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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Opinando

Hay una inquietante ley que afecta de lleno a este mundo de comunicaciones inmediatas: es extremadamente fácil opinar de asuntos ajenos, no importa cuán lejos nos pillen.

Y es que da lo mismo que nos lleguen noticias sobre Chile y sus terremotos, disidencias en el régimen castrista cubano, un fallecido en la maraton de Chicago o los avances en los procesos de paz de Gaza, Corea, Irán o Darfur. Según nos llega la noticia, porque las comunicaciones viajan rápidas como el rayo, bendita era de Internet, les aplicamos el filtro, apretamos a ‘reply’, y anunciamos nuestro diagnóstico, haya público por medio o no. Le llevo dando vueltas la mañana de hoy, al hilo de las respuestas suscitadas en el foro del amigo Saco. En lo que va de mañana ya hay 58 comentarios sobre si el actor Guillermo Toledo dijo sobre el disidente cubano muerto. o sobre si la prensa ha ofrecido un trozo o toda la charla en la que se mencionaba. En cualquiera de los casos, son cincuenta y tantas opiniones en un blog español, con personas que rara vez (salvo interesantes excepciones) viven o van por Cuba.

Y es que de todo hablamos. Además de los consabidos familiares o compañeros de trabajo que nos escucharán y tamizarán si nuestra sesuda opinión es una soplapollez o si es la pura realidad yacente y dolorosa, tenemos foros, blogs, grupos de redes sociales. Coño, solo falta que se ponga de moda salir con un megáfono a la calle y que no sea delito berrear como se hacía en Hyde Park pero en modo hincha acérrimo megafonizado. De todo tenemos opinión, que está bien, oye. No hay peor cosa que no opinar de nada y mantenerse en la inopia absoluta. Pero, y para escribir esto me hago partícipe de sorbo de café mientras entrecierro los ojos mirando a esta línea que crece hacia la derecha y salta de carro como una serpiente de papel infantil, ¿no os da un poco de vértigo volar sobre toda noticia y soltar escupitajos verbales para luego cerrar capítulo y regresar con nuestros Enola Gay a puerto seguro’

Mira que yo lo hago. Pero hoy me ha dado por pensar que no somos los ciudadanos sometidos ni siquiera tenemos conocimiento de cómo llueve y se anegan las calles en nuestra aldea coreana o si 8.8 de Richter es que se caiga la Torre Picasso o sólamente que se desprendan los paneles. Claro que el mundo del corredor es menos complejo, por mucho que nos empeñemos. La cuestión es que apenas me atrevo a opinar y a tirar azagayas escritas sobre las idioteces que hacemos en nustro entorno. Que son muchas y risibles. Pero qué sabré yo sobre las motivaciones de un tipo para meterse en una huelga de hambre. Qué sé yo sobre si por la calle hablas contra el régimen cubano y te miran mal, se rien, o te dan una paliza o simplemente no te venden pan.

Qué se yo de nada.

8 comentarios

  1. Dice ser nachoenfuga

    Quizá el problema no esté en opinar más o menos gratuitamente. Quizá sea más peligroso escuchar/leer/creer/tragar gratuitamente. Opinemos lo que nos dé la gana y estemos hábiles a la hora de interpretar lo que opinen los demás: sean blogueros globeros, sesudos tertulianos, intelectuales,líderes de opinión…

    03 marzo 2010 | 18:04

  2. Dice ser Martinico

    Perdona que haya tomado tu comentario como referencia para el mio.

    Considero acertadísimo tu «Opinando», siempre me resulta (como menos atrevido) la facilidad de opinar con rotundidad de TODO y suelo aplicar el refrán de: «Aprendiz de todo maestro de nada».

    Mi felicitación y mi saludo.

    03 marzo 2010 | 20:25

  3. Dice ser Atalanta

    La conciencia fiscal. Al final lo que todos buscamos es culpar a alguien de todo lo que ocurre… hasta del terremoto

    04 marzo 2010 | 00:00

  4. Dice ser Pablo Vega

    Gran reflexión. No pasa nada por decir «lo siento, este tema no lo conozco lo suficiente para opinar con la debida propiedad», pero raramente escuchamos algo así de nadie.

    04 marzo 2010 | 10:18

  5. spanjaard

    Se agradece, PV. Un saludo.

    04 marzo 2010 | 10:43

  6. Dice ser Bandoneon

    El problema no es que nos convirtamos todos en Opinators. La cuestion es convertirse en un opinator simpatico. Al menos esa es mi opinion sobre este tema.

    04 marzo 2010 | 11:17

  7. Dice ser Dr. Maturin

    Querido Spanjaard:

    Hay una inquietante ley que afecta de lleno a este mundo de comunicaciones inmediatas: es extremadamente fácil opinar de asuntos ajenos, no importa cuán lejos nos pillen.

    Y es que da lo mismo que nos lleguen noticias sobre Chile y sus terremotos, disidencias en el régimen Franquista de España, un fallecido en la Paris-Rubaix o los avances en los procesos de paz entre Rusia y Alemania.

    Según nos llega la noticia, porque las comunicaciones viajan rápidas como el rayo, bendita era de telégrafo, les aplicamos el filtro, apretamos a ‘reply’, y anunciamos nuestro diagnóstico, haya público por medio o no.

    Le llevo dando vueltas la mañana de hoy, al hilo de las cartas al director dirigidas a Het Parool.
    En lo que va de mañana ya hay 58 misivas sobre si Christian Simeón dijo sobre el disidente nazi muerto. o sobre si la prensa ha ofrecido un trozo o toda la charla en la que se mencionaba. En cualquiera de los casos, son cincuenta y tantas opiniones en un tabloide holandés, con personas que rara vez (salvo interesantes excepciones) viven o van por Alemania.

    Y es que de todo hablamos. Además de los consabidos familiares o compañeros de trabajo que nos escucharán y tamizarán si nuestra sesuda opinión es una soplapollez o si es la pura realidad yacente y dolorosa, tenemos cafés, tabloides, grupos de redes sociales. Coño, solo falta que se ponga de moda salir con un megáfono a la calle y que no sea delito berrear como se hacía en Hyde Park pero en modo hincha acérrimo megafonizado.

    De todo tenemos opinión, que está bien, oye. No hay peor cosa que no opinar de nada y mantenerse en la inopia absoluta. Pero, y para escribir esto me hago partícipe de sorbo de café mientras entrecierro los ojos mirando a esta línea que crece hacia la derecha y salta de carro como una serpiente de papel infantil, ¿no os da un poco de vértigo volar sobre toda noticia y soltar escupitajos verbales para luego cerrar capítulo y regresar con nuestros Enola Gay a puerto seguro’

    Mira que yo lo hago. Pero hoy me ha dado por pensar que no somos los ciudadanos sometidos ni siquiera tenemos conocimiento de cómo llueve y se anegan las calles en nuestra aldea Indochina o si 8.8 de Richter es que se caiga el Koninklijk Paleis o solamente que se desprendan los paneles. Claro que el mundo del corredor es menos complejo, por mucho que nos empeñemos. La cuestión es que apenas me atrevo a opinar y a tirar azagayas escritas sobre las idioteces que hacemos en nuestro entorno.

    Que son muchas y risibles. Pero qué sabré yo sobre las motivaciones de un tipo para meterse en una huelga de hambre.

    Qué sé yo sobre si por la calle hablas contra el régimen Nazi y te miran mal, se ríen, o te dan una paliza o simplemente no te venden pan.

    Qué se yo de nada.

    Nimega, 9 de mayo de 1940.

    Fdo. Jan Peter Maturin

    05 marzo 2010 | 11:42

  8. spanjaard

    Gaaf.

    05 marzo 2010 | 11:46

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