“Creo que les impongo porque ahora soy ‘Miss Mundo’ y creen que no me voy a fijar en un chico normal, y, en verdad, soy una chica normal a la que le gustan los chicos normales. No soy ninguna divinidad. Tengo los pies en la tierra”, cuenta Mireia Lalaguna en su exclusiva de esta semana para la revista Hola. La catalana, primera española de la historia en ganar el título de Miss Mundo, explica en el primer reportaje que ha hecho que tal vez por eso se asustan los pretendientes que pueda tener. ¡Chicos, atreveros!

Mireia Lalaguna, actual Miss Mundo. IG @mlalaguna

“He notado que no sólo los chicos desconocidos, sino que mucha gente que me conoce de toda la vida está un poco intimidada. No sé si esto es una desventaja a la hora de encontrar pareja, pero ya lo comprobaré”, dice esta rubia que aclara que ahora, en ese ir y venir de países, no tiene mucho tiempo para temas amorosos.

Sus impresionantes medidas ( 90-60-93, que se suman al 178 de altura) no le impiden cometer excesos gastronómicos que contrarestra, eso sí, haciendo dos horas de ejercicio al día, una por la mañana y otra por la tarde, como cuenta en la entrevista.

Qué pena. Digo que pena no por ella, sino por lo que veo: en las imágenes del reportaje me parece ver a una muñeca más que a la mujer más guapa del mundo. Que los dioses me libren de decir que no es guapa, pero para mí es la prueba de cómo el excesivo arreglo, el maquillaje y tal vez los efectos perniciosos de photoshop pueden echar por alto toda la naturalidad de una mujer. Y sin naturalidad, ¿es posible que exista la belleza?

Rosy ejemplar de la revista Hola

Dejo que respondáis vosotr@s, querid@s lectores, porque yo no puedo sino sobrecogerme mientras tecleo con esas imágenes del reportaje delante de mis ojos. “Voy a intentar romper el mito de que una modelo solo se preocupa de su imagen y no tiene nada en su interior. Demostraré que también somos inteligentes”, afirma en las páginas de la revista. Pero, entonces, preciosa criatura, no consientas semejantes excesos de peluquería, maquillaje y tecnologías.

La joven tiene sólo 23 años y no es una modelo cualquiera: estudia Farmacia y sabe tocar el piano. Es inteligente, leída, perseverante y con inquietudes que van más allá de los focos y de la pasarela. Y, a mi humilde entender, está mucho más guapa cuando se va ella sola con su coleta y la bicicleta que cuando le hacen una superproducción made in Spain.