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Corazón, corazón; corazón pinturero.

Melanie Griffith da un paso más en su nueva vida sin Antonio

Así va el tatu de Melanie. © Gtres

Así va el tatu de Melanie. © Gtres

Qué pena. Reconozco que una de las noticias más tristes del mundo del corazón en los últimos tiempos, al menos para mí, ha sido la separación de Antonio Banderas y Melanie Griffith. Me parecía que hacían una pareja muy buena que habían resistido a muchos embates y contratiempos, como los de las presiones (y tentaciones) de Hollywood, universo en el que es más difícil que a una le dure una pareja que hacer una película que merezca verdaderamente la pena. Melanie, a quien admiro, había conseguido estas dos cosas.

Hará un par de días hemos visto nuevas imágenes del adiós casi definitivo de la actriz a su examado: su tatuaje, ese en el que se leía Antonio, ya está casi borrado.

Melanie Griffith, esta semana. Foto: © Gtres

Melanie Griffith, esta semana. Foto: © Gtres

Nada de rencor, sin embargo. Ella le respeta y le aprecia, como demostró hace poco en la graduación de su hija, donde no subió ni una foto ni dos de Antonioooooo a su cuenta de Instagram, sino cuatro, cuatro fotos subió la buena de Melanie, que ahora se propone firmemente iniciar una nueva vida.

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La merece. Merece una nueva vida y dinero no le va a faltar por mucho que Hollywood desprecie a las mujeres que rondan los sesenta (con dignas excepciones como Meryl Strep, que es caso aparte y que acaba de cumplir 66 esplendorosos años). Dinero no le va a faltar, decía, porque la exparejita vendió el viernes pasado el nido de amor-mansión que tenían en Los Ángeles, otro de los lazos que les unía y que ahora ya… es historia.

Hicieron el agosto con la venta de la espectacular casa de 1.403 metros cuadrados que les hizo el afamado arquitecto Gordon Bernie Kaufmann: un millonario pagó hasta ocho veces más de lo que les había costado. 14 millones de euros (calderilla)

Techos abovedados, 13 habitaciones, cuatro chimeneas, gimnasio, un huerto, biblioteca, piscina… En fin, que no les faltaba de nada, ni siquiera el amor, ese amor que les ha unido durante tantísimos años y que las espectadoras ingenuas y románticas, como yo, no pensaron que pudiera terminar alguna vez.

Podéis ver este vídeo

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Dicen en Variety que los millonarios compradores no han regateado prácticamente nada: la fama es lo que tiene. Quiero decir que no es lo mismo que venda su casa Pedro el de la esquina a que lo haga un actor y una actriz conocidos y respetados en el mundo entero.

Y no es sólo eso: es que por esa casa ha pasado medio Hollywood, Penélope incluida, además de actores y actrices ganadores de Oscar y del mismísimo Barack Obama. Sí, he escrito bien: Barack Obama.

Total, que tanto ella como él tienen la vida más que resuelta, así que pueden hacer lo que les dé la gana. De hecho, él ha anunciado que se va a poner a estas alturas de la película a estudiar diseño (en la misma escuela que Pelayo Díaz, el celebrity-blogger más celebrity de todos los blogger).

A mí, sin embargo, la que me preocupa es ella. Él tiene nueva novia joven y espectacular y me parece que ella se ha llevado la peor parte de esta ruptura, por mucho que suba a su cuenta de Instagram fotos en las que trata de irradiar felicidad.
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Está claro que Banderas y Melanie tratan de iniciar un nuevo camino ahora, pasados los cincuenta, la edad en la que se inicia el segundo partido de esta emocionante aventura que es la vida.

1 comentario

  1. Dice ser Sicólogo Astral

    El amor no existe, existe el enamoramiento pasajero.

    25 junio 2015 | 13:19

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