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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

White (running) trash, 2nd generation

El domingo estuve viendo como las generaciones se corrompen, se paran, se desalientan y tiran por la calle de la comodidad, de los muchos senderos sedentarios. Y eso que asistí a un maravilloso torneo intercentros de cross, organizado en Alcobendas por el club local. Allí estábamos la antigua generación de corredores de cartón piedra, decorados de relleno de tantos y tantos crosses y pruebas de atletismo escolar de los años 80, poniendo a nuestros hijos en línea de salida, al mando de un tipo con micrófono, juez de llamadas, encargao, pastor de borreguillos y disparador de silbido criminal ‘listooooooo–os, yap!’.

Éramos una fabulosa basura blanca sin educació deportiva, sin medios y sin facultades, los más. Tuvimos que mamar deporte en pantalon de chandal y calzado duro como piedras. Habíamos pasado, eso si, la mítica época de los 60 y nuestros padres contándonos aberraciones y aventuras fantásticas sobre aquellos profesores de Formación del Espíritu Nacional. No teníamos ni aquella mítica franquista. Estábamos creciendo a base de empredado de garbanzos y panteras rosas. Leche entera y bocadillos de chopped cuadrado. White trash que tenía que apelar a un principio nuevo. Las campañas educativas de los 80, Empieza Corriendo, participar es lo importante, el deporte-salud… menos mal. Porque corríamos menos que una biblia y saltábamos menos aún. Nervios siempre templados en aquellos croses de la Casa de Campo, Alcorcón, Moratalaz. Templados como el Cocalao.

Afirma García Ferrando (1990) que «el hecho de practicar deporte competitivo desde edades muy tempranas con criterios de selección muy estrictos o con gran intensidad, conlleva el abandono prematuro de toda actividad deportiva bien por no lograr las metas propuestas, por estados de frustración o decepción , porque los objetivos quizá no sean los adecuados, por exceso de presión o sacrificio, o por otros distintos motivos». Lo leo mientras pienso en aquellas salidas de 200 y 300 crios en categoría alevín. Autocares enteros cruzando las mesetas para participar en pruebas de campo a través y niñas y niños por todos los lados. Ahora se habla de crisis de las categorías de promoción en el atletismo. La primera generación de basura blanca con acceso a todo ha generado una segunda hornada, empeorada y acomodada. Vamos de cabeza a la autodestrucción del mapa genético del homo erectus.

2 comentarios

  1. Dice ser Santi Palillo

    En el internado corríamos cross con sandalias Segarra y sin calcetines, luego ya nos dieron unas bambas Pirelli y la gente volaba.

    15 marzo 2007 | 10:55

  2. Dice ser Anonymous

    Tu es que exudas mito por todos lados, Pal.Fdo. Spanj

    15 marzo 2007 | 11:07

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