Día 25 de Abril, día de azulete celestón, gracias a los diseños de adidas y -sin duda- las sugerencias de los próceres de la patria matritense. Día de Mapoma, mi 59ª tontería sobre 42km o más, 25º a mediodía, todo gracias a esa alcaldía que impide año tras año que tengamos un maratón quince días antes y miles de cadáveres menos. Pero como todo esto es en sentido figurado, como las fechas están colocadas de antemano y todos conocemos el percal, salvo dos docenas de corredores guiris a los que los lían año sí y año también.
Pues nada, como dice aquel, dame hueco tú que luego yo ya. Yo de acompañamiento patriarcal, al que han empezado a dar calambres demasiado pronto y con el que hemos caminado mucho. Claro que 69 años y 17 maratones no son para dejar olvidados. Mi hermana también se ha unido al duo maratoniano. Solo nos ha faltado la cabra y la sobrina. La saga al completo. Haciendo de guardería con mi hermana pequeña, mi padre, ya digo, ambos héroes fresnedillanos, y luego de pitorreo con mi hermano postizo Guille y terminando los últimos 3km a 5 pelaos porque…. nos habíamos tirado caminando desde el campo del Atleti.
Y es que a mi padre le ha venido a la cabeza por qué dejó de correr maratones. Porque, antaño, llegado al 35 todo eran calambres. Lo que pasa es que 15 años sin correr uno le han llevado a adelantar el reló calambrero al mismísimo km 29 o 30. De todos modos hemos dado un repaso a la historia del Mapoma, hemos visto y reconocido camisetas y viejísimas caras, yo mirando de reojo constantemente por si los síntomas de mareo, deshidratación o bajada de tensión afectaban a mi padre, y ha sido un domingo saludando a gente durante todo el puñetero rato. Es más conocido uno que la moños.
Finalmente a mi padre no le ha dado un jamacuqui y, de todos modos, no habríamos podido repartir la herencia porque mi hermana se largó a por unas muy dignas 4h20. Amador (Cococolus) y Guille (la carraca) nos han esperado y se han comido un rato tela de largo de caminata aburridísima. Hemos llevado a mi progenitor hasta el 39 por la sombrita, andando siempre y luego hemos dado un apretón a dar parte a mi hermana, que esperaba con más o menos preocupación. Ya digo, somos una rara saga los Spanjaarden.
A reseñar varias cosas:
1. El comando muletas estaba dignísimo en Sol. Lander, Jordan y las grandes mujeres, montando guardia.
2. Guille necesita más pastillas para que hable menos. ¿Le dará por cantar? ¿Fados? ¿Antonio Vega? ¡No!, ¡Antonio Vega no!
3. La edad no perdona a nadie. Salvo a Queen Latifah.
4. Las americanas rollizas están muy buenas en tops de lycra. Han llegado dos a meta sobre nuestro rango horario que debían ser jugadoras de balonmano. Maadre.
5. El día que adelanten Mapoma dos semanas tendremos una carrera más humana.
Y Post scriptum, que tengo el Facebook que arde. Nadie me garantiza que esté esquivando al 100% el virus estomacal de mi casa y alrededores. Ahora mismo tengo un aquel…
Fotos, mañana.
¡Enhorabuena a toda la Saga! 🙂 Me quito el Sombrero ante cualquier Maratoniano, pero tu Padre los tiene de Gigante.
Y tú, si me descuido, me coges, me rebasas y me dices hasta luego. X-DDD
59º ¿Pero te haces uno cada Finde? ¿Aprovechas entre semana? Lo dicho, enhorabuena.
25 abril 2010 | 22:21
Me alegra que «todo» haya salido bien. Enhorabuena a el clan Spanjaarden.
Saludos.
26 abril 2010 | 10:14
Un placer poderlo haber contado. Anoche andaba mi padre mejor, tras caldo y tortilla y un guiso de conejo que hizo la guardiana mayor de la Saga.
Cocolocus, en el hilo de los paquetes sales en una fotillo.
26 abril 2010 | 10:25
Un abrazo, golfo.
Daría cualquier cosa por vivir algo parecido. Con mi padre, lamentablemente, ya no podrá ser. Pero con Pepe y Macarena, ufff., qué bonito sería.
Ilusionados, admirados, envidiosillos saludos.
27 abril 2010 | 17:53