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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Corredores, gente corriente (¿donde fué nuestra mística?)

Martes, salida periódica de las 19.30. Quedamos en el parque como resemblanza de años pasados. Lo cierto es que desde hará casi 20 años se viene quedando en el mismo sitio, crecimiento urbanístico más o menos, y la gente fluctúa, varía, pero venimos a ser los mismos. Se nos fueron algunos pero ahí están los otros, que renuevan la savia de estos seres destinados a salvar el planeta. Son los corredores. Gente que vigila por el medio ambiente, conscientes de la igualdad de género, que no berrean en el futbol sino que entienden la vida como la libertad, el chi, y tal y cual.

Fernando, ya no cumple los 52. A toque de corneta se empieza a animar con el tema de su flequillo. ¿Que dónde tienes tu flequillo?, le inquiere Agustín, revolucionado treintañero que acaba de ser papi y nos amenaza con sus arreones hormonales. ‘Ven, ven pacá que te digo donde lo tengo, pero mírale, que no me mires a la cabeza!!’. La temperatura sube cuando mete baza el alpujarreño del grupo, otro con terribles problemas para controlarse cuando nos cruzamos con una moza corredora. Este, bufa.

¿Que por qué bufa?. No se. Fernando le achaca el problema al pulsómetro que no pita pi-pi, sino ki-ki. Vamos, que le avisa que tiene que ir a casa a hacer los deberes. Luis, el mecánico de la tuerca de Fernando Alonso, se descojona. A mi me amenaza un flato que hace que me descuelgue a la parte de detrás del grupo. Ahí campa Jesús, jardinero, defensor de los 4 polvos a la semana, y contrario a la receta del granaíno (dos por la mañana y uno y medio por la tarde).

Las hormonas bullen cuando alguien dice que el secreto de correr un maratón bien es no follar en un mes. ‘¡¡Tres meses!!‘, digo yo. Joder, yo creía que era un truco viejo pero… Agustín reconoce que él se tira 20 días que hasta le duele cuando se frota en la ducha.

Y yo busco el equilibrio tántrico y esos rasgos especiales y esas leches marineras. El corredor surge de esa especie humana modificada por el medio ambiente español. Y lo que salga de un español, corra o vuele, sale de un cerebro español. Gente corriente (como el agua).

pd. Los nombres no tienen que ser necesariamente inventados.

2 comentarios

  1. Dice ser Santi Palillo

    ¡Qué patata más maciza!

    22 noviembre 2006 | 15:40

  2. Dice ser Meretricio

    Suscribo el comentario anterior. Nunca un culo fue tan sabroso (o siempre lo fue más). Por cierto, el entreno de largas distancias disminuye los niveles de testosterona, que como todos muy bien sabéis, es la hormona garante de la avidez sexual. Yo digo esto y que cada cuál piense lo que quiera ; )

    22 noviembre 2006 | 21:26

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