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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

El primer gran maratón español

Nota de prensa del maratón de Barcelona. Las previsiones de corredores inscritos en el evento barcelonés, de seguir este ritmo actual, superarían los 20.000 corredores. Veinte mil a evento único. Notemos esta cifra.

En 1997 viajé a París para hacer turismo deportivo. Estaba todavía inmerso en los pecados de juventud. Mi pecadillo era correr deprisa. Prometo que bajo mi aspecto de mapache diseñado de mala manera hay acero de los barcos y corría. Bastante. Enganché a mi entonces novia y arramblamos mochila y camping (el calamitoso emplazamiento del Bois de Boulogne) para correr en un evento que se disparaba.

Después de media hora de desayuno y liberación de ropa y mochilas llegué a la Avenue Kléber, la zona de salida del maratón de París. Jean Baptiste Kléber aceptó el mando de las tropas de Napoleón en la expedición de Egipto. En refriegas varias fue herido y, para colmo, el mismo Napo salió por la puerta de atrás dejándolo allí plantificado. Digamos que pasó sus últimos días enfurecido hasta los tuétanos. Como fiel general del emperador (y porque le habían nombrado gobernador de Alejandría) le tocaron diez mil soldados para plantar una infausta batalla frente a los turcos. Pues bien. Al llegar servidor a la Avenue Kléber, allí estaban esos diez mil y nos estábamos amontonando otros diez mil más, además de una tolerancia aritmética que llenaba aquel asfalto de gente hasta donde se perdía la vista.

Veintiséis mil culos sentados en el suelo en mitad del abril parisino. Media hora sin calentar y sin entrar en batalla. Otro tipo de maratón, en la que no iban a contar las pretensiones del cronómetro (insisto, en aquella época yo corría).

Era la época de la expansión de los maratones europeos sobre los veinte mil participantes. Aquella edición de París me mostró cuanto ocupan veintiséis mil pares de glúteos y de codos. Londres venía viviendo episodios de una anormal popularidad desde los años 80 (en 1982 la prueba recibía 90.000 solicitudes y admitía a más de 18.000) y entre ambas y Nueva York, más un renacido Berlín (en 1996 más de 16.000 participantes) o la carrera de la primavera de Hamburgo (1997, 10.000)  componían aquellos paraísos de avenidas llenas de corredores. Riadas de gente ocupando las avenidas mientras la salida en Menéndez Pelayo o Mataró o el mismo Turia era… eran otra cosa.

¿Barcelona 92?

Recordemos que en esos días el hoy popular maratón valenciano de otoño tenía apenas dos mil participantes. Madrid no pasaba de 5.000 corredores hasta 1994 y rompía su techo de cristal pero sin hacer mucho ruido. Barcelona había tenido un magnífico empujón con la prueba del año olímpico (6.000 visitantes que usaron la excusa olímpica para asomarse por el Passeig Sant Joan) pero veía como se estancaba su participación a unos pobres (dignos los demás, pobre, yo) 2.500 en 1995.

Y es que no hemos sido nunca muy de participar. De ver, más.  Cada Abril de esa década el maratón de Madrid tenía una participación moderadamente… triste. Los fieles cuatro mil participábamos porque era ‘la carrera de nuestra ciudad’. Incluso los más aguerridos han querido posteriormente que fuera un patrimonio de la ciudad. Pero ese es otro debate: Europa, los EEUU, Japón, Oceanía, medio mundo popularizaba los tipos en pantalones cortos y estilos catatónicos como un hecho mitad comercial y mitad sociológico. La masa (nosotros, la masa, más la de pan).

Y pasó lo que pasó. Barcelona sufría la catarsis del año 2005. Como relata Miquel Pucurull, no se cumplieron los objetivos de participación que se habían establecido para 2004, no hubo entendimiento entre el Área de Deportes del Ayuntamiento y la entidad Marathon Catalunya y aquello se suspendió. Se suspendía por primera vez una prueba de maratón en España. Los motivos, puramente de desacuerdo político y organizativo.

Una nueva organización trabajó de otro modo más, digamos, europeo. Si se quiere, ‘a la americana’. Recordemos que, si bien las pruebas pedestres entre aficionados o profesionales apostadores son patrimonio franco-británico, el fenómeno de correr por las calles  se dispara en los EEUU tras el impacto mediático de la victoria de Alberto Salazar en 1972 (JJOO Munich). La ciudad del escorxador del Clot y de las granjas donde una señora limpísima y rubísima vende una de medio y una de cuarto, la Barcelona de los inmigrantes vascos que tomaban vino en el Paralelo en 1961 y de la plaza de la Bonanova, se lanzaba a una carrera sobre nuevos raíles. Barcelona americanizaba su prueba.

En 2010 se situaba a la cabeza de los maratones españoles con más de 10.000 participantes. En cierta medida era el punto de no retorno de la carrera. Personalmente creo que en esta cifra la carrera se retroalimenta con el efecto llamada de participantes, prensa y cifras. De 2010 a 2011 el aumento es de un 24% de participación. En 2011 se daba otro salto hasta los 19.000 participantes y 16.000 llegados a meta.

Cifras que este año amenazan con caer como un castillo de naipes. A dos meses de la prueba el pronóstico pasa de 21.000. A quienes dudaban cuando la suspensión, cuando el debate de hacia donde tenía que ir el fenómeno de las carreras de la calle, solo una cifra: en Barcelona participaron este año diez mil extranjeros. Es la misma situación que viví la torta de años atrás. Diez mil historias contadas con un «cuando llegué a la Plaza de España me encontré con veinte mil pares de glúteos».

Al final esto de correr va de contar glúteos.

Foto: Zurich Marató Barcelona.

2 comentarios

  1. Dice ser tafas

    LOS VENEFICIOS DE SER CORREDOR HABITUAL

    E leído el libro de Haruki Murakami (de que hablo cuando hablo de correr) estoy totalmente de acuerdo con el, en lo que dice de que una persona que corre habitualmente esta mejor preparada para el trabajo y la vida, al menos explica que a el le a ayudado el hecho de ser corredor, yo también soy de esa opinión.
    Mi vida como corredor es bastante semejante a la del señor Murakami en el tiempo, pero yo no he corrido tantas maratones como el, bueno yo maratones solo he corrido una, la de Barcelona del 1997 en 3,06 aunque si han habido temporadas que he corrido mas kilómetros por semana que el. Llevo unos 27 años practicando con algún parón, y algunos meses de bicicleta, al final e vuelto a lo de correr que es lo que mejor me funciona, Yo al principio lo cogí muy fuerte en plan de competición pero me di cuenta de que no podía aspirar a mucho pues en aquellos años, la década de los 90 los tiempos que yo hacia eran muy pobres comparados con los que hacían los atletas profesionales por ejemplo en la prueba de 5000m yo tenia como mejor marca 17 minutos, el record del mundo era 12,58, en 10000m, mi marca era de 35 minutos, el record del mundo estaba por de bajo de 27, en media maratón yo tenia 1hora 17 minutos y el record era alrededor de una hora, en la maratón, el record mundial estaba en una hora menos del tiempo que tardé yo, aunque aquí ya no entrenaba de manera tan ordenada, unos años antes los entreno eran por ciclos progresivos de 4 semanas de carga y una de descarga de manera que la semana de descarga era como la primera de carga y en el siguiente ciclo la primera de carga es como la segunda del ciclo anterior, es la forma de ir adaptando el cuerpo a una progresión. Pero en vista de los resultados en las competiciones decidí hacerlo sin tanto orden ni compromiso un poco a mi “aire” según me pide el cuerpo, por disfrutarlo, aunque hay gente que cree que es sufrirlo.

    A causa de unas molestias en las rodillas lo tuve que dejar durante un tiempo, tras ir a un traumatólogo (no especializado en deportistas) este me aconsejo que no corriera, según el, eso me provocaba un desgaste en los huesos de las rodillas, me recomendó que practicase otro deporte, es cuando decidí probar con la bicicleta, pero para mi gusto no era lo mismo, me empecé a engordar sobremanera y cada vez andaba peor, hasta que me plantee un reto, quería volver a correr, empecé de nuevo prácticamente de cero, caminando y corriendo poco, salía con mi esposa y mientras ella hacia los diez kilómetros corriendo sin parar, yo caminaba y corría unos tres, pero le decía con todo convencimiento que en mi cabeza tenia la idea de que en tres meses podría aguantar con ella todo el recorrido sin parar, tuve que superar muchas molestias en los músculos de las piernas, por otra parte normal por el sobrepeso y la falta de preparación, me empecé a controlar en las comidas para perder peso y con paciencia lo conseguí, efectivamente, ahora estoy corriendo los diez kilómetros cada día prácticamente y me e quitado unos ocho o diez kilos.
    Por suerte para mí, mi pareja también lo practica y es genial correr cada día una hora juntos, lo que se siente cuando terminas solo lo pueden entender quien lo hace.
    Según e podido leer, pero no me acuerdo donde, cuando uno está en plena carrera sin ser agobiante, el cerebro entra en un estado alfa, es como un estado de relajación profunda.
    En mi opinión para todos es lo mismo al empezar, a todos nos cuesta unos meses de adaptación que son algo “durillos de superar” esto es, cuando empezamos a correr son muy pocos los minutos que podemos aguantar corriendo y nos tenemos que parar, se tiene que ir alternando caminar, correr y ejercicios de respiración, a todos nos va a pasar lo mismo, vemos que nos falta oxigeno para poder seguir corriendo y tendemos a pensar, ¡¡lo de correr no esta hecho para mi!! Y ahí está el error.
    Si que podemos correr, todo el mundo puede correr salvo las personas que tengan algún problema físico que se lo impida, lo que se necesita es paciencia y constancia, en unos meses ya aguantaremos mas rato corriendo y necesitaremos menos caminando, nuestro cuerpo necesita acondicionarse, esto es, en nuestras piernas empezamos a notar músculos que no sabíamos ni siquiera que teníamos, se comienzan a quemar grasas, todo el cuerpo experimenta un proceso de cambio de estética, en lo exterior se puede apreciar a simple vista en poco tiempo, y en lo interior con mas tiempo (años) también se van desarrollando cambios importantes.
    El corazón se hace más grande y mas fuerte, ya sabemos que el corazón es un músculo y como tal al hacerlo trabajar más, con el aumento de pulsaciones durante el ejercicio, este se va fortaleciendo.
    Las arterias al llevar mas caudal de sangre y con mas frecuencia también aumentan su tamaño lo cual hace que cuando la persona está en reposo todo funcione como un coche en relentín, sin esfuerzo.
    Los pulmones al reciben mas aire de golpe se “ventilan” se limpian y expulsan toda posible impureza que les pueda haber invadido.

    22 enero 2013 | 11:58

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