Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Arena en mi terraza

Dista un mundo.

Empieza a llenarse mi terracilla, canija, mínima y acristalada, mal trazada hasta para poder instalar un ascensor en un edificio en aspa, digo que empieza a llenarse de arena. Por todos lados asoman las primeras señales del final del Enero más horrible según todas las viejas de las colas de las pescaderías y todos los oficinistas en las colas de las cafeterías. Para mi también, venga, que no se diga. Termina el Enero en que no había arena ni por asomo. Y todo se reduce a una ecuación deportiva educativa. Cuando P es la precipitación en mm, T(p) es el tiempo de patio y A la arena que sale de las zapatillas de mis hijos,

A = T(p)/P {llegaremos a una cantidad de arena que tiende al infinito si no llueve y P tiende a 0}

Convenzámonos. De tener la terraza llena de arena a no tenerla, va un mundo.

El invierno temeroso de ‘abrigalniñopordios’ es el tiempo en que los niños no salen al patio. Cuanto mayor es P, menos días salen al recreo y más películas los embuten. Noto entonces que están desbocados, como monos encerrados. Les falta un par de ratos de carreras y de hacer el simio tanto como les sobra el embotamiento imbécil de los dibujos animados. Las zapatillas llegan limpias a casa y me llevan los demonios.

Primavera y verano. A medida que P tiende a 1mm o, incluso, a 0, crece la cantidad a barrer en la terraza minimalista. Más horas de parque, de patio, T(p) más productivo y más sano. De acuerdo, rayarán el parquet. De ahí que no tenga parquet. Romperán y agujerarán más pantalones de chandal. Se remiendan o se compran nuevos.

Saquemos a los niños a hacer piernas. A las niñas a tirar piedras a las tejas. A los infantes tiernos y sobreprotegidos a pastar y llenase de barro. Una publicación de la Kaiser Family Foundation («The Role Of Media in Childhood Obesity») dice que nuestros enanos pasan una media horrenda de horas en diversos entretenimientos electrónicos. Literalmente, «durante el periodo en que la obesidad infantil se ha incrementado dramáticamente, lo ha hecho también la explosión de los media destinados a niños […] los niños están una media de 5 horas y media usándolos, casi como una jornada laboral completa, siendo la actividad más larga del día tras el sueño«. Si quieres diseñar actividades para tus lebreles, olvida por un momento la presión a la que estás sometiéndoles con tanto contenido educativo. Olvida también lo pulcro que tienes el puto comedor o la limpieza supina de los altillos de tus armarios. Llega a casa con tus hijos baldados de subirse a peñascos, con las culeras rotas y con un par de arañazos en la cara. Si te manchan la entrada y te sigue importando esto más, ¿qué semilla estás plantando para que adoren el aire libre?

Ayer Lunes aún decían mis chavales que les gusta lo de ir jugando a algo mientras nos pateamos el campo. Fue tan sencillo como pillarlos de improviso, sacar un 1/50.000 del ejército y pintarrajear un supuesto enemigo que nos atacaba por el norte. Teníamos que huir en tren hasta un extremo del monte de Valdelatas (Universidad Autónoma de Madrid) y regresar a casa escondidos por el bosque. Charla, espíritu infantil y horas de juego por el monte ayudarán. Dos manzanas, una navaja multiusos y unos briks de zumo, y mis amigotes se chuparon 6km largos por encinar, campus de la UAM y caminos del campo madrileño. Uno confesaba «así sí que nos gusta salir a jugar al campo»

¿Preferimos invertir en pantalones de chandal y zapatillas destrozadas por la puntera o en nutricionistas?

5 comentarios

  1. Dice ser Carlos

    Olé. Bendita arena, bendito barrazo y benditas zapatillas rotas. En mi opinión además no sólo es cuestión de salud. Son las VIVENCIAS que pasas con ellos. Recuerdos imborrables, en un futuro menos lejano de lo que parece, del «viejo» y su manía de salir al campo, de esas excursiones y sus bocatas a la sombra de aquel roble. La mente vive de esos pequeños retazos de la infancia, y nuestra obligación es proporcionárselos. Buenísima entrada Luis. 😉

    02 febrero 2010 | 20:45

  2. spanjaard

    ¿Y NO HAS HECHO EL PUTO CRUCIGRAMA?
    Marciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal
    Ruiz Escribano. Para servirle.

    02 febrero 2010 | 21:54

  3. Dice ser Bandoneon

    ¿Como entran los crucigramas en la educacion de niños que rompen zapatillas? O rompo mis zapatillas o completo tu crucigrama y como se supone que soy corredor o algo similar priorizo destrozar mis zapas. Me fallo el 24. Busque gintonic en el diccionario y no lo encontre.

    02 febrero 2010 | 23:27

  4. spanjaard

    Gintonic es un anglicismo que viene de ‘gin’, que significa ‘ginasia’, y ‘tonic’, que es ‘tonificación’. Los abstemios sois una especie a vigilar, pretendéis hacer creer al mundo patochadas como la existencia de una vida mejor sin las copas. ¡Gentuza!

    03 febrero 2010 | 07:23

  5. Dice ser celemin

    ¡Como me gusta leer estos artículos tuyos sobre temas cotidianos!

    03 febrero 2010 | 08:22

Los comentarios están cerrados.