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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Retorno del rancho (buffetistas del mundo entero, uníos)

Prometido retorno y prometido regreso a las redes y a las cadenas del tajo. Sin más incidentes que haber ganado un par de kilos y varios tonos oscuros en la paleta de colores html (las camisas blancas me quedan ahora divinísimas). ¿Que si corrí por la playa y sus calas?, poco. Un día. La pereza de tener que repetir la sesión inicial a las 7am y estar listo para ese desayuno pensión completa, trepar por el camí de Ronda que mira que es bonito pero mira que tiene escalones, era un continuo mortal al que solo pude sobreponerme una vez. La de la novedad.

Mira que ví gente trotar a varias horas del día. Mira que las temperaturas invitaban a soltar las piernas. Mira que soy perro, que con mirar a otro lado ya se me quitaban las ganas… por ejemplo a la mortal y amurallada Tossa, a las olas de su playa, a las bandejas que poblaban el buffet engordadero de piensos variados y compuestos del hotel.

Porque, amiguitos, el rancho une los pueblos. Europeos de norte, del este, de más allá del este y de más allá del norte, todos atacaban sin piedad ni miramientos esa triple sesión del parlamento con las tripas. Desayuno con dobles de huevos con beicon (sic), cereales chococríspicos y fruta y zumos Tang miserables con salchichas. Comidas con pasta y mondongos de canelones a las que grandes y canijos se lanzaban para llenar cada centímetro redondo de su plato, criaturas de mil lenguas que pujaban por atascar (siempre a la comida más compacta y cementera) los huecos entre sanjacobo y sanjacobo, bien con lasaña, bien con patatas horneadas. Segundas rondas de carnes con salsa y más lasaña y más patatas, sardinas con patatas o escalivadas frías con más lasaña. Niños dirigiéndose al suicidio sanitario por la via rápida de los palitos de pescado y el rebozado de lasaña y más patatas y más lasaña. Postres y segundos postres y terceros postres.

El homínido evolucionado con dinero y tiempo para gastar su ocio ha encontrado el punto de convergencia total. El final de las barreras, de las guerras, el entendimiento por fin absoluto. El buffet libre de un hotel de tres estrellas.

2 comentarios

  1. Dice ser Sylvie

    Luego se quejan del colesterol y para solventarlo se toman una pastilla tras cada comida…dios!!!…qué estómagos tiene la gente!!!Bienvenido al mundo real señor bronceao.Besitos.

    02 julio 2007 | 12:37

  2. Dice ser Carlos

    Joer, reflejado me veo…Rebienvenido al mundo real. 😉 🙂

    02 julio 2007 | 21:46

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