Las revistas del corazón se han dividido entre el comprometido Leonardo Di Caprio y Arantxa Sánchez Vicario, que atraviesa momentos desoladores y extraños, una desastrosa situación familiar no por publicitada menos tenebrosa e inexplicable. ¿Cómo puede haberle sucedido lo que le ha sucedido a una de las mejores tenistas de este país? Alguien que lo tenía todo, que era rica, popular, deportista…
Arantxa Sánchez Vicario en el velatorio de su padre. © Gtres
Imaginábamos que la tensión producida el otro día en el tanatorio de Barcelona había sido considerable, pero no habíamos calculado que Javier, el hermano de Arantxa, le dijera a la extenista: “Vete de aquí, indeseable”.
Lo publica el nuevo número de la revista Diez minutos, que añade que el marido de Arantxa, Josep Santacana, casi llega a las manos con Javier. Un espectáculo un tanto lamentable cuando se está velando el cuerpo de un padre muerto, ¿no os parece?
Sea lo que sea lo que sucediera entre su padre y ella, tiene derecho a ir al tanatorio a despedirse, digo yo. ¿No os parece? Javier: imperdonable.
Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana. © Gtres
Previamente, la madre se había desmayado: perdió la conciencia después de ver y abrazar a su hija, que había viajado desde Miami al recibir la noticia de la muerte de su padre.
Sí pudo despedirse de él en vida. La tenista viajó a Barcelona a visitar a su padre enfermo de Alzheimer.
“Es una vergüenza lo que me han hecho”, dijo Arantxa al ser expulsada, como ya contó este periódico el otro día.
El drama de la familia comenzó cuando Arantxa decidió publicar sus polémicas memorias en 2012. Entonces contó cosas tan fuertes como que sus padres la habían arruinado y explotado. Y dijo que le debían 45 millones de euros.
El pasado mes de junio consiguieron llegar a un acuerdo extrajudicial según el cual la madre sólo podrá vivir en la casa en la que ahora vive hasta que pasen tres años de la muerte de su padre.
La querella contra Javier aún sigue su curso.
Triste, pero cierto. ¿Qué pensáis vosotros?