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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Homo gintonicus

O punto de retorno, o y digo basta, o hasta aquí hemos llegado. El jueves 20 de Agosto que sea recordado como una efeméride spanjaardiana, torrezna y la celebren los nietos e hijos de los nietos de los corredores. Ayer 20 del ocho, ocho y medio palos en las costillas nos tundió el programador de las tapias de la Casa de Campo, el archiconocido Luis Lozano. Un palo por cada kilómetro de un controlado que comenzó con simpáticos 29º a las 7.45 de la tarde. Desde la puerta de  Húmera, el circuito de la bici y la tapia y la bajada por… ¡ignonimia!.

Pulsaciones a 170, las tetas y el culo temblándome (aúpa esos buscadores) y el cuerpo pidiendo clemencia y energías al grupo que integraba Josero, Isabel y alguno más que desconozco. Ritmos como aquellos facilones 4.30min/km que antaño eran una birria, cuando servidora pesaba 72 y no 76, y 38:28 de sufrimiento mientras otros charlaban o contaban chistes. Se acabó. Aún vendrán semanas enteras -vaya veranito- de calor sofocante. Da lo mismo, hasta aquí hemos llegado. Arranca el plan de regeneración de esta especie perdida llamada tragagazpachos, homo gintonicus que está dejando vacías cuantas estanterías de supermercado arrasa. Homo de silla de oficina, de estiramiento nulo, de pereza y de mirar a largo plazo.

Y es que mirar a tan largo plazo es de lo peor, que dice mi mano izquierda. La que está sujetándome un folleto que pienso colocar a mi jefe para que al menos me compre una equipación o algo y se afloje unos euros para afrontar como un ‘pro’ la ehunmilak, las cien millas de 2010, las del año en que cumpliré, AY, los 40. Si ahora os colocárais justo a mi espalda veríais a un oficinista tecleando sobre sus perspectivas deportivas y vitales mientras se aprieta un litro entero de yogur líquido con melón Hacendado (después de haber caído otro, sabor limón), postre de una fresca sentada tripera de verano. No es la mejor imagen porque ni estoy estirando isquiotibiales ni piramidales -cosas que muchos sé que hacéis en la oficina.

Pero es la imagen de la regenerativa supina. Ayer me jodísteis media vida. Mañana saldré a correr de nuevo. Y espera que no salga también pasado mañana. A ver quién me para. Os mantendré al día.

1 comentario

  1. Dice ser Carlos

    Jajajajaja… Intuyendo la crisis te veo paisano, que sí, que no sólo los kilos pesan, que los años también. ¿76?, quien los pillara amigo.

    Animo, que el verano es duro, y el objetivo aún está lejos.

    21 agosto 2009 | 19:00

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