Un gran Duque de Alba ha muerto en casa. Llevaba dos años casi con nosotros y ayer mi cuñado se tomó las últimas gotas. Además nos hemos cepillado un Arrayán 2002 y otro Luberri de la reciente cosecha de los maceración carbónica. Salvo el duquicidio, estamos rayando una media de botella semanal, incluso dos semanales. Vamos, que nos hemos animado con los vinos que un excelente amigo nos va presentando.
Este ritmo de asesinatos de vinos y cognacs está instalándose en casa con alegría. Nos gustan los asesinatos de vinos y espirituosos; llamémoslo enocidios (interesante, también es un truco de la Red para no escribir genocidio y aparecer en los buscadores). Matar un mini, matar un tercio, matar una botella, pero mira que somos cafres. Existen mil modos de expresar la terminación completa de los últimos sorbos de una copa o botella. Y muchos de los que se me ocurren tienen un tinte criminal. Quizá pensamos que el alcohol es el maligno, o el enemigo.
Enemigo quizá sí lo sea. El género homo ha tenido que cuidarse muy mucho de lo que escondía porque, a la que nos tomábamos unos licores, salían las palabras escondidas, las verdades mitigadas por la educación, o los amores castrados y prohibidos durante milenios. El maligno, ni de coña. Es más: ‘ni de coñá’.
De lo de salir a correr, con estos fríos, ¡qué quieres! Mejor encerrarse tras una copa.
Yo soy más de apurar la copa, más que de matarla, pero va en gustos… ¿Me dejas recomendarte uno -que quizá conozcas, pues tienes quien te asesora-? Bodegas Licinia, Morata de Tajuña. Un vino excelente que va por su tercera generación. Su primera añada fue en el 2006, 40% Syrah, 30% Tempranillo, 30% Cabernet Sauvignon, 91 puntos Robert Parker y 92 puntos TANZER.
He tenido la gran fortuna de poder disfrutar de las 3 añadas, 2006, 2007 y este 2008 que ha salido hace un mes. 40000 botellas al año que vuelan…
24 enero 2011 | 11:08
Una servidora, solo usa bebidas espirituosas para cocinar y el vino para alguna ocasión especial con amigos.
Es lo que tiene marearse sólo con olerlo.
Salud
24 enero 2011 | 11:13
Gracias por la pista, Dani. Lo de los puntos Panzer tiene su miga.
Celemin, hijo, ¿un burgalés que se marea con el vino?
24 enero 2011 | 11:17
Para beber tranquilo lo mejor es no tener secretos. O tenerlos de tan baja calaña que su revelación no suponga arrepentimientos. Así, presa de los vapores del alcohol, confesé alguna noche mis pecados a mi chica: algún gasto no consensuado, alguna gata adoptada clandestinamente (sí, se puede adoptar una mascota en la clandestinidad) o confesiones por el estilo. Prefiero no tener secretos substanciales a tener que cuidarme con la bebida.
BTW, cuando te aficiones a la cata de maltas, blends y bourbons vamos a tener que charlar un rato largo, vaso en mano.
24 enero 2011 | 15:33
¿Y no se nos derramará el vaso al ir corriendo?
24 enero 2011 | 15:35
No nos van a perseguir, una buena partede las consumiciones las vamos a pagar como si fueramos verdaderos caballeros
24 enero 2011 | 15:53
Es que salí defectuoso…
24 enero 2011 | 16:31
¡Mientes como un bellaco..! No intentes achacarme a mí la «muerte» de ese tan delicado, por cierto.., «espíritu», bien sabe Dios que cuando yo salí de esa santa casa, todavía quedaba suficiente para disfrutar de un último placentero momento… y como no quiero ser recordado en tus páginas como un «matarife elixílico..» ¡Exijo un autopsia del «cadáver»..!
¡Que lo sepa todo el mundo..!
31 enero 2011 | 21:36