El domingo nos dieron un sorpresón. No a quienes corren habitualmente por la zona porque ya lo vieron el sábado, pero la cuestión es que han pasado una máquina allanando pistas de la zona noroeste de San Sebastián de los Reyes. Este inquietante hecho, absolutamente anónimo para la mayoría, trivial a quien haya llegado a este blog buscando posibilidades de delinquir en viviendas vacías o vagamente relevante para los corredores montañeros, es -sin embargo- el culpable de que el domingo pisásemos más cómodamente por un par de caminos habitualmente descarnados. Esot hizo que, de subida, los desniveles dolieran menos y el ritmo fuera mayor. De bajada, aínda mais, que se pisase sin peligro de rompernos los cuernos ni la crisma como casi se la rompe el Barça en su visita al feudo de prestado de Estudiantes.
Total. 16 km de relativa tranquilidad con unos momentos de hilaridad compensados con otros de boquear incesante.
La novedad de la semana es que estoy planteándome lo de las 100 millas. Diez días antes y a muchos menos kilómetros de viaje, o sea, aquí en la sierra de Guadarrama y aledaños, el Club Peñalara con Felipe Trepariscos a la cabeza organizan el Gran Trail de Peñalara. Donde va a parar, esto son solamente 110km y 5500 metros de desnivel acumulado para 36 horas de tope. Más altitud y más dureza pero 50km menos y dos días menos de desplazamiento. Una pena por los paisajes que me perderé pero hay tiempo para ir descubriéndolos más adelante. No es usual que te organicen un ultra trail de montaña al pie de casa. Esto sí que lo podían ‘allanar’ un poco.
Y creo que los 500 dorsales se van a agotar en horas.