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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Nieva y crea cortinas

Me desayuno un demoledor reportajillo sobre la ‘generación del polígono’. Está en Público de hoy. Mientras, al otro lado de la M30, del lado de dentro, del bueno de cristal y Lexus grisáceos con ventanas opacas, la gran banca sigue teniendo retortijones dentro del entramado financiero. Créditos al consumo al 10% para compensar los 2.300 millones palmados en la estafa Madoff (principalmente, el Santander, dirigido irónicamente por una persona apellidada Botín).

Es una realidad sucia, fría. Con la que enervarse o de la que sustraerse. Y existen mil métodos. Recomiendo el ruido del agua en el mar, aunque ahora es más que útil correr la cortina de nieve que todo lo amortigua. Cuando nos escapamos de casa allá por Mayo y alunizamos en el Cabanyal, solo se oye agua. Desde siempre, en el campanario de la plaza del frío Muñogalindo hay un reloj horario que en invierno apenas se oye. Cuatro copos y deja de resonar el tañido de las horas y las medias y los cuartos. También vale como fieltro de la vida de la chica que era cajera en Alcampo y del haragán que se fumaba los ahorros en segundo de la ESO y se descojonaba porque le habían quedado siete. 

En este mundito de seres de mallas largas, caras sin afeitar y control de pronación también está el método evasor de la zurra ciclotímica. Una mezcla fue lo de ayer. ¡Qué paliza nos dimos!… A las 6.15 me despierto y veo nubes y claros. A las 6.30 decido que no nevará y que paso de lentillas y cortavientos. Saco el coche y a las 6.55 está nevando de cojones. En minutos salimos para dar el rulo completo a Viñuelas, con una fabulosa luz reflejada en las nubes bajas y sin frontal. Amanece y remontamos hacia los encinares paralelos a la A1 y hay lo menos 7cm de nieve. Tras las risas, los barros, zamparnos varias veces en charcos helados, comienza a arreciar el hielo y toda la diagonal hacia Tres Cantos es un pisar nieve helada. Con 3 horas en las piernas, de los 3, 2 venimos con amagos de calambres. Finalmente 3h10 mas unos estiramientos mal hechos dentro del oche, otros 10′ haciendo cola para unas Entradas CosmoCaixa y un megaaperitivo rematado con un Albariño y unos pollos asados.

En este momento, ¿queda espacio entre las orejas para pensar en miserias? Y vuelvo a pensar sobre ello y sobre los ruidos que tapan la realidad, y los pollos barnizando la mediodía de un Domingo del lado bueno del sistema.

2 comentarios

  1. Dice ser Santi Palillo

    Ni los chicos del polígono se ponen de acuerdo, según leo en el enlace, en la causa, solo en el efecto que es demoledor.

    Y mientras le damos dinero público (en minúsculas) a los del Lexus para que sigan tocándonos la moral mientras se sacan mocos (verdes por supuesto) en el semáforo.

    Lo de los calambres después de 3 horas por las nieves del Kilimanjaro lo mismo es normal y todo ¿no?.

    15 diciembre 2008 | 15:56

  2. spanjaard

    Digo yo que sería del equilibrio del potasio. Lo de los calambres, no lo de los mocos verdes.

    15 diciembre 2008 | 15:57

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