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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Breve flashback de la procesión de Viernes Santo a la que nadie hizo ni puñetero caso

Eduardo Melquiades Robinson recompuso cuidadosamente el doblez del papel a los originales cuatro cuartos de folio impreso en cualquier cuarto de cualquier adolescente. Buscó una papelera en aquella desierta avenida y dejó caer aquel folio con ribetes de ‘page 1 of 1’ y una http abajo. A fin de cuentas él solo salía a por el pan al locutorio, uno de los pocos comercios abiertos en el Viernes Santo de 2011. No por sostenimiento moral o códigos religiosos, sino porque en 2011 había caído casi totalmente la actividad comercial en el centro de Sevilla. La ciudad de corazón árabe y romano y de muerte periférica y puntilla suburbana. La mañana de aquella sombra de lo que fueron las procesiones de Semana Santa de la clasista metrópoli andaluza fue gris, sosa y ventosa. Dos terceras partes de la ciudad estaban de puente en Cantabria, la Costa Brava, o en Sanlúcar. La otra tercera parte de los sevillanos, más unos miles de turistas que apenas recordaban las hordas de la década anterior, ahí andaban. Calentando. Algunos dicen que todo empezó el día que les acabaron el metro. E. Melquiades Robinson recordó el día en que le sorprendiera aquella hoja impresa, dos años atrás.

En Espinosa y Cárcel 3 – 2ºA, Nacho (purga66 en su facebook) terminaba de imprimirse el correo que le enviaba su amigo Malatesta.

No, Purga, amigo. Si me parece interesante que los flagélicos (calificativo de hambre de flagelo) ocupen los centros de las ciudades para el títere religioso, de verdad. Es más, es el momento ideal de echarles en cara que son unos necios, unos nuevos ricos que huyeron a la periferia del adosado y que dentro de 20 años sus hijos pagarán 3 veces más por volver a vivir en Lavapiés, Lope de Vega, las Sierpes o el Raval, que serán las zonas más cool de la ciudad. Lo que digo es que si el día del marasevi apenas habría 600 acompañantes, despistados, fans y gente que se quedó en la acera sin poder cruzar a Triana por que 2000 idiotas corrían el maratón, que a nadie interesaba, se de similar trato desinformativo a una procesión. O que sólo se la retransmitan ellos. Y me gusta que los creyentes me insulten desaforadamente. Qué le voy a hacer, me va la marcha y así acumulo fetiches para follar con más imaginación. Sostengo, pienso que en una manifestación religiosa pueden decir y hacer lo que les salga de los cojones. Si quieren llevar cirios fucsia adornados con mermelada de arándanos y simular sodomizaciones gritando ‘Oh jesús, cuanto más dentro más sacrificio contra el agnóstico’, pues vale. Lacito blanco, vale. Pero la sociedad debe dejar de prestarles atención. Si se limitan por algún lado de las normas y códigos dictados, policía y justicia. Si, por el contrario, quieren llenar la calle de gestos y los periódicos, foros, televisiones y ondas de radio, no es culpa de su proselitismo sino de la cobertura que se les dé. Sobre la izquierda abertzale he leído muchas veces eso. Lo de los 100.000 votos, que copan más horas de televisión que los dos millones de votantes restantes.
Nada les jodería más que ser un movimiento casi anónimo e ignorado. Cristianos a la clandestinidad, como en Judea. A tomar por culo.

Tras comprar el pan E. M. Robinson volvió a pasar al lado de la papelera donde arrojara aquel correo minutos antes. Lo había guardado durante dos años en el bolsillo interior de su cazadora vaquera y ahora descansaba con el deber cumplido, rodeado por bolsas de Cheetos y dos vasos de plástico de litro. Sonriendo pensó que había venido a dar a un país que se había dividido entre los que arreaban los tres carriles de Kansas City huyendo del capirote, y quienes saturaban los carriles del otro lado de la mediana de Kansas City entrando al olor del incienso y las fachadas cuarteadas.

Como decía Jardiel Poncela, que el problema no es Dios sino la humanidad, que está como una puta cabra.

3 comentarios

  1. Dice ser Pablo

    Las procesiones son otra forma (degenerada, eso sí) de carrera popular, no habría que darles más cobertura. Se deberían organizar en semanasanta, aparte de las molestas procesiones (o concurrentemente con ellas, para hacerles el feo) carreras como: la mediamaratón del domingo de ramos, el maratón de jueves santo, los 10 kilómetros de pascua, por poner algún ejemplo. Chip al tobillo con cilicio opcional, torrijas de vino a la llegada. (Nota. Es curioso que los automovilistas toquen el claxon a las carreras y no a los ensayos de procesiones ni a las procesiones mismas, como Malatesta pudo comprobar en Sevilla aquel año).

    07 abril 2009 | 13:55

  2. Dice ser Garbanzito

    Por alusiones… jajajaja… Las procesiones también tienen un componente costumbrista, folklorico o tradicional que tiene un peso importante dentro del movimiento cofrade. Otra cosa es que se opine que al igual que la Inquisición, esa parte de la historia debe ser repudiado, aunque no pienso que deba ser olvidado. La experiencia, es la madre de la ciencia.
    En su nacencia, las procesiones se sacaban a la calle para mostrar la fé o pedir dávidas. Uno de sus fines era conmover al pueblo para fomentar la piedad. Cuando el «movimiento católico» pasó de ser marginal a un foco de poder importante, los creyentes contrataban a los huertanos para que «pasearan» por ellos sus imágenes de piedad, algo menos que la esclavitud pero con el mismo desprecio y falta de caridad que ellos mismos predican. Ahí es donde aparecemos nosotros… Una cuarta generación que ahora procesiona por recordarles a ellos que durante doscientos años nosotros, los del arrabal sacámbamos sus pasos y ahora lo hacemos porque queremos y si alguno de ellos se arrima a mi «sitio» le meto una «trompá» que lo reviento… Y de estos somos más de uno o dos… Aparte, cuando uno va debajo del paso ya hace, reza, piensa o medita lo que le sale en gana… Yo me harto a dar caramelos y a esperar que metamos al «santo» pá irme a cenar con mis amigos… Otros se quedan a misa… Igual que pedimos respeto a los coches para que no nos piten mientras corremos, reivindico el derecho a procesionar de los nazaremos…

    08 abril 2009 | 07:29

  3. Dice ser Pablo

    ¡Anda! Garbanzito, interesante lo que dices, nunca había leído a un nazareno. ¡Buenas procesiones tengas!

    08 abril 2009 | 11:10

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