Yo no sé cómo lo verán ustedes, pero a mí me parece fatal e innecesario. Me refiero a que la princesa Charlene no acudiese a la boda de su sobrino Andrea Casiraghi con Tatiana Santo Domingo. La versión oficial es que Charlene cumplió con sus obligaciones y acudió al estadio Luis II de Mónaco para ser testigo del torneo de rugby de Santa Devota. ¿Perdona? No me creo yo que no pudiesen mandar a nadie más a ese evento para que ella fuese con su esposo a la boda de su sobrina. Es que no pega en absoluto. Toda la familia en Suiza de boda familiar y ella en un partido de rugby. Es todo un poco surrealista.
Las malas lenguas apuntan a una mala relación entre la princesa y las cuñadas, pero realmente creo que no hay mucha verdad en ello. Por muy mala relación que hubiese, lo que menos querrían es evidenciarlo de esta manera. Lo que sí que puede haber de cierto es que la mala relación no sea con sus cuñadas, sino con su marido el Príncipe Alberto. No sé, pero yo no lo veo ni medio normal. ¡Si a la boda acudió hasta Macarena Gómez!
Por cierto fue a mi parecer una de las más elegantes con un vestidazo rojo de Lorenzo Caprile. Y dirán, ¿qué pintaba allí?. Pues según me contó la propia actriz en los premios Feroz, su marido Aldo Comas, con el que se casó el pasado verano, y el de Mónaco hacen paracaidismo juntos y se quieren muchísimo. Vamos, que son íntimos amigos. ¡Qué cosas! La relación entre las dos parejas es fuerte y fluida y tienen planes para veranear juntos este año. ¡Qué nivel, Maribel!
Yo no se porque tratan de ocultar lo evidente, ella es lesbiana, el gay (o gay medio reprimido, porque tiene algun hijo por ahí, la tapadera hay que llevarla hasta el final), ese matrimonio no existió jamás, la boda fue un paripe, no entiendo para que tanto circo, y nunca mejor dicho. Ya hemos avanzado lo suficiente como para que no nos importe la orientación sexual de la gente, por qué se andan con estas hipocresías?
03 febrero 2014 | 21:21