… se pinta en las carreteras del Tour. La famosa jeringuilla de los tiempos de Virenque o los gritos a Lance brazofuerte. ¡Dopado!, es el grito de guerra de los cocinillas de la cuneta, sospechando pero -a la vez- adorando los monstruos que suben a 38 por hora un puerto con rampas en las que el coche se calienta. Como decía Sergio (que abandonó su blog y nos tiene huérfanos), «ves la cara de zombies con la que suben, da miedo». El caso es que mientras tanto, otros suben a 34km/h y no se les nota tan crispados. Claro, que estos se ponen en llano a 70 en otra jornada, etc. Soluciones sin salida para callejones llenos de interrogantes.
Y el asunto pinta mal. En una semana, tres duros escaladores, incluyendo a la renacida esperanza para el espectáculo de la montaña, la cobra Riccó. Tan mal pinta como la noticia que leo en el foro de los amigos montañeros, en elatleta, donde se refiere a la muerte de unos corredores por hipotermia y agotamiento en una carrera alpina de 14km (sic). No es bueno enlazar dopaje con muerte accidental por desconocimiento, lo sé. Pero es la desgracia cebandose sobre una forma de vida, el deporte, el ocio de la sociedad avanzada. El deporte espectáculo, donde se pide sangre, y el ocio espectáculo, donde se pide el más difícil y más cafre todavía. Comenta Sergio «la pantera rosa» en su blog, «Cuando lees que la carrera es de 14,7km, hay algo que no cuadra. «Nadie» puede morir de agotamiento en 15km, suponiendo que son gente entrenada y que sabe lo que hace«. Antes era más opinable cuando corríamos en los primeros 90 en las Dehesas-Cotos, la Cuerda Larga, etc. Recuerdo al Tragamillas y algunos más corriendo como en una media calurosa. Pero ahora es imperdonable no subir equipado. Es más, ahora es raro, dado el mercado existente, con todo para ir equipado a precios competitivos.
Pero quizá es que estemos afrontando el nuevo milenio sin perspectivas mentales, o morales, vete a saber. El esfuerzo humano moderno, es así. Vendido a los medios, al producto. Pero también consecuencia necesaria de éstos. Sustancias, comportamientos, materiales, drogas, ayudas y métodos de entrenamiento. No queda hueco al descanso o a la variabilidad cuando estamos metidos en empresas deportivas. Siempre hay que seguir adelante. Incluso yo me he dado a las bendiciones de los productos artificiales. Mis rodillas piden a gritos ayudas a los chicos de Arkopharma. Condro Aid Forte, 4 pirulas diarias de Glucosamina y sulfato de Condroitina. Esto, gimnasio y paciencia.
Je suis dopé; aussí.
¡Aupa, Spanjaard! Ánimo con tus rodillas. Yo también tomo glucosamina con sulfato de condroitina de vez en cuando, a rachas, después de que me lo aconsejara la traumatóloga, aunque yo lo hago en la versión que tengo más a mano, la que encuentro en el corteinglés (de la marca Perfect). Por cierto, al parecer no está establecida la utilidad terapéutica del chisme, y personalmente prefiero ignorar la procedencia exacta del compuesto –restos de huesos de vacas o así, puajj–. Aunque puede entablarse un debate sobre cuánto separa la toma de suplementos nutricionales, como éste, del doping (como alguna vez ya has esbozado en este blog, creo que refiriéndote a alguna discusión gentablada en ese mismo foro de elatleta,) creo que hay un abismo entre cosas como la glucosamina y la EPO, tanto desde el punto de vista bioquímico (incluidos rendimiento y efectos secundarios) como desde el de la motivación y los porqués…
Tampoco creo que el doping en el deporte profesional se deba a que el público pida esfuerzos cada vez más sobrehumanos (igual que no es el público el que pide telebasura aunque se la trague). Por ejemplo, una etapa del Tour con ascensión a la Croix de Fer, el Galibier y el Alpe d’Huez, no es menos etapa reina porque los ciclistas metan una hora o dos más; ni es menos maratón una maratón sin marcas espectaculares; ni es menos final una de 1500m, en que lo más emocionante no son las marcas, sino la batalla y la estrategia sobre el tartán… Et ainsi de suite .
Aunque supongo que también tenía razón ese ciclista, ¿no sé si era Melcior Mauri?, cuando decía hace unos años, cuando el dopaje empezó a ser un escándalo en el ciclismo, que a ver si se creía el público que se pueden aguantar etapas como las del Tour sólo a base de spaghetti… (y sospecho que si se indagara, ahí no se libraría nadie, ni Induráin ni otros grandes del ciclismo, de Bobet a Armstrong pasando por Anquetil, Mercks o Hinault…).
Perdón por el rollo, pero como últimamente no escribo en mi blog, no me queda otra que hacer de okupa comentando en los de los demás…!
18 julio 2008 | 18:28
Chico, si quieres te cedo derechos de acceso para que te instales cómodamente en este blog y escribas lo que te dé la gana. Siempre es sano tener tinta fresca.
Cuidémonos los tuétanos porque son los que nos llevarán a ganarnos el pan como fuerza de producción que somos (que a lo de correr le pueden ir dando)…
18 julio 2008 | 18:36
¡Perdón! el enlace que he puesto a la Glucosamina de Perfect es incorrecto: el correcto es éste.
18 julio 2008 | 18:38
Seré breve:
¿¿¿Depor…que????
El problema es que nos gusta.
18 julio 2008 | 20:42