RFEA serviría de mucho. La prueba había perdido su puesto en el escalafón y se le trataba como un evento marginal.

«¿Policías para Vallecas? ¿El domingo por la mañana? No tenemos, que la manden a otro día»

La ciudad de Madrid argumentaba ese mismo que día la policía local tenía otras cosas que cubrir. Entre ellas, la Carrera del Agua, asimilada recientemente por el diario MARCA y organizada por el también histórico Club Canal de Isabel II, y que se disputa por los concurridos distritos de Chamartín y Tetuán. La parte proporcional de deporte en la calle estaba obligada a usar los medios en una u otra. De los siete mil policías locales, la agenda a la que se asignarían las distintas comisarías de distrito, la agenda internacional del Ayuntamiento y otros requisitos de seguridad impedían que los 100km Villa de Madrid tuvieran garantizado el corte de tráfico preceptivo.

Entonces, ¿se recortan las dotaciones disponibles como resultado de una saturación de eventos deportivos? ¿Tanto participante tiene que atender la policía madrileña en un fin de semana?

En principio, la proliferación de carreras urbanas en la primavera madrileña obligaba a la ciudad a optimizar recursos. El 17 de Marzo ya estaba tomado por otra prueba. Los 100 de Madrid no se podrían celebrar y así se anunciaba a un centenar de inscritos en el Campeonato de España. No es la primera vez que la cancelación obliga a afrontar los costes a los participantes. La prueba de Madrid interrumpe entrenamientos de meses. En casos conocidos se avisa a centenares de personas con hoteles reservados, cuadrantes de vacaciones y vuelos: la fecha de su prueba deportiva es papel mojado. Es el riesgo de ocupar la vía pública para una actividad recreativa.

La guinda de la descoordinación entre las partes fue la cancelación de la carrera de Marzo. Finalmente, no hubo dotaciones de policía ni en Vallecas ni en la citada Carrera del Agua, que se disputaría dos meses después.

Madrid meets Detroit?

La decana prueba madrileña, atosigada por las finanzas, se anuncia ahora para el 20 de Octubre, día en que se correrá el multievento de Detroit. Los «cien de Madrid» es una prueba minoritaria, con un calado mediático casi nulo. Es una pincelada de romanticismo que sobrevive a su modo, sin haber pensado en alternativas de lugar o de adaptación a los nuevos tiempos. Pero no deja de ser una fatal coincidencia.

Sobre fatalidades parece que Detroit tiene más experiencia. El pasado mes de Octubre lanzaba la campaña «Usted accede bajo su propia responsabilidad», denunciando que algunas zonas de la ciudad estaban en situación similar a «zona de guerra». Tanto en la ciudad llamada Motown, la de los Chrysler, Ford y General Motors, y la ciudad que aspira a albergar unos Juegos en 2020, convergen en una premisa: «señores, nuestra policía local no puede atenderles con la eficacia que desearíamos«.

Vive usted en dos mil trece. Disculpe las molestias.

Nos asumir lo siguiente: el dinero destinado a la seguridad en tiempos de crisis se antepone al dotado para el ocio en la calle. Al final, nosotros hacemos poco más que relajarnos un domingo por la mañana mientras nuestras fuerzas de seguridad intervienen en lugares realmente peligrosos. El discurso del miedo justifica la inversión en seguridad.

¿Es esto así? ¿Existen bloques en Madrid donde los muebles caen ardiendo por la ventana en Madrid? ¿Disturbios raciales con asaltos a tiendas? No lo parece.

¿Qué más queda un Domingo por la mañana? Parece que todo se reduce a la disponibilidad de horas extra en fin de semana y el número de unidades de policía local disponibles para la ciudad. Insistiremos, dado que quizá haya quedado oculto en el texto; los servicios de tráfico de la policía municipal de una prueba deportiva son un concepto facturado al organizador (en muchos casos una asociación o club deportivo sin ánimo de lucro). 

Salvando las distancias, los 100km Villa de Madrid, con un presupuesto básicamente de economía de guerra, sin premios en metálico, sin más medios que una idea anclada en cumplir con la normativa municipal, eran cancelados en Febrero de 2013 por los cuadrantes de guardia de la policía local.

Las dotaciones de Madrid trabajan según se les asigna, evidentemente. Pero se alzan voces contra la idoneidad de algunos servicios. Se aumentan las competencias de los agentes en diversos lugares y se les saca de la calle. Hasta diecisiete agentes pueden ser movilizados para desplazarse a cubrir una visita promocional de la alcaldesa, Ana Botella. Al mismo tiempo, sindicatos denuncian que están subiendo las horas extra impagadas por servicios varios. No es precariedad sino una distribución interesada de las misiones encomendadas a la policía de la ciudad. Con todo, en un escenario de crisis, los gobiernos conservadores han mantenido la inversión en seguridad ciudadana (y de los dirigentes de los ciudadanos). Madrid mantiene la cifra de agentes de policía local en las cifras de 2008, los años de la inversión pública sin final. Año tras año hay una inversión sistemática y ordenada de material y vehículos. Pero los fines de semana hay una evidente disfunción y plantillas con escasez en cada comisaría de Distrito.

Encajar la carrera es un puzzle. En el caso de Vallecas, la posición de la prueba respeta escrupulosamente el statu quo municipal. Cuidadosamente (García Navas es ‘speaker’ y peñista histórico del club), los 100 de Madrid siempre se disputan aprovechando que el Rayo Vallecano juega fuera, a rajatabla. En los últimos años la sensación de sumisión a la agenda es mayor. Y puede llegar en cualquier momento el cambio. O el carpetazo. Alguna instancia, antaño colaboradora, deja de estar interesada en el deporte popular. No son infrecuentes las conversaciones donde los organizadores escuchan cosas como:

«No te puedo mandar diez agentes. Cuestan mucho dinero». «¿La salida es a las siete de la mañana? Atrásala, que no empiezan el turno hasta las siete y media». «¿Qué hacéis con mil personas en Plaza de Castilla? ¿Una carrera? No nos han comunicado nada».

Puede que la documentación obre en poder de la administración local desde hace semanas. Todo es posible. No parece tanto una cuestión de caos financiero como de organización.

Un caos financiero en una instancia pública es que, hoy mismo, Detroit anuncie jubilar a más de 500 agentes de policía (y casi un millar de bomberos) ante la imposibilidad de que cuadren las cuentas de sus nóminas. Que la ciudad tenga 12.000 millones de dólares acumulados de deuda y un presupuesto anual de 3.000 millones.

Por último ¿arrastrará esta situación al maratón de Detroit? Ante la preocupación de participantes ya inscritos, la Free Press Detroit Marathon insiste en que la ciudad continuará con su programa. Ni un aplazamiento ni una cancelación. ¿Habrán preguntado al jefe de dotación del DPD?

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Foto: Vayahistoria.com

8 comentarios

  1. Dice ser peruano

    Ayer estuve corriendo por el Retiro sobre las 9:30 de la mañana,me fui de Av America al Retito y de ahí al parque de las Avenidas.Hay dos cosas a considerar la primera los coches ¿quién saca los coches los domingos?y la segunda los viejos¿por qué esa manía de ir hacia ti?

    22 julio 2013 | 08:53

  2. Dice ser Manuwar

    Se me plantea la duda de cuantos policías municipales se desplazan a los eventos que se organizan para promocionar la candidatura de las olimpiadas de Madrid 20020 (me sigue pareciendo precipitado empezar 18.000 años antes con la campaña, pero eso es otra cuestión). No entro a tocar las narices con celebraciones furgoleras o visitas Papales… bueno, un poco si que entro al mencionarlo, claro.

    No sé, Al final después de un Maratón de Madrid peor organizado que nunca, capotazos y paños calientes a todas las glorias del dopping hispánico y la desidia general que tienen por promocionar y facilitar el deporte popular, dirán que es una conjura francesa (que nos tienen envidia), cuando le den la sede olímpica a otros. Tengo que decir que afortunadamente imaginando la gestión político-económica de un evento así.

    Aquí Manuwar, haciendo amigos.

    22 julio 2013 | 09:22

  3. Dice ser Abulense

    Lo siento, pero no me ha gustado el artículo.

    Te lías mucho y haces que el lector pierda el interés por el artículo.

    22 julio 2013 | 09:34

  4. Dice ser doc

    Peruano.
    Yo tambien corro por Retiro, por el Parque Paraiso, y rutas mas callejeras para salir de la monotonia.
    ¿quien saca los coches los domingos? Quien quiera, o lo necesite. Pagan varios impuestos para ello.
    ¿Porque la mania de los viejos de ir hacia ti? Porque son mayores, porque no se dan cuenta, porque su cerebro ya no es tan agil como el tuyo. Aqui los solemos llamar «mayores», no «viejos».
    Por si acaso, te respondo un par de dudas que, deduzco, te puedan surgir en un futuro cercano:
    ¿Porque los niños se cruzan? Porque es un parque, porque son niños, porque el parque no es solo para correr.
    ¿Porque hay tanta gente molestandote cuando corres? Porque, si quieres hacer series, o tiempos, tienes pistas de atletismo gratuitas, donde nadie te va a molestar. El parque es para todos, y mision de todos convivir, sin pensar que tenemos ninguna prioridad.

    Saludos.

    22 julio 2013 | 09:48

  5. Dice ser Machito alfa

    Pues ya te digo yo que yo no corro ni un metro salvo que me pongas algo así delante: http://xurl.es/h2jx8

    22 julio 2013 | 11:25

  6. Dice ser vsblanco

    Los aytos. acabarán cobrando un canon a las organizaciones de las carreras para que éstas puedan celebrarse. Al tiempo.

    22 julio 2013 | 15:32

  7. Puesto que ya es la tercera vez que nos vemos ante esta situación, y por si el refranero popular acertara de nuevo con aquello de a la tercera va la vencida, nos parece de especial interés realizar un pequeño análisis (que esperemos podemos retomar más adelante, con más fuerza) sobre todo aquello que, a nuestro entender, confluye entorno a unas olimpiadas, ya sea el aspecto económico, social o deportivo.
    Para empezar, como no podría ser de otra forma, el dinero
    “La organización de los Juegos contribuirá al desarrollo económico y social, atraerá inversiones y será generador de riqueza”. Declaraciones de la alcaldesa madrileña Ana Botella en El País del día 24 de mayo de 2012.
    Para realizar un balance de lo que supondrían estas Olimpiadas para Madrid comenzaremos por la cuestión económica: 16.000 millones de dólares para Atenas 2004, 40.000 millones para Pekín 2008 y 17.250 millones para Londres 2012 (por ahora, que aún no está del todo al día el presupuesto) han sido los gastos ocasionados por las últimas olimpiadas. Estos son los presupuestos finales, que poco tenían que ver con las primeras previsiones, y con esto podríamos hacernos una idea de por dónde irían los tiros de Madrid 2020. Ya antes si quiera de que Madrid sea elegida ciudad organizadora de los JJOO los gastos comienzan, en el anterior intento de aventura olímpica se invirtieron 37,8 millones de euros en publicitar la candidatura madrileña, a lo que hay que sumar 400.000 euros que se dan a fondo perdido para la inscripción en el concurso. Para esta ocasión están presupuestados 22 millones de euros en publicidad (de los cuales la mitad serán invertidos por empresas privadas).
    Todas estas cifras pueden llegar a marear, sin embargo, nos dirán que gran parte de las infraestructuras necesarias ya están construidas (en torno al 80%) y por tanto no hará falta gastarse tanto dinero si es que nos concedieran los juegos (lo que no consuela demasiado si se piensa que ese gasto es parte importante de la deuda que tiene el Ayuntamiento de Madrid, de alrededor de 6.800 millones euros, más intereses). Sin embargo, lo que no se comenta es que dentro de este 20% de infraestructuras a construir nos encontramos con las más caras, como son la villa olímpica, el canal de remo o finalizar de una vez por todas el estadio olímpico (que se empezó a construir en 1994); a lo que habría que sumar el mantenimiento de aquellos equipamientos deportivos ya construidos, muchos de los cuales son gigantes moles poco utilizadas por su carácter altamente elitista y por tanto mucho más costosos.
    Todos estos gastos, pasados, presentes y futuros, coinciden en tiempo y espacio con la actual crisis económica y con sus consecuencias, recortes en el presupuesto destinado a sanidad o educación, subida tras subida en el transporte público madrileño, congelación de las pensiones, y un largo etcétera de medidas que nos repercuten negativamente. Para todo eso no hay dinero, sin embargo, las Olimpiadas tienen barra libre, casi ninguno de los/as que mandan se atreverán a criticarlas, y si se les pone en un aprieto saldrán con el acerbo patriótico que todo lo puede: es bueno para nuestra imagen, es bueno para el turismo, nos pone en el mapa mundial.
    Una vez vistos los gastos, pasamos a tratar sobre lo que realmente interesa, hacer caja. Según nuestra alcaldesa, Botella, este macro-evento reportará unos importantes beneficios (se ha llegado a hablar de hasta 13.000 millones de euros), traerá empleo, riqueza, turismo y nos sacará de la crisis (o al menos nos empujará hacia la salida). Todo ello a pesar de la experiencia pasada, que nos dice claramente que estos macro-eventos (ya sean deportivos o de otra índole) suelen dejar una huella de deuda pública importante y unos beneficios siempre por debajo de lo estimado.
    Aún así, está claro que estos eventos producen su dinero (dejando de lado si es mayor o menor a lo invertido, pues quienes hacen una y otra cosa no tienen por qué ser los mismos, o al menos no en la misma medida), la cuestión está en quién se hace con él y cómo se gestiona. Es de cajón que si el Corte Inglés, Telefónica o Endesa participan de la financiación de Madrid 2020 es porque van a sacar un rédito económico de los JJOO, también es sabido que las marcas de ropa deportiva como Nike, Adidas o Puma hacen su agosto en promoción y venta de sus productos en este evento o que el turismo sufrirá un repunte (principalmente durante el mes de las olimpiadas, aunque también a partir del momento en que Madrid sea proclamada ciudad olímpica), pero el tema está en plantearse en qué medida todo esto recae sobre nosotros/as, los/as trabajadores/as. ¿Realmente nos beneficiaremos económicamente? ¿Mejorará con todo esto nuestra ciudad y nuestras condiciones de vida en la misma?
    En este sentido, se está hablando del importante efecto que todo esto tendrá sobre el mercado laboral patrio, de los miles de puestos de empleo que se generarán. ¿Cierto?, En parte sí. Pero también hay que atender a la letra pequeña, pues la práctica totalidad de estos trabajos serán temporales y los únicos sectores que se verán beneficiados serán la construcción y la hostelería-turismo. Para ejemplificar este aspecto, sólo hace falta echar la vista atrás a las Olimpiadas de Barcelona 92, en las cuales se crearon 33.000 puestos de trabajo directamente relacionados con la construcción de infraestructuras y 20.000 en el sector hostelero, estos últimos casi en su totalidad de una duración exacta de 21 días, los 21 días que duraron los juegos. Tras la aventura olímpica, todo regresó a la normalidad, que a día de hoy no es muy placentera. Ya para acabar de rizar el rizo están los/as voluntarios/as olímpicos, que altruistamente ayudan en el día a día de los Juegos como tal, como si de una puesta en práctica prematura de las pretensiones de nuestra alcaldesa Botella para el buen funcionamiento de bibliotecas y centros polideportivos se tratase. En este sentido, también recordamos el caso de las Olimpiadas de Atenas de 2004, donde los/as voluntarios/as brotaron por doquier, para ocho años después encontrarse con que casi les toca volver a trabajar gratis debido a las medidas de ajuste de la troika.
    El ladrillo, ese gran invento que da tanta pasta
    Pero si por algo se caracterizan estos macro-eventos es por ser un espacio propicio para la especulación urbanística, comúnmente conocida como ladrillazo (sí, eso que tanto se ha criticado como uno de los causantes de esta nueva crisis económica, pero a la se acaba recurriendo para salir de la misma). La cita lo requiere, hay barra libre para la construcción, se emitirán una ingente cantidad de licencias de obra, pues se necesitan numerosas nuevas y enormes infraestructuras deportivas. Y no sólo eso, sino que ya que nos ponemos, también se proyectarán varias nuevas carreteras o ampliaciones de las ya en funcionamiento, se crearan nuevos barrios o se reformarán los ya existentes en torno a la villa olímpica, al estadio olímpico o algún otro centro importante de actividades deportivas. Estas reformas en los barrios no irán destinadas a mejorar servicios y prestaciones de cara a la vida diaria en los mismos, sino a proseguir en la creación de un Madrid altamente turístico.
    Si seguimos dando pasos en este camino de la transformación de la ciudad llegamos al estadio siguiente, que vendrá marcado por la necesidad de hacer de Madrid una ciudad más bonita, lo que en la capital catalana han denominado la marca Barcelona. A parte de lo ya citado, esto requiere de ir desplazando fuera de la capital (o al menos de las zonas elegidas para las Olimpiadas) todo lo que enturbie la imagen de ciudad modelo, aunque formen parte de la realidad de la zona, como centros sociales, mercados de trueque, huertos urbanos, prostitución, cualquier de manifestación de oposición a los JJOO… Haciendo lo que sea necesario para acabar con ello.
    Y, por último, lo que también es inseparable de unos JJOO es el aumento de la seguridad: policía, militares, servicios de inteligencia, todo es poco para prevenir de posibles ataques terroristas, de movilizaciones contra los mismos JJOO o simplemente de los conflictos generados por las grandes aglomeraciones de personas. Todo ello con su consiguiente gasto económico, que a modo de ejemplo, en Atenas 2004 supuso unos 12.000 millones de euros y la movilización de unas 70.000 personas; y con un aumento de los mecanismos de control que pervivirán a los Juegos.
    Tras todo este tinglado, el legado que nos quedará es de sobra conocido, similar al que acompañó a Barcelona 92, a las Expos de Sevilla o Zaragoza o al FORUM de Barcelona, una deuda pública por las nubes, numerosas mega-infraestructuras que con los años se caen a cachos, no se usan para nada o se tratan de alquilar a cualquier precio (en este sentido, y ya antes de que nos concedan ninguna olimpiada, ya tenemos un ejemplo de esto en la Caja Mágica, donde prácticamente sólo se realiza un torneo de tenis al año, y que ahora se ha conseguido alquilar como garaje para una escudería de Fórmula 1), una vuelta de tuerca más a la transformación de nuestra ciudad en un mejorado centro comercial destinado al turismo más que a la vida cotidiana y, cómo no, beneficios para unos cuantos afortunados.
    El deporte, la menor de las preocupaciones
    Por último nos gustaría hacer una pequeña reflexión sobre de qué manera se potencia el deporte gracias a las olimpiadas. A la hora de practicar deporte nos encontramos varias dificultades y es una vergüenza que polideportivos y piscinas acumulen desperfectos y falta de personal o incluso lleguen al punto de cerrar sus puertas mientras se construyen grandes infraestructuras que difícilmente se usarán de forma cotidiana.
    Estamos hartos/as de que el deporte promovido y difundido masivamente sea el nuevo circo, de que vivamos nuestras pasiones exclusivamente a través de él, de que importe más que haga La Roja que el empeoramiento de nuestras condiciones de vida. Pero es lo que nos venden. Tenemos que desengancharnos del deporte que mueve millones (en merchandising, sueldos, premios, entradas, patrocinios…) y tomar las calles, las plazas, los parques y los polideportivos para correr, jugar, divertirnos…para que seamos nosotros/as quienes corramos detrás del balón. El deporte es salud, no sólo física sino también mental.
    Y tras todo esto, ¿qué?
    Una vez que Madrid sea elegida ciudad ganadora, las opciones de lucha son mínimas. Por ello nos marcaríamos como objetivo presionar de la mejor forma posible para evitar la elección de Madrid 2020, siendo la visita del COI un buen momento para hacer acto de presencia.
    Creemos de vital importancia realizar una gran difusión de los argumentos por los cuales oponerse a Madrid 2020. Entendemos que es un tema de especial importancia, que puede suponer un inmenso cambio en nuestra ciudad y nuestra forma de relacionarnos en y con ella, y por tanto es algo en lo que deberíamos trabajar desde diferentes ámbitos. Como todo en esta vida, habrá que pelearlo, organizarse y tratar de ver las formas de oposición más adecuadas en este contexto

    22 julio 2013 | 21:14

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