Hará 20 años ya

30 de Abril de 1989, mapoma certifica que spanjaard -esto aún no se sabía- ha cubierto la distancia de 42km195m en 3h26’49»

Recuerdo poco salvo que era otro día primaveral de finales de Abril, y que perdí unos cuantos minutos en todo lo que conducía hasta Colón, Goya y Retiro. Esto, realmente, no lo llegaría a controlar hasta pasados muchos años. Hacen dos décadas que corría mi primer maratón; tenía 19 años por aquellos entonces, todavía sin cumplir, por semanas, asunto de fechas que me había hecho debutar accidentalmente en esta ciudad y no en Barcelona, donde el Marzo anterior acompañé a mi señor padre durante 25km. Madrid olía a Madrid, seguramente. La concentración de un novato se llevarían las sensaciones y la bajada en grupo por Bravo Murillo con toda aquella legión de sub3h30 de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes (Manolo Frutos, Eduardo, Jacinto, etc) es de las pocas cosas que luego he rememorado gracias a alguna foto. En Sol y Lago gente, en el Rastro soledad tangencial -esa curiosa rareza que se da en las carreras, donde ves a cientos de personas que vagan por la acera mirándote de reojo pero que no se apuestan en hilera como público per se.

Por aquellos tics de la década de los 80, guardo los primeros diplomas de mis maratones. Mi padre entendía la simbología del correr de manera diferente y acumulaba horrendas muestras impresas en las primeras impresoras matriciales. Moratalaz, Coslada, extrañezas de pruebas que murieron y nunca se supo más de ellas (como las 7 Leguas de Chinchón-Pinto). Es, pues, normal que hubiera una carpeta azul con gomas llena de recortes de atletismo, las fotos que hacía Velasco y los diplomas de los críos. Anuncio aquí que en 2010 me llevaré al viejo y correremos y caminaremos Mapoma juntos. A ver si aprende que ‘una vez que paro’, en lugar de ‘ya no arranco’ se puede disfrutar de los kilómetros que queden, sin calambres por medio. Tendremos 6 horas. Será también una especie de asunto pendiente (en 1980 murió mi abuelo por estas fechas y no pudo correr) treinta años después. Había debutado en el Mapoma de 1979 y, bueno, el año que viene tendremos dorsales consecutivos con nombre y apellido iguales. Por joder.

Repasando, poco ha cambiado y, a la vez, mucho la carrera de finales de Abril. Recorrido que es como un cruel y lento asesinato, planificado, suave al principio, soltando para dejar aire a la víctima, bajadas y remate de gatillo para los últimos 10km. Siempre ese clima loco de primavera, siempre con calor o con un poco de agua. Nunca fácil, nunca 15.000 corredores, nunca la ciudad volcada como loca. Madrid es así, pienso, y no se le puede cambiar. ¿Qué trae la nueva generación de runners? Los viejos debemos echarnos ya a un lado, con nuestras idioteces. No nos las copiéis.

Hará 20 años ya de aquel mogollón en la calle Menéndez Pelayo. Pistoletazo, giro a la derecha, Alcalá, glorieta, suave subida hacia Príncipe de Vergara, aire fresco de las 9 de la mañana en un barrio de Salamanca desierto … al final no han cambiado tanto las cosas.

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