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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Carreras para el cerebro, letras para las piernas

Del blog de Fitopaldi.net

El tiempo escasea. El complejo embrollo lleno de surcos y chispazos, gris y centelleante -suponemos, nadie ha llegado a ver aún su propio cerebro salvo cuatro científicos privilegiados y, siempre, el cerebro de otro- pide protagonismo, sangre, más sangre. Actividad, oxigenación perdida durante un mes lleno de protagonismo para las piernas.

«¿Vosotros correis con el cerebro encendido? Mal. Muy rematadamente mal», aconsejo a dos docenas de acólitos aprendices de corredor a quienes enseño las virtudes zen del caminante, del runner, del encendido usuario de pulsómetros, controles de pronación y bebidas isotónicas. Como el agua con azucar y un pellizco de sal, pero de colores.

Uno de ellos se despega del grupo, rumia sobre si correr pensando en las crisis matrimoniales de dos amigos suyos metidos de morros en la fuente de la cuarentena y que beben del flujo de las entrepiernas de otra que no lo ha sufrido aún su crisis, su caida de pelo y su ensanchamiento hacia delante, dorsal, cervecero, estresado, ganador de imposibles pleitos al cebo de los objetivos de consultoría. Mi discípulo se va cuatro pasos hacia una farola desconchada, en verde oscuro. No va a estirar los gemelos o la talalgia que le tortura desde hace semanas, por burro, por correr en aceras y comprar de oidas y de leídas (la Red, la puta Red y sus putos sabios). Va alejándose pensando en si es bueno trotar en pleno otoño de Madrid sin desconectar la red central de movimientos, de análisis. Sobre si -como les digo constantemente- es mejor correr mirando idiotizado las cuatro torres del horizonte empresarial, sobre anaranjados y rojos de la última hora del miércoles de Noviembre.

Pierdo la pista de lo que hace o trama o piensa durante unos segundos. El estresado ha pasado a la fila de mis estímulos, tengo dos activas informáticas de una entidad bancaria que me requieren por sms para piojear y sonsacarme una recomendación sibilina para un spa urbano, llena de intención y de jugo interno. Tengo pendiente la pregunta de las inscripciones de una carrera cuesta abajo y me piden a gritos un estiramiento para una ciática que atormenta a un comercial de derivados lácteos harto de hacer kilómetros en su coche de empresa.

Un frenazo, un golpe. Un grito. El pensativo discípulo se ha tirado debajo de un coche. La presión de correr con el cerebro al 100% de las tareas. De vivir con la memoria saturada. Un muerto más, un corredor menos.

11 comentarios

  1. Dice ser Sergio

    Dicen los que saben que el ser humano sólo utiliza un 15% del cerebro. Siempre he pensado que es demasiado. No somos capaces de lidiar muchas veces con los problemas que nosotros mismos generamos cuando nos movemos por la parte alta de la manida pirámide de Maslow. Y si a eso le unimos una sociedad represora e hipócrita, el triste incidente que relatas cobra sentido.

    Lo siento mucho.

    Un fuerte abrazo de corazón

    18 noviembre 2007 | 21:41

  2. spanjaard

    Sergio, es ficción.
    Ficción.
    Ficción… ¿será invención, ficción?

    19 noviembre 2007 | 08:15

  3. Dice ser sylvie

    Joder!!!!!!!!…y dale…que si no pongo todo el rollo no sale lo que escribo y encima me lo borra!!!!!!!!!!!…dos collejas te debo ya.

    A lo que iba…nada, que yo sin pensar, no existo…De hecho, yo creo que solo pienso con cordura, me centro, me organizo y me entiendo, mientras corro…el resto del tiempo, vivo en la parra…
    (hombre, si por eso me va a atropellar un coche, corro a partir de ahora pasillo arriba, pasillo abajo). Peor serán los que llevan música, digo yo.

    Besitos.

    19 noviembre 2007 | 09:57

  4. Dice ser Sergio

    No, no … si ya lo sabía… esto ejem…

    :p

    19 noviembre 2007 | 09:57

  5. spanjaard

    Sylvie, desconozco las raíces de esa relación que tienes tan tormentosa con mi wordpress. Algo le habrás hecho en una vida anterior… Sergio es usuario de blogspot igual que tu y creo que no se ha quejado (aún, es que es un tipo muy discreto y educado).

    Y quizá en lo que hay que pensar sea en lo volátil, no en lo de correr. Vaya, digo yo.

    19 noviembre 2007 | 10:15

  6. Dice ser Cocoloco

    Pues desparramar cerebralmente y establecer sinapsis imposibles mientras corro es mi único seguro de pseudo-cordura (vamos, expulsar bilis por la boca en cada zancada), aunque no sé si funcionará la receta mucho tiempo más. 😉

    A lo mejor si consigo irme a alguna ciudad con mar…

    Pues sí, si no rellenas los campos (el de correo, en mi caso) te dice que naranjas de la China. Menos mal que lo había copiado al portapapeles. 😉

    19 noviembre 2007 | 13:28

  7. spanjaard

    ¿Has necesitado el portapapeles para 35 palabras? Joder, y yo que creía que el Estudiantes está de capa caída… jijiji

    19 noviembre 2007 | 14:06

  8. Dice ser cvelayos

    Yo corro con el cerebro en piloto automático, casi en stand-by. Ni siquiera llevo música. Se me olvidan referencias, parciales… y a ratos, los problemas.

    Y no nos des sustos coñe.

    19 noviembre 2007 | 18:40

  9. spanjaard

    Ayer comentábamos mi mujer y yo el caso. ¿Hasta tal punto dais veracidad a las cosas que leéis en la Red? No era un cebo ni nada, porque además estaba marcado con la categoría «reflexiones» y los tags «relatos». Si los lectores de las comunidades de blogs son asi de fieles o de incautos, qué fácil debe ser hilvanar un personaje, una historia, un rol.

    Pero se agradece….

    20 noviembre 2007 | 06:12

  10. Dice ser Garbanzito

    Ese es el problema, unos escriben en su blog y otros escriben sobre su personaje. El asunto es que como sólo conocen al personaje tienen la necesidad de ponerle cara y la que le ponen es la del que escribe. Mi santa me lo dice muchas veces, ¿porqué dices esas cosas de mí en internet?, ¡Yo no soy así!. Mi respuesta es siempre la misma: ¡Te sobrevaloras, mi santa no es la misma santa del blog. Lo nuestro lo guardo para nosotros!…jajajajajaja. Esa «lección de humildad», no la lleva demasiado bien…

    20 noviembre 2007 | 07:37

  11. Dice ser Cocolocus

    El informático sólo tiene dos leyes:

    [1] Apagar y Encender.
    [2] Copiar y Pegar, aunque se trate de un único carácter.

    🙂

    20 noviembre 2007 | 12:45

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