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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Por qué correr un maratón sigue siendo un escenario seguro

Se empiezan a despejar las incógnitas de la horrenda ecuación de la semana.

¿Estamos ante una amenaza global en los eventos deportivos?

¿El terrorismo del siglo XXI, supuestamente de corte islámico, ha empezado a usar las carreras como abominable escaparate?

¿Qué pasa si corro este domingo en Londres?

¿Está el maratón de Madrid amenazado por estos asesinos?

La difusión de las fotos y vídeo por parte de FBI muestra que los circuitos cerrados de TV lo pueden casi todo. Más de cincuenta mil fotos facilitadas por los ciudadanos de la sociedad de la información, facebook y twitter componen un mosaico donde se demuestra una cosa: nos comunicamos pero también nos ‘vemos’ de manera constante.

Nos guste o no, gracias a ellas se han podido detectar dos potenciales sospechosos. De aspecto occidental. Exista relación o no, a escasos kilómetros esta mañana se ha desatado un tiroteo en el campus del Massachussets Institute for Technology. De nuevo la sensación de estar ante un fenómeno regional, los unabombers. Un perfil psicológico radical, enfermo, un objetivo político demencial relacionado con la libre expresión del armamento y la defensa particular. Un perfil que parece encajar, según la CNN, con uno de los sospechosos de las imágenes distribuídas por el FBI.

 

 

Puros productos de una sociedad, la estadounidense, que está debatiendo con acritud las medidas de política interior y de seguridad. En realidad lo están haciendo desde siempre. Intentan envenenar a su presidente, le amenazan.

Un fenómeno de crisis con génesis estadounidense. Una sociedad en la que los propios musulmanes de las ciudades y barrios de Massachussets tienen miedo a prestar ayuda a sus conciudadanos en Boston tras el ataque del lunes, y denuncian que tuvieron que permanecer en casa ante el miedo de ser tomados como sospechosos.

¿Qué tiene que ver esto con un maratón popular celebrado en una ciudad europea?

En plena crisis militar, durante los años del terror derivado de las guerras en Afganistán, Siria, Palestina e Israel, Sudán, Iraq, se han celebrado (de 2001 hasta hoy día) carreras de maratón en las que participa medio millón de personas. Cada año. Y nunca se ha tenido constancia de ataques o amenazas durante esos doce años. A pesar de todo, millares de autobuses siguen llevando al puente de Verrazano participantes en la salida de Nueva York. Miles de personas esperan en el Mall, the Strand y alrededores de Buckingham en las millas finales de Londres, el Loop de Chicago, París, o el millón de espectadores de cada año en Berlin.

Por tanto, descartemos que el maratón de Londres esté tan en peligro como parece extraerse de las medidas de seguridad extraordinarias recientemente aprobadas. El régimen del terror consigue que se justifiquen determinadas inversiones en más control. De acuerdo. El viceprimer ministro británico Nick Clegg anunciaba que la seguridad se duplicaría, triplicaría o incluso cuadruplicaría. Pero también convierte en una aberración un escenario que año tras año aglutina casi un millón de espectadores y cuarenta mil participantes.

Londres ha celebrado su maratón tras los atentados del 7/7. En 2005 la ciudad vivió su particular descenso a los infiernos. Pero era Julio y la memoria crítica y el terror se matizaron hasta el mes de Abril siguiente. En 2006 Felix Limo venció corriendo como el que le lleva el diablo (2h06.39) y encabezaba una marea de 33.000 participantes. Se rechazó un número equivalente de solicitudes. Recordemos que en 2013 se esperaban unas cien mil solicitudes.

¿Y en el maratón de Madrid?

Lancémonos a correr sin miedo. El maratón madrileño está lejos de ser un objetivo de la oleada del terror de esta semana. Que sea un homenaje sentido a los que han sufrido el ataque de las bombas de los fanáticos. El miedo instaurado durante la última década no puede alcanzar cada manifestación deportiva o cada agrupamiento humano porque terminará coaccionando la capacidad del ser humano de reunirse.

Y de coaccionar la reunión al estado de sitio hay pocos pasos intermedios.

El maratón de Madrid baraja extremar las medidas de seguridad. De partida ya cuenta un total de 450 policías municipales, 100 miembros de seguridad privada y 180 policías nacionales. ¿Puede absorber la ciudad el trasvase de otros cientos de unidades y sacarlas del Domingo de mañana de la capital? ¿Debe hacerlo?

¿Está el maratón a la altura de los requisitos de seguridad de eventos de índole política o de conflictos sociales? ¿Veinte mil participantes en un maratón requieren más seguridad que cien mil manifestantes?

Madrid reunirá en la salida un bonito conglomerado pacífico de veinte mil personas. Las repartirá por una ciudad que vive en cierta medida ocupada en otras cosas. Es domingo por la mañana y los tres millones de habitantes de la capital tienen ritmos muy dispares. Habrá más peligro conceptual en los conductores que ven sus nervios estallar ante cortes de tráfico, según ellos, imprevistos. Los visitantes al Rastro mirarán como miran siempre. Madrid Rio tolerará el paseo matinal en lugar de apiñar a la gente en los lados de la carrera. Estos son los auténticos peligros del maratón de Madrid.

Y el objetivo de la organización será solucionarlos.

Animar a que la ciudad salga a correr (rompiendo la maldición de la barrera de los diez mil llegados a meta) o a animar a los laterales de todo el circuito. Dos maneras de participar en uno de los eventos más agradables y seguros que cuenta una ciudad. A pesar de lo ocurrido en Boston, Massachussets, EEUU.

No lo olvidemos. Yo correré en el Rock’nRoll Madrid Maratón y la seguridad será una de mis últimas preocupaciones.

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Foto: Claudio Luna.

5 comentarios

  1. Personalmente, hace ya unos años que corro casi siempre montaña y no pensaba en MAPOMA. Pero este 2013, tras lo ocurrido en Boston, me estoy planteando tomar esa salida. Sería una pequeña contribución a la memoria de lo ocurrido en Boston y de lo que -para bien- representan en todo el mundo los maratones populares.

    19 abril 2013 | 11:30

  2. Dice ser edefakiel

    Usted está muy equivocado con el fenómeno Unabomber. Theodore Kaczynski, que fue el que recibió ese nombre por primera vez, era un genio. Un tío con una inteligencia suprema y con unos ideales sobre el mundo que bien defendió erróneamente y, al que jamás habrían pillado, de no ser por el chivatazo de su hermano.

    Los que hacen estas cosas actualmente, son solo imitadores, gente con ganas de hacer daño o llamar la atención, no se les puede clasificar de la misma manera.

    Si leyera el manifiesto de Theodore Kaczynski, un tío con un CI de 160, doctorado en matemáticas por Michigan y graduado en Harvard, vería lo erróneo que es meter a todos en el mismo saco.

    Dicho esto, puede hacer click sobre mi nombre para escuchar mi último disco.

    19 abril 2013 | 11:32

  3. Dice ser Commedia

    Y la mapoma llega a las primeras páginas de los medios cuando, hasta ahora, siempre pasaba desapercibida, oculta entre las páginas locales sobre incidencias del tráfico, y las últimas de las sección deportiva. ¿Apostamos algo a que este año aparece en las primeras páginas de esas secciones, si no en la misma portada?
    Se disparan las inscripciones también…
    http://www.20minutos.es/noticia/1790499/0/maraton-madrid/inscripciones-aumentan/atentado-boston/
    …cuando el año pasado, por estas fechas, hacía tiempo que (decían) se habían agotado los dorsales.
    Nos solidarizamos con las personas víctimas en una maratón apuntándonos a otra maratón. Boston está en Massachussets (EE.UU.) pero estará este domingo también en Londres, y al otro en Madrid. ¿Somos tan diferentes?
    mayayo, deja de «planteártelo» y anímate 😉 …espero saludaros durante una mapoma que se presume especialmente emotiva.

    20 abril 2013 | 10:49

  4. Dice ser Y ahora a por Madrid 2020, y si no, a por la siguiente

    El ladrillo, ese gran invento que da tanta pasta
    Pero si por algo se caracterizan estos macro-eventos es por ser un espacio propicio para la especulación urbanística, comúnmente conocida como ladrillazo (sí, eso que tanto se ha criticado como uno de los causantes de esta nueva crisis económica, pero a la se acaba recurriendo para salir de la misma). La cita lo requiere, hay barra libre para la construcción, se emitirán una ingente cantidad de licencias de obra, pues se necesitan numerosas nuevas y enormes infraestructuras deportivas. Y no sólo eso, sino que ya que nos ponemos, también se proyectarán varias nuevas carreteras o ampliaciones de las ya en funcionamiento, se crearan nuevos barrios o se reformarán los ya existentes en torno a la villa olímpica, al estadio olímpico o algún otro centro importante de actividades deportivas. Estas reformas en los barrios no irán destinadas a mejorar servicios y prestaciones de cara a la vida diaria en los mismos, sino a proseguir en la creación de un Madrid altamente turístico.
    Si seguimos dando pasos en este camino de la transformación de la ciudad llegamos al estadio siguiente, que vendrá marcado por la necesidad de hacer de Madrid una ciudad más bonita, lo que en la capital catalana han denominado la marca Barcelona. A parte de lo ya citado, esto requiere de ir desplazando fuera de la capital (o al menos de las zonas elegidas para las Olimpiadas) todo lo que enturbie la imagen de ciudad modelo, aunque formen parte de la realidad de la zona, como centros sociales, mercados de trueque, huertos urbanos, prostitución, cualquier de manifestación de oposición a los JJOO… Haciendo lo que sea necesario para acabar con ello.
    Y, por último, lo que también es inseparable de unos JJOO es el aumento de la seguridad: policía, militares, servicios de inteligencia, todo es poco para prevenir de posibles ataques terroristas, de movilizaciones contra los mismos JJOO o simplemente de los conflictos generados por las grandes aglomeraciones de personas. Todo ello con su consiguiente gasto económico, que a modo de ejemplo, en Atenas 2004 supuso unos 12.000 millones de euros y la movilización de unas 70.000 personas; y con un aumento de los mecanismos de control que pervivirán a los Juegos.
    Tras todo este tinglado, el legado que nos quedará es de sobra conocido, similar al que acompañó a Barcelona 92, a las Expos de Sevilla o Zaragoza o al FORUM de Barcelona, una deuda pública por las nubes, numerosas mega-infraestructuras que con los años se caen a cachos, no se usan para nada o se tratan de alquilar a cualquier precio (en este sentido, y ya antes de que nos concedan ninguna olimpiada, ya tenemos un ejemplo de esto en la Caja Mágica, donde prácticamente sólo se realiza un torneo de tenis al año, y que ahora se ha conseguido alquilar como garaje para una escudería de Fórmula 1), una vuelta de tuerca más a la transformación de nuestra ciudad en un mejorado centro comercial destinado al turismo más que a la vida cotidiana y, cómo no, beneficios para unos cuantos afortunados.
    El deporte, la menor de las preocupaciones
    Por último nos gustaría hacer una pequeña reflexión sobre de qué manera se potencia el deporte gracias a las olimpiadas. A la hora de practicar deporte nos encontramos varias dificultades y es una vergüenza que polideportivos y piscinas acumulen desperfectos y falta de personal o incluso lleguen al punto de cerrar sus puertas mientras se construyen grandes infraestructuras que difícilmente se usarán de forma cotidiana.
    Estamos hartos/as de que el deporte promovido y difundido masivamente sea el nuevo circo, de que vivamos nuestras pasiones exclusivamente a través de él, de que importe más que haga La Roja que el empeoramiento de nuestras condiciones de vida. Pero es lo que nos venden. Tenemos que desengancharnos del deporte que mueve millones (en merchandising, sueldos, premios, entradas, patrocinios…) y tomar las calles, las plazas, los parques y los polideportivos para correr, jugar, divertirnos…para que seamos nosotros/as quienes corramos detrás del balón. El deporte es salud, no sólo física sino también mental.
    Y tras todo esto, ¿qué?
    Una vez que Madrid sea elegida ciudad ganadora, las opciones de lucha son mínimas. Por ello nos marcaríamos como objetivo presionar de la mejor forma posible para evitar la elección de Madrid 2020, siendo la visita del COI un buen momento para hacer acto de presencia.
    Creemos de vital importancia realizar una gran difusión de los argumentos por los cuales oponerse a Madrid 2020. Entendemos que es un tema de especial importancia, que puede suponer un inmenso cambio en nuestra ciudad y nuestra forma de relacionarnos en y con ella, y por tanto es algo en lo que deberíamos trabajar desde diferentes ámbitos. Como todo en esta vida, habrá que pelearlo, organizarse y tratar de ver las formas de oposición más adecuadas en este contexto.

    Fuente : Todo por Hacer.
    Artículo completo:
    http://veroirteclear.blogspot.com.es/2012/08/y-ahora-por-madrid-2020-y-si-no-por-la.html

    21 abril 2013 | 00:53

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