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Isabel Preysler habla por primera vez de su relación: “Nos hemos hecho inseparables”

Parece evidente que al menos Isabel Preysler sí está ganando mucho dinero, mucho, gracias a la información detallada y por fascículos coleccionables que su revista de cabecera, Hola, está ofreciendo al mundo desde que se supo que Mario Vargas Llosa había dejado a su mujer de toda la vida, Patricia Llosa, por vivir la aventura amorosa junto a ella.

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Esta semana las evidencias toman forma de exclusiva de bastantes miles de euros: Isabel habla por primera vez para la revista Hola. “Es verdad que nos hemos hecho inseparables, y no queremos perder ni un minuto”, explica, y para los que se posicionan del lado de Patricia Llosa, aclara: “Estamos muy seguros de lo que hemos hecho”

Si ya les vimos el otro día llegar a la lujosa fiesta de la mano, ahora les vemos posando bien juntitos en NY, él con su mano derecha sobre la cintura de ella.

Dice Mario Vargas Llosa que a él los asuntos del corazón como que no le interesan. Por eso, cuando un periódico americano aseguró que estaba rentabilizando la relación con Isabel Preysler, se enfadó y les hizo rectificar. Y no, no sabemos si lo está rentabilizando, pero sí es cierto que él participa en esta exclusiva de Hola y que el otro día acudió de la mano con Isabel Preysler a una fiesta de una firma que tiene contratada a su novia y que, a cambio, se ganó titulares de todo el mundo que decían: “Puesta de largo de la pareja del año en Nueva York”.

¿Sabía el Nobel, que tan erudito e inteligente es, que acudir a un evento de esas características alimentaría la repercusión que está teniendo en las revistas sensacionalistas su relación con la reina de corazones?

Reconozco que aunque yo soy una fiel defensora del amor a cualquier edad el otro día sentí no sé qué al ver a Patricia Llosa, su mujer desde hace más de cuarenta años, en el aeropuerto hablando mejor que bien de Mario, sorteando como buenamente podía la persecución de los paparazzis y de las reporteras de agencia.

Lo que está claro es, madre mía, lo que le ha cundido a Isabel Preysler en solo tres meses , al menos en lo que a rentabilidad económica se refiere, ¿no os parece?